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Álvaro no, Jeroen sí: así discriminan laboralmente los holandeses a los españoles
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UN TRABAJO DE JAVIER POLAVIEJA

Álvaro no, Jeroen sí: así discriminan laboralmente los holandeses a los españoles

Una nueva investigación muestra que los hispanodescendientes lo tienen mucho más difícil a la hora de encontrar trabajo en Países Bajos que los originarios de otros países

Foto: Visto del parlamento neerlandés en La Haya. (Getty/Carl Court)
Visto del parlamento neerlandés en La Haya. (Getty/Carl Court)
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“No puedo gastarme el dinero en alcohol y mujeres y luego pedir ayuda”. Esto no lo cantó Sabina, esto lo dijo el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, al medio alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung en marzo de 2017. “Como socialdemócrata, considero la solidaridad extremadamente importante, pero quien la exige también tiene obligaciones. Este principio se aplica a nivel personal, local, nacional e incluso a nivel europeo”.

Los mujeriegos bebedores de alcohol tenían un rostro y un nombre claro. El rostro, el del bigotón que la revista Elsevier Weekblad plantó a los europeos del sur junto a una copa de vino y... un tablero de Backgammon. El nombre, Álvaro o Alba, los dos utilizados por Javier Polavieja, catedrático de Sociología de Banco Santander y director del Laboratorio sobre la Discriminación y la Desigualdad en la Universidad Carlos III de Madrid, en su última investigación.

"Esperaba encontrar discriminación, pero me sorprendió la intensidad del estimador"

Como explica en el trabajo recién publicado en Socio-Economic Review junto a Maricia Fischer-Souan, si te llamas Alba o Álvaro en lugar de Maarike o Jeroen, tienes muchas menos posibilidades de ser contratado, y casi las mismas que si tu nombre es Akintunde o Adeola, epónimos africanos utilizados como referencia porque “son muy discriminados en Europa y nos permiten captar el grado de intensidad de la discriminación”. “Lo que los datos nos dicen es que la discriminación es preocupantemente elevada”, explica el investigador. “Esperaba encontrarla, pero me sorprendió la intensidad del estimador”. Concretamente, un 40% menos de posibilidades de ser llamados para una entrevista de trabajo que los locales.

placeholder La polémica portada del 'Elsevier Weekblad'.
La polémica portada del 'Elsevier Weekblad'.

Su investigación está basada en los datos del estudio GEMM sobre discriminación que recogen las respuestas de más de 3.500 compañías alemanas, noruegas y holandesas ante la recepción de distintos currículos ficticios de descendientes de griegos, españoles o italianos frente a los locales. Los frugales, contra los PIGS. Mientras en algunos lugares como Alemania la discriminación no está muy clara, en otros como Noruega y sobre todo Países Bajos la importancia de no llamarse Jeroen está muy clara.

“En Alemania no hay discriminación hacia los descendientes del sur, lo cual es muy buena noticia porque es el país con mayor número de toda Europa, y probablemente no la haya por eso mismo, es decir, el hecho de que haya unas comunidades de europeos del sur muy establecidas que han gozado históricamente de buena reputación, con procesos de integración positivos, sirve de vacuna frente a los discursos que surgen en un momento específico. Es probable que los empresarios alemanes tengan más posibilidades de contacto positivo con descendientes de europeos del sur y que el contexto político o los estereotipos del momento no les afecten”.

Si la buena noticia es Alemania, la mala son Noruega y Países Bajos. “Los niveles de discriminación son altos, pero los mecanismos son diferentes: en Noruega se tiende a discriminar a todo aquel que no tiene padres noruegos, sea francés, sea griego o español”, explica el investigador. “Utilizamos un placebo que son los franceses, porque son muy parecidos culturalmente a los descendientes sureuropeos y no existen estereotipos negativos que tengan impacto sobre las percepciones de productividad”. Esos franceses eran tratados igual que el resto, así que en su caso es una discriminación por homofilia, porque el empresario tiene “preferencia por los descendientes de nativos frente a los de los demás”.

Los españoles tienen que enviar un 45% más de currículos que un nativo

Lo de Países Bajos es más complicado. “Los datos son consistentes con una discriminación específicamente orientada, ni siquiera a todos los europeos del sur, sino a los griegos y los españoles”. La probabilidad de que te llamen para una entrevista es de un 54,4% si eres nativo, pero de un 41,7% si eres griego, de un 39,8% si eres español y de un 37,3% si eres africano. Los españoles tienen que enviar un 45% más de currículos que un nativo para recibir el mismo número de llamadas. Como recuerda Polavieja, “un porcentaje muy similar al que sale en los estudios de discriminación de los afroamericanos en Estados Unidos”.

Estereotipos que van y vienen

El estudio parte de la idea de que algunos de estos estereotipos desaparecen y reaparecen a lo largo del tiempo, y que desde la crisis económica los relacionados con los españoles vagos se han reforzado en los países del norte. A finales de marzo de 2020, en lo peor de la pandemia, el primer ministro de Países Bajos, Wokpe Hoestra, sugirió que la Comisión Europea debía investigar fiscalmente a países como Italia o España, que se habían retrasado en su gestión de la crisis.

placeholder Wopke Hoestra. (EFE/EPA/Bart Maat)
Wopke Hoestra. (EFE/EPA/Bart Maat)

“Lo que motiva esta investigación es el escenario político y mediático con que nos encontramos a partir de la Gran Recesión con los debates en torno a la crisis del euro y los rescates a España, Grecia y Portugal”, explica. Tradicionalmente, los trabajadores del sur de Europa que emigraron a países como Francia, Alemania, Bélgica o Suiza entre los cincuenta y los setenta habían tenido muy buena reputación. Esto cambió después de la crisis del euro.

“En este contexto, se reactivan una serie de estereotipos entre la prensa y los políticos del norte de Europa, los llamados países frugales. Especialmente en Países Bajos, hay una serie de argumentos que utilizan un tono moralizante, culpabilizando a los países del sur de sus desgracias económicas y que se describen como despilfarradores y juerguistas. Europa está llena de estereotipos nacionales, que se pueden activar o desactivar según el contexto, pero los estereotipos sobre los países del sur tienen una característica peculiar: cuando se consideran rasgos culturales, pueden ser muy dañinos para las oportunidades de empleo, no solo de los ciudadanos del sur de Europa, sino para sus descendientes”.

Un holandés sin méritos es como un español con buenas notas, experiencia y trabajador en equipo

“Los greco e hispanodescendientes están discriminados en Países Bajos y yo creo que no es casualidad que Grecia y España estuviesen en el centro de los debates respecto al euro y los rescates, pero Italia no necesitó rescate y los italianos en Holanda no están discriminados”, prosigue. “Eso sugiere que a lo mejor estos estereotipos tan activos estén detrás de esta discriminación”. Gracias a sus test de diagnóstico, intentaron averiguar si estos resultados estaban relacionados con estereotipos sobre su productividad, así que añadieron señales adicionales como las notas académicas, el desempeño en el puesto previo y la capacidad de trabajo en equipo.

Los nativos no necesitaban ninguna señal adicional para ser llamados. Sin embargo, los españoles necesitaban tres de esas señales adicionales para que no hubiese discriminación hacia ellos. Por así decirlo, un holandés sin méritos vale lo mismo que un descendiente de españoles con buenas notas, gran experiencia y que sea un gran trabajador en equipo. “El test nos permite establecer una correlación empírica entre discriminación y señales de productividad”, resume. A los afrodescendientes no les llaman ni siquiera cuando tienen estas tres cualidades.

En la cabeza del seleccionador de personal

Esos estereotipos provocan que los seleccionadores de personal tomen atajos cognitivos que les llevan a descartar candidatos en función de su ascendencia o apellido. “Al principio se pensaba de manera muy simplista que la discriminación era un hecho de la voluntad, que era por gusto, es decir, tienes un prejuicio muy claro sobre una minoría y actúas desde ese prejuicio”, añade el investigador. “Pero es muy probable que actúen de forma inconsciente para el empresario: tú vives en un ambiente social en el que estás oyendo una serie de ideas y si te preguntan si los griegos son de determinada manera, dirás que no por tus valores, pero si tienes que tomar una decisión muy rápida, esas cosas influyen”.

placeholder El investigador Javier Polavieja. (Foto cedida)
El investigador Javier Polavieja. (Foto cedida)

En Países Bajos, como recuerdan en la investigación, no hay una regulación clara sobre la discriminación en los procesos de selección. Una de las estrategias más habituales es eliminar información de los currículos, como la fotografía personal, para evitar que suponga un factor de discriminación. Sin embargo, Polavieja no tiene claro que sea la mejor opción, aunque aclara que es una opinión personal: “No sé hasta qué punto, si se hace eso, habría que eliminar el nombre también”, valora. “Porque un nombre árabe, por ejemplo, genera una imagen en el cerebro. Por ejemplo, en EEUU no se pone una foto en los currículos, pero si te llamas Jamal Brown, lo más probable es que seas afroamericano”. No solo eso, sino que es posible que la adición de una fotografía favorezca cierta individualización, mientras que “si no aparece tu foto, te conviertes en un estereotipo”.

La pregunta irónica es: ¿ocurriría lo mismo al revés, es decir, habría discriminación por parte de los españoles a los candidatos de países del norte de Europa? La respuesta obvia es “no lo sé”, pero Polavieja tiene alguna intuición adicional. “En principio, no debería haber discriminación, y si la hubiese, probablemente sería un sesgo favorable a los hispanodescendientes o podría ser que según el puesto podría ser un plus, porque los ingleses o los noruegos hablan mucho mejor inglés que los españoles”.

"Pensábamos que era solo respecto a África y Oriente, pero está más generalizado"

“De ahí puedes sacar toda la punta que quieras a la Europa en la que estamos viviendo y a la que parece que estamos abocados”, concluye Polavieja. “Esta Europa tribalizada con barreras étnicas, que hace poco se estudiaban solo respecto al norte de África y Oriente Medio, pero que pueden ser mucho más generalizadas, que es lo que encontramos. Lo interesante es que no sabíamos nada sobre esto”. Ahora ya lo sabemos y, como recuerda el sociólogo, puede ser clave para que los seleccionadores de personal se den cuenta de esos sesgos que nunca reconocerían en público, pero que funcionan de forma inconsciente.

“No puedo gastarme el dinero en alcohol y mujeres y luego pedir ayuda”. Esto no lo cantó Sabina, esto lo dijo el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, al medio alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung en marzo de 2017. “Como socialdemócrata, considero la solidaridad extremadamente importante, pero quien la exige también tiene obligaciones. Este principio se aplica a nivel personal, local, nacional e incluso a nivel europeo”.

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