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Ancelotti y su mal perder: por qué lanza un dardo al planteamiento rácano de Xavi en el Bernabéu
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le pareció rara la táctica del barça

Ancelotti y su mal perder: por qué lanza un dardo al planteamiento rácano de Xavi en el Bernabéu

Ancelotti apunta a las dificultades que supone atacar bloques cerrados como el que hizo el Barcelona en el Bernabéu antes que hacer autocrítica y dar soluciones para desatascarlos

Foto: Ancelotti da instrucciones al equipo en el Clásico. (Reuters/Juan Medina)
Ancelotti da instrucciones al equipo en el Clásico. (Reuters/Juan Medina)

Carlo Ancelotti no puede tapar el mal partido de su equipo en el Clásico de Copa con el argumento de no permitir al Barcelona jugar como más le gusta. Xavi reconoció ser rácano. Incluso Busquets habló de que les hubiera gustado tener más posesión y control de la pelota. Hay más autocrítica en el equipo que ganó el partido que en el que jugaba en casa y perdió. Ancelotti encajó mal una nueva derrota contra el Barça y se fue del Bernabéu masticando su impotencia, sin reconocer lo horrible que es ver a su equipo acabar un partido sin disparar a portería.

A Ancelotti le ha ganado Xavi los dos últimos Clásicos. Uno dándole un baño, en agresividad y hambre de los azulgranas en la final de la Supercopa de España, y otro con un muro defensivo en el Bernabéu. Un planteamiento muy condicionado por las bajas de Lewandowski, Pedri y Dembélé. A Ancelotti le duele más haber perdido el Clásico copero que el que se disputó en Riad. Tras el de Arabia Saudí dijo que su equipo no había competido y le echó la culpa a los errores de los jugadores, su falta de intensidad, los despistes defensivos, el calendario y las secuelas de Qatar. La derrota en el primer partido de las semifinales en la Copa, contra un Barça que venía de ser eliminado en la Europa League y perder en Almería, le dejó descolocado por el plan ultradefensivo de Xavi.

placeholder Benzema en una acción del Clásico con Koundé. (EFE/Luis Díaz)
Benzema en una acción del Clásico con Koundé. (EFE/Luis Díaz)

El técnico italiano no quiso reconocer que su pizarra no funcionó, que no encontró la manera de generar ocasiones de peligro, que Ter Stegen no sufrió y que Benzema, que acabó el partido, está sin chispa. Ancelotti se agarra al partido de vuelta en el Camp Nou, en el que espera y está convencido de que el Barcelona se abrirá y dejará espacios. Así puede hacer daño, intentar la remontada y ganar otro Clásico. Xavi no jugará con un sistema tan defensivo ante su gente, pero tendrá recuperados a sus mejores futbolistas. Para que llegue esto todavía queda un mes.

Sin espacios hay colapso

Lo que hizo Ancelotti es de mal perdedor. Apuntó a la racanería del sistema de Xavi. Vio la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Señaló al Barcelona como un equipo pequeño y no dijo nada del juego vulgar de su equipo. Se limitó a repetir que no merecieron la derrota. Nada de autocrítica, de por qué su equipo no disparó a portería, de por qué no tiene soluciones para abrir los partidos ante rivales ordenados que no dejan espacios y sacan provecho anulando a Vinícius. Cuando el Real Madrid gana sufriendo, con la épica, lo pone en valor; pero, si lo hace el Barcelona, le extraña y lo repite en la sala de prensa.

Foto: Modric ayuda a Busquets a levantarse. (Reuters/Isabel Infantes)

En su análisis se esconde la frustración de un entrenador que no sabe explicar el colapso que sufre el Real Madrid ante planteamientos rocosos de los adversarios. Para Ancelotti, lo importante siempre es ganar y no le da importancia al estilo. Pero esta nueva derrota en el Clásico y cómo se produce en el Bernabéu le llevó a ser sibilino y lanzar dardos a la táctica de Xavi. "Ha sido un poco raro ver al Barcelona jugar de esta manera. Pero creo que han aprendido muy bien", dijo el italiano en la sala de prensa. Le devolvió aquellas palabras del técnico culé, tras eliminarle de la semifinal de la Supercopa de España de la temporada pasada, en las que Xavi desprestigió la victoria del Real Madrid por ganar en acciones de contraataque.

A Ancelotti le hubiera gustado más jugar con la solidez y eficacia del Barcelona que a Xavi, que reconoció que "este no es el juego que queremos". El Real Madrid no perdió porque el Barcelona pusiera el autobús. Es más sencillo. No ganó porque le falta fútbol. Ancelotti es incapaz de desatascar los partidos ante rivales que protegen su área. Le pasa con Osasuna, Mallorca, Girona y ahora con el Barcelona. Es un problema de claridad, imaginación, creatividad, de soluciones colectivas y de no darle la mayoría de balones a Vinícius. Araújo y las ayudas de sus compañeros desactivaron al brasileño y el Madrid fue un equipo pequeño. Mucha posesión y poco rock and roll.

Foto: Robin Le Normand disputa un balón con Almeida. (EFE/Kai Forsterling)

Esto es lo que le duele y tiene que analizar, con más autocrítica, Ancelotti. No siempre se puede jugar con fútbol directo y disfrutar de los espacios. Hay días que los rivales utilizan sus armas, son mejores en defensa, sufren, resisten y te ganan. En Anfield tuvo uno de esos escenarios ideales para hacer daño con los contrataques. En el Clásico era un día para picar piedra y ser incisivos, y se volvió a comprobar lo poco trabajado que está el Real Madrid para romper los equipos compactos. Lo de colgar balones al área es de equipo nervioso y sin recursos.

Carlo Ancelotti no puede tapar el mal partido de su equipo en el Clásico de Copa con el argumento de no permitir al Barcelona jugar como más le gusta. Xavi reconoció ser rácano. Incluso Busquets habló de que les hubiera gustado tener más posesión y control de la pelota. Hay más autocrítica en el equipo que ganó el partido que en el que jugaba en casa y perdió. Ancelotti encajó mal una nueva derrota contra el Barça y se fue del Bernabéu masticando su impotencia, sin reconocer lo horrible que es ver a su equipo acabar un partido sin disparar a portería.

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