Es noticia
"Trabajo duro para comprarme un Dior": las insólitas aventuras africanas de Ábalos
  1. España
Mogambo en el ministerio

"Trabajo duro para comprarme un Dior": las insólitas aventuras africanas de Ábalos

Las locas ramificaciones guineanas del caso Ábalos/Koldo: ministras que hablan como divas latinas, ginecólogos hiperactivos y el lucrativo pozo de la dictadura de Obiang y sus mariachis

Foto: Imagen: EC / Europa Press
Imagen: EC / Europa Press
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Si Shakira cantara "trabajo duro para comprarme un vestido Dior", se resaltaría su empoderamiento feminista porque "las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan". Pero si la mujer que dijera "trabajo duro para comprarme un Dior", no fuera una diva de la música latina, sino una ministra de un país dudoso, de lo glamuroso pasaríamos a lo sombrío. La frase del Dior la espetó Guillermina Mekuy, ministra de Cultura de Guinea Ecuatorial, a ABC (2014). O la fina línea que separa lo cool del blanqueamiento de una dictadura y los negocios privados de un ministro descontrolado (y no hablamos de Mekuy).

Hija de un diplomático y sobrina de un ex primer ministro guineano, Mekuy vivió una juventud madrileña acomodada en el barrio de El Viso: "Jamás me sentí discriminada por ser negra. Mi color de piel nunca me ha molestado. Al contrario, me gusta. Hay gente que paga por verse morena y guapa, yo no tengo que gastar un céntimo en cabinas de rayos UVA".

Teodoro Obiang, presidente/dictador de Guinea, nombró a Mekuy ministra a los 30 años (estuvo en el cargo entre 2012 y 2016).

Foto: Teodoro Obiang. (Ludovic Marin/Pool/Reuters)

"Me llaman la Margaret Thatcher de Guinea. Es un gran halago. Me pueden llamar la dama de hierro, pero yo no me oxido", explicó Mekuy a mitad de mandato.

"Se le subió el cargo a la cabeza", recuerda un conocedor de los círculos de poder guineanos.

A Mekuy le empezaron a llamar "la ministra Dior".

"Muy cercana a Teodorín (todopoderoso vicepresidente e hijo de Obiang), Mekuy colocó a todo su entorno en el ministerio; de asesor personal estaba su cuñado, Carlos Narbona, un español que fue a buscarse la vida a Guinea, trabajó de camarero y ahora tiene varias concesiones mineras extrañas del gobierno", recuerda Mocache Massoko, periodista guineano.

Lío embarazoso

Tras dejar el ministerio, Mekuy volvió a Madrid, para someterse a un tratamiento de reproducción asistida en la clínica del doctor Ignacio Palomo, experto en fertilidad y ginecólogo de la baronesa Thyssen, Irene Villa y las hijas del Pocero.

Palomo, que se jacta de haber traído al mundo a más 20.000 niños, volvió a hacer su magia con Mekuy… de un modo digno de comedia romántica inverosímil de Jennifer López: Mekuy salió de la clínica enamorada del doctor Palomo. Tuvieron un hijo en común. Reproducción asistida.

Foto:

Aunque su empresa (Arpa Médica) tiene varias sedes, Palomo pasa consulta en su clínica de El Viso, un chalet de varias plantas y decoración neutra. Habla una expaciente del ginecólogo: "El sitio es comodísimo porque te lo hacen todo en el mismo lugar, es como ir a la ITV. En cada sala hay una televisión y folletos que te ofrecen tratamientos que puedes contratar. Eso es un poco desagradable porque te sientes como en una feria. Cuando vas por los resultados te suele recibir Palomo en su despacho. Él es amable, pero no se entretiene mucho. Va a toda hostia porque tiene un montón de pacientes".

Este periódico ha tratado de hablar con Palomo y no ha tenido respuesta.

"Del despacho de Palomo recuerdo alguna placa de la Guardia Civil e imágenes del rey Felipe. Hay también una foto enorme de una selva —no sé si ecuatorial—", añade la expaciente de la clínica.

Foto: Jaime Ostos en una imagen de archivo (Gtres)

En efecto, iniciada su relación, Palomo y Mekuy empezaron las gestiones para abrir una clínica de reproducción asistida en Guinea Ecuatorial.

En diciembre de 2020, Obiang inauguró la nueva clínica reproducción asistida del doctor Palomo en el interior de Guinea: dentro de un hotel de lujo en Oyala (ciudad inconclusa, en medio de un bosque tropical, diseñada para ser la nueva capital del país).

Bautizado como Centro Universitario de Ginecología y Fertilidad Oyala, la clínica presume en su web de tener "un equipo médico liderado por profesionales europeos, especialistas en ginecología, fertilidad y urología". En noviembre de 2023, aseguró en una nota de prensa haber logrado 62 embarazos con reproducción asistida. Además, agradecía al presidente Obiang "por depositar su confianza" en la clínica, cuya ocupación es baja.

placeholder El doctor Palomo en una reunión con miembros del régimen guineano.
El doctor Palomo en una reunión con miembros del régimen guineano.

"El gobierno pretende garantizar el acceso universal de los ecuatoguineanos con bajos recursos económicos a los servicios de salud sexual y reproductiva de calidad", dijo Obiang en la inauguración de la clínica.

"Como comprenderás, casi ningún guineano puede permitirse un servicio así, como mucho un pequeño sector de la oligarquía del régimen, pero la clave no es tanto si la clínica tiene o no suficientes clientes, como quién se beneficia del negocio", cuenta Mocache Massoko, editor del diario Rombe, que, vía filtración de correos electrónicos de la Administración guineana, desveló que la esposa del presidente Obiang controlaba el 35% de la clínica de Palomo, financiada con fondos públicos, pero de gestión privada, en una curiosa recirculación monetaria entre el Estado y las principales figuras del régimen.

"El incalculable patrimonio de Teodoro Obiang Nguema, su familia y colaboradores, procede de las empresas en las que son accionistas, que obtienen sus ingresos a través de los contratos públicos que adjudican directamente sin ninguna licitación pública", según Rombe.

La empresa de Palomo recibe un canon estatal de 1,2 millones de euros anuales por gestionar la clínica de fertilidad. El gasto en personal y equipación también corre a cargo del régimen, añade la publicación.

placeholder Interior del centro de fertilidad en Guinea.
Interior del centro de fertilidad en Guinea.

Territorio Ábalos

Durante la histeria del covid, cualquier persona con bata blanca mutó en autoridad reverenciada, aunque su especialización no tuviera nada que ver con la pandemia. José Luis Ábalos, cuyo Ministerio de Transportes centralizó las compras gubernamentales tras el estado de alarma, recurrió esos días al doctor Palomo para los asuntos más variopintos.

La primera vez que se fotografió en público a ambos hombres fue en primavera de 2021, en el stand de Guinea en Fitur, donde se presentó la clínica africana de fertilidad. Koldo, el fontanero de Ábalos acusado de cobrar comisiones covid, también hizo buenas migas con el doctor.

Convertido en el ginecólogo familiar del clan ministerial, Palomo recibió pagos de 20.000 euros de la mujer de Koldo. Los datos salen del sumario del caso, publicados estos días por varios medios.

Tras la intermediación del ministerio de Ábalos, Interior pagó 600.000 euros a Palomo por dos partidas de test covid, que El Español calificó de fake por falta de homologación. El galeno negó en Espejo Público que sus test fueran truchos: "Cuando se estaban comprando, prácticamente a las dos semanas de haber estallado la pandemia, no había homologaciones".

placeholder Koldo y Ábalos a la salida de La Chalana el día 10/01/2024.
Koldo y Ábalos a la salida de La Chalana el día 10/01/2024.

La espuma de los días

La traca final de las relaciones Ábalos-Palomo fue el viaje con el que el político mitigó la resaca tras ser purgado por Sánchez del ministerio, en julio de 2021, defenestración que quizá le dejó abatido, pero no paralizado: al mes siguiente, inició una gira por República Dominicana, Colombia y Guinea Ecuatorial con Koldo y el doctor Palomo.

Ábalos permaneció en Guinea Ecuatorial durante cuatro días, entre el 16 y el 20 de agosto.

La primera pista del viaje la dio el pequeño digital Espacios Europeos, al día siguiente de aterrizar Ábalos en el país africano: "El hombre que gestionó la compra urgente de mascarillas a precios muy elevados, el caso de la compañía aérea Plus Ultra, que protagonizó el encuentro de madrugada en el aeropuerto de Barajas con Delcy Rodríguez, ministra de Nicolás Maduro, y otros asuntos aún menos conocidos, puede encontrarse ahora en Malabo. Allí, en la capital de Guinea Ecuatorial, Ábalos podría estar ejerciendo de lobista, acompañado de empresarios españoles" como antes hicieron "Bono y Moratinos", vaticinó Espacios Europeos.

Foto: Koldo García, a la salida de la Audiencia Nacional. (EFE/Sergio Pérez)

Poco después, comenzó a circular por redes (vía Alvise Pérez) una foto de Koldo, Ábalos, una joven y una cuarta persona (que podría ser Palomo) en su periplo guineano.

La información de Espacios Europeos pasó desapercibida en España, pero no en los círculos de la oposición guineana: Esono Eyoma Ona, activista pro derechos humanos, escribió esos días en su cuenta de Facebook: "Ya es demasiada larga la lista de los socialistas españoles que hacen negocios con el régimen criminal que lidera Teodoro Obiang".

Preguntado ahora por los motivos de la visita de Ábalos a Guinea, el director de Espacios Europeos, Eugenio Pordomingo, con buenas antenas en la antigua colonia española, contesta sin titubear: "Guinea es un pozo del que muchos políticos españoles han sacado partido".

Mocache Massoko, por su parte, califica a Ábalos de "conseguidor".

"Es imposible que un ex ministro español circule por Guinea sin que Obiang tenga algo que ver”

"Es imposible que un exministro español circule por Guinea sin que Obiang tenga algo que ver", añade Pordomingo.

Tres meses después del viaje, The Objective publicó una información más detallada, donde se apuntaba que Palomo habría obtenido contratos públicos durante la pandemia.

Personas con acceso al régimen Obiang creen que la visita de Ábalos a Guinea también pudo estar relacionada con la concesión de vueltos Madrid/Malabo a la aerolínea Plus Ultra, rescatada meses antes por el gobierno español con 53 millones de euros.

Palomo ha negado la mayor sobre la naturaleza del viaje: no fueron viajes de negocios, sino de placer: "En absoluto fue por negocios… Cuando cesaron a Ábalos, nos fuimos de viaje por placer, creo que en un vuelo de Air Europa. Como soy médico, y soy conocido, siempre que voy a un país estoy disponible para cualquier autoridad sanitaria".

Quizá no haya contradicción en las palabras de Palomo, porque una de las claves del caso es que en el universo Ábalos/Koldo placer y negocios siempre fueron de la mano. Un mundo en el que si uno trabaja duro, bien puede permitirse pasarlo bien o, por qué no, darse el capricho de comprarse un Dior.

Si Shakira cantara "trabajo duro para comprarme un vestido Dior", se resaltaría su empoderamiento feminista porque "las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan". Pero si la mujer que dijera "trabajo duro para comprarme un Dior", no fuera una diva de la música latina, sino una ministra de un país dudoso, de lo glamuroso pasaríamos a lo sombrío. La frase del Dior la espetó Guillermina Mekuy, ministra de Cultura de Guinea Ecuatorial, a ABC (2014). O la fina línea que separa lo cool del blanqueamiento de una dictadura y los negocios privados de un ministro descontrolado (y no hablamos de Mekuy).

José Luis Ábalos Caso Koldo García
El redactor recomienda