La cifra que te demuestra que acabar con Hamás es casi inalcanzable
Al menos 10 comandantes de Hamás han muerto hasta ahora en la ofensiva por tierra, mar y aire de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI)
Ayman Nofal. O su nombre de guerra: Abu Ahmad. El comandante de las Brigadas Izz el-Deen Al-Qassam, a cargo del área central de Gaza, murió a mediados de octubre por uno de los cientos de misiles de la Fuerza Aérea Israelí que no han cesado de golpear la Franja de Gaza. Hasta la fecha, es el militar con mayor rango asesinado en los combates. Junto a él, al menos otros 10 comandantes de Hamás han sido asesinados en otros ataques. Una cifra que está todavía muy lejos del objetivo marcado por Israel de matar a todos los altos dirigentes de Hamás, tanto políticos como militares, para destruir su capacidad de representar cualquier tipo de amenaza.
Justo después de que Hamás anunciara su fallecimiento, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) confirmaron su asesinato, añadiendo que era "una de las figuras más dominantes" de la organización y "ha estado involucrado en la fabricación de armas y el lanzamiento de cohetes contra Israel", durante su etapa como exjefe de la Inteligencia Militar. "No pararemos hasta eliminar a Hamás", reza el comunicado.
We just eliminated Ayman Nofal, a senior Hamas operative.
— Israel Defense Forces (@IDF) October 17, 2023
Nofal was the Commander of Hamas’ Central Brigade in Gaza and the former Head of Military Intelligence.
Nofal directed many attacks against Israeli civilians and besides being one of the most dominant figures in the… pic.twitter.com/t686L6gSuN
Unos días antes, según la inteligencia de la ISA y las FDI, un avión de combate mató a Mohsen Abu Zina, jefe de armas e industrias de Hamás, en su taller de fabricación. Y en lo que duran los enfrentamientos, otros nombres se han ido grabando en los epitafios de la cúpula de Hamás. ¿Es esto suficiente? El entramado de la organización, así como su fuerza militar, parece alejar la realidad de la misión que se marcó el presidente Benjamin Netanyahu el pasado 7 de octubre, cuando Hamás atravesó la muralla que separa Israel de Palestina, asesinando a más de 1.400 personas.
Con las bajas confirmadas de los comandantes —tanto por parte de Hamás como Israel— los investigadores apuntan a que no hay señales obvias de que Hamás se hubiera debilitado. "Todavía no han socavado la estructura de la organización", dijo el Dr. Michael Milstein, un analista sobre Oriente Medio del Centro Moshe Dayan a The Guardian. "En este momento, las FDI están tratando de traducir los términos, borrar o aplastar a Hamás en resultados concretos, lo que significa destruir toda la infraestructura militar y matar a los líderes, no solo a los jefes de brigada o comandantes de campo, sino también a los miembros del gabinete político", añade.
Por su parte, los portavoces de Hamás han negado que las fuerzas israelíes hayan logrado avances importantes. "Yo desafío a Israel en el caso de que haya sido capaz, hasta este momento, de registrar algún logro militar sobre el terreno que no sea matar civiles", dijo el alto funcionario de Hamás Ghazi Hamad a la televisión Al Jazeera.
En la Franja, según dijo un funcionario de Hamás al Financial Times, hay unos 40.000 (30.000, según las IDF) combatientes armados hasta los dientes y listos para una batalla en el complejo entramado de túneles que los protegen de los bombardeos y la artillería. Con ellos lucharían los miembros de la Yihad Islámica Palestina, una facción islamista más pequeña y cercana a Irán, y otros miles de palestinos que se van a radicalizar en las hostilidades. De estos, se desconoce cuál es la cifra exacta de cuantos son oficiales de alto rango.
Sin embargo, como apuntan Yoram Cohen y Jeffrey White en un análisis en el que desmenuzan la estructura de Hamás, el Gobierno de Gaza cuenta con un organigrama extenso y con amplias capacidades. El mando militar se dividiría en cinco brigadas, correspondientes a los cinco puntos cardinales de la Franja, con un comandante al cargo. A su vez, los destacamentos se conformarían en 24 batallones y 120 compañías y, por otra parte, estarían las diligencias de Inteligencia, producción de armas y comunicaciones, entre otras. Es decir: la arquitectura interna de las Brigadas Izz el-Deen Al-Qassam es igual a la de cualquier otro Ejército en el mundo. Lo que indica que la muerte de 10 comandantes es un logro menor en comparación con el resultado que se persigue.
A medida que los combates en la Franja continúen asfixiando el corazón de Gaza, la cifra de oficiales fallecidos aumentará exponencialmente, ya que, según aseguró uno de los portavoces de las IDF, las tropas han comenzado a ejecutar "una amplia gama de operaciones" destinadas a "exponer y destruir" la red de túneles de Hamás. Esta es la ubicación en la que permanecen ocultos una gran parte del alto mando de la organización.
Otro de los mayores impedimentos para acabar con Hamás es que una gran parte del buró político de la organización se encuentra fuera del alcance del Ejército israelí en otros países. "El líder político de Hamás, Ismail Haniye, reside supuestamente en Qatar", menciona Julie Norman, del University College London. En un discurso televisado el pasado martes, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo que Sinwar estaba escondido en un búnker "fuera de contacto con su entorno". Además de estos dos líderes, otros de los representantes estarían esparcidos entre los países aliados como Irán o Líbano, dificultando su persecución y castigo.
Un objetivo inalcanzable
Acabar con el mando militar de Hamás es una carrera a contrarreloj para Israel. No por la incapacidad de su Ejército —que ha demostrado ser notablemente superior al brazo militar del Gobierno de la Franja de Gaza— sino porque a medida que se extienda el conflicto y aumenten las bajas civiles, Israel perderá sus apoyos. La cifra de muertos ya ha superado los 11.078 palestinos asesinados.
Si la hipótesis de que no habrá victoria por parte de Israel es cierta, llegará un punto en el que ningún escenario supondrá un triunfo para Israel. Una situación parecida a la de Estados Unidos en Irak en 2003. Hasta que no se acabó con Sadam Huseín, no se consideró la guerra como un logro. Y la contienda duró ocho años.
Entre las líneas rojas que supone el conflicto entre Hamás e Israel, una gran parte proviene de los centros sanitarios de la Franja, enclaves que han enfrentado la opinión pública internacional. El hospital Al Shifa, donde se produjo el ataque con más bajas —aunque no hay datos de fuentes independientes— es uno de ellos. Pero ahora el debate es otro. Israel asegura que Hamás está utilizando el centro médico y sus pacientes como "escudo humano" porque, apuntan, bajo tierra se encuentra su mayor centro logístico de Hamás. Desde el otro bando, el Ministerio de Salud palestino, controlado por Hamás, pone de manifiesto la atrocidad que este acto —amparado por el derecho internacional— supone. Sin embargo, de nuevo, ninguna de las dos versiones ha sido corroborada por organismos independientes.
En los comentarios más recientes, Israel mantiene su versión sobre los hospitales: "Un avión de las FDI acaba de atacar a Ahmed Siam, responsable de mantener como rehenes a aproximadamente 1.000 residentes y pacientes de Gaza en el Hospital Rantisi, y de impedir su evacuación hacia el sur", publicó el sábado las FDI en X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter. "Siam era comandante de la Compañía Naser Radwan y es otro ejemplo de cómo Hamás utiliza a civiles en Gaza como escudos humanos para fines terroristas". La baja, sin confirmación por parte de Hamás, sumaría otro nombre más a la cifra de comandantes muertos.
"No puede haber una autoridad cuyo líder aún no haya condenado la masacre 30 días después"
Sobre una guerra larga, y la persecución de las altas esferas de Hamás, el general Charles Q. Brown, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, dijo que el objetivo declarado de Israel para su campaña militar en Gaza y la destrucción completa del grupo militante Hamás que gobierna el territorio es "una orden bastante grande". El argumento se basó en que el objetivo era demasiado ambicioso.
Sin embargo, el presidente de Israel no tiene otro objetivo en mente, por mucho que cueste: "Les diré lo que no habrá. No habrá Hamás", dijo Netanyahu. "Tampoco habrá una autoridad civil que eduque a sus hijos para que odien a Israel, para que maten a israelíes y para que eliminen al Estado de Israel. No puede haber una autoridad que pague a las familias de los asesinos [cantidades] en función del número que asesinaron". "No puede haber una autoridad cuyo líder todavía no haya condenado la terrible masacre 30 días después", continuó, refiriéndose al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás. "Eso no puede ser".
Ayman Nofal. O su nombre de guerra: Abu Ahmad. El comandante de las Brigadas Izz el-Deen Al-Qassam, a cargo del área central de Gaza, murió a mediados de octubre por uno de los cientos de misiles de la Fuerza Aérea Israelí que no han cesado de golpear la Franja de Gaza. Hasta la fecha, es el militar con mayor rango asesinado en los combates. Junto a él, al menos otros 10 comandantes de Hamás han sido asesinados en otros ataques. Una cifra que está todavía muy lejos del objetivo marcado por Israel de matar a todos los altos dirigentes de Hamás, tanto políticos como militares, para destruir su capacidad de representar cualquier tipo de amenaza.
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