Laporta, un presidente sin oposición que impone su mano de hierro en el FC Barcelona
Laporta se ha rodeado de personas de su máxima confianza, entre ellas, familiares y amigos, y ha primado la fidelidad al profesionalismo. Ni el caso Negreira provoca reacciones
Joan Laporta manda y ejecuta en el Barça con mano de hierro dos años después de salir elegido presidente. No hay discrepancias dentro de su junta, que funciona como un reloj a la hora de apoyar al mandatario. El jefe azulgrana defiende que el Barça es una empresa familiar y está rodeado de personas de su máxima confianza. Entre ellas, familiares directos y otras cabezas encargadas de llevar el Reus a la quiebra, como Joan Sentelles, Pere Lluís Mellado o Bryan Bachner. Quienes diferían en algunas decisiones troncales para el futuro del club, como el director general, Ferran Reverter, o el anterior responsable del Espai Barça, Jordi Llauradó, ya saltaron del barco en su momento, se les arrinconó o fueron reubicados en el club. "Actualmente, funcionamos con una dirección general coral", afirmó Laporta en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Con lo que quiera que eso signifique.
El actual presidente azulgrana, además, ni siquiera tiene la necesidad de responder con un aval correspondiente al 15% de los gastos tras la enmienda a la Ley del Deporte. Su patrimonio personal está a salvo. Así lo quisieron los socios en la asamblea extraordinaria del Barça. Laporta sonríe porque no hay oposición pública tras haber sido votado en masa (más de 30.000 votos). Sabe cómo llegar al socio culé medio mediante populismo, promesas de fichajes extraordinarios y la nostalgia que evoca su primer mandato.
Víctor Font, segundo candidato en las elecciones de 2021, permanece en silencio. El tercero en discordia, Toni Freixa, se deja ver más por los medios de comunicación. En un momento tan delicado como el actual, en que el club navega entre escándalos como el caso Enríquez Negreira, la faraónica financiación del Espai Barça adjudicada a Limak, que podría llevar al club hasta los 3.000 millones de euros de deuda, o el aumento de una masa salarial disparada que deja un agujero operativo de 200 millones de euros. Nadie parece plantar cara a Laporta con la suficiente contundencia, al menos públicamente. El presidente puede salir, denunciar una campaña mediática en contra y el socio lo respalda.
En un club donde la fidelidad reina por encima de la profesionalidad y el nepotismo impregna las oficinas, vale la pena prestar atención a la comparsa de Laporta. "El presidente está rodeado de palmeros. Laporta quiere gente que le aplauda y que no le vuelva a suceder como en su anterior mandato 2003-2010, en que la directiva se fracturó. Enric Masip [adjunto a la presidencia], Elena Fort [responsable del Espai Barça y portavoz] o Yuste [mano derecha de Laporta] se ganarían la vida con dificultad fuera del club, pero aquí tienen poder de decisión", explica una fuente interna.
Previo cambio del código ético del club, que hasta entonces no permitía la contratación de familiares, tal y como publicó este periódico, Laporta sembró el club de familiares y amigos. Maite Laporta, hermana de Joan, es la responsable de los temas de diversidad, equidad e inclusión. Su prima, Marta Segú, es la directora general de la Fundación del Barça. Manana Giordazge, expareja del mafioso ucraniano George Mikadze, condenado por narcotráfico en el pasado, es la actual jefa de gabinete (y anteriormente secretaria). Su hija, Paloma Mikadze, es la responsable de la estrategia digital del FC Barcelona, y su yerno, Benny Megrelishvili, fue nombrado adjunto a la presidencia.
La transformación en SAD sobrevuela el Camp Nou
"Víctor Font se equivoca rotundamente. Es un error no posicionarse con convicción en un momento en que no paran de salir a la luz escándalos que atentan contra el futuro del club. Si pretende ser una alternativa, debería llevar a cabo un discurso claro contra la gestión actual", explica una fuente cercana al Barça, que ha trabajado en el club, conoce a Font y prefiere mantener su nombre en el anonimato. "Tiene una actitud que no se corresponde con la actualidad. El club corre peligro y no son pocas las cosas que han salido y saldrán", añade esta fuente interna.
A pesar de ser el segundo candidato más votado (casi 17.000 votos en marzo de 2021, un 29,99%), Font ha aparecido con cuentagotas y se espera que valore la gestión de Laporta en los próximos días. "Siempre he defendido la necesidad de una gestión profesional, moderna y transparente. Aquí nos queda mucho camino por recorrer y lo hemos de hacer todos juntos. Con visión, transparencia y honestidad, para poder transformar el club y alejarlo de los riegos existentes", escribió en su perfil de Twitter hace pocos días. La sombra de la conversión en SAD planea en el Camp Nou, a pesar de que Laporta asegura por activa y por pasiva que el Barça siempre será de sus socios. Mientras tanto, el poder de decisión de los fondos de inversión aumenta a causa de la ingente deuda que mastica el club.
"La herencia de Bartomeu era una manera de gestionar nefasta y los jugadores, que lo sabían, atracaron al Barça a cuatro manos. El nivel de ingresos era muy alto, pero también el de gastos. Solo se necesitó que parase la rueda para que se hundiera el sistema. Laporta ahora no ha redirigido nada. Ha continuado gastando sin criterio y vendiendo activos. La masa salarial está disparada [creció un 27% más respecto al año pasado, pese a que el objetivo de la junta era rebajarla]", remarca esta misma fuente.
Sobre por qué no hay oposición, el tercer candidato más votado en marzo de 2021, Toni Freixa, dispara a quemarropa: "Cuando gana determinado perfil de presidente, se le respeta. Cuando ganó Sandro Rosell, tuvimos oposición desde el minuto uno. A Laporta, porque venía de una situación complicada con la pandemia, el 2-8 del Bayern de Múnich en contra y mucho pesimismo, se le ha respetado más", subraya. El abogado entró en la junta de Laporta en 2003, fue portavoz de la junta de Rosell y es uno de esos nombres que pertenecen al entorno barcelonista.
"No podemos ser optimistas en el futuro. En el terreno deportivo, el equipo está a nueve puntos del Real Madrid en Liga, después de vender activos y traer muchos jugadores, pero también fuimos eliminados de la Champions League y la Europa League. Además, a nivel económico, se sigue sin conocer la financiación del Espai Barça, no está claro cómo se adjudicaron las obras a Limak y no han parado de saltar cargos que dirigían el Espai Barça", remarca Freixa. "Laporta partía de una situación muy complicada, pero la empeoró más en los primeros meses con pérdidas de 480 millones de euros, en que 250 millones de euros fueron por provisiones. El auditor expresó que había un exceso de juicio de valor y fue extraño que se cerrara con tantas perdidas el ejercicio, eso obligó a vender activos para tratar de equilibrar el patrimonio neto negativo", añade.
Por último, el exdirigente del Barça explica sobre el escándalo de Enríquez Negreira, al que Laporta cuadriplicó el sueldo y confesó "conocerlo un poco": "Solo lo sabían los presidentes, los que hemos formado parte de la junta directiva o equipo de gestión no hemos tenido conocimiento, solo lo conocía el presidente de turno". Y defiende: "El Barça nunca ha comprado árbitros, pero se debe explicar por qué se pagaron esas grandes cantidades de dinero". "Los títulos son de una pulcritud y honestidad absolutas. Tuvimos al mejor jugador de la historia y también al equipo. El fútbol del Barça era admirado en el mundo entero", zanja el letrado. Laporta todavía no ha dado una rueda de prensa para explicar lo sucedido con Enríquez Negreira bajo su mandato.
Joan Laporta manda y ejecuta en el Barça con mano de hierro dos años después de salir elegido presidente. No hay discrepancias dentro de su junta, que funciona como un reloj a la hora de apoyar al mandatario. El jefe azulgrana defiende que el Barça es una empresa familiar y está rodeado de personas de su máxima confianza. Entre ellas, familiares directos y otras cabezas encargadas de llevar el Reus a la quiebra, como Joan Sentelles, Pere Lluís Mellado o Bryan Bachner. Quienes diferían en algunas decisiones troncales para el futuro del club, como el director general, Ferran Reverter, o el anterior responsable del Espai Barça, Jordi Llauradó, ya saltaron del barco en su momento, se les arrinconó o fueron reubicados en el club. "Actualmente, funcionamos con una dirección general coral", afirmó Laporta en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Con lo que quiera que eso signifique.
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