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Boicot 'tech' por criticar a Israel: por qué Silicon Valley es clave en la guerra en Gaza
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"ANIMAMOS A CANCELAR"

Boicot 'tech' por criticar a Israel: por qué Silicon Valley es clave en la guerra en Gaza

Tras insinuar que Israel está cometiendo "crímenes de guerra", la mayor conferencia tecnológica de Europa ha sufrido una ola de cancelaciones de firmas de Israel y EEUU. Los lazos tecnológicos entre ambos países tienen años de historia

Foto: Paddy Cosgrave, fundador de Web Summit, en la edición de 2022. (EFE/EPA/Miguel A. Lopes)
Paddy Cosgrave, fundador de Web Summit, en la edición de 2022. (EFE/EPA/Miguel A. Lopes)

Insinuar que Israel está cometiendo "crímenes de guerra" en Gaza le está saliendo muy caro al Web Summit, la conferencia tecnológica más importante de Europa. Su fundador, el irlandés Paddy Cosgrave, deslizó esta idea hace unos días y la reacción ha ido mucho más allá de una cascada de críticas e insultos en redes sociales. La parte más delicada está en una avalancha de cancelaciones por parte de empresas clave del sector. Muchas de ellas aseguran que no solo no acudirán a este cita, que tendrá lugar en Lisboa a mediados de noviembre, sino que tampoco participarán en otros eventos impulsados por esta organización.

La guinda la puso la embajada de Israel en Portugal, que también ha rechazado presentarse en esta conferencia. "Decenas de empresas ya han cancelado su participación en esta conferencia y animamos a otras a hacerlo", decía su comunicado. Entre ellas, no solo se contaban representantes de empresas israelíes, incluidos unicornios como Taboola, Wiz o Al21 Labs, sino que también ha destacado el papel de distintas personalidades estadounidenses del sector, como Ravi Gupta, socio de Sequoia Capital, Philippe Botteri, consejero delegado de Accel, o Garry Tan, presidente de YCombinator, la aceleradora más importante de Silicon Valley. Hubo hasta quien acusó a Cosgrave de "apoyar la decapitación de bebés".

Las palabras del fundador de Web Summit que provocaron todo esto se publicaron en X, antes conocida como Twitter, y fueron las siguientes. "Me sorprende la retórica y las acciones de tantos líderes y gobiernos occidentales, con la excepción en particular del Gobierno de Irlanda, que por una vez está haciendo lo correcto. Los crímenes de guerra son crímenes de guerra, incluso cuando los cometen aliados, y deben denunciarse por lo que son", dijo el pasado 13 de octubre, refiriéndose a que la respuesta israelí se podía transformar en un castigo colectivo a toda Palestina, en lugar de a Hamás. Israel, en una línea similar a su polémico comunicado dirigido al Gobierno de España, defendió que eran unas "opiniones políticas extremistas".

Además, aseguraron que era "incapaz" de "denunciar las actividades terroristas de Hamás". Unas horas después, el fundador de Web Summit definió estos ataques como "indignantes", "repugnantes" y "un acto de maldad monstruosa". Pero nada de eso, añadió, da derecho a "violar el derecho internacional". En cualquier caso, también pidió disculpas. "Entiendo que lo que dije, cuándo lo dije y la forma en que se ha presentado han causado disgusto a muchos. A cualquiera que se haya sentido herido por mis palabras le pido profundamente disculpas", expresó.

Nada de eso le ha valido de mucho. La puntilla la han dado las cancelaciones de Google, Amazon y Meta, que han acabado de forzar la dimisión de Cosgrave al frente de Web Summit, anunciada este mismo sábado.

Foto: El nuevo presidente de Y Combinator, Garry Tan. (Web Summit)

El episodio que ha puesto en jaque a esta conferencia es un reflejo de la importante influencia del sector tecnológico, y su posición proisraelí, en este conflicto. "YCombinator se bajó del evento porque son gente que tiene un sentido ético, no lo hicieron por Israel. Se dieron cuenta de que hablar de crímenes de guerra después de que mataran a 1.400 ciudadanos israelíes es una barbaridad", asegura Martín Varsvasky, empresario hispanoargentino y judío, conocido por ser el fundador de Jazztel.

Varsvasky, que está siendo uno de las personalidades tecnológicas más activas en redes sociales —al menos, en España—, sostiene que Cosgrave hizo un "comentario antisemita". "Es normal que se rechace, igual que nosotros rechazaríamos un comentario antiislámico", incide en conversación con El Confidencial. "La gente que está en tecnología entiende cómo funciona el mundo y es gente muy educada, así que se da cuenta de que Israel está en una lucha existencial con un enemigo que quiere su eliminación. Hamás es igual que el ISIS", remarca. Preguntado por ese papel del sector tecnológico en el conflicto, responde que "es normal que haya más interacción ahí que en un sector como el trigo, porque ahí Israel no es un gran productor".

Un país de startups (y tecnología militar)

En efecto, Israel es uno de los polos tecnológicos más importantes en todo el mundo. De hecho, después de Corea del Sur, es el país que mayor porcentaje del PIB dedica a investigación, desarrollo e innovación, un 4,3%. "Es impresionante lo que hay allí a nivel de I+D+i, con muchos centros tecnológicos y acuerdos de investigación o desarrollo conjuntos en algunas áreas. Son muy fuertes en eso", explica Alberto de Torres, profesor de ESIC y exdirector regional de desarrollo de negocio en Tecnalia Research & Innovation, cargo con en el que visitó varias veces el país.

Lógicamente, eso ha tenido su efecto en el ecosistema de startups. Según el informe The Global Startup Ecosystem Report 2023, en 2022 había algo más de un millar de startups solo en Tel Aviv y, en suma, alcanzan un valor de 235.000 millones de dólares. De hecho, el estudio lo sitúa como el quinto mejor entorno del mundo, solo por detrás de Silicon Valley, Nueva York, Londres y Los Ángeles. Algunas de ellas, por cierto, han sido muy críticas con el Gobierno de Netanyahu, como se vio hace unos meses en el movimiento Hi-Tech Protest, formado por dos centenares de firmas que criticaron duramente la concentración de poder en el Ejecutivo.

placeholder La Cúpula de Hierro israelí intercepta misiles lanzados desde Gaza el pasado 11 de octubre de 2023. (EFE/EPA/Mohammed Saber)
La Cúpula de Hierro israelí intercepta misiles lanzados desde Gaza el pasado 11 de octubre de 2023. (EFE/EPA/Mohammed Saber)

Entre los nombres más sonados de las stratups israelíes, está la ya mencionada Taboola, una de las firmas con más peso en la publicidad digital de todo el mundo, o StarkWare, dedicada a la criptografía y las cadenas de bloques, que tuvo la fortuna de convertirse en unicornio en noviembre de 2021, justo cuando bitcoin alcanzó su máximo histórico. Sin embargo, y pese a su éxito, estos no son los ámbitos tecnológicos más destacados de la industria israelí, que está más centrada en campos como defensa, ciberseguridad o inteligencia artificial. Ahí está el caso de la Cúpula de Hierro, un escudo antimisiles que lleva en funcionamiento desde 2011 y fue creado por Rafael Advanced Defense Systems, empresa estatal y una de las más punteras del país.

Además, Israel también se ha convertido en una referencia en cuanto a herramientas de reconocimiento facial, las vallas inteligentes o el software de espionaje. Aquí hay que recordar que fue NSO, una firma israelí, la que desarrolló Pegasus, un programa capaz de hackear cualquier teléfono sin que el usuario se dé cuenta y, lo más preocupante, sin que tenga que picar en ninguna trampa. Es una herramienta que ha infectado decenas de miles de dispositivos en todo el mundo, incluyendo los móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o el fundador de Amazon, Jeff Bezos. Y no es la única empresa israelí que ha creado productos similares, ya que también nació allí Cytrox y su Predator o de Candiru con Sorgum.

Las sucursales de Silicon Valley en Israel

Por supuesto, para alcanzar este nivel de desarrollo también ha sido clave tener a Estados Unidos como principal aliado geopolítico, algo que se refleja en sus robustas alianzas comerciales. "La financiación viene, sobre todo, de EEUU. Es un win-win para las dos partes, ya que Israel aporta desarrollos de alta tecnología en materias clave", indica De Torres. De hecho, no son pocas las startups israelíes que, una vez adquieren cierta solidez, acaban colocando su sede en suelo estadounidense. Por ejemplo, la ya mencionada Wiz, dedicada a la ciberseguridad, tiene su oficina central en Nueva York.

Sin embargo, California suele llevarse la palma. Allí se han acomodado 35 unicornios israelíes, del total de 88 que hay en todo EEUU. Es lo que explica que, en mitad del colapso de Silicon Valley Bank, el Gobierno de Israel tuviera que apresurarse a ofrecer liquidez para no generar problemas mayores para los empresarios. Pero también que ya haya inversores estadounidenses avisando de que lo ocurrido en Gaza está afectando a la operativa habitual de Silicon Valley. Además, distintos fondos o inversores a título individual han anunciado donaciones para ayuda humanitaria, como General Catalyst o Insight Partners, con oficinas en Tel Aviv, que ha aportado un millón de dólares.

Foto: Cybergym, un centro de formación en ciberguerra de la Israel Electric Corporation. (Reuters/Ronen Zvulun)

En cualquier caso, las grandes tecnológicas estadounidenses también han hecho el camino inverso y han abierto allí oficinas clave para su negocio. Son los casos de Google, Microsoft, Amazon, Apple, Meta, IBM, Oracle o Intel, entre muchas otras. "A mí se me han presentado oportunidades muy buenas; sobre todo, cuando pasé a trabajar en alta tecnología, porque es más avanzado y, siendo sinceros, se paga mejor", cuenta Myriam Querub, madrileña judía que lleva una década viviendo en Israel, donde llegó después de estudiar ingeniería mecánica.

En su caso, comenzó trabajando en empresas relacionadas con defensa o inteligencia, pero ahora se ha incorporado a la sede de Google en Tel Aviv, donde se dedica a tareas relacionadas con el análisis de datos y la inteligencia artificial. "Hay mucha relación y muy sana con Silicon Valley", dice, recordando que solo esta tecnológica tiene 2.000 empleados allí. "También hay muchas aceleradoras para impulsar que todo aquel que tenga una preparación técnica pueda acabar trabajando en alta tecnología", agrega.

Sobre las mudanzas de las startups nacionales al valle californiano, Querub explica que se trata una forma de posicionarse en el mercado global. "Lo normal es que el desarrollo lo dejen aquí, porque hay mucha cualificación, y allí las ventas o relaciones públicas", detalla, recordando que una parte importante de los desarrollos del modelo de lenguaje de Meta, LLaMa 2, tuvieron lugar en Israel.

placeholder El presidente de EEUU, Joe Biden, junto a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, durante su visita. (DPA/GPO/Avi Ohayon)
El presidente de EEUU, Joe Biden, junto a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, durante su visita. (DPA/GPO/Avi Ohayon)

Con todo, también cree que hay que sopesar el potencial tecnológico de Israel. "Hay mucho alarde con lo avanzada que es la inteligencia y la tecnología, pero ha habido errores graves, como vimos todos el 7 de octubre, y eso provocó una masacre contra la población civil", lamenta. "Tendrá que haber una investigación, porque saben hasta cuando se cuela un perro o un gato, y esto no se explica".

Sobre lo ocurrido con las cancelaciones del WebSummit, Querub considera que "tiene mucho sentido que se bajen del evento", ya que "no es un país muy grande y casi todo el mundo tiene un familiar, amigo o amigo de amigo que ha muerto o sido secuestrado" tras aquel ataque de Hamás. "Creo que es un tema de principios, no solo de interés por la influencia de la tecnología y de intereses", defiende.

Los trabajadores del sector, además, suponen cerca del 15% de la fuerza laboral de todo el país, algo que explica que estén siendo llamados a la reserva militar de forma masiva. Según una estimación de Financial Times, entre el 10 y el 15% de los 360.000 reservistas son empleados de alguna tecnológica. "Un día estás con tu ordenador vendiendo software y, de repente, te ves reclutado y con un uniforme", ilustra Querub.

Insinuar que Israel está cometiendo "crímenes de guerra" en Gaza le está saliendo muy caro al Web Summit, la conferencia tecnológica más importante de Europa. Su fundador, el irlandés Paddy Cosgrave, deslizó esta idea hace unos días y la reacción ha ido mucho más allá de una cascada de críticas e insultos en redes sociales. La parte más delicada está en una avalancha de cancelaciones por parte de empresas clave del sector. Muchas de ellas aseguran que no solo no acudirán a este cita, que tendrá lugar en Lisboa a mediados de noviembre, sino que tampoco participarán en otros eventos impulsados por esta organización.

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