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'Cerdita': me llamasteis "gorda" y ésta es mi venganza
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'Cerdita': me llamasteis "gorda" y ésta es mi venganza

Después de ganar el Goya a mejor cortometraje con 'Cerdita', ahora Carlota Pereda lo ha convertido en su ópera prima, seleccionada en Sundance y que ahora pasa por Sitges

Foto: Laura Galán es Sara, la protagonista de 'Cardita', la ópera prima de Carlota Pereda. (Sitges)
Laura Galán es Sara, la protagonista de 'Cardita', la ópera prima de Carlota Pereda. (Sitges)

Sara (Laura Galán) es una adolescente de un pueblo de Extremadura. Es verano y le toca echar una mano en la carnicería de su padre (Julián Valcárcel). Su madre (Carmen Machi) es de esas mujeres del matriarcado rural español: todo lo saben, todo lo controlan. Aprovecha las sobremesas abrasadoras, esas en las que las calles están desiertas y sólo dan muestra de vida las chicharras para ir a la piscina ajena a miradas censoras sobre su cuerpo. Porque en el pueblo, los chavales se ríen de ella y la han apodado "cerdita". Sara sufre en silencio el 'bullying' atroz al que la someten sus compañeros por su sobrepeso. Todo el silencio que le permite un lugar en el que todo el mundo lo sabe todo. Ésta era la premisa de 'Cerdita', el cortometraje con el que Carlota Pereda ganó el Goya en 2019, que ahora se ha convertido en su ópera prima, seleccionada en festivales como Sundance y que ahora se ha proyectado en la 55 edición del Festival de Sitges.

Pereda se ha convertido en la sensación del cine de género dentro y fuera de España, primero porque no hay muchas películas de terror dirigidas por mujeres y, segundo, por una 'scream queen' que se aleja de los cánones impuestos por la mirada masculina, esa que en los 'slashers' desnuda y cercena los cuerpos prietos de adolescentes sexies. Pereda tenía frente a sí el reto de convertir su corto, en el que la víctima de 'bullying' se convierte en testigo del secuestro de sus acosadoras por parte de una especie de asesino en serie. Y Carlota ha conseguido construir una cinta de terror poco al uso, en la que el humor y el costumbrismo acaban dejándose arrastrar por una ola hemoglobínica en la que plantea el dilema: si el asesino te defiende del bullying, ¿debes estar de su parte? ¿Tus acosadoras merecen la muerte?

placeholder Carmen Machi es la madre que todo lo controla en 'Cerdita'. (Sitges)
Carmen Machi es la madre que todo lo controla en 'Cerdita'. (Sitges)

'Cerdita' es un 'slasher' con una apuesta estética -también- poco al uso. Colores pastel y un formato cuadrado que poco a poco se van salpicando de sangre. Y, sobre todo, su "reina del grito" es una chica normal, una chica con complejos, una chica que puede tomar decisiones controvertidas, una chica a la que han puteado y puede sentir resentimiento hacia los demás. Y que 'el desconocido', el asesino (Richard Holmes), puede ofrecerle una conexión emocional que el resto del mundo le deniega. "Siempre me planteé que 'el desconocido' fuese siempre un desconocido. 'El desconocido' tiene mucho que ver con esa fascinación que tenemos por los chicos malos. Le pasa al público que, de repente, como el chico malo se fija en ella, quieren que ella se vaya con él. Pero es que un chico malo a lo mejor no le conviene, ¿no?", señala.

En 'Cerdita' se nota la mirada femenina y feminista. Los cuerpos se ruedan de otra manera. El terror proviene de otros lugares, lejos del ensañamiento, más pegados a la humillación. ¿No es terrorífico comerte un pantera rosa a escondidas temiendo que tu madre te pille y te diga que estás gorda? "Yo creo que no hay ningún ‘slasher’ feminista", apunta Pereda. "En el género ‘rape and revenge’ [en el que se produce una violación y la víctima se venga] sólo existe ‘Revenge’ como película feminista. Pero la idea de estructurarlo como un ‘slasher’ me permitió jugar con esa dicotomía. El ‘slasher’ suele ser muy machista, en general. Quizás ‘La matanza de Texas’ no tanto. Pero suelen estar protagonizadas por adolescentes delgadas u perfectas, lo que, por otro lado, también suele ocurrir en el cine convencional. No solemos ver personajes femeninos protagonistas con cuerpos no normativos. Ahora un poquito más. Me interesaba contar con una ‘scream queen’ que fuese una adolescente real. Me gusta muchísimo ‘Eight Grade’, que trata sobre el paso a la adolescencia de una chica normal, y mezclarlo con el cine de terror". "También me interesaba esto de que en las películas de terror morir y matar es muy fácil. La gente muere y ya está, no pasa nada. A mí me interesaba hacer una película en la que todo eso fuese muy difícil", continua.

placeholder Laura Galán en otro momento de 'Cerdita'. (Sitges)
Laura Galán en otro momento de 'Cerdita'. (Sitges)

En su película, Pereda retrata esa España en la que las mujeres son la ley y la justicia real, aunque no tengan cargo, y los hombres, tradicionalmente, asienten. "Son también las que se encargan de perpetuar los esquemas sociales y me interesaba hablar de que son sociedades en las que la violencia se pasan de generación en generación y en la que los hombres están un poco en la sombra".

Y el paraje extremeño juega un papel fundamental. "Para mí el verano era un elemento muy importante, porque es una época en la que no puedes escapar de tu cuerpo. Y las chicharras, que, como le he oído decir a Christina Rosenvinge, llaman a la muerte. También había visto ‘El desconocido del lago’, y me encantaba la idea del calor, de la pulsión sexual, y pensé que La Vera, que es lo que yo conozco, era el lugar ideal para hacerlo, con esas piscinas naturales que parece que estás en Luisiana y también tienes unas explanadas que parece que estás en Texas".

placeholder Sara trabaja en verano en la carnicería familiar. (Sitges)
Sara trabaja en verano en la carnicería familiar. (Sitges)

Una de las grandes virtudes de 'Cerdita', que le ha granjeado el aplauso de grandes de la industria americana como Edgar Wright, que es el retrato de esa España de vacaciones en la casa del pueblo que todos conocemos pero que no hemos visto en la gran pantalla. "Hubo un momento en el cine español que parecía que las películas sólo podían ir de hombres blancos que querían ser directores de cine. Yo quería hablar de gente normal, de gente que conozco".

Pereda ha trabajado durante años como directora de cortos y de series como 'Acacias 38' y 'El secreto de Puente Viejo', también como script de 'Periodistas' y 'Mis adorables vecinos', y hasta que no ha llegado 'Cerdita' no ha conseguido levantar un proyecto propio de largometraje como cineasta total. "Con los proyectos anteriores me encontraba con una pared, por la cuestión de ser una mujer con un proyecto de terror", lamenta. "Pero gracias al cortometraje empezaron a mostrar interés y empecé a tener reuniones. Merry Colomer, mi productora, te podría contar mejor que yo cuántas veces le dijeron que era demasiado dinero para la primera película de una mujer. Que fuese un proyecto de género los desconcertaba. También me decían que, si hacía algo más comercial, entonces entrarían. O que si lo enfocaba más a la relación entre el protagonista y el asesino, entraban. Pero es que la peli no va de ella y él. Había bastante tensión, pero al final Merry apostó por mi visión y encontramos los mejores socios, que al final fueron Backup, Movistar y Televisión Española, que nos apoyaron totalmente".

'Cerdita' se ha coronado como la película española de terror del año. Y Pereda como una de las nuevas voces que han llegado para quedarse. Ya, por fin, tiene varios proyectos sobre la mesa y la perspectiva de que este año, en los Goya, vuelva a sonar su nombre. Aunque este año, más que nunca -'El agua', de Elena Riera, 'La maternal', de Pilar Palomero, 'Alcarrás', de Carla Simón, 'Cinco lobitos', de Alauda Ruíz de Azúa- es el año de las mujeres.

Sara (Laura Galán) es una adolescente de un pueblo de Extremadura. Es verano y le toca echar una mano en la carnicería de su padre (Julián Valcárcel). Su madre (Carmen Machi) es de esas mujeres del matriarcado rural español: todo lo saben, todo lo controlan. Aprovecha las sobremesas abrasadoras, esas en las que las calles están desiertas y sólo dan muestra de vida las chicharras para ir a la piscina ajena a miradas censoras sobre su cuerpo. Porque en el pueblo, los chavales se ríen de ella y la han apodado "cerdita". Sara sufre en silencio el 'bullying' atroz al que la someten sus compañeros por su sobrepeso. Todo el silencio que le permite un lugar en el que todo el mundo lo sabe todo. Ésta era la premisa de 'Cerdita', el cortometraje con el que Carlota Pereda ganó el Goya en 2019, que ahora se ha convertido en su ópera prima, seleccionada en festivales como Sundance y que ahora se ha proyectado en la 55 edición del Festival de Sitges.

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