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"Hice la dieta de las tres fases de Harvard y he logrado perder 31 kilos"
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"Hice la dieta de las tres fases de Harvard y he logrado perder 31 kilos"

Candy S. decidió realizar este régimen basado en cómo la comida afecta a las hormonas, al metabolismo, al peso corporal y al bienestar

Foto: Candy S. antes y después. (Instagram)
Candy S. antes y después. (Instagram)

"Todo comenzó cuando mi marido escuchó al nutricionista David S. Ludwig en la radio", confiesa Candy S., una mujer estadounidense que decidió ponerse a dieta y perder más de 30 kilos. "Ingerir en en exceso no te hace engordar, sino que es ese proceso lo que te provoca comer de más. Las células grasas juegan un papel clave a la hora de determinar cuánto peso ganas o pierdes. Los planes bajos en grasa actúan en tu contra, ya que provocan que las células se autoabastezcan con más calorías, dejando muy pocas para el resto del cuerpo", asegura Ludwig.

Este nutricionista, que centra su investigación en cómo los alimentos afectan al metabolismo, a las hormonas, al peso corporal y al bienestar, es denominado por la revista 'Time' como el "activista contra la obesidad". El experto detalla tres fases que debemos seguir para adelgazar y no pasar calamidades y que desarrolla en su libro 'Por qué siempre tengo hambre', en el que también argumenta por qué las dietas tradicionales no funcionan.

Foto: Cuida tu salud. (iStock)

Candy ha estado siguiendo este plan durante nueve meses y ha decidido contar su experiencia. Cada metabolismo es diferente y lo maravilloso de su historia es que después del esfuerzo vio que el plan funcionaba. Ella quiere compartirlo para que otras personas se motiven siempre que recuerden que cada cuerpo tiene diferentes necesidades y experiencias en este método de adelgazamiento. "Sé amable contigo mismo y aprende a escuchar lo que tu organismo necesita", explica.

"Pasé más de diez años privándome de algunos alimentos y aún así seguía siendo obesa, por eso un día me di por vencida y decidí comer lo que me apeteciera. Después de todo, si iba a estar gorda al menos podría disfrutar de la comida que me gustase. Unos años más tarde, me sentía miserable. Había superado casi todas las tallas en la mayoría de las tiendas y apenas podía moverme", asegura.

Candy no podía caminar de una habitación a otra sin quedarse sin aliento. Era imposible realizar las tareas domésticas con facilidad, ni siquiera las más sencillas; además, debía hacer descansos entremedias porque le suponía un gran esfuerzo. "Me aterraba la idea de terminar en una silla de ruedas sin poder moverme si no hacía algo al respecto", confiesa.

Para lograr tus metas de pérdida de peso debes encajar la nueva rutina en tu estilo de vida

Candy acudió al medico para hacerse un chequeo y decidió empezar a caminar: "Lo hice durante más o menos medio kilómetro y apenas podía moverme. Se llevó toda mi energía. Tuve que entrar en casa de nuevo, acostarme unos minutos y comer algo. Sabía que así no perdería peso, así que me frustré bastante. Cuanto más caminaba, más dormía y más comía. Todo estaba mal pero no sabía qué hacer al respecto".

Unos días más tarde el marido de Candy escuchó en la radio al doctor Ludwig y le recomendó su libro. "Parecía ser lo que exactamente él estaba describiendo, como si no estuviera usando mi energía almacenada y eso me hiciera sentir agotada y hambrienta. Así que comencé a leerlo. A finales de enero, empecé el plan de alimentación. Hablamos por internet porque necesitaba su apoyo y también quería que viera que no estaba haciendo trampas y comiendo snacks o bollería", comenta.

Fase uno

En cuanto al libro, ella pensó que perdería alrededor de 22 kilos al año, lo que le llevaría unos tres quitarse el peso adecuado: "Me preparé mentalmente y mi cabeza hizo click. Los menús tenían más cantidad de lo que normalmente ingería. El primer día fue duro, el segundo mucho más fácil y al final de la semana tenía más energía y me sentía mejor. Empecé a andar de nuevo y pronto me encontré dando largos paseos y cocinando bien sin tener que hacer siesta ni merienda".

Al final de la segunda semana, ella ya no podía comer todas las cantidades del menú porque se sentía muy saciada y además, sus paseos empezaron a ser de largo recorrido. Candy asegura que tenía miedo de perder la magia porque nunca había adelgazado tan rápido, por lo que se quedó en la primera fase durante una tercera semana.

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Foto: iStock.

Tiene su propio negocio y en esa semana extra tuvo un evento con catering. Confiesa que fue difícil no comer pizzas, magdalenas, chocolate y palomitas, pero el llevar su comida de casa le hizo sentir bien. Muchas personas comentaron su pérdida de peso porque su ropa empezó a quedarle holgada: "Me sentía más saludable y eso me dio fuerzas para continuar".

Fase dos

Cuando llegó a la semana cinco, ella empezó a cocinar realmente. "Hice listas de alimentos porque no soy muy fan de las ensaladas, así que estaba deseando probar cosas diferentes. También las hice de lugares donde poder comer fuera con amigos o familia y me sorprendió lo fácil que es encontrar platos en los restaurantes y que encajan con el programa. Fue un paso muy importante para mí porque sabía que para hacer estos cambios en mi rutina, necesitaba encajarlos en mi estilo de vida, y comer fuera una o dos veces al mes es algo que hacemos".

Sé amable contigo mismo y aprende a escuchar lo que tu organismo necesita

Al empezar este plan de alimentación dejó de lado algunos objetivos que le harían adelgazar una determinada cantidad de peso. Llegó a su primera meta en mayo tras perder 22 kilos. "Para mí lo importante era llegar al Memorial Day y montar en bici otra vez 25 años después. La pedí prestada y lo hice; fue increíble. Así que a partir de ahí nos compramos un par y hemos estado montando todo el verano", explica Candy.

La pareja hizo un viaje a la parte superior de la península de Michigan. Pasaron una semana entera de campamento, caminando por playas, a través de bosques y fotografiando cascadas. La alimentación que siguió se salió un poco de lo habitual, pero estuvo cerca de ser perfecta: "Aunque no perdí peso esa semana, mantuve la energía. Subí más de cien escalones de un faro y caminé unos siete kilómetros. Es alucinante, alguien que hace seis meses no podía ni moverse ahora hacía todo esto".

Fase tres

"Mi cintura es 35 centímetros más pequeña, puedo ir en bicicleta unos veinte kilómetros y he aprendido a ir en kayak. Todavía uso tops más grandes, pero tallas más pequeñas de cintura. No me canso cuando limpio la casa sin descanso y puedo llevar bolsas con peso sin problema. Aún me quedan otros cuarenta kilos por perder, pero soy una persona nueva y confío en probar otras cosas nuevas. He aprendido a reírme de mí misma y me siento guapa. Son grandes logros para alguien como que solía esconderse siempre y tenía miedo de conocer a gente nueva porque estaba gorda y fea", explica.

Candy aconseja seguir el libro: "La alimentación es lo más importante, casi más que el ejercicio, pero prueba la comida antes de decir que no es de tu agrado. Mis gustos han cambiado drásticamente desde el inicio del régimen, aunque todavía odio las ensaladas. Prepárate mentalmente y haz listas con tus metas y porqués de todo lo que estás haciendo, te ayudará a continuar y conseguir tus sueños".

"Todo comenzó cuando mi marido escuchó al nutricionista David S. Ludwig en la radio", confiesa Candy S., una mujer estadounidense que decidió ponerse a dieta y perder más de 30 kilos. "Ingerir en en exceso no te hace engordar, sino que es ese proceso lo que te provoca comer de más. Las células grasas juegan un papel clave a la hora de determinar cuánto peso ganas o pierdes. Los planes bajos en grasa actúan en tu contra, ya que provocan que las células se autoabastezcan con más calorías, dejando muy pocas para el resto del cuerpo", asegura Ludwig.

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