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La cumbre de paz termina sin acuerdo, pero con certezas: los países árabes no aceptarán los refugiados de Gaza
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La cumbre de paz termina sin acuerdo, pero con certezas: los países árabes no aceptarán los refugiados de Gaza

La cumbre de paz en Egipto dejó claro que los países árabes no van a aceptar un "desplazamiento forzoso" de los refugiados palestinos al Sinaí

Foto: Un camión de ayuda humanitaria regresa a Egipto tras la entrega en Gaza. (DPA/Sayed Hassan)
Un camión de ayuda humanitaria regresa a Egipto tras la entrega en Gaza. (DPA/Sayed Hassan)

Las expectativas no eran muy altas, pero aun así los países europeos —entre ellos, España— se presentaron este sábado en Egipto para una cumbre internacional por la paz en Gaza, foco de las represalias militares israelíes desde el 7 de octubre. Países clave en el conflicto, como el propio Israel o Irán, no estuvieron entre la veintena de líderes que se reunieron en El Cairo, y Estados Unidos envió apenas a su encargada de negocios en el país.

El objetivo era otro: demostrar a los países árabes que Europa está por la labor de escucharlos y encontrar un terreno sobre el que trabajar para una casi imposible desescalada en la Franja. Y, sin embargo, pese al fino atisbo de esperanza que fue la entrada el sábado de esos primeros 20 camiones de ayuda humanitaria a la población palestina asediada, la cumbre terminó sin ningún acuerdo conjunto y dejando claras las divisiones: el statu quo previo al ataque de Hamás es imposible de recuperar y los países árabes no van a ceder en la acogida masiva de palestinos desplazados de Gaza por Israel, que ven como un plan de limpieza étnica del territorio palestino.

Foto: Un hombre herido es trasladado al Hospital Al Shofa el 13 de octubre. (EFE/Haitham Imad)

Sin renunciar a su apoyo al "derecho a defenderse" de Israel "dentro del derecho internacional", los países europeos centraron sus intervenciones en la necesidad de aliviar la crisis humanitaria que sufren los más de 2 millones de habitantes de la Franja, sin acceso a suministro eléctrico, combustible, de agua o de alimentos desde hace días por el bloqueo israelí.

Los primeros 20 camiones son, según Naciones Unidas, insuficientes para una Franja en la que, antes de la ofensiva israelí, normalmente entraban más de un centenar de camiones diarios con suministros. Las delegaciones europeas, incluida la española con Pedro Sánchez a la cabeza, han pedido un alto el fuego humanitario y el envío sin restricciones de ayuda humanitaria.

Sin embargo, para los países árabes, la cuestión iba más allá. El presidente de Egipto, Abdelfatah Al Sisi, llamó a reactivar un proceso de paz para el establecimiento de un Estado palestino. "Ha llegado el momento de borrar la ilusión política de que el statu quo puede mantenerse", declaró.

Y para ello, se tocó uno de los puntos más delicados para el propio anfitrión de la cumbre, pero también el resto de países árabes: el rechazo de plano a recibir refugiados palestinos empujados por la que parece inminente ofensiva terrestre israelí sobre el norte de Gaza. Por el momento, Israel ha demandado a los gazatíes la evacuación hacia el sur de la Franja, pero voces públicas en Tel Aviv ya han señalado la posibilidad de que estos desplazados avancen más allá de los masificados campos de refugiados actuales en el sur de Gaza hacia el desierto del Sinaí, en Egipto, al otro lado de la frontera de la Franja.

Foto: Un soldado israelí sobre un howitzer cerca de la frontera con Gaza. (Reuters/Violeta Santos Moura)

Desde Israel, el argumento es humanitario; para evitarles a los civiles gazatíes continuar siendo víctima de los bombardeos masivos sobre la Franja y la posible incursión terrestre. Para los países árabes, Israel podría aprovechar esta oportunidad para forzar cambios demográficos permanentes que destruyan las demandas palestinas de un Estado propio en Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. El final definitivo de la solución de "dos estados".

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, afirmó en la cumbre que los palestinos "nunca se irán de su territorio" y "resistirán hasta el final" ante los intentos de Israel de "desplazar de forma forzosa" a la población de Gaza hacia Egipto. El rey de Jordania (país que comparte frontera con Cisjordania), Abdalá II, también ha sido estos días drástico: "Sin refugiados a Egipto, sin refugiados a Jordania". Al Sisi ha propuesto, en su lugar, que Israel traslade a los gazatíes al desierto del Négev (en territorio israelí).

La negativa de los países árabes en recibir a refugiados palestinos tiene profundas raíces históricas. Tras la guerra de 1948, cuando se creó el Estado judío, unos 700.000 palestinos fueron expulsados o huyeron del territorio que hoy es Israel. Tras la guerra de 1967, cuando Israel ocupó Cisjordania y la Franja de Gaza, otros 300.000 palestinos huyeron, la mayoría a Jordania. Desde entonces, Israel se ha negado a cualquier demanda palestina de derecho al retorno, argumentando que la vuelta de los ahora millones de descendientes de esos expulsados amenazaría la mayoría judía del país. Egipto y otros países árabes temen que, con la guerra de 2023, que no tiene un calendario ni un plan público para Gaza tras la ofensiva israelí, suceda lo mismo. Con este historial, los países árabes ya han adelantado que no van a confiar en las promesas israelíes.

Según Al Sisi, la actual guerra de Israel en Gaza no solo pretende, como objetivo declarado públicamente, acabar con Hamás, sino que sería también "un intento de empujar a los habitantes civiles [de Gaza] a migrar a Egipto". Este éxodo —continúa—, tiene como objetivo "eliminar la causa palestina, la causa más importante en nuestra región". El hecho de que Al Sisi hiciera esos comentarios en una rueda de prensa tras su encuentro con Olaf Scholz, canciller alemán, señala lo que se ha ido filtrando a los medios, que hay presión internacional por parte de países occidentales para que Egipto acepte los refugiados.

El viceministro de Exteriores israelí y diplomático Daniel Ayalon ha afirmado, en distintas entrevistas a medios occidentales, que Israel "no está diciendo a los gazatíes que se vayan a las playas [en referencia al cierre de todas las fronteras] o se ahoguen... Dios no lo quiera. Hay espacio casi infinito en el desierto del Sinaí, justo al lado de Gaza. La idea es que vayan al desierto del Sinaí. [...] La comunidad internacional les construirá diez ciudades y les dará comida [...] Egipto debería aceptarlo". Aunque puntualiza, "temporalmente".

Esta visión es cada vez más compartida en Tel Aviv. El think tank Mishgav Institute, dirigido por el antiguo asesor de Seguridad Nacional del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acaba de publicar un informe titulado Un plan para la reubicación y rehabilitación final en Egipto de la totalidad de la población de Gaza, en el que asegura que hay ahora "una única y rara oportunidad de evacuar la Franja de Gaza", hecho que "se pone en línea con los intereses económicos y geopolíticos de Israel, Egipto, Estados Unidos y Arabia Saudí", en una oportunidad que "quizá nunca más se dé".

Foto: Un palestino llora sobre el cuerpo de su sobrino muerto en un bombardeo israelí. (EFE/Mohammed Saber)

Y esto es solo lo que se dice públicamente, desconocemos las presiones que se puedan dar entre bambalinas diplomáticas. La situación ha llegado a tal punto que un antiguo embajador israelí, Michael Harari, ha advertido que "las irresponsables declaraciones de algunos funcionarios israelíes pidiendo a los habitantes de Gaza que huyan al Sinaí han tensado gravemente los lazos con Egipto". En su texto, recomienda que el gobierno de Israel debe dejar claro que no empujará a los palestinos a Egipto, para salvar las relaciones bilaterales.

El tratado de paz con Egipto, en peligro

La posición egipcia es especialmente delicada, como vecino (comparte frontera con Gaza y con Israel), aliado (mantiene un acuerdo de paz con Tel Aviv desde 1979 y numerosas áreas de colaboración, entre otras, la lucha contra el terrorismo en el Sinaí) y gigante demográfico inmerso en una galopante crisis económica. Esta última es meramente práctica, el país no tiene la capacidad para asimilar tantos refugiados de golpe. Según reporta el Financial Times, un funcionario egipcio llegó a decir a su homólogo europeo que, si les enviaban un millón de palestinos, Egipto "los pondría rumbo a Europa".

Más allá de la cuestión del estado palestino, Al Sisi tiene otros argumentos en su cargamento: ha señalado que un éxodo masivo podría simplemente trasplantar a los militantes de Hamás y otros grupos a la península egipcia del Sinaí (que ya sufre su propia insurgencia terrorista), desde donde podrían lanzar ataques contra Israel.

Si el Sinaí egipcio se convirtiera en una base para atacar a Israel, Tel Aviv "tendría el derecho a defenderse a sí misma… Atacando territorio egipcio", continuó elaborando Al Sisi. Un ataque israelí en territorio egipcio pondría así en peligro el tratado de paz entre ambos países, en pie desde hace 40 años. "La paz que hemos logrado [entre Egipto e Israel] desaparecería", dijo, "todo por esa idea de eliminar la causa palestina".

Las expectativas no eran muy altas, pero aun así los países europeos —entre ellos, España— se presentaron este sábado en Egipto para una cumbre internacional por la paz en Gaza, foco de las represalias militares israelíes desde el 7 de octubre. Países clave en el conflicto, como el propio Israel o Irán, no estuvieron entre la veintena de líderes que se reunieron en El Cairo, y Estados Unidos envió apenas a su encargada de negocios en el país.

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