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Urtasun llega tarde: la descolonización de los museos ya está en marcha
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En el Museo de América y Antropología

Urtasun llega tarde: la descolonización de los museos ya está en marcha

El ministro de Cultura abrió el pasado lunes un melón que lleva ya tiempo abierto en el mundo de la cultura, con recomendaciones claras: hay que establecer espacios de diálogo e intercambio para superar los marcos coloniales

Foto: El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante la inauguración de la exposición en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, en Cartagena. (Europa Press/Edu Botella)
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante la inauguración de la exposición en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, en Cartagena. (Europa Press/Edu Botella)
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El ministro Ernest Urtasun abrió el lunes la boca en la Comisión de Cultura del Congreso —en su primera intervención como responsable del ramo— y lo inhabitual ocurrió: saltó la noticia. “Se trata de establecer espacios de diálogo e intercambio que nos permitan superar este marco colonial” y que “se traducen en un proceso de revisión” de las colecciones de museos estatales, dijo el ministro. Y abundó: “Se trabaja en visibilizar y reconocer la perspectiva de las comunidades y la memoria de los pueblos de los que proceden los bienes expuestos”. ¿Qué había dicho exactamente? ¿Descolonización de los museos? ¿Repatriación de obras? ¿Que España tendría que devolver qué? ¿De qué museos? El conflicto político estaba servido.

Sin embargo, no tanto el cultural. Para empezar porque no era la primera vez que un ministro español sacaba este asunto de la descolonización a relucir. Ya el 8 de noviembre de 2022, en otra comisión de Cultura, su antecesor, el socialista Miquel Iceta, había tirado la primera piedra al formular la pregunta “¿cómo se descoloniza un museo?”. Bien es verdad que después escondió la mano y ni siquiera contestó a su propia pregunta.

Pero tampoco era un interrogante novedoso. El ICOM, el Consejo Internacional de Museos, organización fundada en 1946 y dirigida a la conservación, mantenimiento y comunicación del patrimonio natural y cultural del mundo, ya lleva años con seminarios, cursos y conferencias en los que sus expertos debaten sobre este asunto que tiene patas éticas, jurídicas y museológicas que no son sencillas. Y, de hecho, una de las recomendaciones de este organismo vinculado a la Unesco es establecer espacios de diálogo e intercambio para superar los marcos coloniales o anclados en inercias de género o etnocéntrica. En otras palabras, el mundo ya lleva tiempo en esta discusión —no son pocos los debates en el British Museum o en el Louvre de París— y con claras conclusiones.

Borja-Villel: "En muchos casos, hay que devolver piezas que no son ilegales. Se compraron de manera legal, pero su origen no es ético"

Como ha señalado a El Confidencial Fran Chaparro, profesor de Patrimonio Cultural en la IE University y que ha trabajado para el Metropolitan y el MoMA de Nueva York, que en España se saque ahora a la palestra política es llegar tarde. Es más, según explica este experto, dos museos a los que por sus colecciones les concierne bastante este tema, como son el Museo Nacional de Antropología y el de América —que nació casi como exaltación de la evangelización de América Latina— llevan ya años revisando sus relatos y discursos. “Ambos, tanto el Museo de Antropología como el Museo de América, nacieron con un propósito que ha cambiado mucho, así que su proceso de revisión es continuo; sus colecciones se formaron con base en un paradigma que hoy en día está completamente superado”, añade Chaparro.

Precisamente, en octubre de 2022, Fernando Sáez, director del Museo Nacional de Antropología, ya anunció que se estaba trabajando en la revisión crítica de algunos museos que podría dar lugar a la restitución de piezas.

placeholder Elemento de la exposición 'Nuestra Señora de las Mercedes. Una historia en común', en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA. (Europa Press/Edu Botella)
Elemento de la exposición 'Nuestra Señora de las Mercedes. Una historia en común', en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA. (Europa Press/Edu Botella)

Ahora bien, a quien desde luego tampoco le pilla de nuevas es a uno de los pioneros en hablar de la necesidad de la descolonización, el ex director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel. “Efectivamente, yo hace ya tiempo que defiendo la necesidad de resignificar las colecciones de los museos desde un marco que tenga en cuenta el colonialismo”, señala a este periódico por teléfono. Y explica en qué consiste este proceso con muchísima claridad: restitución, redistribución y descolonización.

La restitución, según él, consistiría en “devolver lo que no es tuyo”. Y aquí pone por delante de cualquier cosa la cuestión ética. “Por supuesto, hay que devolver lo que se ha adquirido de manera ilegal, pero en muchos casos también hay que devolver piezas que no son ilegales. Hay piezas que se compraron de manera perfectamente legal, pero su origen no es ético. En todos los países que han tenido colonias e imperios están presentes esos elementos. Y España ha tenido colonias y un imperio, aunque ahora algunos se empeñen en decir lo contrario”, apostilla.

En cuanto a la redistribución, esta significa restituir a su lugar a aquellos cuya historia ha sido borrada. Con respecto a la descolonización, esta consiste sobre todo en un cambio de mentalidad con respecto a cómo los museos hacen cultura. “Nos jugamos mucho: o estamos con un cambio de paradigma (con los afroamericanos, con los indígenas, con las mujeres…) o seguimos con un modelo que se está cerrando en postulados identitarios y autoritarios. Por eso, las declaraciones que ha hecho el ministro Urtasun me parecen perfectas”, zanja Borja-Villel.

placeholder Actuación del grupo de danza Virgen del Quinche de la Ventilla. (EFE/Luca Piergiovanni)
Actuación del grupo de danza Virgen del Quinche de la Ventilla. (EFE/Luca Piergiovanni)

Chaparro también insiste en que la descolonización “forma parte del proceso de los museos de construir relatos alternativos. Según han ido surgiendo sensibilidades nuevas, los museos han ido haciendo nuevas lecturas de sus colecciones. Lecturas críticas, lecturas más inclusivas, lecturas más atentas a las minorías, a los que estaban ocultos”.

¿Y qué significa todo esto en la práctica? “Revisar las colecciones, decidir qué se exhibe y qué se guarda en los almacenes, crear nuevos recorridos, cambiar los textos y las cartelas que acompañan a las obras, cambiar los audioguías… En EEUU, por ejemplo, las autoguías incluyen a personas de la zona o la etnia o la religión de la que se habla”. Y recuerda también el caso del Rijksmuseum, uno de los más importantes del mundo (y más sensibles con respecto al tema por el pasado colonial de Holanda), que ya en 2021 dedicó una exposición a la esclavitud en los Países Bajos que hacía examen de conciencia y analizaba su impacto en la propia colección.

¿Qué significa en la práctica? "Decidir qué se exhibe y qué se guarda en los almacenes, cambiar los textos que acompañan a las obras"

Para Chaparro, no obstante, la devolución de piezas ya sería un paso más grande que habría que dar con cuidado: “Me parece algo muy prematuro en el caso de España, cuya historia de colonización es muy distinta a la de por ejemplo Reino Unido. Es complicado lo de las devoluciones, depende del origen de las piezas, de cómo han llegado las mismas a formar parte de una colección”.

La ley, ante todo

Sin embargo, también hay expertos en museología que piensan que las palabras de Urtasun fueron “un disparate”, porque consisten realmente en la devolución de piezas, y para eso hay que ser muy precavido. Todavía hay museólogos que toman con tiento la descolonización. Así lo señala una importante experta que no quiere ser citada y que mantiene que “primero habrá que demostrar que lo que se devuelve ha sido un expolio. Y en muchas ocasiones, cuando eso se hizo, no existía esa legislación, por lo que no se puede decir que haya sido un robo”. La ley por encima de todo. “Resignificar me parece bien y si hay una reclamación justa se tiene que devolver, pero éticamente los museos no pueden hacer eso. Si no había ley sobre eso no se puede decir que fuera un robo. Por ejemplo, la piedra Roseta fue producto de una excavación arqueológica y en esos momentos no había ley que dijera que fuera un robo, así que no lo es”.

"En muchas ocasiones, cuando eso se hizo, no existía esa legislación, por lo que no se puede decir que haya sido un robo"

Mucho menos cuando se trata de regalos, como sucede con el tesoro de las Quimbayas, que se expone en el Museo de América y que fue un regalo del presidente colombiano Carlos Holguín a la reina española María Cristina a finales del siglo XIX. En octubre de 2017, una sentencia de la Corte Constitucional de Colombia confirmó la orden judicial que solicita al Estado colombiano realizar las gestiones necesarias para repatriarlo. “Fue un regalo que se hizo a España. ¿Que no debió haberse hecho? Eso es otra cosa; pero es como el templo de Debod, que Egipto regaló a España”.

La experta insiste en que es un tema muy conflictivo y que puede llevar a enfrentamientos. Recalca, por ejemplo, lo que ocurrió en 2020 en el pequeño pueblo cordobés de La Rambla en el que un agricultor halló una leona ibérica del siglo IV a.C y que acabó en el Museo Arqueológico de Córdoba pese al litigio que emprendió el pueblo para que se quedara en la localidad. O la petición de Elche de la Dama de Elche al Museo Arqueológico Nacional. “No podemos tener museos a cada metro”, manifiesta, insistiendo en que Alemania podrá devolver las piezas de bronce de Benín, “pero Nefertiti se queda en Berlín”. “Al final, cuando se dan cuenta de todo lo que suponen las devoluciones, se paran”.

En cualquier caso, Urtasun ha sacado un debate que no es nada nuevo: Europa y América nos llevan tiempo de adelanto.

El ministro Ernest Urtasun abrió el lunes la boca en la Comisión de Cultura del Congreso —en su primera intervención como responsable del ramo— y lo inhabitual ocurrió: saltó la noticia. “Se trata de establecer espacios de diálogo e intercambio que nos permitan superar este marco colonial” y que “se traducen en un proceso de revisión” de las colecciones de museos estatales, dijo el ministro. Y abundó: “Se trabaja en visibilizar y reconocer la perspectiva de las comunidades y la memoria de los pueblos de los que proceden los bienes expuestos”. ¿Qué había dicho exactamente? ¿Descolonización de los museos? ¿Repatriación de obras? ¿Que España tendría que devolver qué? ¿De qué museos? El conflicto político estaba servido.

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