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Al Real Madrid le toca limpiar el escudo en el Bernabéu tras la pésima imagen en París
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de la vergüenza se sale con carácter

Al Real Madrid le toca limpiar el escudo en el Bernabéu tras la pésima imagen en París

El Real Madrid no se puede permitir ser un equipo acobardado. No tuvo espíritu competitivo en París y se limitó a defender. Salió vivo gracias a Courtois y lo bueno es que le queda la vuelta

Foto: Luka Modric junto a Mbappé en el partido disputado en el Parque de los Príncipes. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
Luka Modric junto a Mbappé en el partido disputado en el Parque de los Príncipes. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Las derrotas que más duelen en el Real Madrid son las que se producen por falta de espíritu, raza y carácter. El sello de este equipo, a lo largo de su historia, es el de no rendirse, pelear hasta el final y ser competitivo. Si no es así, el daño es más profundo. Perder contra el Paris Saint-Germain no es lo más grave que le sucedió al equipo de Carlo Ancelotti. El bochorno es cómo jugó. Un planteamiento a la defensiva y unos jugadores sin alma y orgullo que renunciaron al ataque.

El resultado es remontable, gracias a Courtois, pero el cambio tiene que ser radical. Hay que limpiar el sentimiento de vergüenza en el partido de vuelta en el Bernabéu (9 de marzo), porque lo que sufrió el Real Madrid rozó la humillación. Un equipo metido atrás, con problemas serios para sacar el balón de su campo, progresar y llegar al área de Donnarumma. En el peor partido de la temporada, lo fio todo a un ejercicio de supervivencia defensivo y careció de fuerzas e ideas para generar juego y peligro. No intimidó, estuvo a merced de un portentoso Mbappé y sale vivo de París por el penalti que paró Courtois a Messi y el escaso acierto rematador del equipo de Pochettino.

La imagen de un equipo dominado, sin ambición, hundido atrás e inseguro duele más que el resultado. El Real Madrid no se puede permitir perder de esta manera. Ser un equipo que juega mejor o peor es otro debate. Lo que no se negocia es el espíritu y en París fue un equipo cobarde. Así que le toca remontar en el partido que se juega dentro de tres semanas en Madrid, pero lo que se le exige es limpiar el escudo y agarrarse al primer mandamiento de don Santiago Bernabéu: "La camiseta del Real Madrid es blanca. Se puede manchar de barro, sudor y hasta de sangre, pero jamás de vergüenza".

Lo mejor | Courtois evita la goleada

El mejor jugador del Real Madrid fue Courtois. El portero belga evitó que el Real Madrid saliera goleado del Parque de los Príncipes. En la primera parte, evitó un gol, en un mano a mano con Mbappé. En la segunda, desvió otro potente disparo raso del delantero francés. Paró un penalti a Messi. Se hizo grande en las salidas, achicó la portería y fue la red en las situaciones críticas. No pudo hacer nada en la jugada del gol. Mbappé se coló entre Lucas Vázquez y Militao y Fede Valverde no llegó a estorbarle. Fusiló a Courtois.

placeholder Courtois sale a tapar un disparo de Neymar.
Courtois sale a tapar un disparo de Neymar.

El belga fue víctima del pobre planteamiento de su equipo. Estuvo a la altura de lo que tiene que ser un guardameta que tiene acciones determinantes en partidos de envergadura. Lleva tiempo siendo de los mejores del equipo y esto no es una buena noticia, porque significa que hay un sistema que es vulnerable y depende en exceso del acierto del portero. Lo mejor para el Real Madrid es que mantenga esta línea en el Bernabéu. El PSG no va a renunciar al ataque como sí lo hizo el Madrid.

Lo bueno | Hay un partido de vuelta

Irte del partido sin disparar a portería, dedicarte a defender, no intimidar y estar dominado es el repaso que se llevó el Real Madrid en París. Lo bueno es que hay un partido de vuelta, se juega en el Bernabéu, el factor campo tiene que servir de estímulo y que, tras lo visto, peor no puede competir el Madrid. Tendrá que ser otra noche mágica, aunque no hace falta una gran remontada. Pero enfrente está un PSG que recupera a Neymar, tiene amenaza y se siente cómodo jugando a la contra. El Madrid tiene que asumir más riesgos y esto implica dejar espacios a un rival que tiene verticalidad y calidad individual.

Foto: Florentino Pérez en el estadio Parque de los Príncipes. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

El Real Madrid salió vivo de París, tiene opciones de pasar a los cuartos de final, pero también tiene que reencontrarse. Lo que se vio de Modric y Kroos es preocupante. No tuvieron nada de control del juego en París, sufren cuando el ritmo es alto y a estos dos jugadores no se les puede pedir que estén permanentemente pendientes de marcajes y ser defensivos. Su esencia es tener la pelota, marcar el ritmo del partido y darle profundidad al juego. El alemán y el croata son claves para la remontada.

Lo normal | Militao no se arruga

El mejor jugador del Madrid fue Courtois. El segundo, Eder Militao. El central brasileño tuvo contundencia y ganó duelos. Es de los pocos que tuvo regularidad durante el partido y mostró cómo se tienen que jugar estos partidos de máxima dificultad. Militao mordió. No se arrugó. Con el equipo metido atrás, fue taponando las grietas. Hizo de todo para evitar la catástrofe y es de los que sale reforzado en un partido en el que Mbappé era una amenaza constante. Empieza a ser normal que Militao tenga partidos determinantes en defensa. El oficio lo pone David Alaba. Lo que aporta Militao es energía, velocidad, anticipación y contundencia. Es un todoterreno y en el Bernabéu será clave que esté fresco y concentrado para minimizar el peligro que llevarán los contraataques del Paris Saint-Germain.

Lo malo | Sin Casemiro ni Mendy

El Real Madrid pierde para la 'final' del Bernabéu a Casemiro y Mendy. Los dos vieron cartulina amarilla y cumplen ciclo de tarjetas. Son dos jugadores claves que no tienen un sustituto de garantías. Casemiro es, probablemente, la baja más sensible, y Ancelotti tiene que decidir quién es su recambio. El último partido que no estuvo el mediocentro brasileño fue contra el Granada en el Bernabéu y su posición la ocupó Camavinga. Pese al ímpetu y la energía del joven francés, Ancelotti tuvo que rectificar. Le quitó en el descanso, movió piezas, puso a Kroos de pivote y metió a Fede Valverde de interior. Camavinga tiene poca experiencia para darle equilibrio a una posición estratégica.

placeholder Militao intercepta un balón a Messi.
Militao intercepta un balón a Messi.

En el lateral izquierdo, sin Mendy, hay más opciones. Puede jugar Marcelo. No sería lo más lógico. El brasileño no tiene físico para defender y se comprobó en el último partido de Liga en Villarreal. Las opciones son pasar a Alaba al lateral o apostar por Nacho. Tienen más contundencia que Marcelo.

Lo peor | No hay gol

El Real Madrid vuelve a tener un problema con el gol. En los últimos cuatro partidos (Athletic en la Copa del Rey, Granada y Villarreal en la Liga y el Paris Saint-Germain en la Champions), solo ha marcado un gol. El de Marco Asensio contra el Granada en el Bernabéu. Ha dejado de ser un equipo eficaz y contra el PSG necesita recuperar el acierto. Es la peor noticia en el equipo de Carlo Ancelotti. Hay que afinar el juego y la puntería. Benzema decidió jugar de inicio en París y se comprobó que no estaba para esta batalla. Forzó y salió mal. No generó peligro ni juego. Siguió el partido con la mirada y asumió el riesgo de una recaída. El francés tiene que recuperarse bien, coger la forma física, ponerse a punto, porque es fundamental que aparezca su mejor versión para tener opciones de eliminar al PSG y pasar a los cuartos de final.

Las derrotas que más duelen en el Real Madrid son las que se producen por falta de espíritu, raza y carácter. El sello de este equipo, a lo largo de su historia, es el de no rendirse, pelear hasta el final y ser competitivo. Si no es así, el daño es más profundo. Perder contra el Paris Saint-Germain no es lo más grave que le sucedió al equipo de Carlo Ancelotti. El bochorno es cómo jugó. Un planteamiento a la defensiva y unos jugadores sin alma y orgullo que renunciaron al ataque.

Karim Benzema Vinicius Junior Champions League
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