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Mbappé castiga el planteamiento cobarde del Real Madrid (1-0)
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Mbappé castiga el planteamiento cobarde del Real Madrid (1-0)

El Real Madrid cae en el minuto 94 con un golazo de Mbappé. Pudo ser peor si no es por Courtois, que paró un penalti a Messi. La imagen del equipo de Ancelotti resultó pobre

Foto: Courtois desvía el lanzamiento de penalti de Messi. (Reuters/Benoit Tessier)
Courtois desvía el lanzamiento de penalti de Messi. (Reuters/Benoit Tessier)

El gol de Mbappé en el minuto 94 ajusticia a un pobre Real Madrid. Un duro castigo para el equipo de Ancelotti, que renunció a atacar y lo fio al trabajo defensivo y las paradas de Courtois. No fue suficiente, porque Mbappé derribó el muro. El castigo pudo ser mayor. El Madrid, dentro de la resistencia, sale vivo de París por el paradón de Courtois en el penalti de Leo Messi. El portero belga salvó a su equipo y hunde a Messi.

La estrella argentina necesitaba hacer su primer gran partido en el Paris Saint-Germain y defraudó. Sigue la pesadilla de Messi. No se salvará de las críticas si no hace más o mejora su rendimiento en el Bernabéu. Lo mejor que se lleva el Madrid del Parque de los Príncipes es el resultado. Pudo ser peor. Lo grave es la imagen de un equipo inseguro, titubeante, que montó un cerrojazo para anular las individualidades del rival. No lo logró con Mbappé. Provocó un penalti e hizo el gol del triunfo yéndose dentro del área de Lucas Vázquez, Militao y Fede Valverde.

Fue un ejercicio de supervivencia. El Real Madrid sufrió, renunció a la pelota, no atacó. Jugó Benzema, de inicio, y fue irrelevante. Lo mismo sucedió con Vinícius, que dimitió en acciones ofensivas como el resto. La solidez la dio Courtois y otro partidazo de Militao. El brasileño jugó con la valentía que le faltó al resto. Fue contundente. Las sensaciones que deja el Madrid es que salió a protegerse y cuando no pudo contener al PSG tuvo la red de Courtois.

Benzema forzó y no aportó nada

Salir a defenderse y con Benzema cojo no puede darte nada bueno. Lo mejor que le pasó al Real Madrid en la primera parte es que el Paris Saint-Germain no supo qué hacer con la pelota. No logró apenas hacer daño. El Madrid plantó su muro y renunció al contraataque. El planteamiento de Ancelotti estaba condicionado para contrarrestar a Mbappé, Messi y Di María. No les quiso dar espacios y metió el equipo atrás. Sin iniciativa y sin espíritu se diluyeron Kroos y Modric. El centro del campo, los que marcan las diferencias, ponen el ritmo y tienen el control, perdieron su esencia. No salía el Madrid de su campo. Imposible progresar por las bandas, darle profundidad al juego y con problemas para cruzar el medio del campo. Más pendiente de defender, Vinícius echaba una mano a Mendy y Marco Asensio a Carvajal. Taponaron las bandas y también perdieron su esencia. Sin filo ofensivo era un Madrid entregado, a verlas venir. Benzema era un espectador en el césped. Miraba el juego con la mirada, no iba a la presión, no lanzaba una acción de contragolpe.

Foto: Sergio Ramos con gesto serio antes de un partido del PSG. (Reuters/Craig Brough)

El Real Madrid mostró la imagen de equipo inseguro. Sufrió más por la banda derecha, la que atacó Mbappé y Nuno Mendes. Las únicas ocasiones en el primer periodo fueron para el Paris Saint-Germain. Mbappé era el terror. Cada pelota que le llegaba encaraba y centraba al área. Puso un balón que remató Di María. Tuvo un mano a mano con Courtois que evitó el portero desviando la pelota con el pie. Messi conectó con el francés y el remate no fue limpio. Le estorbó la llegada de Carvajal.

El plan del Madrid era protegerse y mantener el orden. Renunció a la pelota. No existió el centro del campo, no tenía salida desde atrás, faltó algo con lo que intimidar. Era un equipo sometido. Era Militao el jugador con más atrevimiento para sacar al equipo de su campo. No quiso riesgos y se fue al descanso sin un solo disparo a la portería de Donnarumma y con una malísima noticia. Casemiro vio tarjeta amarilla por una entrada por detrás a Paredes. En la acción se vieron los nervios del equipo. El brasileño cogió al argentino por el cuello. No jugará el partido de vuelta en el Bernabéu (9 de marzo). Una baja importante porque Ancelotti no tiene un sustituto para el mediocentro defensivo.

Faltó valentía

Faltaba valentía y verticalidad en el Real Madrid. Dentro de lo malo, del sufrimiento, quedaba el consuelo de que enfrente había un equipo espeso en la finalización. El PSG tuvo la pelota, manoseó y no pegó. Messi es una sombra de lo que fue. No desborda, le falta energía, chispa y tiene problemas para ser determinante. No acertó en el penalti. Neymar estaba esperando en el banquillo su oportunidad. Salió en la segunda parte. El pánico lo generó Mbappé, el mejor de las tres superestrellas del equipo parisino.

El peligro estaba en las botas de Mbappé. La tuvo el francés en un peligrosísimo disparo en el inicio de la segunda parte. Recibió de espaldas en el punto de penalti, se giró con la oposición de Militao y Mendy y su remate, potente y abajo lo desvió Courtois. El portero belga evitó el gol. El Madrid sufría y Militao, en la siguiente jugada con Mbappé, le dio una patada que le costó la tarjeta amarilla. El Real Madrid entró en una fase de nervios y combustión. Seguía siendo inseguro y temeroso.

Con un disparo lejano y alto de Kroos soltó lastre. Muy inofensivo. Lo que necesitaba era salir de la cueva, pisar el campo contrario y generar peligro. Esta versión del Real Madrid titubeante minimizó a Vinícius. No aparecía, no entraba en contacto con la pelota, no había acciones de juego directo con las que explotar su velocidad y meter el miedo. No acabó el partido. Salió Hazard. Nada de nada. Los problemas crecieron en el Madrid con una entrada de Mendy a Danilo. Sancionada con tarjeta amarilla para el francés, que tampoco podrá jugar el partido de vuelta. El Real Madrid pierde a dos jugadores claves para la 'final' en el Bernabéu.

Foto: Florentino Pérez en el estadio Parque de los Príncipes. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Era un Real Madrid roto. Sucumbió a la verticalidad y la velocidad de Mbappé. Una pesadilla. En una internada del francés, con recorte y amago, provocó el penalti en el derribo de Carvajal. Imparable cuando pisaba el área. Apareció el mejor Courtois en el mano a mano con Messi. El belga, otra vez, el salvador. El argentino vive una pesadilla con el Real Madrid. Lleva desde 2018 sin marcar un gol al equipo blanco. No pudo con el Barcelona y tenía la oportunidad de romper esta mala racha con el PSG. Un mazazo para Messi, que tiró ajustado a una esquina y no superó el enorme brazo del portero belga.

Carvajal se marchó agotado en el 71’. Necesitaba un relevo, estaba fatigado de perseguir a Mbappé y entró Lucas Vázquez. Siguieron los cambios. Rodrygo por Asensio. El PSG metió a Neymar por Di María. Empezaba otro partido. El primer balón que tocó Neymar fue una acción vertical, que interceptó Alaba, tirándose al suelo y que fue señalada como falta en la frontal del área. Una falta bastante rigurosa. Otra oportunidad fallada por Messi. Le falta precisión en el disparo. El argentino está en sus horas más bajas. Pero estaba Mbappé, en modo avión, y rompió en una acción vertical para dar el triunfo a su equipo.

El gol de Mbappé en el minuto 94 ajusticia a un pobre Real Madrid. Un duro castigo para el equipo de Ancelotti, que renunció a atacar y lo fio al trabajo defensivo y las paradas de Courtois. No fue suficiente, porque Mbappé derribó el muro. El castigo pudo ser mayor. El Madrid, dentro de la resistencia, sale vivo de París por el paradón de Courtois en el penalti de Leo Messi. El portero belga salvó a su equipo y hunde a Messi.

Karim Benzema Leo Messi
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