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"Escupían a mi hija": amnistía para remendar el peor error judicial de la historia de Reino Unido
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"CONDENADOS AL OSTRACISMO"

"Escupían a mi hija": amnistía para remendar el peor error judicial de la historia de Reino Unido

Más de 700 fueron procesados por la oficina de correos acusados erróneamente de fraude. Muchos quedaron en quiebra o encarcelados y al menos cuatro personas se quitaron la vida

Foto: La nueva ley del Gobierno británico exonerará a los subcarteros condenados injustamente por el escándalo de Correos y sentará un precedente en la historia jurídica británica. (EFE/Andy Rain)
La nueva ley del Gobierno británico exonerará a los subcarteros condenados injustamente por el escándalo de Correos y sentará un precedente en la historia jurídica británica. (EFE/Andy Rain)

"Fuimos condenados al ostracismo. Nos acosaban en la calle. En el autobús escolar un niño llegó a escupir a mi hija diciéndole que su padre era un ladrón. Con toda la presión, ella sufrió desordenes alimenticios durante diez años y mi mujer tuvo depresión", relata Lee Castleton.

La vida de este operador de una oficina de correos en Bridlington (noreste de Inglaterra) y la de su familia quedó "completamente destrozada" el 23 de marzo de 2004 al ser suspendido por un agujero de 25.000 libras en las cuentas de la sucursal. Durante el juicio ante el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales se vio obligado a defenderse él mismo porque no tenía dinero para contratar a un abogado. Tras perder el caso, correos le demandó 320.000 libras por los costos legales lo que le llevó a la quiebra. Perdió todo. La casa, el negocio y su reputación en la comunidad. Pero Castleton era inocente.

"Es desgarrador ver cómo tu familia se desintegra por algo que tú no has hecho. Ver sufrir a los tuyos y no ser capaz de poder hacer nada para subsanarlo es la peor sensación de este mundo", asegura a El Confidencial.

El error en las cuentas en realidad había sido provocado por el sistema informático Horizon instalado en 1999 en todas las oficinas de correos del país. Lo inhumano es que el ente público era consciente de que era defectuoso. Pero, en lugar de reconocer su culpa, acusó a los responsables de las sucursales. Castleton llegó a llamar todos días durante tres meses a correos alertando de los fallos. En total realizó 91 llamadas.

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Una furgoneta de Correos durante la investigación sobre el Horizonte TI de Correos en Londres. (EFE/Tolga Akmen)

Entre 1999 y 2015, más de 3.000 personas fueron afectadas por el caso. Alrededor de 700 fueron procesadas erróneamente por fraude y malversación. Mientras los directivos de correos se llevaban suculentos bonos, las vidas de estos ciudadanos se convirtieron en una auténtica pesadilla. Muchos se quedaron en la calle o viviendo en caravanas. Otros acabaron en la cárcel. Se registraron al menos cuatro suicidios.

En 2019 la justicia falló a favor de los afectados. Pero no ha sido hasta ahora cuando el Gobierno ha anunciado una ley para asegurar que las víctimas del calificado como "el peor error judicial en la historia legal británica" sean "rápidamente exonerados y compensados". Tras una amnistía histórica, se les ha prometido una indemnización de 600.000 libras cada uno. Sin embargo, como siempre, hay letra pequeña. Castleton, por ejemplo, no tiene derecho a reclamar el dinero. "Nada es fácil en este caso. La batalla aún no ha terminado", señala.

La serie que cambió todo

En 2019 —el mismo año en que Paula Vennells, la que fuera consejera de la empresa estatal correos, recibió la gran condecoración de la medalla del Imperio Británico— el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales concluyó que la versión inicial del programa Horizon, desarrollado por Fujitsu, estaba plagado de "virus, errores y defectos". Unas 3.500 oficinas de correos y un número aún no esclarecido de emprendedores y sus familias se vieron afectados por el defectuoso sistema de informática.

Dos años más tarde, el Tribunal de Apelación volvió a dar la razón a las víctimas. Pero hasta la fecha solo 93 condenas han sido anuladas y solo ha habido 21 acuerdos "completos y definitivos". Se han pagado cerca de 27 millones de libras en indemnizaciones, pero decenas de víctimas han muerto ya sin haber visto ni una libra esterlina.

Pese a que el escándalo estuvo en la prensa durante años, en la calle no se prestaba especial atención. Al escuchar la palabra "Post Office" en las noticias, los ciudadanos simplemente desconectaban ante un caso tan complejo.

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Miembros de los medios de comunicación trabajan en el exterior de Aldwych House, donde continúa la investigación sobre la oficina de correos Horizon IT. (Reuters/Toby Melville)

Pero todo cambió el 1 de enero de este año cuando ITV estrenó el primer capítulo de la serie Mr. Bates vs the Post Office (El Sr. Bates contra correos), donde el reconocido actor británico Toby Jones (protagonista en películas como Capote o El Topo) pone rostro a la batalla que durante dos décadas libró Alan Bates (uno de los afectados) contra el Gobierno de Reino Unido. Por primera vez, se entendió el verdadero drama.

De manera inesperada, la serie —donde Lee Castleton está interpretado por el actor Will Mellor— se ha convertido en un boom. Es tal la repercusión que el Ejecutivo ha tenido que modificar la agenda para dar prioridad al caso en Westminster. Paula Vennells, consejera delegada de Post Office entre 2012 y 2019, ha anunciado que devolverá de inmediato su condecoración real después de que así lo pidieran más de un millón de personas a través de Internet. Asimismo, también podría verse obligada a devolver 2,2 millones de libras en bonificaciones.

Es tal la repercusión que el Ejecutivo ha tenido que modificar la agenda para dar prioridad al caso en Westminster

Por su parte, la Policía británica ha abierto una investigación a correos por posible fraude al enriquecerse indebidamente con el dinero obtenido a raíz de esas sentencias penales y civiles erróneas. De momento, no hay ningún arrestado. Un experto en informática contratado por correos para investigar el sistema Horizon hace 20 años advirtió que era "claramente defectuoso" en un informe crítico que se mantuvo fuera de la evidencia judicial. Paralelamente, también hay una investigación pública independiente.

El caso tiene importantes implicaciones políticas. Sir Ed Davey (secretario de Estado para correos entre 2010 y 2012 con el Gobierno de coalición y actual líder de los Liberal Demócratas) está bajo presión para considerar su posición. Por su parte, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, (llamado a ser el próximo primer ministro, según encuestas, para elecciones de este año) defiende que no tenía conocimiento de los casos presentados por la Fiscalía de la Corona (de la que fue responsable entre 2008 y 2013) contra al menos tres responsables de oficinas de correos, incluido uno condenado a 21 meses de cárcel.

La cláusula de la Post Office

Las oficinas de correos de Reino Unido funcionan como franquicias, operadas por propietarios autónomos que subcontrata Post Offices Limited, propiedad a su vez del Gobierno británico. Entre los servicios prestados al público están el pago de pensiones o proporcionar y comprobar formularios oficiales como pasaportes o permisos de conducir. La oficina de correos se separó del Royal Mail (encargado de clasificar y distribuir cartas y paquetes) en 2012, cuando este último fue privatizado.

El Servicio de correos puede iniciar sus propios procesos, sin la Policía, y los contratos de los subadministradores de correos con la empresa estatal tienen una cláusula que les convierte en responsables de compensar cualquier pérdida. Muchos se quedaron en la ruina al poner de su dinero el déficit que mostraba el programa defectuoso. En muchos casos, ni siquiera se atrevían a notificar los fallos por miedo a perder la sucursal.

Fue en 1999 cuando correos impuso a todos estos pequeños negocios un nuevo sistema digital de contabilidad y gestión de inventario llamado Horizon IT, desarrollado por la tecnológica japonesa Fujitsu, que enseguida provocó duplicidades y errores que alteraron las cuentas. La oferta de Fujitsu fue la más barata en el concurso público.

Muchos se quedaron en la ruina al poner de su dinero el déficit que mostraba el programa defectuoso

Al conocer los fallos, correos quiso defender Horizon a toda costa. Entre otros, no se quería poner en peligro la privatización del Royal Mail. En la investigación pública, se ha revelado que la oficina de correos pagó incluso bonificaciones a los investigadores en función de la cantidad de dinero recuperada tras los procesamientos.

Internamente, algunos miembros del personal de correos estaban preocupados por lo que estaba sucediendo. Desde el anonimato, uno de ellos relata a la BBC que los responsables tenían "cero interés" cuando cuestionó por qué se culpaba a un número cada vez mayor de administradores de oficinas por pérdidas que ascendían a millones de libras.

La pesadilla no fue una excepción

Lee Castleton, en su día stockbroker en la City, compró una sucursal de la oficina de correos en Bridlington frente al mar en 2003. Comenzó a notar pérdidas de miles de libras en sus cuentas a los pocos meses de hacerse cargo del negocio. "Simplemente, no podíamos entender de dónde venía el déficit", asegura.

Llamó durante tres meses todos los días a la línea de ayuda de correos. Tras una auditoría, Castleton fue suspendido al descubrirse que la sucursal tenía un déficit de 25.000 libras. correos pasó dos años persiguiéndole para recuperar el dinero a través de un proceso civil.

"Simplemente, no podíamos entender de dónde venía el déficit"

Castleton se vio obligado a defenderse a así mismo ante el tribunal por no tener dinero para pagar a un abogado. Tras perder el caso, correos le demandó 320.000 libras por los costos legales, lo que le llevó a la quiebra.

Durante la investigación pública, Stephen Dilley, que representó a la oficina de correos en la demanda civil contra Castleton, aseguró que el ente público sabía que él no podría pagar si perdía, pero quería "mostrar al mundo" que defendería el sistema Horizon a toda costa.

placeholder Un grupo de personas pasa por delante de una sucursal de Correos en Londres. (Reuters/Toby Melville)
Un grupo de personas pasa por delante de una sucursal de Correos en Londres. (Reuters/Toby Melville)

"Simplemente me utilizaron para dar un aviso al resto de perjudicados”, asegura Castleton a este diario. "Destrozaron mi vida y la de mi familia. Fue absolutamente terrible y devastador", matiza.

Tras perder todo, incluido la casa y el negocio, tuvieron que empezar de cero. La familia se mudó a otro pueblo donde él trabaja ahora como electricista. Nadie de los que les acosaron e hicieron bullying a sus hijos le ha llamado para pedir perdón cuando se ha demostrado que todo fue una injusticia.

Hasta la fecha, solo ha recibido una indemnización de 30.000 libras. En principio, no tiene derecho a la compensación de 600.000 libras anunciada por el Gobierno porque su caso fue un procedimiento civil y no criminal.

"El juicio fue el mismo día que el cumpleaños de mi hijo"

Por su parte, Noe Thomas, uno de los primeros acusados, terminó en prisión. Fue condenado en 2006 a nueve meses de cárcel acusado erróneamente de robar 9.000 libras. Perdió todo. "Vinieron a mi casa un día y dijeron: ahí está el ladrón, ponedle las esposas. Fue horrible", relata.

Seema Misrat estaba embarazada de su segunda hija cuando fue condenada a quince meses en prisión acusada de robar 78.000 libras. "El juicio fue el mismo día que el cumpleaños de mi hijo", dice. A Joe Hamilton le acusaron de robar 37.000 libras. Evitó la prisión firmando un documento en el que se declaraba culpable.

"Entras en pánico, tu vida se desvanece y haces lo que te digan para evitar un proceso criminal", apunta. Rubbina Shaheen fue condenada a diez meses de prisión tras ser acusada de robar 40.000 libras. "Terminamos viviendo en una caravana en pleno invierno. Por salvar a su sistema informático, correos acabó con mi vida y con mi reputación", recalca.

Amnistía histórica... con letra pequeña

El Gobierno británico anunció este miércoles una legislación para asegurar que los más de 700 afectados del calificado como "el peor error judicial en la historia legal británica reciente" sean "rápidamente exonerados y compensados". "Toda la verdad tiene que salir a la luz", aseguró el premier Rishi Sunak en la Cámara de los Comunes.

El Gobierno dice que la nueva ley de amnistía correría el riesgo de que se perdonara a personas genuinamente culpables de un delito, aunque estima que se trata de una proporción muy pequeña del número total de personas afectadas. Eso no ha gustado a las víctimas porque denuncian que así siguen las sospechas de culpas sobre ellos.

Si bien no se han publicado todos los detalles de la ley, Downing Street dijo que equivaldría a una anulación general de las condenas vinculadas al defectuoso sistema de TI Horizon. Pero el Departamento de Negocios aseguró que las condenas no se levantarían hasta que los responsables de las oficinas de correos firmaran una declaración de que no habían cometido ningún delito.

"Toda la verdad tiene que salir a la luz", aseguró el premier Rishi Sunak en la Cámara de los Comunes

Al firmar el mismo documento, serán elegibles para el pago de compensación de 600.000 libras a finales de año que ya está disponible para las personas que han limpiado sus nombres a través de los tribunales. La declaración tiene como objetivo evitar que "los culpables se lleven cientos de miles de libras de dinero público". Cualquiera que firme esto falsamente será objeto de procesamiento por fraude. Pero esta indemnización solo es para casos criminales. Afectados por procedimientos civiles, como Lee Castleton, quedan en principio fuera.

El Gobierno también anunció que introducirá un pago único de hasta 75.000 libras para los 555 exadministradores de correos cuyo caso judicial grupal —dirigido por Alan Bates, protagonista en la vida real de la exitosa serie de ITV— ayudó a exponer la injusticia.

Pero Castleton —que pertenecía a este grupo— explica que no es "tan sencillo" como han intentado vender. "No sé finalmente qué indemnización me corresponderá. Todavía queda un largo camino. No es algo directo", señala. "Nadie va a devolverme todos estos años perdidos por esta gran pesadilla. Pero lo que quiero es que todo esto termine de una vez. Son ya dos décadas con esto. Quiero pasar página y poder disfrutar con mi familia de una vida normal", concluye.

"Fuimos condenados al ostracismo. Nos acosaban en la calle. En el autobús escolar un niño llegó a escupir a mi hija diciéndole que su padre era un ladrón. Con toda la presión, ella sufrió desordenes alimenticios durante diez años y mi mujer tuvo depresión", relata Lee Castleton.

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