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Misión, volver a Gaza: los colonos israelíes más extremos
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La posguerra en Oriente Medio

Misión, volver a Gaza: los colonos israelíes más extremos

Israel insiste en que no ocupará el enclave, donde mantuvo asentamientos ilegales hasta 2005. Pero las intenciones de algunos de sus ciudadanos parecen otras

Foto: Soldados israelíes desplegados en Gaza sostienen una bandera con el mensaje "Volviendo a casa". (IDF/Twitter)
Soldados israelíes desplegados en Gaza sostienen una bandera con el mensaje "Volviendo a casa". (IDF/Twitter)

El Museo Gush Katif de Jerusalén está repleto de recuerdos de una vida que ya es historia, pero que podría repetirse una vez acabe la guerra de Gaza. Las llaves de una sinagoga del sur de la Franja, la enorme menorá del antiguo asentamiento de Netzarim, fotografías de colonos en la playa de Gaza... Y un montón de camisetas naranjas con un mensaje en hebreo: "Ha baita [a casa]".

"Pocos días después del inicio de la guerra, la gente empezó a pedirnos mucho estas camisetas", explica Oded Mizrahi, que desde hace siete años trabaja en este museo que recuerda los antiguos asentamientos judíos de Gaza, considerados legales por la comunidad internacional y desmantelados por Israel en el año 2005.

"Lo que ocurrió el 7 de octubre demuestra que nunca deberíamos habernos marchado de Gaza. Queramos o no, los árabes nos obligan a controlar la Franja. Solo están interesados en matar. La realidad nos fuerza a volver", afirma Mizrahi, que reivindica los vínculos históricos y bíblicos del pueblo judío con el enclave, y reclama volver a ocupar la Franja.

placeholder Oded Mizrahi señala los antiguos asentamientos judíos en un mapa de la Franja de Gaza. (P. J. Armengou)
Oded Mizrahi señala los antiguos asentamientos judíos en un mapa de la Franja de Gaza. (P. J. Armengou)

Hace dos décadas, en Gaza existían 21 comunidades israelíes, con unos 8.000 habitantes. Las colonias se habían construido en un lugar que nunca había formado parte del territorio israelí delimitado por las Naciones Unidas en el plan para la partición de Palestina entre israelíes y árabes del año 1948. Sin embargo, tras sucesivas guerras con sus vecinos árabes, Israel ocupó la totalidad de la Franja de Gaza a partir de 1967, aunque algunas partes fueron cedidas a la Autoridad Nacional Palestina en los años 90.

Con la llegada del control militar, que se mantuvo inalterable hasta 2005, proliferaron las colonias, tal como sucede hoy en día en Cisjordania. "Teníamos las mejores plantaciones de todo Israel, con una producción fabulosa. Y las playas de Gaza, en mi opinión, son las más bonitas. Cuando controlábamos la seguridad, vivíamos en paz", dice, con nostalgia, Oded Mizrahi, que muestra con orgullo fotografías de colonos sonrientes en sus invernaderos y postales de idílicas puestas de sol en la costa gazatí.

Foto: Benjamín Netanyahu. (Reuters/Abir Sultan)

"Antes de 1987 no había terrorismo. Pero entonces llegó la primera intifada. Los palestinos consideraban que no éramos los amos de la tierra. Decían que los propietarios eran ellos. Y allí empezaron los problemas", sostiene Mizrahi, que opina que la Franja forma parte de Eretz Israel, la tierra prometida por Dios a los judíos. "Nuestra presencia en Gaza se remonta a tiempos de Isaac, hijo de Abraham", dice el hombre, que como muchos antiguos habitantes israelíes del enclave, es religioso. En el museo, además de objetos de la vida de los israelíes modernos que poblaron Gaza, también se ofrece una línea temporal que incluye eventos de la historia del pueblo de Israel que sucedieron en la Franja, según la Biblia: Sansón cargando con las puertas de Gaza sobre sus hombros, la conquista de la Franja a manos de Judá... También hay una réplica de un mosaico de una antigua sinagoga del siglo VI en Gaza, y que representa al Rey David. "Tenemos que volver a Gaza porque es una cuestión de seguridad. Pero también porque Gaza es parte de Eretz Israel", opina Mizrahi.

El "plan de desconexión"

En 2005, el primer ministro israelí del momento, Ariel Sharon, implementó el llamado "plan de retirada unilateral" o "plan de desconexión" de Gaza, sacó a las tropas del enclave, y ofreció 200.000 dólares por cada familia que abandonara voluntariamente el territorio. Muchas se negaron y fueron expulsadas por la fuerza por el ejército. En el museo Gush Katif (nombre hebreo de la zona sur de Gaza), hay una sala entera dedicada a esos días: en un vídeo, decenas de policías tratan de desahuciar a colonos que se negaban a irse de sus casas; y en otro fragmento, soldados y agentes retiran, entre lágrimas, los rollos de la Torá de una sinagoga de la Franja. Fue un momento traumático para muchos, especialmente para los judíos más conservadores. Cientos de miles de ciudadanos protestaron en ese momento en contra de la retirada. Según el museo, unas 250.000 personas se manifestaron en Tel Aviv en contra de la expulsión, y un 61% de los votantes del Likud, partido de Sharon y del actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, se oponía al plan.

"Se trataba de dar todas las facilidades parecidas a un estado independiente. Lo concebíamos como un primer paso hacia un estado palestino", asegura a El Confidencial el exgeneral de la brigada Ephraim Lapid, experto del Europa Institute de la universidad de Bar-Illan y antiguo portavoz del ejército israelí. Siguiendo las pautas de los Acuerdos de Oslo de 1993, e influido por la primera y segunda intifada, Sharon decidió que, por primera vez desde 1967, las autoridades palestinas tendrían control total sobre las salidas y entradas de Gaza. El acuerdo implicaba también que Israel y los palestinos mejorarían y ampliarían los cruces para facilitar el movimiento de personas y bienes entre Israel, Gaza y Cisjordania, se construirían un puerto y un aeropuerto en la Franja, y se desmantelarían cuatro asentamientos de Cisjordania. Este último punto fue revocado este mismo año por el Gobierno de Netanyahu, que antes de la guerra amplió el número de colonias en los territorios ocupados.

Oded Mizrahi, en el Museo Gush Katif de Jerusalén, rodeado de camisetas con el mensaje

Aunque los asentamientos fueron desmantelados y derruidos en 2005, otras partes del plan no se terminaron de llevar a cabo o se incumplieron. Según las Naciones Unidas y muchas ONG, la ocupación israelí se mantuvo de facto, mediante el férreo control de las fronteras, el espacio aéreo y la salida al mar. Gaza mantenía además una dependencia casi absoluta de Israel para el agua, la electricidad y las telecomunicaciones, y el paso de bienes y personas por los cruces fronterizos dependía completamente de Israel. Aunque en el caso del paso de Rafah, el control pertenecía a Egipto, que también mantenía cerrado el cruce en muchas ocasiones. Y entonces llegaron las elecciones parlamentarias palestinas y Hamás salió victorioso.

"Eso lo cambió todo. Hamás es una organización terrorista extremista islámica", asegura Lapid, que opina que el "islam extremista" de Hamás los llevó a perpetrar "muchas acciones terroristas que derivaron en tres o cuatro grandes operaciones israelíes contra ellos".

Foto: Soldados israelíes, en el norte de la Franja de Gaza. (Reuters/Ronen Zvulun)

Cuando Hamás ganó las elecciones frente a Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abbas, con un 42,9% de los votos y 74 de los 132 diputados del parlamento palestino, Israel, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, exigieron al grupo que ratificara los acuerdos anteriores y reconociera el derecho de Israel a existir. Hamás se opuso. En 2007, Fatah y Hamás lucharon por el poder, con más de 600 palestinos muertos como resultado. Finalmente, Hamás tomó el control sobre la Franja, y la Autoridad Nacional Palestina, dirigida por Fatah, expulsó a Hamás. La situación llevó a que Egipto cerrara el cruce de Rafah, y a que Israel aumentara el bloqueo sobre Gaza. Y así ha seguido desde entonces: con Hamás construyendo túneles para llegar a Egipto e Israel, con continuos combates entre israelíes y gazatíes, con la población civil ahogada por el bloqueo, con milicias lanzando cohetes (más de 16.700 entre 2005 y 2021) y bombardeos masivos israelíes… Además de 5.360 gazatíes muertos, la mayoría en la invasión israelí de 2014, antes de 2023.

La opción de ocupar vuelve a la mesa

La actual guerra en Gaza, que ya se ha cobrado la vida de más de 11.000 gazatíes, ha hecho renacer el sentimiento de propiedad sobre la Franja en muchos israelíes. Sobre todo entre los más religiosos y simpatizantes de la extrema derecha. Especialmente tras la masacre que Hamás perpetró en el sur de Israel, y que se cobró la vida de 1.200 personas. Entre los gazatíes, y entre los palestinos en general, el conflicto también ha hecho resurgir el temor a una nueva Nakba, la "catástrofe" que significó su expulsión de la Palestina histórica en 1948. "No creo que Israel realmente quiera acabar con Hamás, lo que quieren es ocupar de nuevo Gaza. Además, si quisieran acabar con la organización, solo tienen que ir a por sus líderes en Qatar. No necesitan matar civiles", opina Jafar Farah, director del Mossawa Center, una organización dedicada a defender los derechos de los árabes en Israel.

Foto: Un herido es atendido en el hospital de Al-Shifa. (Reuters/Mohammed Al-Masri)

Aunque los israelíes partidarios de ocupar Gaza son aparentemente pocos –en alguna manifestación convocada al respecto, la participación fue muy baja– cada vez más voces en puestos de poder, apuntan a que esta es una opción a tomar en cuenta. Entre sus principales valedores está el ministro de economía de Israel, el extremista y colono Bezalel Smotrich, que ha dicho que la "migración voluntaria" de palestinos de la Franja de Gaza resolverá la crisis humanitaria en el enclave. "Esta es la solución humanitaria adecuada para los residentes de Gaza y de toda la región (...) El Estado de Israel ya no puede soportar la existencia de una entidad independiente en Gaza", ha dicho el político.

La ministra de Asentamientos y Misiones Nacionales, Orit Strook, del mismo partido que Smotrich, también ha apoyado la "reocupación" de Gaza: "Creo que, al final del día, el pecado de la retirada será revertido. No sé cuánto tiempo llevará. Lamentablemente, el regreso a la Franja de Gaza provocará muchas víctimas, del mismo modo que la salida de la Franja de Gaza provocó muchas víctimas. Pero en última instancia es parte de la Tierra de Israel, y llegará un día en que regresaremos a ella", ha dicho Strook. A finales de octubre se filtró un documento del ministerio de Inteligencia israelí, fechado el 13 de octubre (seis días después del ataque de Hamás) que sugería la reubicación de los gazatíes en la península del Sinaí, en Egipto.

Foto: Víctimas de los ataques, en las inmediaciones del hospital Al Shifa. (Europa Press/Mohammad Abu Elsebah)

Ante los temores de que la guerra suponga una limpieza étnica en Gaza, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha insistido en que su país no busca conquistar, ocupar o gobernar Gaza después de la campaña militar, aunque ha asegurado que será necesaria una "fuerza creíble" de soldados israelíes para entrar en el enclave palestino, si fuera necesario. Así, ha asegurado que Israel mantendrá el control de seguridad sobre Gaza "por un período indefinido", para evitar situaciones como la del 7 de octubre.

Estados Unidos, principal aliado de Israel, ya ha dejado claro que se opone a una ocupación sobre Gaza. El presidente Joe Biden cree que "una reocupación de Gaza por parte de las fuerzas israelíes no es lo correcto", según aseguró el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby. "Es necesario que haya una serie de conversaciones saludables sobre cómo será Gaza después del conflicto y cómo será su Gobierno. En lo que estamos absolutamente de acuerdo con nuestros homólogos israelíes es en cómo no puede ser. Y no puede ser como era el 6 de octubre", añadió Kirby.

El Museo Gush Katif de Jerusalén está repleto de recuerdos de una vida que ya es historia, pero que podría repetirse una vez acabe la guerra de Gaza. Las llaves de una sinagoga del sur de la Franja, la enorme menorá del antiguo asentamiento de Netzarim, fotografías de colonos en la playa de Gaza... Y un montón de camisetas naranjas con un mensaje en hebreo: "Ha baita [a casa]".

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