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El Eintracht profanó el Camp Nou con la colaboración de Joan Laporta y de los socios
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Una mancha histórica imborrable

El Eintracht profanó el Camp Nou con la colaboración de Joan Laporta y de los socios

Xavi pidió una "olla a presión" en la previa y se encontró jugando como visitante en casa. Más de 20.000 alemanes pitaron el himno del Barça, crearon disturbios y humillaron al club

Foto: Los aficionados alemanes llenaron el estadio culé. (Reuters/Albert Gea)
Los aficionados alemanes llenaron el estadio culé. (Reuters/Albert Gea)

El Barça escribió contra el Eintracht de Frankfurt uno de sus capítulos más negros a nivel social, institucional y deportivo de los últimos tiempos. Y mira que el nivel estaba alto. El ridículo del césped solo encontró una mayor réplica en la grada, donde el equipo alemán dejó de piedra a los aficionados azulgranas. Los culés no se creían lo que estaban viendo. Una invasión de hinchas alemas que pitaron el himno del Barça en el Camp Nou para profanar el templo azulgrana. La razón radica en el llamamiento del club al socio para liberar su asiento, un mecanismo que permitía ponerlo a la venta y obtener un ingreso extra. El problema es que el estadio no se llenó de aficionados azulgranas, sino de una marea teutona que acalló a los hinchas locales. Es una mancha histórica que nunca podrá borrar el club y le perseguirá toda la vida: ser visitante en tu estadio.

Puedes perder. Incluso te pueden dar un baño táctico en casa. Lo que nunca puede ser es que te prestes a una humillación como la que vivió el aficionado culé en su propia casa. Como si entrases a tu habitación y vieses a tu pareja con otro. Algo así se pudo sentir ayer, en una imagen que queda para la posteridad del club. Había dicho Xavi Hernández en la previa que quería "una olla a presión" y se encontró con un panorama desolador. Más de 20.000 aficionados visitantes. Lo explicaba el defensor uruguayo, Ronald Araújo, nada más terminar el encuentro, con el 2-3 que les eliminaba aún caliente: "Me sorprendió que hubiese tanta gente del Eintracht de Frankfurt en las gradas del Camp Nou. El club debe mirar eso".

Foto: Los jugadores del Barça se lamentan tras el primer gol. (EFE/Enric Fontcuberta)

En la misma línea, Xavi Hernández se mojó: "Esperábamos un estadio con 70.000 personas y parecía una final con el campo dividido. Ha sido un error de cálculo nuestro". El error de cálculo que deja al Barça con menos ingresos de los que hubiese significado acceder a las semifinales. Alguien debería salir a dar explicaciones y depurar responsabilidades y...no hablo solo de los socios. Y es que la cosa no se quedó únicamente en el desastre ornamental de la grada, que, para colmo, vestía de blanco. Los aficionados más animosos del Barça, que ocupaban el fondo sur, se fueron al inicio de la primera parte, como protesta por la actitud del club de facilitar la venda de las entradas a los alemanes.

Pero hubo más, mucho más. Los problemas de inseguridad que se vivieron fueron el colmo. Los hinchas del Eintracht de Frankfurt, repartidos por todo el estadio, crearon problemas de disturbios en diversos puntos, lo que provocó la intervención del personal de seguridad. Además, con el 0-3 en el marcador, bloquearon las salidas de los vomitorios cuando el público culé desfalleció y quiso ahorrarse más minutos de ridículo en casa. La cosa pudo terminar muy mal. Alguien deberá hablar de la cesión del asiento y de cómo el club no controló los DNI de los aficionados alemanes (es decir, su venta). Los teutones compraron las 5.000 entradas reglamentarias que obligó la UEFA a ofrecer, pero también las que puso el Barça a la venta online... aunque luego el club explicase que había bloqueado la compra desde las IP alemanas.

No valen los lamentos de Joan Laporta en 'Barça TV': "Lo que ha pasado hoy en las gradas del Camp Nou es una vergüenza. No puede volver a ocurrir y es indignante. Me siento avergonzado. Es humillante". No se venden unas 20.000 entradas porque 20.000 socios se pongan de acuerdo para hacerlo. Es más probable que el club, en un intento de ingresar una partida extra, se la jugase y le haya explotado en la cara. Los números no cuadran. Explicaba en la 'SER' la vicepresidenta institucional del club, Elena Fort, que "el club ha ingresado 3 millones de euros por el taquillaje". Resulta curioso comprobar cómo el acceso a las semifinales ya hubiese reportado 2,8 millones de euros, mientras que, en caso de haber ganado la competición, el campeón se hubiese llevado 8,6 millones de los que el Barça se despide.

Del desastre de la grada al del césped, donde el Barça fue barrido por el noveno clasificado de la Bundesliga. En el partido de ida, el conjunto teutón ya había superado en todas las facetas del juego al cuadro culé, abrumado por la verticalidad contragolpeadora alemana y por su intensidad y solidez defensiva. Xavi, seguro de la remontada en el Camp Nou por entonces, se quejó del césped amargamente. "Hemos estado más espesos con el balón. El campo no nos ha ayudado. Ellos están bien trabajados tácticamente. No hemos sabido encontrar terceros hombres. Era difícil atacar. Nos ha costado por el campo. Ellos han estado agresivos. No hemos sabido encontrar espacios. El césped no estaba en perfectas condiciones. Es un combate nulo", dijo tras el 1-1 en Frankfurt.

placeholder Xavi Hernández se queja del árbitro. (EFE/Alejandro García)
Xavi Hernández se queja del árbitro. (EFE/Alejandro García)

Sin embargo, el césped del Camp Nou, cuyo estado parecía fantástico tanto en directo como por el televisor, no jugó a favor del Barça. Como ya sucediese hace una semana, el Eintracht de Frankfurt barrió al Barça por completo. Los azulgranas, mal perfilados con la pelota y sin ritmo en su circulación de balón, nunca supieron cómo abrir en canal el sistema defensivo visitante. No una vez frenaron a Ousmane Dembélé con ayudas defensivas. Tampoco pudieron contrarrestar los centelleantes contragolpes teutones, con una exhibición a campo abierto de Kostic, Knauff o Santos Borré entre otros. El Barça cometió demasiados errores, dejó demasiado espacio para correr y fue muy inferior a su rival. El Barça se despide de Europa en una doble humillación tanto en la grada como en el césped.

El Barça escribió contra el Eintracht de Frankfurt uno de sus capítulos más negros a nivel social, institucional y deportivo de los últimos tiempos. Y mira que el nivel estaba alto. El ridículo del césped solo encontró una mayor réplica en la grada, donde el equipo alemán dejó de piedra a los aficionados azulgranas. Los culés no se creían lo que estaban viendo. Una invasión de hinchas alemas que pitaron el himno del Barça en el Camp Nou para profanar el templo azulgrana. La razón radica en el llamamiento del club al socio para liberar su asiento, un mecanismo que permitía ponerlo a la venta y obtener un ingreso extra. El problema es que el estadio no se llenó de aficionados azulgranas, sino de una marea teutona que acalló a los hinchas locales. Es una mancha histórica que nunca podrá borrar el club y le perseguirá toda la vida: ser visitante en tu estadio.

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