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"El problema es que España solo se preocupa por la droga cuando muere un guardia civil"
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VÍCTOR MÉNDEZ, ESPECIALISTA EN NARCOTRÁFICO

"El problema es que España solo se preocupa por la droga cuando muere un guardia civil"

El problema no es solo que los agentes no tengan recursos, sino que hay regiones en España que viven del narcotráfico y millones de adictos a las sustancias en toda Europa

Foto: Entierro del guardia civil David Pérez en León. (EFE)
Entierro del guardia civil David Pérez en León. (EFE)
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La del periodista Víctor Méndez (Pontevedra, 1979) es una vocación forzada. En 2009 fichó por El Diario de Pontevedra y le pusieron a hacer sucesos y tribunales. "Y allí, como te puedes imaginar, eso significa hablar casi en exclusiva de narcotráfico", dice a este periódico. Con el paso de los años se dio cuenta de que había tejido una red de contactos entre las autoridades antidroga tan densa que no tenía sentido dedicarse a otras facetas del periodismo.

De modo que comenzó a investigar a fondo el fenómeno gallego y terminó por especializarse en narcotráfico de todo tipo. Fue uno de los primeros en alertar de la crisis del fentanilo en su libro Traficantes de la muerte (Catarata, 2020) y dirige Narcodiario, el periódico de referencia en cuestión de estupefacientes. Su último trabajo, La guerra del hachís, es un documental que acaba de estrenar Movistar Plus+ en el que disecciona el escenario donde se produjo el asesinato de dos guardias civiles la pasada semana.

Hablamos con Méndez sobre el problema del tráfico de drogas en el sur de España, donde se ha ido profesionalizando hasta convertirse en un negocio que surte de estupefacientes al resto del continente y supone la primera actividad económica en varias zonas de Cádiz, Huelva y Málaga.

PREGUNTA. ¿Cómo es posible que viésemos las imágenes que vimos este fin de semana? Me refiero al nivel de descaro de atacar a los agentes y reírse y jalearlo desde otras lanchas.

RESPUESTA. Porque es algo que está muy arraigado en España y en especial en Cádiz. En realidad, el narcotráfico en esa zona no ha cambiado, lo que sucede es que cada vez se involucran más vecinos en el negocio. Hubo un momento en el que estuvo más controlado, como respuesta a los veinte narcos que atacaron un hospital de la Línea de la Concepción para sacar a uno de sus compañeros. Ahí se tomaron medidas y se intensificó mucho la presión policial, pero eso no se puede mantener durante mucho tiempo y los narcos lo saben.

Cuando se ha aflojado, ha venido un nuevo boom del narco. No podemos negar que en lugares como Sanlúcar de Barrameda, Barbate y algunos pueblos costeros de Málaga y Huelva, hay muchos vecinos que prefieren 500 euros por estar una hora vigilando un desembarco que 1.300 por trabajar todo el mes. Es toda una cultura de vida.

P. Una cultura tóxica

R. Absolutamente. Casi siempre los que vigilan, conducen o transportan la droga al interior son chavales de 20 años. Un día aparecen en casa con 1.000 euros y no creas que sus padres le abroncan, no; a la mayoría les dicen que sigan trayendo dinero, están encantados. Les jalean, en parte, porque saben que las penas por este tipo de delitos son irrisorias, de uno a cinco años de cárcel. A la mayoría le merece la pena.

Casi todos, incluidos los que atacan y los que se ríen en el vídeo, vienen de la Línea de la Concepción, el lugar con la tasa de paro más alta de España. He estado allí hace poco, para grabar el documental, y la verdad es que he alucinado. Es una ciudad de 60.000 personas en la que solo una parte pequeña vive en casas normales. Todo lo demás son barrios y barrios de infraviviendas, que es de dónde salen estos narcos.

Hay un problema de educación y de oportunidades de fondo se puede arreglar solo con la policía.

P. Eso le iba a decir: desde 2018 se han arrestado a 17.000 personas por tráfico de hachís en la zona. No es una cifra asumible.

R. Es una locura, no hay sistema judicial capaz de asumir tantos casos, por lo que se crea un cuello de botella que hace que los juicios se demoren muchos años. Además, no son jueces especializados: el mismo que te resuelve un conflicto de lindes, te investiga una organización criminal con presencia en varios países y un negocio millonario. No le veo ningún sentido.

Como decía antes, la mayor parte se enfrenta a penas de menos de cinco años de prisión. Esta circunstancia, unida al retraso del juicio, hace que todos salgan impunes o semi impunes. Detener a más gente no va a solucionar el problema.

"Nos da igual cuando mueren narcos: no entendemos que son chavales de 20 años y que también son víctimas"

P. ¿Cómo se soluciona entonces?

R. No lo sé, lo que sí veo es que no hay ninguna concienciación de la sociedad con este problema. A la gente solo le importa cuando mueren dos guardias civiles, el resto del tiempo es como si no pasara nada. Mira, el mismo día que murieron los agentes hubo un tiroteo entre narcos en Girona: murió una persona y otras dos fueron heridas graves. Una semana antes, una petaquera se estrelló en Cádiz mientras huía de la Guardia Civil: un muerto, tres heridos.

Nadie se ha enterado, porque no nos importa. Los muertos son de los malos, dan igual. Pero la realidad es que esos muertos son chavales de veinte años que también son víctimas del narcotráfico.

P. Menciona a los petaqueros, para los que aún no hay una categoría del código penal.

R. Surgieron en 2018, cuando España prohibió la fabricación y entrada de narcolanchas. Ahora las fabrican en Portugal y lo que hacen, para que la Guardia Civil no los detenga, es quedarse a varios kilómetros de la costa. Ahí nacen los petaqueros, que son personas que van en una zodiac a llevarles gasolina y víveres para que aguanten varios días.

Pero claro, ellos se conocen la ley y usan embarcaciones pequeñas, por lo que no se les puede condenar ni por contrabando.

P. En cualquier caso, la cárcel no es algo que preocupe demasiado.

R. No. Ser narco está muy bien visto en prisión, se te considera un héroe y tienes un séquito de presos que aspiran a que los contrates cuando estéis libres. Para ellos la cárcel es un sitio mucho más agradable que para los demás, porque además de prestigio, manejan dinero... lo toman como un ciclo más de su vida: saben que entrarán y saldrán al poco. Nadie espera que abandonen el negocio.

Mira el caso de Sito Miñanco: ha tenido decenas de juicios, está libre y en su pueblo es visto como un héroe.

P. ¿Tienen las FCSE recursos suficientes para luchar contra el narco?

R. Ahora mismo no. Se puede ver en el vídeo: son siete narcolanchas contra la lanchita que manda la Guardia Civil. Esto sucede porque, como decía antes, este no es un problema que esté en el foco. No sale en los medios, por lo que no interesa a los políticos. Y, lo que no interesa a los políticos, no se financia.

¿Alguien ha visto cómo está la desembocadura del Guadalquivir de narcolanchas? ¿O que el Messi, el narco más buscado en España y Europa y que dirige un clan en Sevilla, se está haciendo fotos en Tánger como si fuera un famoso? ¿Por qué nadie le exige a Marlaska que pida explicaciones a Marruecos por esto?

Porque nos da igual.

placeholder El periodista Víctor Méndez. (Gonzalo García/DP)
El periodista Víctor Méndez. (Gonzalo García/DP)

P. ¿No tiene la sensación de que se mira para otro lado?

R. No me atrevería a decir eso, pero entiendo que se piense. Es obvio que en Europa hay mucha demanda de sustancias y que ese es el principal motivo por el que entra la droga.

P. Le pongo el ejemplo de Ibiza. Es una isla pequeña y bien controlada en la que, no obstante, en agosto te vende cocaína hasta el panadero.

R. El de Ibiza es un ejemplo perfecto porque, en efecto, le das una patada a una piedra y sale droga. Entrevistando a jefes de cárteles para el documental, me decían que es imposible meter grandes cantidades de droga en ningún sitio sin la corrupción. Los narcos sobornan a personal clave en el puerto o cualquier otra zona de entrada para que haga la vista gorda.

El asunto de los puertos españoles nos daría para hablar toda la noche.

P. ¿Por qué?

R. Porque hay un descontrol enorme. Mira, de todos los contenedores que entran en el país, apenas el 2% se revisa, ya sea abriéndolos o con un escáner. Eso significa que el 98% de los contenedores pueden llevar lo que les dé la gana. En muchos puertos, con tráfico internacional como el de Marín, en Pontevedra, ni siquiera tienen escáner. Y abrir un contenedor significa que, como no haya droga, hay que pagar todo el valor de sus mercancías, que no es moco de pavo, luego la policía intenta solo abrir los que va a tiro hecho.

Hay episodios esperpénticos, como lo que sucedió en Málaga, que un empresario agrícola ganó la concesión para gestionar el escáner del puerto de Málaga. Sucedió que el tipo era el jefe de un clan de narcotráfico y estuvo un año y medio metiendo cocaína sin que nadie le chistase. O lo que pasó en Galicia hace un par de meses, cuando se decomisó el mayor alijo de cocaína de la región, que ya es decir. La policía sabía que ese alijo iba a llegar, pero no pudieron pillarlos hasta que los metieron en una nave industrial, porque en el puerto no había forma humana de saber dónde estaba.

"Apenas se revisan el 2% de los contenedores que llegan a nuestros puertos"

P. ¿Y tampoco se intenta mejorar aquí?

R. Bueno, hace un tiempo hubo una buena limpia en Algeciras, pero poco más. Ahora Países Bajos y Bélgica han anunciado un pacto internacional entre varios puertos para el control de mercancías. Lo hacen porque allí el narco ya ha asesinado a un periodista que hablaba de estos temas y tienen amenazada a su Familia Real.

Aquí, como hasta ahora la situación no es tan grave, no hemos querido invertir más.

P. Me pongo en la piel de Guardia Civil que quiera hacer su trabajo en Cádiz. Se enfrenta a la región, que come de esto, al Estado, que pasa del asunto, a sus compañeros, que pueden estar sobornados, y a los narcos, que se ven reforzados por el marco legal y el social.

R. Así es. Los agentes se tienen que enfrentar a todo y a todos. Hoy, tras las muertes de los dos guardias civiles, el alcalde de Barbate ha pedido públicamente la legalización del hachís. ¿Eso qué significa para un agente que ha perdido un compañero? ¿Que lo que estaban haciendo estaba mal y que hay que dejarles que traigan la droga? Hay tantos intereses contrapuestos en la droga que lo convierten en una cuestión complicadísima.

P. Los vecinos de estas zonas sostienen que no hay bandas de narcotraficantes, sino chavales del pueblo ganándose la vida. Las autoridades y los investigadores, por contra, hablan de estructuras internacionales. ¿Quién tiene razón?

R. Los narcos funcionan como cooperativas. Es verdad que en el sur de España hay muchos grupos pequeños, que luego no son tan pequeños, pero pueden hacer pensar a los vecinos que lo son. Sucede que solo ven una parte de la cadena.

Pongamos un ejemplo: un agricultor de Marruecos tiene 5.000 kilos de hachís para vender en Europa. Pero para que llegue hasta, digamos, Oslo, necesita una inversión. Ese dinero sale de la Costa del Sol, a menudo de Marbella, de señores suecos, rusos, británicos, alemanes… que son los que hacen llegar el hachís a los lugares del norte de Europa, donde pagan cinco veces más que en España.

Los vecinos del campo de Gibraltar lo que hacen es llevarla desde la playa hasta una guardería [depósito] fijada en un punto de Andalucía. Ahí acaba su trabajo. El español es el peón que sirve para el marroquí y los europeos se lucren a lo bestia.

placeholder Dos narcolanchas encontradas en Sevilla. (EFE)
Dos narcolanchas encontradas en Sevilla. (EFE)

P. La mafia de la Costa del Sol, un tema que nunca se termina de resolver.

R. Contra esa gente es dificilísimo actuar. A menudo son empresarios modélicos, que tienen negocios de hostelería o inmobiliarios importantes en la región. Operan como un empresario más que se pasa el día viajando en el yate. No tocan un gramo de droga ni hablan de ello con nadie. Simplemente, lo financian de forma paralela a sus negocios. Ciudadanos perfectos.

En la Costa del Sol se entremezclan con turistas y residentes europeos hasta hacerse indetectables. Algo parecido está sucediendo ahora en Canarias, que no deja de ser la mejor zona para recibir la cocaína desde Sudamérica.

P. ¿Es la droga el gran negocio oculto de España?

R. No lo creo, pero mira, hace poco salió un estudio que decía que la remesas que llegan a México desde Estados Unidos procedentes del tráfico de droga suponen el 20% del PIB. No es ni mucho menos el escenario de España, pero da qué pensar. Lo que sí te puedo decir es que en Galicia hay muchas empresas que hoy son legales, pero que hace unas décadas empezaron metiendo cocaína... en cualquier caso más nos vale que no sea un negocio nacional, porque el narcotráfico solo genera violencia y muerte.

La del periodista Víctor Méndez (Pontevedra, 1979) es una vocación forzada. En 2009 fichó por El Diario de Pontevedra y le pusieron a hacer sucesos y tribunales. "Y allí, como te puedes imaginar, eso significa hablar casi en exclusiva de narcotráfico", dice a este periódico. Con el paso de los años se dio cuenta de que había tejido una red de contactos entre las autoridades antidroga tan densa que no tenía sentido dedicarse a otras facetas del periodismo.

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