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El pinchazo de los socios del Barça en el exilio de Montjuïc que agujerea los planes de Laporta
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Un destierro doloroso

El pinchazo de los socios del Barça en el exilio de Montjuïc que agujerea los planes de Laporta

El club podría volver a vivir días negros como la invasión del Eintracht de Fráncfort por la ausencia de su propio público. "Está lejos, hace frío y se ve fatal", explican los que no renuevan

Foto: Laporta se lamenta durante una rueda de prensa. (EFE/Alejandro García)
Laporta se lamenta durante una rueda de prensa. (EFE/Alejandro García)

El traslado a Montjuïc está siendo un quebradero de cabeza para el FC Barcelona. La Montaña Mágica, como popularmente se conoce el enclave de la Ciudad Condal, se ha convertido en la montaña maldita y, en consecuencia, en una montaña rusa de emociones para los aficionados azulgranas. Apenas hay 20 minutos andando desde el metro y los autobuses de Plaza España hasta la nueva casa culé, pero de los 83.500 abonados y 148.000 socios que tuvo el Barça la pasada temporada, solo 16.864 han solicitado el abono para el Estadi Olímpic Lluís Companys (un pobre 20.19%). El objetivo del club se fijó en 27.385 (un 32,79%) para un estadio con un aforo de 49.472 personas, tal y como confirmó la entidad catalana. A pesar de que desde la directiva se instó a los socios a "acompañar al Barça en un momento muy importante", el pinchazo ha sido mayúsculo.

El contraste es palmario, puesto que la temporada pasada se batió el récord de asistencia media del Camp Nou hasta superar la barrera de los 80.000 aficionados de media. Además, según los datos publicados por el Observatori Blaugrana de la temporada 2022/23, basado en una encuesta a 3.000 socios, abonados y no abonados, residentes entre el 26 de abril y el 5 de mayo, el traslado a Montjuïc sacó un aprobado raspado con una puntuación de 5,07 sobre 10. Aunque la UEFA no ha castigado al Barça por los pagos por más de 7 millones de euros al vicepresidente de los árbitros en activo, José María Enríquez Negreira, el abonado culé del Camp Nou, bastante envejecido, ha dado la espalda al club.

Foto: Joan Laporta sonríe tras atravesar la tormenta. (EFE/Quique García)

Ni siquiera el moonwalk del precio de los abonos, modificado y rebajado por la presión social de los aficionados, ha terminado por activar a los seguidores culés. Tal y como publicó este periódico, cabe recordar que un grupo de abonados envió al Síndic del Soci una queja formal para "solicitar la intervención del órgano del socio para replantear el modelo de abonos, con subidas entre el 30 y el 40% que la directiva pretendía ejecutar durante el año en el que el Barcelona jugará en Montjuïc". Los ejecutivos también detectaron que el ritmo de renovaciones menguó.

El Barça, entonces, se vio forzado a reconsiderar su decisión y optó por una rebaja aproximada del 50% que implicó un 25% de reducción respecto al abono actual del Spotify Camp Nou. "Éramos conscientes que cargar a los abonados el incremento era una medida impopular, pero necesaria teniendo en cuenta las necesidades económicas del club", dijo la vicepresidenta institucional, Elena Fort. Ahora los precios van desde el más caro (tribuna, 870 euros) al más barato (grada de animació, 175 euros) con un precio medio de 412 euros. Las mejoras en el Estadi Olímpic Lluís Companys, muchas obligadas por los requisitos de LaLiga y la UEFA, tampoco han logrado impulsar el ánimo del socio.

Una lista interminable de motivos

Preguntados por su negativa a renovar el abono culé, los socios azulgranas destilan diferentes inconvenientes. "No hay caliu (calor) de fútbol en un estadio olímpico como Montjuïc", "está muy lejos y subir hasta allí arriba es un palo", "los accesos son muy complicados y luego no hay sitio para aparcar", "hace frío y si llueve te mojas"... estas son algunas de las respuestas que ofrecen los distintos aficionados azulgranas consultados por El Confidencial y que han decidido vivir el destierro de Montjuïc desde casa.

Otros señalan que "el presentar un precio del abono tan alto de entrada ya nos hizo no pensar en renovar" y sienten que la medida de avisar con una semana de antelación para ir al campo "es incómoda". Si bien desde la directiva señalan que se ha realizado un esfuerzo importante para mejorar el acceso y que la movilidad sea lo más fluida posible con la utilización de autobuses lanzadera (gratuitos), funicular, escaleras mecánicas, taxis, aparcamientos para los autobuses de peñas, para motos y coches, el aficionado azulgrana no está convenido. La movilidad es una de las barreras más remarcadas por los aficionados.

placeholder Dos atletas recuerdan sus marcas en Barcelona 92'. (EFE/Alejandro García)
Dos atletas recuerdan sus marcas en Barcelona 92'. (EFE/Alejandro García)

El pasado enero, Laporta situó el roto de mudarse a Montjuic en 93 millones de euros entre la caída de la facturación y las obras a realizar. Fort añadió en abril, tras anunciar la subida que finalmente no se completó, que serían 55 millones de euros. El agujero económico será importante, en todo caso, para una entidad cuya deuda rozará los 4.000 millones de euros y el límite salarial es una tortura.

Por otra parte, el reventón a la hora de prever el número de abonados en Montjuïc representará un arma de doble filo para el club. Esos 32.000 asientos libres irán destinados a turistas que, por lo general, pagaran gustosamente para ver al Barça en el día a día y deberían aportar una inyección económica cuantiosa. Sin embargo, en noches de Champions League frente a aficiones que se desplazan masivamente, podría volver a suceder otro episodio negro como la invasión del Eintracht de Frankurt donde se pitó el himno culé, hubo disturbios y las gradas presentaron un color blanco.

El traslado a Montjuïc está siendo un quebradero de cabeza para el FC Barcelona. La Montaña Mágica, como popularmente se conoce el enclave de la Ciudad Condal, se ha convertido en la montaña maldita y, en consecuencia, en una montaña rusa de emociones para los aficionados azulgranas. Apenas hay 20 minutos andando desde el metro y los autobuses de Plaza España hasta la nueva casa culé, pero de los 83.500 abonados y 148.000 socios que tuvo el Barça la pasada temporada, solo 16.864 han solicitado el abono para el Estadi Olímpic Lluís Companys (un pobre 20.19%). El objetivo del club se fijó en 27.385 (un 32,79%) para un estadio con un aforo de 49.472 personas, tal y como confirmó la entidad catalana. A pesar de que desde la directiva se instó a los socios a "acompañar al Barça en un momento muy importante", el pinchazo ha sido mayúsculo.

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