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El método australiano de adelgazamiento con el que perderás peso sin darte cuenta
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cuatro sencillas pautas

El método australiano de adelgazamiento con el que perderás peso sin darte cuenta

Todo lo que sube, baja. Por eso es hora de dejar de lamentarse y ponerse manos a la obra para perder los kilos que has cogido estas vacaciones. Que no te pille la Navidad, amigo

Foto: Es australiana... y ha seguido el método. (iStock)
Es australiana... y ha seguido el método. (iStock)

La cuesta de septiembre no solo se nota en el bolsillo: también en los kilos de más que hemos cogido estas vacaciones. El chiringuito, el alcohol y las comilonas han hecho que, de pronto, los vaqueros que nos cerraban en junio ya no lo hagan. Nos ocurre a todos, así que no te sientas solo en tu drama. Además, todo lo que sube, baja. Por eso es hora de dejar de lamentarse y ponerse manos a la obra para que podamos comenzar octubre con figurín.

Lo vamos a hacer fácil. Tanto que ni siquiera nos vamos a dar cuenta de que estamos a régimen. Solo se trata de hacer unos pequeños ajustes en nuestra alimentación y... ¡voilà! Adiós kilitos de más. Para llevar a cabo el plan, nos fijaremos en las directrices de la nutricionista australiana Susie Burrell, que revela en su propio blog.

Comprometerse a tomar una cena ligera y baja en calorías lo antes posible es una manera fácil de perder unos cuantos kilos rápidamente

El método, que en un ataque de originalidad hemos bautizado como 'método autraliano', consiste en cuatro pautas muy simples que podemos seguir hasta nosotros, los que no sabemos qué es eso de hacer dieta. Atento:

1) Ponte hasta arriba en el desayuno

Nada de ayunar hasta la hora de comer o tomar un café solo. En el desayuno, ponte hasta las trancas. "Puedes elegir un par de huevos, un yogur griego o un batido de proteínas; la investigación demuestra que el consumo de 20 gramos de proteína en el desayuno ayuda a controlar la insulina en sangre, la hormona que regula el metabolismo de las grasas en el cuerpo", escribe Burrell.

Además, los desayunos altos en proteína son los que te mantienen saciado hasta la hora del almuerzo y, por lo tanto, te impiden asaltar la máquina de la oficina a las 11 de la mañana.

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Y, huelga decirlo, olvídate de los desayunos cargados de azúcar. Muchas personas comienzan el día desayunando dulces o bollería industrial que, por sí mismas, superan estas recomendaciones. No hay ninguna necesidad de tomar azúcares en el desayuno, pues contienen muchísimas calorías y son poco saciantes. Lo mejor es, como hemos dicho, las proteínas, en forma de huevos o carnes poco calóricas.

Asimismo, la hora en la que hagamos la primera comida es importante. Según explicó el entrenador británico Venice A. Fulton en una entrevista con El Confidencial, lo mejor es retrasar el desayuno hasta una hora después de levantarse, pues asegura que la primera comida del día es antinatural. Una opinión que comprarte la portavoz de la academia estadounidense de nutricionistas y dietistas Constance Brown-Riggs lo ideal es desayunar una hora después de levantarnos, pues obtendremos los beneficios saciantes de esta comida, cogiéndola con más ganas y habiendo quemado un buen puñado de calorías en la primera hora del día.

2) Come a horas exactas

Burrell asegura que es tan importante lo que se come como la hora a la que se hace. Según esta nutricionista, tomamos nuestras comidas mucho más tarde en el día de lo que lo hacíamos hace 20-30 años, por eso somos más gordos que nuestros antepasados.

No hay ninguna necesidad de tomar azúcares en el desayuno. Lo mejor es decantarse por las proteínas, en forma de huevos o carnes poco calóricas

¿Cuáles son en concreto los mejores horarios para comer? Una encuesta elaborada por 'Forza Supplements', en la que han participado más de 1.000 personas a dieta, llegó a la conclusión de que debemos adelantar todas nuestras comidas, organizando el desayuno entre las 7 y las 7:30 de la mañana, la comida principal en torno a las 12 y las 12:30 de la tarde, y la cena entre las 18 y las 18:30.

3) Cena poquísimo

Nos ocurre a todos: malcomemos delante del ordenador durante el día y luego llegamos a casa y compensamos lo no ingerido durante el día. En muchas ocasiones, por la vida de locos que llevamos, convertimos las cenas en la comida más copiosa de la jornada. Burrell es clara: "Deberíamos seguir el viejo adagio: desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo".

"La mayoría de los alimentos que comemos por la noche, cuando estamos menos activos, se almacenan, así que nos es difícil perder peso. Por esta razón, comprometerse a tomar una comida ligera y relativamente baja en calorías lo antes posible es una manera fácil de perder unos cuantos kilos rápidamente".

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Ella recomienda cenar un poco de pescado blanco y verduras, o 100 gramos de carne magra con ensalada. En total, la cena no debería sobrepasar las 400 calorías.

4) Cuenta carbohidratos, no calorías

Una dieta equilibrada y beneficiosa para la salud se compone de entre un 35-45% de carbohidratos; 20-35% de proteínas y 15-25% de grasas. Estos porcentajes demuestran la importancia de los carbohidratos en la alimentación, por lo que una dieta de 2.000 calorías diarias debe contener unas 900 calorías de carbohidratos.

[Ocho alimentos ricos en carbohidratos que hacen que adelgaces]

Pero si queremos adelgazar, hemos de elegir los mejores o reducir un poco el porcentaje. Al respecto, Burrell aconseja que las mujeres coman entre 120 y 140 gramos de carbohidratos al día, mientras que ellos pueden hacerlo de 140 a 180.

La cuesta de septiembre no solo se nota en el bolsillo: también en los kilos de más que hemos cogido estas vacaciones. El chiringuito, el alcohol y las comilonas han hecho que, de pronto, los vaqueros que nos cerraban en junio ya no lo hagan. Nos ocurre a todos, así que no te sientas solo en tu drama. Además, todo lo que sube, baja. Por eso es hora de dejar de lamentarse y ponerse manos a la obra para que podamos comenzar octubre con figurín.

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