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May juega contra reloj: aplaza la votación del acuerdo para dos semanas antes del Brexit
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¿retrasar el divorcio? EL MIÉRCOLES deciden

May juega contra reloj: aplaza la votación del acuerdo para dos semanas antes del Brexit

Ante unas filas completamente divididas y un Westminster sin claras mayorías, la Cámara de los Comunes no votará el Acuerdo de Retirada hasta el 12 de marzo

Foto: Theresa May durante su encuentro con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Egipto. (Reuters)
Theresa May durante su encuentro con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Egipto. (Reuters)

Theresa May ha puesto finalmente las cartas sobre la mesa. Y no ha habido sorpresas. Ante unas filas completamente divididas y un Westminster sin claras mayorías para ninguna de las opciones planteadas para el divorcio, la 'premier' ha decidido esperar hasta el último momento: la Cámara de los Comunes no votará el Acuerdo de Retirada hasta el 12 de marzo, tan sólo dos semanas antes de que se cumpla la fecha del Brexit.

La salida sin pacto siempre ha sido su gran as en la manga. Pese a la presión de varios miembros de su propio Gabinete, la líder 'tory' se niega descartar formalmente este escenario, con la esperanza de que el miedo ante el caos fuerce ahora a sus señorías a respaldar el pacto que rechazaron por una abrumadora mayoría el pasado mes de enero.

Este miércoles habrá una sesión parlamentaria clave. Y hay muchas posibilidades de que sus señorías apuesten por ampliar plazos

Tras cosechar la que fue una derrota histórica, May ha ido posponiendo continuamente el momento de la verdad. Se suponía que debía haber presentado un Plan B. Pero, en su lugar, ha ido dejando pasar semanas en el calendario, prometiendo una y otra vez a los diputados que será capaz de conseguir concesiones de Bruselas para mejorar el documento que cerró con los Veintisiete en noviembre.

El "backstop", la salvaguarda con la que se quiere impedir frontera dura en Irlanda, es el principal escollo, ya que, tal y como está planteado, muchos diputados temen quedarse sine die atrapados en la normativa comunitaria.

La UE se niega a reabrir las negociaciones del Acuerdo de Retirada. Sin embargo, los rumores apuntan a posibles cambios en la Declaración Política -el segundo documento sobre las futuras relaciones-, para aclarar que el backstop tan sólo será una medida temporal. La manera en la que se redacten estas modificaciones y, sobre todo, si se tratan de cambios legalmente vinculantes o no, serán los factores decisivos para poder hacer cambiar de opinión a la Cámara de los Comunes, y ante todo, al núcleo duro euroescéptico del Partido Conservador.

Foto: Manifestantes a favor de la independencia de Cataluña en Picadilly Circus, Londres. (Reuters)

¿Retrasar el Brexit?

En cualquier caso, este miércoles habrá una sesión parlamentaria clave. Y hay muchas posibilidades de que sus señorías apuesten por ampliar plazos y solicitar a la UE una extensión del artículo 50.

Los diputados deberán votar una serie de enmiendas y la presentada por la laborista Yvette Cooper y el conservador Oliver Letwin ha tomado todo el protagonismo. La propuesta plantea retrasar el Brexit si para mediados de marzo no se ha conseguido cerrar un nuevo acuerdo con Bruselas. Cooper no consiguió sacarla adelante a finales de enero. Pero en esta ocasión, hasta tres ministros -Greg Clark, Amber Rudd y David Gauke- le han mostrado su apoyo públicamente. Los miembros del Gabinete aseguran que se verán obligados a rebelarse y respaldar la enmienda para evitar una ruptura caótica, si el núcleo duro euroescéptico continúa con sus amenazas de votar en contra del Acuerdo de Retirada.

May insiste en que una extensión de plazos “no resuelve el problema”. “Llegará un momento en el que necesitaremos tomar una decisión, alargar ese momento no es la solución”, matiza.

Por su parte, en el entorno del Partido Laborista, cada vez toma más fuerza el respaldo a un segundo referéndum, opción que incluso ha sido apoyado públicamente estos días por John McDonnell, portavoz de Economía y mano derecha del líder Jeremy Corbyn, y Tom Watson, “número dos” de la formación. En este sentido, este miércoles también podría ser aprobada la enmienda planteada por Peter Kyle y Phil Wilson. Los que estos dos laboristas proponen es que Westminster respalde el Acuerdo de Retirada si May se compromete a someterlo luego a escrutinio de la ciudadanía con un nuevo referéndum.

placeholder Un manifestante antiBrexit protesta junto al Parlamento, en Londres. (EFE)
Un manifestante antiBrexit protesta junto al Parlamento, en Londres. (EFE)

Sus creadores aseguran que el plan cuenta con tres “ventajas” importantes. “Primero, sería una manera de reconciliar al país, cualquiera que sea el resultado, porque se habría pronunciado tanto el Parlamento como los ciudadanos. Segundo, ofrecería un final definitivo al debate sobre el Brexit. Tercero, rompería la parálisis en la que se encuentra Westminster”, matiza Kyle.

Según los rotativos, la propuesta cuenta con el apoyo de influyentes parlamentarios proUE, entre ellos, Sarah Wollaston, Dominic Grieve y Anna Soubry, y está siendo considerado también seriamente por “figuras de alto nivel del propio Ejecutivo” como una opción para desbloquear la peor crisis institucional de la historia del Reino Unido. Este plan requeriría, eso sí, una extensión del artículo 50, como mínimo hasta septiembre, para poder preparar el nuevo plebiscito. Por lo que, a priori, es complejo que May vaya aceptarlo.

La 'premier' sigue determinada a cumplir con el calendario. En cualquier caso, si finalmente logra “in extremis” el apoyo de la Cámara de los Comunes, aunque se niegue a convocar un nueva consulta, la extensión de plazos parece inevitable, ya que, aparte del Acuerdo de Retirada, Westminster debe aprobar además hasta 6 leyes para “transformar” el actual marco comunitario en normativa británica. Parece que la incertidumbre va a durar hasta el último momento.

Theresa May ha puesto finalmente las cartas sobre la mesa. Y no ha habido sorpresas. Ante unas filas completamente divididas y un Westminster sin claras mayorías para ninguna de las opciones planteadas para el divorcio, la 'premier' ha decidido esperar hasta el último momento: la Cámara de los Comunes no votará el Acuerdo de Retirada hasta el 12 de marzo, tan sólo dos semanas antes de que se cumpla la fecha del Brexit.

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