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Sin colegio, pero con casas de apuestas: las salas de juego irrumpen en el mundo rural
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Sin colegio, pero con casas de apuestas: las salas de juego irrumpen en el mundo rural

Más de una decena de pueblos con menos de 10.000 habitantes tienen establecimientos dedicados al juego en la región, lo que contrasta con la precariedad de sus servicios básicos

Foto: Imagen de archivo de una manifestación contra las casas de apuestas. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Imagen de archivo de una manifestación contra las casas de apuestas. (Europa Press/Ricardo Rubio)

Las empresas de apuestas (Codere, Luckia o Sportium) han encontrado un nuevo nicho de mercado en los últimos años más allá de las grandes ciudades: los pueblos de la España rural. En Castilla y León, más de una decena de localidades con menos de 10.000 habitantes tienen establecimientos dedicados al juego, como las casas de apuestas o los salones de juego. Esta situación contrasta con la precariedad de algunos servicios públicos fundamentales, como colegios o centros de salud.

El caso más extremo se encuentra en Quintana del Puente, una pequeña localidad de Palencia con 290 habitantes, según el último padrón del INE en 2022. No tienen escuela, pero sí dos casas de apuestas en las afueras. "Es una zona de camioneros, de descanso, y una confluencia de puntos. Muchos juegan importantes cantidades de dinero, pero al estar en las afueras, no perjudica demasiado al núcleo", afirma Begoña Pérez, psicóloga de la Asociación El Azar de Palencia.

Foto: Casas de apuestas deportiva. (Reuters)

Otros municipios como Toro, Tordesillas, Golmayo, Arévalo, Peñaranda de Bracamonte, Cuéllar, Alba de Tormes, Campillo de Salvatierra o Guijuelo también tienen este tipo de establecimientos. Aunque las empresas no han respondido a El Confidencial sobre por qué han instalado sedes en estos puntos, desde El Azar apuntan que "en los pueblos pequeños el ocio es más limitado, y esto al final es un juego, un entretenimiento que empieza de forma lúdica y que puede terminar como adicción". "Si lo han puesto allí es porque es rentable", afirman.

Hace unas semanas hubo un gran revuelo a raíz de la comunicación de la Junta de Castilla y León, que autorizaba la apertura de 36 nuevos locales de apuestas, aunque un día después especificaron que eso se había aprobado a finales del 2022 y la novedad era que se cerraba uno de los que se habían estipulado al principio, que eran 37. Además, argumentaron que la comunicación de ello se debía a un ejercicio de transparencia.

No obstante, realmente la cifra va mucho más allá. Según la memoria publicada por la Junta de Castilla y León, en el año 2022 se tiene constancia de que en toda la comunidad autónoma había 17.566 establecimientos de juego en activo. De ellos, 18 son casas de apuestas, 120 salones de juego y 882 almacenes con máquinas. Desde la Federación Castellano Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados (FECYLJAR) creen que la tendencia es a la baja y el número disminuye progresivamente, ya que en el 2018 el número total era de 18.374, con 10 casas de apuestas, 97 salones de juego y 857 máquinas. Sin embargo, afirman que el número "sigue siendo muy alto". "Es un negocio y da dinero, si les sale rentable es porque la gente juega y apuesta, al final responde a la ley de la oferta y la demanda", afirma, por su parte, Marta González, directora del Proyecto Hombre en Burgos.

Perfil del jugador: hombre, joven y juego presencial

Los datos sobre la penetración de las salas de juego son significativos. Más de la mitad de la población entre 15 y 64 años, un 58,1%, ha jugado con dinero alguna vez, según recoge el Informe sobre Trastornos Comportamentales de 2022. La cifra, no obstante, va disminuyendo. En 2020 era de 64,2%, lo que supuso un aumento de jugadores durante la pandemia.

El juego puede ser tanto presencial como online, aunque según afirman desde el Proyecto Hombre Burgos, lo que es cada vez más común es que se empiece online y se termine jugando presencial. Además, advierten de que ha aumentado el juego a través de las nuevas tecnologías, ya que es "más accesible y con más privacidad, pudiendo conectarte a cualquier hora del día y en cualquier lugar, lo que perpetúa la adicción". "Hay un gran desconocimiento social de que la ludopatía es una enfermedad mental desde el 2014, la única adicción sin sustancia reconocida como enfermedad. No es un juego", advierte Begoña Pérez.

Según el informe del jugador online 2022 elaborados por la Dirección General de Ordenación del Juego, el número de jugadores en activo ese año fue de 1.595.093, lo que supuso un crecimiento anual del 8,44%. De ellos, la mayoría, el 83,25%, eran hombres, frente al 16,75% de mujeres.

Así pues, tal y como muestra este estudio y corroboran varias asociaciones, son los jóvenes los que más usan este tipo de juego: un 32,46% de los jugadores tiene entre 26 y 35 años. No obstante, sigue prevaleciendo el juego de manera presencial (57,4%) frente al online (5,3%). La mayoría juegan a la lotería/primitiva/bonoloto (94%), seguido de loterías instantáneas (30%), quinielas de fútbol (12,5%) y apuestas deportivas (4,8%), siendo estas últimas las más habituales en el ámbito virtual. "Muchos saben de deportes, así que van en grupo y empiezan a apostar pequeñas cantidades. Cuanto más juegan, más necesidad tienen de seguir para conseguir más dinero, sin tener en cuenta lo que pierden. Porque cuanto mayor es el riesgo, mayor puede ser la recompensa y también la dopamina", añade Begoña Pérez.

El juego en los pueblos

En cuanto a la edad, Ángel Aranzana Haro, de FECYLJAR, alerta de que en los pueblos se empieza antes a jugar, alrededor de los 14 años, con máquinas tragaperras principalmente, ya que hay menos control. "Su objetivo es conseguir dinero fácil, y con los anuncios reciben estímulos de que no va a pasar nada por jugar y de que van a recibir una gran recompensa, lo que les acaba enganchando", afirma De hecho, la Asociación El Azar puntualiza que muchos empiezan en un bar con las máquinas tragaperras y terminan jugando a otras cosas como la ruleta y apuestas deportivas. Según el Informe de Trastornos Comportamentales, en 2021 un 6,4% de los estudiantes entre 14 y 18 años había jugado, siendo los hombres los que prevalecen.

"Su objetivo es conseguir dinero fácil y con los anuncios reciben estímulos de que no pasa nada y recibirán una recompensa. Y esto engancha"

No obstante, las asociaciones a las que ha tenido acceso El Confidencial puntualizan que las cantidades jugadas suelen ser pequeñas, sobre todo si se hace de forma presencial. A nivel online es más complejo, ya que apunta que hay menores que pueden hacerse pasar por otra persona con su DNI y tarjeta de crédito. Así, el informe del jugador online recoge que el gasto neto medio por jugador activo es de 574 euros, lo que supone un gasto de 47,87 euros al mes (se calcula con el conjunto de jugadores que juegan online). Además, estima que el 77,39% tuvo pérdidas económicas. "Nos encontramos con importantes desastres económicos y con grandes deudas", explica la psicóloga de la Asociación El Azar.

Cambios en la normativa: sin anuncios y más protección

En relación con la normativa, es preciso señalar que el juego online está regulado por el Gobierno central, mientras que el presencial depende de las comunidades autónomas. En Castilla y León, gobernada en coalición por el PP y Vox, la Junta aprobó en febrero un anteproyecto de Ley que está en proceso de enmiendas y que pretende actualizar la normativa reguladora del juego y de las apuestas en la región, de 1998. Entre sus objetivos, expone el Ejecutivo, está proteger a los menores de edad y colectivos vulnerables o que presenten conductas compulsivas ante el juego y las apuestas, velar por el orden público en el desarrollo de los juegos y luchar contra el fraude, además de otorgar seguridad jurídica al sector empresarial.

También se establece una distancia mínima entre establecimientos específicos de juego y apuestas, con independencia de la naturaleza, de 300 metros, y se aumenta de 100 a 150 metros la distancia con centros de enseñanza. "Han venido jóvenes contándonos que en los recreos o después del colegio acudían a estos centros. En vez de gastarse un euro en un bocadillo, se iban a jugar a la ruleta. Son medidas que pretenden prevenir pero hay que mejorar, al final 150 metros es cruzar la calle, así que no es suficiente", apunta González al respecto. Además, la norma establece que cualquier tipo de publicidad, patrocinio o promoción del juego y apuestas tendrá que tener la autorización de la Junta.

Foto: El ministro de Consumo, Alberto Garzón. (EFE/Fernando Alvarado)

A nivel estatal y en relación con la publicidad, la ley aprobada en 2023 (que entra en vigor en septiembre) suprime los anuncios de apuesta en formato audiovisual de una a cinco de la madrugada y la publicidad en internet se limita solo para los portales de las empresas del juego y sus redes sociales, con el objetivo de garantizar que no se dirigen a menores con mecanismos de bloqueo u ocultación de anuncios.

Sin embargo, a nivel online es complejo, ya que "los jóvenes pasan muchas horas en redes sociales, no tanto en la televisión, y acceden a muchos contenidos como influencers que hablan de apuestas, anuncios, seguir determinadas cuentas… y es muy difícil restringirlo", afirma Aranzana. También recoge que en los anuncios no podrán aparecer personas famosas ni clubes deportivos que lo patrocinen.

Foto: Griezmann, en una imagen de archivo. (Reuters/Juan Medina)

Por otra parte, se prohíbe la emisión de bonos de captación como una forma de incentivar que se siga jugando. Según Consumo, esto hace que las empresas solo puedan dirigir sus ofertas a clientes registrados y verificados, y no a personas que hayan mostrado comportamientos patológicos.

Mientras tanto, y a pesar de la tendencia a la baja, las administraciones continúan dando licencias y autorizando la apertura de estos centros, aunque se conocen los riesgos y el peligro que conlleva para las personas y las adicciones que pueden acabar teniendo. "Es inmoral, pero es lícito, así que lo van a seguir haciendo", afirma Ángel Aranzana Haro.

Las empresas de apuestas (Codere, Luckia o Sportium) han encontrado un nuevo nicho de mercado en los últimos años más allá de las grandes ciudades: los pueblos de la España rural. En Castilla y León, más de una decena de localidades con menos de 10.000 habitantes tienen establecimientos dedicados al juego, como las casas de apuestas o los salones de juego. Esta situación contrasta con la precariedad de algunos servicios públicos fundamentales, como colegios o centros de salud.

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