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En este 'Laboratorio del Fuego' llevan años intentando evitar tragedias como la de Valencia
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EL RETO: Edificios SEGUROs Y EFICIENTEs

En este 'Laboratorio del Fuego' llevan años intentando evitar tragedias como la de Valencia

Un equipo de la Universidad Politécnica de Cataluña realiza pruebas con materiales de construcción y desarrolla alternativas resistentes al fuego que, además, sean sostenibles

Foto: El Laboratorio del Fuego de la UPC. (Cedida)
El Laboratorio del Fuego de la UPC. (Cedida)

En la tarde de este jueves, media España presenciaba las imágenes que llegaban de Valencia con incredulidad y estupefacción. ¿Cómo es posible que en 2024 arda, en un abrir y cerrar de ojos, un edificio que parece bastante moderno?, se preguntaban muchas personas en redes sociales y medios de comunicación. En un laboratorio de Barcelona llevan años planteándose cuestiones muy parecidas, pero su objetivo es experimentar y llegar a tener los conocimientos suficientes para evitar este tipo de tragedias.

El Laboratorio del Fuego de la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona, que pertenece a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), es exactamente lo que indica su nombre: unas instalaciones específicas y con el equipamiento adecuado para que un grupo de investigación multidisciplinar realice proyectos sobre materiales de construcción, el comportamiento que tienen en caso de incendio y el desarrollo de alternativas con mejores prestaciones.

Desde la distancia, con la prudencia de no conocer los detalles, pero con la experiencia suficiente para analizar lo sucedido, Laia Haurie Ibarra, máxima responsable del Laboratorio, comenta el incendio de Valencia. La clave de su voracidad está en "una combinación de materiales combustibles en la fachada y ciertas condiciones, como el viento", comenta en declaraciones a El Confidencial. Aunque los elementos empleados en la construcción "probablemente, estuvieran permitidos en aquel momento", pueden "implicar riesgos en determinadas circunstancias".

Investigando la propagación del fuego por la fachada

Precisamente, una de las líneas de investigación de este equipo es el estudio de la propagación de las llamas por las fachadas, el factor determinante para que los bloques valencianos quedasen calcinados en pocas horas. Partiendo de experimentos realizados a escala real, ahora "contamos con software que nos permite simular la expansión del fuego variando diferentes elementos y condiciones", explica la experta de la UPC.

placeholder Ensayo sobre el comportamiento en caso de incendio de diferentes tipos de aislantes para fachadas ventiladas. (Laboratorio del Fuego)
Ensayo sobre el comportamiento en caso de incendio de diferentes tipos de aislantes para fachadas ventiladas. (Laboratorio del Fuego)

Así pueden averiguar, por ejemplo, la influencia de contar con elementos de división entre distintas plantas. "El Código Técnico de la Edificación permite diferentes configuraciones y una de las cuestiones que hemos analizado nosotras es cuáles dificultan que un incendio salte de un piso al siguiente", apunta. Los resultados son interesantes, porque la normativa acepta diferentes soluciones, pero algunas evitan más riesgos que otras.

No obstante, los materiales son la cuestión más trascendental. Tal y como han comprobado en diversas ocasiones, resulta muy problemático "añadir materiales combustibles en la fachada, especialmente, derivados del petróleo como el poliuretano o el poliestireno expandido". Aunque menos inflamable, también puede ser peligroso el Alucobond, citado en el incendio de Valencia, un composite o material sintético formado por dos láminas de cubierta de aluminio y un núcleo relleno de agregado mineral.

placeholder Ensayo con poliestireno expandido, poliisocianurato y lana de roca. (Laboratorio del Fuego)
Ensayo con poliestireno expandido, poliisocianurato y lana de roca. (Laboratorio del Fuego)

En cualquier caso, la forma de utilizar los materiales también es clave. Por ejemplo, optar por una cámara ventilada "es muy interesante térmicamente", afirma Laia Haurie, "pero si el sellado no está muy bien resuelto, tienes un efecto chimenea". En ese sentido, diferencia la teoría de la práctica: la normativa que clasifica los materiales está basada en pruebas que se realizan "en condiciones muy controladas", de manera que un elemento puede obtener "una clasificación correcta en cuanto a su reacción al fuego"; pero después, en función de cómo sea la ejecución de la obra, "podría contribuir a la propagación del incendio por la fachada".

¿Eficacia energética y sostenibilidad vs. seguridad?

Generalmente, la colocación de estos elementos aislantes está muy relacionada con la búsqueda de una mayor eficiencia energética. Es así en los edificios modernos, pero también en las rehabilitaciones que se acometen en los que tienen más años. Por supuesto, ahorrar energía "es muy necesario", reconocen en el Laboratorio del Fuego, "pero no debería ir en detrimento de los riesgos de incendio". Entonces, ¿estamos ante un dilema?

placeholder Simulación en fachada. (Laboratorio del Fuego)
Simulación en fachada. (Laboratorio del Fuego)

No necesariamente, porque existen aislantes térmicos muy eficaces que no son combustibles. Por ejemplo, "los de tipo mineral, como la lana de roca. Además de aislante, este material procedente de la roca volcánica ofrece una protección pasiva contra el fuego". El único problema de este tipo de alternativas es que "suponen un coste más alto", advierte la investigadora.

Además de la eficacia energética, uno de los objetivos del sector de la construcción es avanzar hacia la descarbonización, es decir, tener un menor impacto ambiental. Por eso, uno de los proyectos más punteros de este grupo de investigación de la UPC es la búsqueda de soluciones biosostenibles que, además, sean resistentes a los incendios. Curiosamente, algunas de esas alternativas pasan por aprovechar los residuos agrícolas como elementos de construcción. Evidentemente, esos subproductos vegetales sí son inflamables, pero el Laboratorio del Fuego ensaya la solución perfecta.

placeholder Experimentos en el laboratorio. (Laboratorio del Fuego)
Experimentos en el laboratorio. (Laboratorio del Fuego)

"Hay que tener en cuenta que todo material tiene que cumplir con la normativa vigente y ser seguro en caso de incendio, así que nosotras ponemos el foco en que, además de tener ciertas propiedades, su comportamiento frente al fuego tiene que ser satisfactorio", destaca la investigadora. La adición de retardantes de llama en el proceso de fabricación es una de las vías para conseguirlo. Esas sustancias disminuyen el efecto del fuego, haciendo que queme más lentamente o que se vaya formando una capa carbonizada que hace más difícil la propagación de la llama. De esta forma, incluso la madera y materiales lignocelulósicos pueden ser bastante resistentes al fuego. No obstante, también se puede actuar sobre el proceso constructivo: aunque haya materiales sostenibles que puedan arder con más facilidad, siempre es posible ocultarlos y "hacer que las superficies expuestas sean de materiales no combustibles".

Laboratorio, experimentos a gran escala y simulación

¿Cómo se estudia todos estos comportamientos en el Laboratorio del Fuego? En las instalaciones universitarias, los experimentos se llevan a cabo a pequeña escala, con muestras de materiales que suelen superar los 30x40 centímetros. "Tenemos equipos para someterlas a diferentes temperaturas o a llamas de forma directa", explica Laia Haurie. De esta forma, evalúan parámetros fundamentales, como el goteo o la liberación de humos, tanto en materiales ya comerciales como en los que desarrolla el propio equipo de investigación.

placeholder Detalle de un experimento con materiales. (Laboratorio del Fuego)
Detalle de un experimento con materiales. (Laboratorio del Fuego)

El siguiente escalón son los ensayos a gran escala que realizan fuera del laboratorio, en recintos controlados y con el apoyo de los bomberos de Barcelona o de la Generalitat, para garantizar la seguridad. "Quemamos prototipos para evaluar cuestiones más complejas", precisamente, por ejemplo, "la propagación en una fachada". Aunque los análisis no se reducen solo a edificaciones, ya que "para un proyecto utilizamos vagones de tren", apunta.

El objetivo es monitorizar todo: los sensores recogen los datos y la información que se vuelca en los ordenadores será esencial para la otra pata de este trabajo, los trabajos de simulación. "Lo que hacemos es recrear el mismo escenario y, cuando la simulación es correcta, nos permite añadir variables", señala la experta, "por ejemplo, qué pasa si se rompen las ventanas o cambian las condiciones de oxígeno". Así volvemos al principio: estos programas pueden determinar, entre otras cosas, cómo influyen las rachas de viento en un incendio como el de Valencia.

placeholder En el laboratorio. (Laboratorio del Fuego)
En el laboratorio. (Laboratorio del Fuego)

Docencia, divulgación, normativas y empresas

Más allá de la investigación en sí, todo este trabajo liderado por cuatro mujeres de diferentes disciplinas (Laia es química y profesora de materiales; Alina Avellaneda, arquitecta técnica e ingeniera en organización industrial; Pilar Giraldo, arquitecta; y Ana María Lacasta, física) también tiene una perspectiva docente. "Queremos transmitir la importancia de los riesgos en caso de incendio en las construcciones a los futuros profesionales del sector, en concreto, los arquitectos técnicos", aseguran. Así, las actividades prácticas de diferentes asignaturas a lo largo de la carrera pasan por los experimentos en el Laboratorio del Fuego.

También acuden a la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona empresas que desean probar los productos que están desarrollando, sometiéndolos a test relacionados con el fuego. "Colaboramos tanto con el sector de la construcción como con el agrícola para analizar la viabilidad de introducir ciertos materiales para la edificación de forma real", comenta la responsable del equipo. "Suele ser un proceso largo", reconoce, "pero estamos trabajando en ello".

Foto: Los bomberos, en el edificio de Valencia. (EFE Biel Aliño)

Sin embargo, el fruto de este trabajo no solo se puede plasmar en la construcción, sino también en las normativas: este equipo de la UPC asesora y realiza informes que pueden sentar las bases de cambios legislativos y recomendaciones. Y no es menos importante divulgar los conocimientos a la sociedad en general, algo que suelen hacer en colaboración con los bomberos: "Tanto los técnicos como la sociedad en general deberíamos conocer los riesgos y las maneras de evitar incendios".

En la tarde de este jueves, media España presenciaba las imágenes que llegaban de Valencia con incredulidad y estupefacción. ¿Cómo es posible que en 2024 arda, en un abrir y cerrar de ojos, un edificio que parece bastante moderno?, se preguntaban muchas personas en redes sociales y medios de comunicación. En un laboratorio de Barcelona llevan años planteándose cuestiones muy parecidas, pero su objetivo es experimentar y llegar a tener los conocimientos suficientes para evitar este tipo de tragedias.

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