Esto es lo que he logrado con solo tres sencillos cambios en mi dieta
Carl Parnell tiene 37 años y ha dado un giro drástico a su vida. Ha conseguido tener unos fantásticos abdominales siguiendo estos tres consejos
Carl Parnell recuerda ser muy delicado con la comida desde que tenía siete años, tanto que sus padres solo le daban lo que él quería. Siempre ha estado muy ligado al deporte, en concreto al fútbol, aunque siempre ha sido un niño "gordito". Nunca supo que hacer al respecto, pero en 2012 decidió cambiar de vida y tomar el control cuando su hija de cuatro años le dijo: "Papá, parece que te hayan inflado con una bomba de bicicleta".
"Me dolió mucho, fue un golpe muy fuerte. Puse buena cara pero el comentario me hizo mucho daño" recuerda. "Realmente fue lo que necesitaba escuchar para cambiar y ponerme en forma", confiesa Parnell.
Durante los dos siguientes años pasó por una montaña rusa de dietas y planes de entrenamiento que no funcionaron. Siempre era el mismo ciclo: perdía un poco de peso, luego lo volvía a coger y viceversa (siempre aldedor de los 98 kilos). Después de mucho esfuerzo por encontrar una rutina que poder trabajar y que funcionase, decidió apuntarse a un curso de nutrición online y las cosas empezaron a mejorar. "No pude encontrar a nadie que me ayudara, así que tuve que ayudarme a mi mísmo".
En el curso estudió desde nutrición a cómo ser un buen entrenador personal, de las hormonas a la hipertrofia. En las seis primeras semanas, Parnell inició la transformación mirando todo lo que contenían los alimentos que ingiere. "Siempre me creo lo que leo y nunca pensaba en las calorías. Jamás me paraba a mirar lo que hay detrás de cada alimento específico y lo que le hace a nuestro cuerpo. Lo único en lo que pensaba era en el sabor", comenta.
La dieta de Parnell estaba compuesta por un montón de alimentos nada convenientes: pizza, congelados, patatas fritas, dulces y comida rápida. A pesar de que iba al gimnasio, nunca consiguió buenos resultados debido a esta alimentación.
Pero ahora ha conseguido una buena "tableta de chocolate" gracias su dieta disciplinada y una buena dosis de ejercicios tres días a la semana. ¿Su éxito? Lo atribuye a tres sencillos consejos:
1) Consumo de calorías
Carl admite que el principal error es comer demasiadas calorías al día. Después de descubrir la cantidad que su cuerpo necesita con su nivel de actividad, finalmente comenzó a ver resultados cuando se aferró a su cuota necesaria, unas 2600 calorías diarias.
2) Dieta equilibrada
Una dieta basada en la comida basura significa llenarse de calorías extra, azúcares e ingredientes artificiales. Ahora, Parnell toma platos equilibrados llenos de alimentos integrales, proteínas como el pollo, arroces integrales para los carbohidratos y muchas verduras.
3) No privarse
"He aprendido que muchas personas demonizan a los alimentos, si tomas algo fuera de tu dieta, no pasa nada si lo haces alguna vez, qué remedio ¿no?", comenta Carl. Este hombre de 37 años comenta que caer de vez en cuando en la tentación y saltarse la dieta le hace sentir que puede realizar y conseguir sus sueños sin volverse loco.
Pero no hay que equivocarse, el éxito conseguido lleva mucho esfuerzo detrás. Parnell se ha convertido en un habitual del gimnasio durante los dos últimos años: hace cuatro días de cardio, fuerza y movilidad. Además de su abdomen, ama trabajar sus pectorales y hombros.
Actualmente se está formando para obtener un certificado como entrenador personal, utilizando todo lo que ha aprendido para educar a los niños en las escuelas locales sobre la importancia de la nutrición. Mientras progresa en su evolución corporal, pregunta a sus hijos si notan la diferencia, (porque los niños siempre dicen la verdad), cuando responden que sí, que el cambio se notaba, él se lo toma como una motivación.
Carl Parnell recuerda ser muy delicado con la comida desde que tenía siete años, tanto que sus padres solo le daban lo que él quería. Siempre ha estado muy ligado al deporte, en concreto al fútbol, aunque siempre ha sido un niño "gordito". Nunca supo que hacer al respecto, pero en 2012 decidió cambiar de vida y tomar el control cuando su hija de cuatro años le dijo: "Papá, parece que te hayan inflado con una bomba de bicicleta".