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¿Extender la OTAN al Pacífico? EEUU busca nuevas fórmulas para contener a China
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entrevista a Mirna Galic

¿Extender la OTAN al Pacífico? EEUU busca nuevas fórmulas para contener a China

El problema de la Alianza Atlántica es que, por definición, no opera en el Pacífico, que es donde se encuentra el gran desafío contemporáneo que amenaza la hegemonía de Washington

Foto: La analista de políticas para China y Extremo Oriente del Instituto por la Paz de Estados Unidos, Mirna Galic, posa para El Confidencial. (Daniel González)
La analista de políticas para China y Extremo Oriente del Instituto por la Paz de Estados Unidos, Mirna Galic, posa para El Confidencial. (Daniel González)
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Estados Unidos está movilizando todos sus recursos diplomáticos, militares y económicos para crear una fuerza de contención internacional con la que enfrentarse al auge de China. Sucede que su principal instrumento de defensa global coordinada, la OTAN, opera en el Atlántico, mientras que la nueva amenaza está en el Pacífico. Por eso, una de las ideas en auge es estrechar lazos entre los aliados de ambos océanos, creando un eje que de la vuelta al mundo, incluyendo a los cuatro socios de la Alianza Atlántica en la zona: Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Mirna Galic, analista de políticas para China y Extremo Oriente del Instituto por la Paz de Estados Unidos, ha presidido a un grupo de expertos para elaborar un informe que expone y desarrolla esta idea y que cuenta con el respaldo de la Administración Biden.

PREGUNTA. Vamos a hablar de bloques geopolíticos, así que déjame hacerte una primera pregunta introductoria. ¿Podemos decir ya que estamos en una nueva Guerra Fría?

RESPUESTA. Supongo que depende de la perspectiva. Yo no usaría esa definición. Creo que tanto la Unión Europea como Estados Unidos han descrito con claridad su relación con China. Usando las palabras de la propia UE, China es un rival estratégico y un competidor económico. Y creo que Estados Unidos, como quedó claro durante la reunión del presidente Biden y el presidente Xi en noviembre, también confirma que Estados Unidos y China están en competencia. Así que creo que lo que Estados Unidos entiende y lo que Europa probablemente quiere que Estados Unidos siga entendiendo, es que ese tipo de competencia tiene que gestionarse de manera responsable, para que no nos conduzca a un enfrentamiento, un conflicto, o incluso algún tipo de guerra, fría o caliente. Sin embargo, creo que el concepto de competencia es una buena manera de describir la relación ahora mismo. Yo no hablaría de Guerra Fría, porque eso evoca todo tipo de cosas que quizás están en el pasado para todos nosotros.

P. Acabas de presentar un informe sobre los lazos que se están estrechando entre la OTAN y los aliados de Estados Unidos en el Pacífico. Son países que rodean a China. ¿Constituyen una primera barrera de contención? ¿Cuál es la verdadera fuerza de esa alianza en términos prácticos?

R. Creo que es beneficioso para ambas partes que esos lazos se refuercen. Para Europa, son países con los que la OTAN ha estado interactuando durante más de dos décadas. Si miras a Japón, firmaron sus primeros acuerdos políticos con la OTAN hace más de una década y hay muchas razones para redoblar ese compromiso. Entre el grupo de socios globales de la OTAN son países bastante únicos porque tienen gobiernos democráticos, algo no tan habitual en la región. Además, tienen fuerzas militares potentes, tienen economías boyantes, y comparten valores con los países de la OTAN y con la Unión Europea en concreto. Y son capaces de proporcionar una perspectiva única para entender a China y los desafíos de seguridad que plantea. Son naciones que han vivido siempre cerca de China, entienden cómo funciona y obtienen información de primera mano también sobre la seguridad en la región, por ejemplo sobre Corea del Norte.

"Estos países del Pacífico sienten que China plantea una amenaza potencial en la región"

P. ¿Qué beneficios prácticos tiene para estos países hacer alianzas con la Unión Europea? Y viceversa.

R. Estos países están bastante interesados en que Europa entienda que, así como la guerra en Ucrania tiene un impacto indirecto en su seguridad regional, las acciones de China en la región del Indo-Pacífico también pueden impactar indirectamente en la seguridad europea. No es tan obvio como lo que Rusia está haciendo en tu vecindario, pero es igualmente importante. En cuanto a los aliados asiáticos, son países que valoran tener interoperabilidad con los socios de la OTAN y estar involucrados en las discusiones de la OTAN sobre la región. Y, como decía, son socios con ideas afines y valoran genuinamente poder involucrarse en este marco.

P. Desde una perspectiva europea, no es tan evidente que estos países quieran alinearse con la OTAN en lugar de hacerlo con el poder regional, con China.

R. La mayoría, especialmente Japón y Corea, sienten que China plantea una amenaza potencial en la región. Las actividades de China dan motivos para pensarlo. Mientras, Australia y Nueva Zelanda ven un problema en la forma en la que China está socavando el orden internacional y sus reglas. Así que creo que están eligiendo alinearse con socios que comparten sus mismos valores y que no los están amenazando. Por eso creo que ponen gran énfasis en sus alianzas con Estados Unidos y quieren alcanzar una coordinación más amplia con Europa.

"Europa ya considera a China un rival estratégico y un país con el que no comparte valores político"

P. En Europa, como sabes, estamos en una situación muy particular en este momento. Por un lado, estamos en primera línea en el conflicto con Rusia, pero somos muy dependientes de la defensa estadounidense. Por otro lado, la guerra comercial entre China y Estados Unidos nos deja en una situación incómoda. Finalmente, la fragilidad política de Estados Unidos y la posibilidad de que regrese Trump nos hace dudar de la solidez de lo que ha sido nuestra situación en el mundo hasta ahora. ¿Por qué deberíamos entregarnos a una alianza que no sabemos si es confiable a corto plazo? ¿Por qué tenemos que tomar partido?

R. Como dije cuando comenzamos, Europa ya considera a China un rival estratégico y un país con el que no comparte valores políticos, además de un competidor económico. Creo que la OTAN también ha dejado claras sus opiniones sobre China en documentos estratégicos recientes. Son ideas impulsadas por consenso, no impuestas. Quiero decir que no es solo la opinión de EEUU, sino una postura acordada por cada miembro de la OTAN. Es decir, Europa ya ha decidido dónde se sitúa respecto a China, aunque siga habiendo oportunidades económicas. Además, no creo que nadie le esté pidiendo a Europa que elija entre China y Estados Unidos.

placeholder Foto: Daniel González.
Foto: Daniel González.

P. ¿Cuál es tu pronóstico sobre lo que podría ocurrir con la OTAN si Trump alcanza el poder otra vez?

R. No tengo una bola de cristal y no sé si Trump cumplirá lo que ha dicho al respecto. Creo que los europeos ya han visto lo que significa una Administración Trump y han aprendido de esa experiencia. Creo que son capaces de involucrarse con el presidente Trump de una manera que él pueda aceptar. Estoy segura de que están trabajando para informarse sobre en qué dirección podrían ir las cosas si Trump gana las elecciones en noviembre.

P. ¿Pero cuáles son sus previsiones, o las que se manejan en EEUU?

R. Trump ha dejado claras sus opiniones recientes sobre la OTAN, y no son necesariamente positivas. Pero la OTAN ha estado aquí durante mucho, mucho tiempo. Es una alianza de muchos estados. Y creo que Europa tiene una fuerte capacidad para influir en la organización, que no solo depende de Washington. Espero que la UE pueda ejercer su influencia al respecto.

"Japón se está preparado para su propia defensa y para ayudar a países como Filipinas"

P. A algunos países del Pacífico, estoy pensando sobre todo en Japón, Taiwán, Australia o Nueva Zelanda, les ocurre lo mismo que a la Unión Europea. Me refiero a que su defensa es extremadamente dependiente del paraguas de Estados Unidos.

R. Las alianzas de Estados Unidos en el Indo-Pacífico son importantes no solo para esos países, sino también para Estados Unidos, porque nos permite tener una presencia adelantada en la región que no podríamos tener de otra manera. Es importante entender que no es preciso caracterizar esas alianzas como algo que solo beneficia a algunos socios de esa alianza. También beneficia a Estados Unidos. Dicho esto, creo que en su último mandato, el presidente Trump dejó claro que prefiere que los aliados de Estados Unidos hagan más por su propia seguridad, tanto en Europa como en el Indo-Pacífico.

P. ¿Y están respondiendo los aliados del Pacífico a esa exigencia?

R. Desde la perspectiva de Japón, por ejemplo, sí parecen determinados a hacerlo. En sus planes de gasto en defensa y en su revisión de sus planteamientos sobre seguridad ya está incorporado esto. Personalmente, creo que la alianza con EEUU seguirá siendo una parte importante de la defensa de Japón. Aunque, al mismo tiempo, Japón se está preparado para fortalecerse y para tener más capacidad de acción. Para su propia defensa y para ayudar a países como Filipinas. En el Indo-Pacífico, en todo caso, el sistema de alianzas es diferente al de Europa, donde existe una defensa colectiva. En Europa, cuando un país está en peligro, responden todos. En el Indo-Pacífico, sin embargo, se trata de una suma de relaciones bilaterales. Además, se están estrechando los lazos entre los propios aliados de manera autónoma, algo que también es útil.

P. En la región hay otros países, empezando por India y las naciones del Sudeste Asiático, coaligadas bajo la ASEAN, que no aparecen claramente alineados. China ha hecho muchos esfuerzos por tejer relaciones y entiendo que EEUU también. ¿Qué papel tienen todas estas potencias en este nuevo escenario de polos?

R. Creo que India siempre ha sido una nación no alineada y es algo que han defendido con orgullo. Se sienten un actor independiente. Dicho esto, India y China tienen una disputa fronteriza y otros problemas. Mientras tanto, la relación India-EEUU se ha robustecido mucho en los últimos años. En términos de la ASEAN, nuevamente, creo que esos países tampoco quieren tener que elegir entre Estados Unidos o China. Y no creo que Estados Unidos los esté poniendo en esa posición. Es verdad que, en términos prácticos, algunos quizá puedan hacer más de lo que dicen. Por ejemplo, maniobras militares. Filipinas es un buen ejemplo. Es un país asiático y aliado de EEUU. Están cada vez más interesados en cooperar para repeler los avances de China en un territorio que, al menos en la opinión de la comunidad internacional, es legítimamente suyo. En cualquier caso, como decía, estos países son muy cuidadosos de no vivir situaciones en las que se vean obligados a elegir un bando. Estados Unidos está comprometido ​​en trabajar con ellos, pero no los estamos presionando para que tomen una posición definida. No puedo decir que China está actuando de la misma manera.

Estados Unidos está movilizando todos sus recursos diplomáticos, militares y económicos para crear una fuerza de contención internacional con la que enfrentarse al auge de China. Sucede que su principal instrumento de defensa global coordinada, la OTAN, opera en el Atlántico, mientras que la nueva amenaza está en el Pacífico. Por eso, una de las ideas en auge es estrechar lazos entre los aliados de ambos océanos, creando un eje que de la vuelta al mundo, incluyendo a los cuatro socios de la Alianza Atlántica en la zona: Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Mirna Galic, analista de políticas para China y Extremo Oriente del Instituto por la Paz de Estados Unidos, ha presidido a un grupo de expertos para elaborar un informe que expone y desarrolla esta idea y que cuenta con el respaldo de la Administración Biden.

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