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La 'bestia negra' de España en Europa busca liderar su cartera verde. No lo tendrá fácil
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El holandés beligerante

La 'bestia negra' de España en Europa busca liderar su cartera verde. No lo tendrá fácil

El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Wopke Hoekstra, es ahora el candidato neerlandés para sustituir a Frans Timmermans ante las riendas de la cartera verde de la Comisión Europea

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Wopke Hoeskstra. (Reuters/Tingshu Wang)
El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Wopke Hoeskstra. (Reuters/Tingshu Wang)

Halcón. Hanseático. Frugal. Así ha sido descrito en el pasado el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Wopke Hoekstra, conocido en los países del sur —especialmente, en España— por su férrea disciplina presupuestaria. Bautizado como Mister No por su implacable postura durante la pandemia del coronavirus, Hoekstra es ahora el candidato neerlandés para sustituir a Frans Timmermans ante las riendas de la cartera verde de la Comisión Europea. Pero por delante tiene una auténtica carrera llena de obstáculos, dado que no solo debe convencer a los países sureños, sino a un Parlamento Europeo escéptico con un perfil que arrastra un pasado controvertido y unos conocimientos limitados sobre una de las materias estrella para el presente y futuro del mundo y de la UE.

Timmermans deja el barrio de Schuman para presentarse a las elecciones legislativas que Países Bajos celebra en noviembre. Como manda el protocolo, el país de los tulipanes ha propuesto a un candidato de reemplazo. Hoekstra se entrevistó el pasado martes con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, un encuentro tras el cual la alemana destacó su “compromiso para continuar con la ambiciosa política climática y de mantener el equilibrio social para el camino hacia la neutralidad climática”.

La propia Von der Leyen habría presionado para que fuese un miembro del Partido Popular Europeo (PPE) el que sustituyera a Timmermans, lo que habría dejado fuera a rostros de los otros dos partidos liberales (D66 y VVD) que conforman la coalición de gobierno. “Designar a un candidato del PPE para sustituir a uno socialdemócrata es de muy poca deportividad por parte de Rutte”, afean desde la izquierda.

Foto: Frans Timmermans, en la Comisión Europea. (EFE/Olivier Matthys)

La exministra de Defensa de Angela Merkel quería a uno de los suyos al frente de una de sus políticas insignia. Especialmente de cara a la próxima COP28 de Dubái y al nuevo objetivo climático que debe establecerse para 2040. Corresponde a la inquilina del Berlaymont designar cuáles serán su nuevo portfolio y competencias. La opción que más se bajara es dividir la cartera y dar al socialdemócrata Maros Sefcovic la parte de Pacto Verde.

Por lo pronto, la candidatura levanta mucho polvo. El neerlandés fue el artífice de un macropaquete financiero para la aerolínea KLM, redujo la ambición para lograr el objetivo de emisiones de nitrógeno en 2030 y llegó a tildar el discurso del líder ecologista de su país de “dogma”. Esta semana, un estudio avalado por 180 científicos ha advertido de que el cambio climático matará a más de 1.000 millones de personas el próximo siglo. Ante esta emergencia, los críticos reprochan su defensa poco entusiasta sobre el medioambiente y su conocimiento limitado en la materia. Algunas voces inciden en que el ecologista y jefe de gabinete de Timmermans, Diederik Samson, habría sido una apuesta menos política y mucho más lógica.

'Mister Neen'

Hoekstra comenzó su carrera profesional en la petrolera Shell, un alto en su currículo que no facilitará su audiencia ante la Eurocámara. Tras una década como asesor en la consultora McKinsey, dio el salto a la política convirtiéndose en el senador más joven del país. Hasta que en 2017 fue fichado por el primer ministro Mark Rutte para sustituir al otro villano del sur, Jeroen Dijsselbloem, quien acusó a países como España de gastar el dinero en prostitutas y alcohol.

Foto: Visto del parlamento neerlandés en La Haya. (Getty/Carl Court)
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Su ascenso al frente del Ministerio de Finanzas continuó el sendero de la disciplina presupuestaria ortodoxa marcada por su antecesor. Y así resumió su ideario en un discurso en Berlín hace unos años: “Un país que no hace reformas, que utiliza los fondos europeos mal o que no respeta el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, no debería recibir fondos europeos adicionales”.

Hoekstra fue el hueso más duro de roer en la cumbre de 89 horas que cocinó el plan de recuperación europeo en un momento en que la crisis sanitaria del coronavirus golpeaba con especial dureza a Italia y España. El neerlandés se ganó el apodo de Mister Neen (Mister No) por su negativa a aceptar cualquier ayuda sin condiciones o a establecer los coronabonos. Y fue más allá, acusando a España y otros países del sur de “despilfarro”. Unas palabras que hicieron estallar a su homólogo portugués, António Costa, que calificó esta actitud de “mezquina” y “repugnante”. “Señor Hoekstra, no es momento de discusiones sobre billetes de primera y segunda clase. La historia nos hará responsables de lo que hagamos AHORA”, le espetó Arancha González Laya, por entonces ministra de Asuntos Exteriores española.

Cruzada climática

El juego de sillas no es baladí. A menos de 10 meses de las elecciones europeas y del consiguiente nombramiento de los nuevos líderes, cada movimiento aritmético cuenta. La ambición climática había sido el buque insignia de Von der Leyen cuando asumió el cargo en 2019, pero esta lucha ha quedado deslucida por la crisis sanitaria, la guerra de Ucrania y los intentos de su propia familia política, el PPE, de echar por tierra partes cruciales del Pacto Verde.

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Los socialdemócratas amenazan con dar la batalla. “En el contexto de las recientes maniobras cínicas y populistas del conservador PPE para diluir el Pacto Verde y descarrilar archivos legislativos clave como la ley de restauración de la naturaleza, es crucial para nuestro grupo que la cartera climática permanezca en manos de la familia de los socialistas y demócratas”, aseguran en un comunicado.

Para ocupar uno de los 27 sillones del Colegio de Comisarios, la prueba más complicada que tendrá que superar el candidato de Rutte es la audiencia plenaria, que no cuenta con fecha fija todavía, pero que probablemente se producirá en septiembre, ante la Comisión de Medio Ambiente. Los mensajes previos que llegan desde las familias políticas no anticipan un recibimiento cálido. No es raro que el Parlamento Europeo tumbe a un candidato a comisario. En la actual legislatura, los eurodiputados ya han echado para atrás las propuestas de Francia (Sylvie Goulard), Rumanía (Rovana Plum) y Hungría (Laszlo Trocsanyi).

Foto: Wopke Hoekstra. (EFE/Lex Van Lieshout)

“Su nominación es inapropiada. Fue trabajador de Shell y es miembro de un partido que está sistemáticamente intentando sabotear partes importantes del Pacto Verde. No es un comisario creíble”, asevera a El Confidencial la eurodiputada neerlandesa Anja Hazekamp, de la izquierda. “El logro europeo más importante de Hoekstra es haber insultado intensamente a los italianos durante la crisis del coronavirus. Además, ni siquiera es un gran defensor del clima. ¿Qué lo hace un buen candidato?”, afirma su compatriota liberal, Sophie in’t Veld, que atribuye este movimiento a cuestiones de política interna.

La postura de los socialdemócratas será clave. La segunda familia más numerosa de la Eurocámara pierde a un peso pesado en la Comisión. La imagen de Timmermans se hizo fuerte con el Ejecutivo previo comandado por Jean-Claude Juncker, pero ha perdido intensidad durante este mandato. Como vicepresidente climático, nunca terminó de brillar, eclipsado en buena parte por el afán de Von der Leyen de monopolizar los asuntos importantes de sus comisarios. Con Hoekstra, el Berlaymont gana a un representante popular, como quería la propia presidenta. Los socialdemócratas no tienen todavía fijada su postura, pero anticipan una audiencia “dura” y “seria”, donde se pondrá a prueba no solo su compromiso climático, sino sus valores de solidaridad europea. También en su contra juega la complejidad de una cartera técnica y trascendental.

Halcón. Hanseático. Frugal. Así ha sido descrito en el pasado el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Wopke Hoekstra, conocido en los países del sur —especialmente, en España— por su férrea disciplina presupuestaria. Bautizado como Mister No por su implacable postura durante la pandemia del coronavirus, Hoekstra es ahora el candidato neerlandés para sustituir a Frans Timmermans ante las riendas de la cartera verde de la Comisión Europea. Pero por delante tiene una auténtica carrera llena de obstáculos, dado que no solo debe convencer a los países sureños, sino a un Parlamento Europeo escéptico con un perfil que arrastra un pasado controvertido y unos conocimientos limitados sobre una de las materias estrella para el presente y futuro del mundo y de la UE.

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