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¿Quién tiró el avión de Prigozhin? El líder de Wagner muere al estrellarse su aeronave en Rusia
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Lo que se sabe hasta el momento

¿Quién tiró el avión de Prigozhin? El líder de Wagner muere al estrellarse su aeronave en Rusia

Según testimonios de residentes en el terreno compartidos por los grupos pro-Wagner en sus canales de difusión, antes de que el avión se estrellara se escucharon "dos explosiones de fuego característico de la defensa antiaérea"

Foto: Yevgeny Prigozhin, durante el motín de junio. (Reuters/Alexander Ermochenko)
Yevgeny Prigozhin, durante el motín de junio. (Reuters/Alexander Ermochenko)

"El cuerpo del avión no estaba tan dañado, la cola se cayó entera, el resto, por otro lado. Un ala también se partió, ha caído, no sabemos todavía dónde. Tres personas, los pilotos, destrozados, hechos pedazos. El resto [de los pasajeros] está en la sección de la cola. Todo el avión se ha incendiado. Solo quedaron la parte frontal, las ventanas y un trozo de motor en el ala. El resto está todo quemado".

Este es el relato de uno de los primeros testigos que llegaron al lugar donde el avión RA-02795, en el que presuntamente viajaba el líder del grupo mercenario ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, se estrelló la tarde del miércoles. No hubo supervivientes. Entre los trozos retorcidos del fuselaje del avión moría así el hombre que pasó de vender perritos calientes en un puesto callejero a ser la eminencia gris para los negocios sucios del Kremlin en el exterior y, finalmente, gruñir quizá demasiado fuerte al estamento militar ruso. La venganza se sirve fría y en el catering de un avión.

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, anoche durante una ceremonia en Kursk, Rusia. (Reuters/Sputnik/Gavriil Grigorov)

14:59 UTC, 16:59 hora española. Un jet privado Embraer Legacy 600, propiedad del líder mercenario Yevgeny Prigozhin, sale de un aeropuerto a las afueras de Moscú. El destino es San Petersburgo.

Dentro viaja casi al completo la plana mayor del Grupo Wagner, la más famosa de las múltiples compañías militares privadas rusas y que, durante años, sirvió como punta de lanza para afianzar los intereses de Rusia en el exterior, operando, al menos públicamente, como si fuera independiente del Kremlin. No lo era, y la invasión rusa de Ucrania desnudó ante el público los fuertes lazos que unen a los milicianos de Prigozhin con los intereses de Vladímir Putin. Sin embargo, en la batalla de Bajmut algo se torció: aunque los milicianos del Grupo Wagner se convirtieron en quizá la cara más reconocida del esfuerzo ofensivo ruso en el frente de Ucrania, aumentando su poder, también el grupo se vio desangrado por las bajas y las luchas intestinas dentro del estamento militar ruso. En su particular pelea contra el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor de las FFAA rusas, Valery Gerásimov, por miedo a quedar relegado y aplastado como un mosquito, Prigozhin jugó su carta más arriesgada.

Este miércoles es, también, el aniversario exacto del motín de Prigozhin en junio pasado, cuando sus tropas llegaron a tomar dos ciudades rusas y avanzaron en un convoy a Moscú, derribando a su paso helicópteros militares rusos. Prigozhin se rindió, asegurando que solo quería "justicia" frente a Shoigu y Gerásimov, y Putin aseguró que habría castigo, pero no dio entonces el golpe. Quizá creyó a Prigozhin y entendió que la pelea era solo con sus subalternos. Quizás el Kremlin necesitaba demasiado a Wagner. Quizá solo había que esperar. Los mercenarios se relocalizaron en Bielorrusia (temporalmente), pero no abandonaron sus posiciones en los países africanos.

Prigozhin y su plana mayor volvían a toda prisa a Rusia, precisamente, desde África. Según el rastro que ha ido dejando, el 18 de agosto voló a Malí como parte de una delegación para impedir que el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas (más conocido como el GRU) desplazara a Wagner del país, y ahora volvía a Moscú, con escala en Bielorrusia, para continuar con la campaña.

Foto: Partidarios de la junta militar muestran una foto de Yevgeny Prigozhin. (EFE / Issifou Djibo)

15:11 UTC, 17:11 hora española, una más en Moscú. El avión desaparece bruscamente de los servicios de seguimiento de radar. Páginas como Flightradar no registran un descenso progresivo en la altitud ni en la velocidad de la aeronave. Simplemente, desaparece de golpe. El avión se estrella en la región rusa de Tver, a apenas 170 kilómetros de Moscú.

Según imágenes del momento del siniestro distribuidas en distintos canales de Telegram rusos, se ve cómo el avión cae del cielo a gran velocidad, seguido de una columna de humo y vapor, antes de estrellarse contra el suelo en una bola de fuego.

Al cierre de este artículo, se han podido recuperar al menos ocho cuerpos (de los 10 fallecidos en total, entre pasajeros y tripulación), según han informado los servicios de emergencia rusos desplegados al lugar a la agencia rusa de noticias Ría Novosti. Si atendemos al testigo, citado por el grupo Cheka-OGPU, afiliado a Wagner, calcinados o desmembrados. No hay imágenes identificativas de los cadáveres.

"Se ha iniciado una investigación sobre el accidente del avión Embraer ocurrido esta tarde en la región de Tver", dijo en un comunicado la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia. "Según la lista de pasajeros, en esta lista figuraba el nombre y apellido de Yevgeny Prigozhin".

Foto: El fundador del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin (Reuters)

La publicación del manifiesto de pasajeros que iban en la aeronave cayó como una piedra: entre los muertos estaban el mismísimo Yevgeny Prigozhin y su mano derecha, Dmitry Utkin, líder militar de Wagner, neonazi y que luchó con la milicia en Siria y Libia.

Pese a que los partidarios de Wagner intentaron aferrarse al clavo ardiendo de que quizá Prigozhin no se montó en la aeronave siniestrada, sino en otra de su propiedad que estaba efectuando la misma ruta, Rusia apenas tardó dos horas en confirmar oficialmente (aunque sin imágenes) la muerte del líder mercenario. Aquí empiezan las teorías conspirativas.

Terrorismo vs. traición

La narrativa que el estamento ruso está dibujando —aunque oficialmente se asegure estar a la espera de las conclusiones de la investigación y las cajas negras, ya recuperadas— es la de “terrorismo”. Canales cercanos al oficialismo han citado, entre otros, al coronel Viktor Litovkin, quien ha asegurado que “enemigos extranjeros” están tras la muerte de Prigozhin, en su intento de debilitar la presencia del Grupo Wagner en África. Otros apuntan a “dos misiles S300” (en un claro dedo a Ucrania), pero la que más está resonando oficialmente es la posible presencia de una bomba a bordo de la aeronave. “Una de las versiones del siniestro del avión (...) es un ataque terrorista a bordo”, publica el grupo de Telegram Mash, cercano a los servicios de seguridad rusos.

Foto: Combatientes del grupo mercenario privado Wagner, de pie sobre un tanque frente a un circo local cerca de la sede del Distrito Militar Sur en la ciudad de Rostov. (Reuters/Stringer)

Los wagneritas tienen otra teoría. Según testigos de residentes en el terreno —con testimonios compartidos por los mismos grupos pro-Wagner—, antes de que el avión se estrellara se oyeron “dos explosiones de fuego característico de la defensa antiaérea”. Los vídeos grabados del momento, que recogen el rastro en el cielo de los proyectiles de defensa antiaérea, parecen apoyar esa teoría. A apenas unos 50 kilómetros del lugar del siniestro se encuentra una posición de defensa antiaérea de misiles S-300. Además, imágenes de los restos del fuselaje del avión registran “numerosos agujeros”, “lo que se parece al daño que haría el impacto de municiones de defensa antiaérea”. Prigozhin ha muerto “como resultado de los actos de traidores a Rusia”, han concluido en los grupos afines a Wagner.

“La velocidad a la que el Gobierno ruso ha confirmado que Yevgeny Prigozhin estaba en el avión que se estrelló en la ruta de Moscú a San Petersburgo debería decirnos todo lo que necesitamos”, dijo Alicia Kearns, directora del Comité Selecto de Asuntos Exteriores de Reino Unido.

placeholder Foto: Ostorozhno Novosti.
Foto: Ostorozhno Novosti.

Un proyectil a gran velocidad contra una jaula de hierro en el cielo puede ser una manera de librarse de alguien incómodo como Prigozhin más expedita que el envenenamiento con polonio o un tropiezo junto a una escalera, pero también ha desatado quizás un problema: sus mercenarios, armados y enfadados, aunque descabezados. ¿Cómo reaccionan miles de milicianos curtidos en la batalla y extremadamente violentos ante la muerte de un hombre que se convirtió en su referente ante un estamento militar ruso que los mandaba a morir en Bajmut, al que llamaban incluso papá?

"El asesinato de Prigozhin tendrá consecuencias catastróficas. Las personas que dieron la orden no comprenden en absoluto el estado de ánimo ni la moral del ejército. Que esto sea una lección para todos", afirma un mensaje en el grupo Grey Zone, afiliado a Wagner.

En Ucrania, el calendario de festivos se ha convertido en un rosario de miedo y misiles. Cada vez que se acerca una efeméride, rusa o ucraniana, temen que Vladímir Putin ordene un nuevo bombardeo. Este jueves es el 32 aniversario de la declaración de independencia de Ucrania. Hoy, en cambio, con la muerte de Prigozhin, “hemos recibido un regalo”.

"El cuerpo del avión no estaba tan dañado, la cola se cayó entera, el resto, por otro lado. Un ala también se partió, ha caído, no sabemos todavía dónde. Tres personas, los pilotos, destrozados, hechos pedazos. El resto [de los pasajeros] está en la sección de la cola. Todo el avión se ha incendiado. Solo quedaron la parte frontal, las ventanas y un trozo de motor en el ala. El resto está todo quemado".

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