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"Nunca ataques con cólera": el filósofo chino que te convertirá en un CEO del Vietcong
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"Nunca ataques con cólera": el filósofo chino que te convertirá en un CEO del Vietcong

Una nueva traducción de 'El arte de la guerra' actualiza el mito de un libro cuya influencia no ha dejado de crecer desde la guerra de Vietnam

Foto: Entrenamiento militar en China. (Getty/Future Publishing/CFOTO)
Entrenamiento militar en China. (Getty/Future Publishing/CFOTO)
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Putin amenaza con armas nucleares, Kim Jong-un tensa a su ejército, Israel borra a Palestina del mapa, la OTAN vive un revival dorado y los presupuestos de Defensa crecen en todas partes...

Vivimos malos momentos para la estabilidad mundial y buenos para El arte de la guerra, que Penguin Clásicos relanza con una nueva traducción en edición bilingüe.

Escrito por el estratega militar chino Sun Tzu hacia el cinco antes de Cristo, sabemos poco de su autor. Sí podemos deducir que, 25 siglos después, su conversión en manual militar de referencia, y hasta en guía para sobrevivir al barro financiero, superó las expectativas originales de un Sun Tzu, que, no obstante, puso de su parte para que las cosas fueran así...

En efecto, El arte de la guerra tiene las suficientes dosis de abstracción metafórica atemporal como para que sus ecos retumben cada vez que la guerra en Ucrania se hace bola: “Nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra que mantuviese la campaña por mucho tiempo. Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo”.

Foto: Guerrero de terracota de la tumba de Qin Shi Huan, en China. (Reuters) Opinión
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Las palabras de Sun Tzu rebotan también cada vez que los estrategas militares israelíes piensan que su bola de demolición va bien encaminada:

“Como regla general, es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo”.

“Los que consiguen que se rindan impotentes los ejércitos ajenos sin luchar son los mejores maestros del arte de la guerra”.

"Es un libro que enseña a lidiar con los conflictos y a resolverlos"

“La peor táctica es atacar a una ciudad. Asediar, acorralar a una ciudad solo se lleva a cabo como último recurso. Emplea no menos de tres meses en preparar tus artefactos y otros tres para coordinar los recursos para tu asedio. Nunca se debe atacar por cólera y con prisas… Un verdadero maestro de las artes marciales vence a otras fuerzas enemigas sin batalla, conquista otras ciudades sin asediarlas y destruye a otros ejércitos sin emplear mucho tiempo. Un maestro experto en las artes marciales deshace los planes de los enemigos, estropea sus relaciones y alianzas, le corta los suministros o bloquea su camino, venciendo mediante estas tácticas sin necesidad de luchar”.

La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia”, escribió Sun Tzu.

Foto: 'El arte de la guerra, de Sun Tzu. Guía ilustrada de Antony Cummins'. (Editorial Alma)

Si al escuchar estas palabras, le resuenan a usted también las aspas de helicópteros en Vietnam, debe saber que esa guerra fue clave para la penetración en Occidente de las enseñanzas de Sun Tzu. Todo tiene una explicación.

Historia de un 'boom'

"El arte de la guerra se tradujo por primera vez a una lengua occidental, el francés, a fines del siglo XVIII, y a principios del siglo XX aparecieron las primeras traducciones completas al inglés", recuerda el editor. Martín Schifino.

No obstante, el primer gran empujón se lo dio Mao, al citarlo como referencia de sus obras Sobre la guerra de guerrillas y Sobre la guerra prolongada. También el general estadounidense Douglas MacArthur, comandante en jefe de las fuerzas aliadas del Pacífico durante la II Guerra Mundial, que decía tener siempre una copia a mano del libro. Pero fue el trauma estadounidense en Vietnam, con su consiguiente obsesión sobre los motivos de la derrota, lo que aumentó la condición mitológica de Sun Tzu, que entró hasta la cocina del alto mando militar estadounidense, con generales como Colin Powell señalándolo como lectura obligatoria.

Foto: Veteranos de EEUU. (EFE/Justin Lane)

Durante la guerra de Vietnam, los estrategas militares del Vietcong tomaron buena nota de mensajes de Sun Tzu del tipo:

“Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo; aguardar para descubrir la vulnerabilidad del adversario significa conocer a los demás”.

“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”.

Foto: Copia de Ricardo Bellver del busto del Gran Capitán encargado por su esposa a Diego de Siloé. (CC/Jabulon)

El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando eres capaz de atacar, has de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si estás cerca del enemigo, has de hacerle creer que estás lejos; si estás lejos, aparentar que estás cerca. Poner cebos para atraer al enemigo. Golpear al enemigo cuando está desordenado... Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo”.

Todo tipo de augurios, en definitiva, sobre la guerra de guerrillas. O cuando el pez chico se come al grande por astucia. Vaticinios también sobre la incapacidad estadounidense para comprender el significado del fregado en el que se metieron en Vietnam.

“Sun Tzu y Clausewitz ejemplifican dos conceptos bélicos en contraste. Para Clausewitz, la guerra es la continuación de la política por otros medios. Para Sun Tzu, la guerra es una de las muchas herramientas políticas que los líderes nacionales pueden utilizar para lograr sus fines. Si bien esta distinción parece mínima, señala la diferencia estratégica entre Vietnam del Norte y EEUU en la guerra de Vietnam. También explica por qué EEUU perdió esa guerra”, según un artículo de Douglas M. McCready.

Foto: El destructor USS Maddox. (CC/Archivo Fotográfico de la Marina)

Y sigue: “En sus análisis sobre Vietnam, Harry Summers relató una conversación entre un coronel del ejército estadounidense y su homólogo norvietnamita, en Hanói, después de la guerra. El estadounidense le dijo que Vietnam del Norte nunca había derrotado a EEUU en el campo de batalla. El norvietnamita reconoció que eso era cierto, pero también irrelevante: la guerra era mucho más que las victorias en el campo de batalla. Los militares estadounidenses que tomaron las decisiones estratégicas en Vietnam nunca entendieron completamente la naturaleza de la guerra que estaban librando… La estrategia de Vietnam del Norte, como la de otras naciones del este de Asia, se parecía mucho más a la filosofía militar de Sun Tzu que al pensamiento de Clausewitz u otros estrategas occidentales… EEUU ganó las batallas, pero perdió la guerra porque no se dio cuenta de que no estaba librando la misma guerra que su adversario. Sun Tzu advierte que cuando nos conocemos a nosotros mismos pero no a nuestro enemigo, nuestras posibilidades de victoria se reducen a la mitad”.

placeholder La nueva edición del libro.
La nueva edición del libro.

Por si El arte de la guerra no hubiera salido suficientemente reforzado de Vietnam, esos años se cocieron transformaciones en el capitalismo mundial que dieron el último empujón a la relevancia cultural de Sun Tzu, convertido en gurú para batallas empresariales y escuelas de negocios. O El arte de la guerra como libro que todo CEO debería leer para no ser devorado por otros CEO.

Hay decenas de artículos, tutoriales y volúmenes sobre las ramificaciones business del libro (El arte de la guerra para ejecutivos, para hacer negocios, para el marketing, para el liderazgo empresarial), tantos que uno se pregunta si las enseñanzas de Sun Tzu no valdrían para cualquier tipo de actividad humana (¿El arte de la guerra y la pesca de la trucha en Yemen?).

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Hablamos con el editor (Martín Schifino) y el traductor (David Sevillano) de la nueva edición de El arte de la guerra para aclarar los logros y límites del libro.

PREGUNTA. ¿Por qué seguimos hablando de este texto tantos siglos después?

Martín Schifino. Es un libro que enseña a lidiar con los conflictos y a resolverlos, y eso puede aplicarse a muchos ámbitos de la vida. Por decirlo de otra manera, se trata de un texto con un gran poder alegórico.

P. ¿Qué tiene para haberse convertido no ya en manual de estrategia militar de referencia, sino en libro oráculo?

David Sevillano. Posiblemente, la intención de no ser especialmente concreto en el lenguaje permite que se pueda hacer una interpretación muy libre, es un texto muy abierto.

"Al ser una obra muy abierta permite que la estrategia militar se interprete como estrategia comercial sin mucho problema"

P. En los últimos tiempos, quizá vosotros podáis precisar desde cuándo, también se destaca su valor como manual de estrategia empresarial. ¿Había algo de eso implícito en la intención del autor? ¿Son lecturas coyunturales de época o tienen sentido?

David Sevillano. Su interpretación empresarial empezó en Hong Kong a finales del siglo XX. Precisamente, al ser una obra muy abierta permite que la estrategia militar se interprete como estrategia comercial sin mucho problema. Estas interpretaciones están muy lejos del contexto histórico en el que se compuso la obra. De hecho los escritores del periodo en el que se compuso despreciaban mucho a los comerciantes. La interpretación de carácter empresarial es coyuntural, pero ya forma parte de la propia historia del texto y contribuye a actualizar y revitalizar un texto militar de hace 2500 años.

Martín Schiffino. El autor se centra especialmente en cómo manejar una organización, y en ese sentido es sencillo trasponer lo que afirma sobre el ejército a cualquier organización humana con un objetivo determinado, como una empresa comercial. Se pueden trasladar algunos conceptos sobre estrategia a la idea de competencia, por ejemplo. Aunque, claro, será una interpretación del texto.

P. Por último, quería que me describieras el estilo del autor. ¿Diríais que es alguien que escribe bien, escribe profundo, todo a la vez?

David Sevillano. El estilo del autor es bueno y sutil. Juega con las características de la lengua china clásica a la perfección, combinando planteamientos procedentes de diferentes corrientes de pensamiento del período.

Martín Schiffino. Traducido se ve que es un estilo directo, claro, sin florituras. Pero su parquedad es también una riqueza, porque el mensaje se presta a ser leído de manera metafórica.

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