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Israel está preparado para una guerra larga, Hamás también: quién es el gato en la ratonera de Gaza
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maniobra maestra o error de cálculo

Israel está preparado para una guerra larga, Hamás también: quién es el gato en la ratonera de Gaza

¿Estamos ante una trampa diseñada al milímetro por Hamás para empantanar a Israel en una guerra que no puede ganar? ¿O fue un error de cálculo de los yihadistas? En definitiva, ¿quién es el gato en la ratonera de Gaza?

Foto: Bengalas disparadas por Israel iluminan el cielo de la ciudad de Gaza. (Europa Press/Mohammed Hazem)
Bengalas disparadas por Israel iluminan el cielo de la ciudad de Gaza. (Europa Press/Mohammed Hazem)
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"Si el presidente Benjamín Netanyahu decide entrar en la Franja esta noche, la resistencia está lista". La advertencia, o amenaza, es de Ezzat al-Rishaq, un alto miembro del brazo político de Hamás. La lanzó en la madrugada del pasado viernes 27 de octubre, cuando varios blindados y cientos de soldados israelíes incursionaban en territorio palestino en lo que parecía el primer movimiento de la esperada invasión terrestre a gran escala que, a día de hoy, no se ha producido. "Los restos de sus soldados serán tragados por la tierra de Gaza", concluía el funcionario palestino.

Hay un par de elementos sorprendentes en esa declaración. La primera, el uso del condicional por parte del funcionario gazatí. Como si la posibilidad de un ataque a gran escala contra la Franja fuera una especulación, y no mera cuestión de tiempo. La segunda, que efectivamente las tropas israelíes tan solo realizaron una serie de operaciones limitadas sobre el terreno. ¿Es esta demora fruto de la presión internacional —que no ha servido para detener los continuos bombardeos sobre Gaza desde el día uno— o forma parte de la propia estrategia de la inteligencia militar israelí? ¿Cree Hamás de verdad que puede contener el embate feroz de Israel? ¿Qué está pasando?

La clave está en la gran incógnita que todavía rodea los primeros compases de esta guerra. Probablemente, la más relevante para analizar la potencial escalada e intensidad del conflicto, y que analistas y medios todavía tratan de dilucidar. ¿Cuáles eran los objetivos reales de Hamás en su ataque del 7 de octubre? Una cuestión que permitiría inferir cómo de preparado está el grupo islamista palestino para hacer frente al mazazo israelí y cómo de cauto debe ser Israel de cara a la próxima fase de la contienda. En definitiva, quién es el gato en la ratonera de Gaza.

Las opiniones sobre este extremo siguen divididas. Están los que ven detrás de las incursiones terroristas un sofisticado plan diseñado durante años por Hamás y sus aliados para atraer a las tropas israelíes a un combate urbano, donde la ventaja del terreno anula o matiza la superioridad militar del enemigo. Y están los que creen que los yihadistas palestinos se pasaron de frenada con una operación cuyo macabro éxito desbordó sus expectativas. También muchos puntos intermedios. En lo que todos parecen coincidir es en que el conflicto será intenso, prolongado en el tiempo y brutal, como ya hemos visto, con un gran número de bajas civiles y militares.

Los teóricos de la trampa

Los analistas que creen que Israel se dirige hacia una trampa en Gaza tienen muchos elementos para sostener esta teoría. La propia prudencia terrestre de las tropas judías serían, con este enfoque, una muestra del temor a que el interior de la Franja se convierta en un Vietnam. Allí les esperan unos 40.000 combatientes, según dijo un funcionario de Hamás al Financial Times, armados hasta los dientes y listos para una batalla numantina en el complejo entramado de túneles que los protegen de los bombardeos y la artillería. Con ellos lucharían los miembros de la Yihad Islámica Palestina, una facción islamista más pequeña y cercana a Irán, y otros miles de palestinos que se van a radicalizar en las hostilidades.

Foto: Una mujer toca la tumba de Albert Miles, de 80 años, asesinado en su casa del 'kibutz' Beeri en la mortal infiltración en Israel de hombres armados de Hamás procedentes de la Franja de Gaza. (Reuters/Evelyn Hockstein)

En total, estos combatientes tendrían recursos para resistir en la capital —donde se concentran la mayor parte de los activos de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, el brazo armado del Gobierno que controla la Franja— durante al menos ocho meses, según han asegurado militantes de Hamás en sus medios de información. Recalcan los expertos que el grupo se ha reforzado financiera y militarmente durante la última década de relativo congelamiento del conflicto. Ahora cuenta con armas más sofisticadas, algunas propias, otras iraníes, norcoreanas o de contrabando, y una infraestructura reforzada.

"Hamás quiere arrastrar a los soldados israelíes a un atolladero, como hizo Hezbolá en el sur del Líbano entre 1985 y 2000. Después de años de lucha, Israel sufrió una retirada humillante y caótica, dejando a un Hezbolá empoderado y amenazador en su frontera norte", recuerda David Harden, director del Georgetown Strategy Group, a El Confidencial.

El escenario de la celada palestina también contempla un plan orquestado —o al menos tutelado— por Irán, señalado como el actor que mueve los hilos en esta contienda, y en connivencia con otros grupos yihadistas, como Hezbolá. La crueldad del 7 de octubre, con 1.400 muertos y más de 200 secuestrados, habría sido el cebo para desatar la ira del pueblo hebreo. Con un Netanyahu debilitado políticamente y humillado militarmente, la respuesta sería el dominó para poner en marcha un plan para empantanar a Israel en un conflicto sin salida que lo vuelve a aislar del mundo árabe y parte de la opinión pública occidental. Todo este plan se sostiene en la capacidad de Hamás para aguantar una guerra larga y sin cuartel.

"¿Cuánto pueden aguantar? No creo que nadie lo sepa, ni siquiera Hamás. Israel ciertamente subestimó sus capacidades antes del 7 de octubre, como lo demuestra el abrumador resultado de la matanza en el sur de Israel. Hamás cuenta con la guerra urbana, utilizando sus túneles y el tipo de combate cuerpo a cuerpo que favorece a los insurgentes, comandos y guerrilleros frente a los reclutas militares regulares, que son casi la totalidad de las tropas israelíes", explica Hussein Ibish, escritor y analista del Arab Gulf States Institute en una entrevista con El Confidencial.

Foto: F-35I Adir de las fuerzas aéreas israelíes. (IDF)

La culminación de la trampa, sugieren algunos expertos, sería la posibilidad de que los aliados de Hamás abran otros frentes en el norte, vía Líbano y/o Siria, obligando a las fuerzas israelíes a defenderse de varias amenazas. Incluso, la posibilidad de que el conflicto se derrame fuera de las fronteras y llegue a implicar directamente a las grandes potencias de la región (Irán y Arabia Saudí) y, por tanto, a Estados Unidos.

"Hamás tiene muchas esperanzas de que otros miembros de la red iraní en el mundo árabe [el llamado eje de resistencia] se le unan, y en particular cuenta con que Hezbolá cumpla su promesa, hecha al parecer el verano pasado, de unirse a cualquier conflicto abierto con Israel", argumenta Ibish. "Pero dada la terrible situación económica y política dentro de Líbano, en la que Hezbolá debe operar, el grupo es extremadamente reticente a entrar en una guerra con Israel, que devastaría completamente el país en su conjunto y significaría su fin como organización nacional".

Los teóricos del desfase

Luego están los que dudan de que el asalto de octubre tuviera como fin provocar al Estado judío y provocar una reacción masiva. El objetivo original, sostienen los partidarios de esta explicación, era acorralar a Netanyahu y forzarlo a negociar una masiva liberación de prisioneros a cambio de los secuestrados. Sin duda, era un ataque planeado al dedillo, con embestidas simultáneas por tierra mar y aire. Conocían la ubicación de bases militares y checkpoints, así como los horarios de los relevos y las direcciones de los comandantes israelíes.

Fuentes conocedoras de la situación dijeron a Middle East Eye —una publicación especializada en la región con sede en Londres señalada de estar respaldada por Qatar— que Hamás nunca planeó tomar más de 20-30 rehenes y que no esperaban que la defensa israelí colapsara como lo hizo, permitiendo a los combatientes asaltar poblaciones varios kilómetros dentro de territorio israelí. De hecho, el grupo envió a 1.500 combatientes esperando que la mayoría muriera en el asalto y habrían vuelto unos 1.400, aseguró la fuente.

"Una vez que cayó la frontera, criminales de todo tipo desbordaron la verja y tuvimos la masacre. Fue un completo caos"

"El plan era tomar la División de Gaza y no los kibutz. La intención de Quassam era capturar soldados y oficiales para intercambiar por prisioneros", dijo una de las fuentes familiarizada con el diseño de la operación. "Pero una vez que (cayó la frontera), otras fuerzas palestinas, contrabandistas armados, laicos y criminales de todo tipo desbordaron la verja y tuvimos la masacre. Es por eso que 15 trabajadores tailandeses fueron secuestrados. Fue un completo caos", aseguró.

Esta hipótesis asume que Hamás se habría preparado para una represalia más limitada, con bombardeos más selectivos y quizás algunas incursiones terrestres limitadas. Por tanto, los depósitos de combustible, las reservas de alimentos y agua, el arsenal y el equipamiento no estarían pensados para lidiar con una invasión total. En este supuesto, y desde el punto de vista estratégico, la espera y lentitud de las tropas israelíes les perjudica al darle tiempo al adversario para organizar su defensa y convertir Gaza en un avispero.

Combates en la tercera fase

Fuera producto de una provocación calculada o de una matanza descontrolada, la situación no tiene vuelta atrás. Después de una intensa campaña de bombardeos, el Ejército israelí está rodeando y tratando de dividir el territorio, con ataques terrestres cada vez más profundos en el enclave. Ya se han reportado algunos combates en las afueras de la propia ciudad de Gaza.

"Hemos avanzado hacia otra etapa importante en la guerra. Las fuerzas están en el corazón del norte de Gaza, operando en la ciudad... rodeándola", informó este jueves el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, durante una rueda de prensa. Mientras, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, advertía a sus ciudadanos de que la "segunda fase" de la contienda puede durar "meses" y el Ejército espera que la ofensiva sea insuficiente para desarraigar completamente la organización terrorista del territorio, donde quedarían "bolsas de resistencia". Es decir, habrá una tercera fase.

"Creo que su plan consiste en infligir el mayor coste posible a Israel durante su incursión terrestre y asegurarse de que sobrevivan bolsas de la organización. Suponiendo que Israel se comprometa con una presencia terrestre a largo plazo en los centros urbanos de Gaza, esto les permitiría lanzar una insurgencia que puede empezar lentamente, porque la organización está muy diezmada, pero que irá ganando fuerza con el tiempo", agrega Ibish.

En esta fase de resistencia final, Hamás se dedicaría a emboscar al enemigo, eliminando a soldados de forma individual o en pequeños grupos, desangrando a las fuerzas militares y poniendo cada vez más presión política y diplomática sobre Tel Aviv. Hacer de la ocupación una victoria.

Foto: Familiares de palestinos asesinados durante la actual escalada del conflicto entre Israel y Hamás lloran junto a sus cuerpos en el Hospital Nasser de Khan Yunis. (EFE/Haitham Imad)

"Hamás afirmarían ser los únicos palestinos que realmente luchan contra los ocupantes y batallan contra Israel sobre el terreno. Contrastarían esto con los nacionalistas seculares de Fatah, la AP y la OLP en Cisjordania, que se sientan a esperar unas negociaciones que nunca tienen lugar. Su plan a largo plazo es hacerse con el control del movimiento nacional palestino y cuentan con que Israel les ayude a conseguirlo haciéndoles el juego", asevera el experto.

Las Fuerzas de Defensa de Israel y sus servicios de inteligencia (pese al fallo del 7-O) son de los cuerpos mejor preparados tecnológica y militarmente del mundo. Cuentan con unos 170.000 militares profesionales y casi medio millón de reservistas, de los que 300.000 aguardan a las puertas de Gaza. En medio del "asedio total", unos 20.000 efectivos israelíes ya estarían en territorio palestino. Cuentan con un equipamiento de primera línea, con cazas F-35I, F-16 y F-15, carros de combate Merkava IV y todo tipo de misiles y defensas. Además del apoyo irrestricto de la Casa Blanca. Con todo este poderío, los líderes militares quieren asfixiar a Hamás y acorralarlos en zonas cada vez más controladas. Pero los cientos de kilómetros de túneles con los que cuentan los yihadistas pueden hacer del asedio una tarea titánica.

"Creo que es posible que Israel evite la trampa limitando al máximo sus incursiones terrestres y haciendo que este conflicto sea bastante corto. La intención de acabar con toda la cúpula de Hamás y dejar la organización completamente impotente casi garantiza caer en la trampa, porque eso no puede hacerse sin una presencia terrestre a largo plazo en Gaza", comenta Ibish.

Esto requeriría de una campaña de comunicación para tratar de equilibrar las expectativas de sus ciudadanos (y de la comunidad internacional), pero las declaraciones del Gobierno israelí no parecen ir en esa dirección. "Me temo que los dirigentes israelíes, al exagerar lo que está en juego —Netanyahu acaba de llamar a esto la segunda guerra de independencia de Israel—, escriben el discurso de la victoria para Hamás. Si el objetivo de Hamás era desestabilizar Israel y hacerle actuar de forma irracional y autodestructiva, lo está consiguiendo admirablemente", concluye.

"Si el presidente Benjamín Netanyahu decide entrar en la Franja esta noche, la resistencia está lista". La advertencia, o amenaza, es de Ezzat al-Rishaq, un alto miembro del brazo político de Hamás. La lanzó en la madrugada del pasado viernes 27 de octubre, cuando varios blindados y cientos de soldados israelíes incursionaban en territorio palestino en lo que parecía el primer movimiento de la esperada invasión terrestre a gran escala que, a día de hoy, no se ha producido. "Los restos de sus soldados serán tragados por la tierra de Gaza", concluía el funcionario palestino.

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