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Isco, el azote de los entrenadores que osan sacarle al campo los minutos de la basura
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Isco, el azote de los entrenadores que osan sacarle al campo los minutos de la basura

El menosprecio que le ha hecho al cuerpo técnico en Granada complica más la situación de un futbolista que acaba contrato en 2022 y que no entra en los planes de futuro del club

Foto: Isco conduce el balón en un partido del Real Madrid. (Real Madrid)
Isco conduce el balón en un partido del Real Madrid. (Real Madrid)

Ancelotti no quiere incendios, los evita y, por su experiencia, prefiere rebajar la tensión a tener que castigar a un jugador indisciplinado. Pero lo de Isco es grave. El malagueño se negó a seguir calentando en el partido contra el Granada cuando se dio cuenta de que no iba a salir al campo junto a Jovic y Camavinga. Su reacción fue la de parar los ejercicios, irse al banquillo y poner en aprietos al entrenador. A Ancelotti le avisó su hijo, Davide, de la mala cara de Isco y la negativa a continuar el calentamiento. Carlo Ancelotti resolvió la situación adelantando la entrada del malagueño y metiéndole en el campo junto a Jovic y Camavinga. Isco ya había hecho un calentamiento con baja intensidad.

Nada más entrar al partido, Isco recibió una tarjeta amarilla. Lo importante y relevante es el menosprecio de Isco al cuerpo técnico. No es la primera vez que sucede con este jugador y su actitud pone otra vez de manifiesto que no se lo pone sencillo a los entrenadores cuando dejan de contar con él y le sacan en los minutos finales de los partidos.

Foto: Vinícius sentado en el césped en el partido contra el Granada. (Reuters/Jon Nazca)

Después del triple cambio en el que entró Isco, se produjo el de Jesús Vallejo, que jugaba sus primeros minutos en la Liga, y el central salió con ganas. Es el contraste entre la reacción de un suplente que no quiere estar a disposición del entrenador para participar en lo que debe considerar como los minutos de la basura y otro compañero que sí considera útiles cualquiera de los minutos. Ancelotti reconoció después, restando importancia, que tuvo que adelantar el cambio de Isco. Evitó un problema, miró para otro lado y quedó a ojos de todos como un entrenador que esquiva el pulso de un futbolista que no está cómodo con los minutos que tiene y su rol.

Falta compromiso

Isco llevaba sin jugar un solo minuto en los últimos ocho partidos porque había sufrido unos problemas en el cuello y la espalda y ha ido perdiendo sitio en los planes del entrenador. Ancelotti confía en Casemiro, Kroos y Modric. El sistema de tres centrocampistas y tres delanteros es inamovible y antes que Isco están otros jóvenes como Camavinga y Fede Valverde. Pero, a lo largo de la temporada, el entrenador va a necesitar a todos para dosificar los esfuerzos e Isco ya ha dejado claro con su actitud que no le gusta entrar en las rotaciones.

Ancelotti regresó al banquillo del Madrid a dar segundas y terceras oportunidades. A hacer borrón y cuenta nueva. A Isco le propuso que cogiera su mejor forma física y volviera a tener esa versión de jugador desequilibrante, motivado y comprometido. Pero duró poco. Isco fue titular en la jornada dos (Levante) y tres (Betis), no acabó ninguno de los partidos, y volvió a desaparecer. Isco no juega un partido completo con el Real Madrid desde el 18 de abril contra el Getafe.

placeholder Carlo Ancelotti en el partido contra el Granada. (EFE/Pepe Torres)
Carlo Ancelotti en el partido contra el Granada. (EFE/Pepe Torres)

¿Es un jugador recuperable? El menosprecio que le ha hecho al cuerpo técnico en Granada complica más la situación de un futbolista que acaba contrato en junio de 2022 y que no entra en los planes de futuro del club. Ancelotti se lo pensará bien si tiene que confiar en él. Ha sido transigente con un acto más de indisciplina de Isco.

Reincidente

No es la primera vez que sucede. Con Solari rompió relaciones cuando en un partido resuelto contra el Eibar, en Ipurua, le metió en el campo en el minuto 63. El mal gesto del malagueño significó un conflicto y la consecuencia fue quedarse en la grada, como castigo, en el siguiente partido de Champions en Roma. Hubo más episodios polémicos. Como retirase del Bernabéu sin saludar al delegado Chendo porque estaba enfadado cuando Solari le sacó al campo en el minuto 87 contra el Alavés. El remate final fue cuando el malagueño se negó a subir al autobús del equipo y asistir a la charla del entrenador cuando se enteró de que no iba a ir convocado en el partido contra el Ajax en el Bernabéu.

Zidane, un entrenador que creía en su talento y le protegía, también sufrió el desinterés del malagueño cuando le tocaba salir a calentar en las segundas partes. En Villarreal se le vio desganado y lento en otro calentamiento. Ahora es Ancelotti el que sufre los menosprecios de Isco porque no le parece correcto o interpreta que es una humillación tenerle calentando en la banda para meterle en el campo en los minutos finales y así tener más control, dar refresco a un compañero o perder tiempo. Esto no lo acepta Isco. Lo lleva mal y reacciona con peor actitud.

Foto: Imagen de las grúas en las obras del nuevo Bernabéu. (REUTERS/Susana Vera)

Isco cumple su novena temporada en el Real Madrid y, desde que el club despidió a Julen Lopetegui (el técnico que le consideraba imprescindible), ha bajado progresivamente el número de partidos disputados. En la temporada 2018-19 jugó un total de 37, en la siguiente se quedó en 30, la pasada fueron 29 y en esta lleva siete y todavía no se ha estrenado en la Champions League.

Ancelotti está dispuesto a pasar por alto este acto de indisciplina y la falta de profesionalidad de un jugador que tiene una aportación residual. Evita los problemas. Lo demostró con el menosprecio que hizo Isco en el partido contra el Granada y con el regreso de Bale, lesionado con su selección después de jugar media parte del partido contra Bielorrusia, forzar y no haber disputado ningún encuentro con el Madrid desde el pasado 28 de septiembre. “Hay que respetar su carácter. Tenía el alta, pensaron que podía jugar y puede que la evaluación no fuera tan correcta. Queremos recuperar a Bale. Es importante para nosotros”, comentó el entrenador del galés antes del partido contra el Granada.

Ancelotti no quiere incendios, los evita y, por su experiencia, prefiere rebajar la tensión a tener que castigar a un jugador indisciplinado. Pero lo de Isco es grave. El malagueño se negó a seguir calentando en el partido contra el Granada cuando se dio cuenta de que no iba a salir al campo junto a Jovic y Camavinga. Su reacción fue la de parar los ejercicios, irse al banquillo y poner en aprietos al entrenador. A Ancelotti le avisó su hijo, Davide, de la mala cara de Isco y la negativa a continuar el calentamiento. Carlo Ancelotti resolvió la situación adelantando la entrada del malagueño y metiéndole en el campo junto a Jovic y Camavinga. Isco ya había hecho un calentamiento con baja intensidad.

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