El jefe de Wagner acusa a las tropas rusas de bombardearlos y Moscú le culpa de llamar a un motín armado

Máxima tensión en el bando ruso. El líder del grupo de mercenarios Wagner (PMC), Yevgeny Prigozhin, ha acusado a los líderes militares de Rusia de bombardear a sus fuerzas militares. Por su parte, el Gobierno ruso ha negado rápidamente tales acusaciones y ha abierto una causa penal contra Prigozhin. Le acusa de incitar una rebelión armada.

En un discurso publicado esta noche en su canal de Telegram, el jefe del grupo ha denunciado que se había lanzado "un ataque con misiles contra campos de entrenamiento de Wagner" y que había dejado "muchas víctimas". "El golpe ha sido asestado (...) por militares del Ministerio de Defensa ruso", continúa el mensaje.

La mayoría de las críticas de Prigozhin iban dirigidas contra Serguéi Shoigú, ministro de Defensa de Moscú. Unos insultos que venía profiriendo desde la "picadora de carne" de Bajmut. "Descuidan la vida de los soldados. Se olvidaron de la palabra justicia, y la traeremos de vuelta", rezaba el mensaje de Prighozin. "Nos ocuparemos de aquellos que destruyen a los soldados rusos. Y volveremos a la primera línea".

Una vez conocidas las amenazas del que es conocido como el chef de Putin, el FSB (antiguo KGB) animó a los mercenarios a rebelarse contra su líder y a colaborar para detenerlo: "Llamamos a los combatientes del Ejército privado a no cometer un error irreparable, cesar cualquier acción armada en contra del pueblo ruso, no cumplir las órdenes criminales y traidoras de Prigozhin, tomar medidas para su detención".

Instantes después, Serguéi Surovikin, un general de las Fuerzas Armadas, lanzó un video respondiendo a Prigozhin diciendo que debía "obedecer al Comandante Supremo". En el video Surovikin aparece con un arma en la mano.

El resto de mandatarios del Ejército se sumó a la proclama. El Primer Subjefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor General (GRU), el Teniente General Vladímir Stepanovich Alekseev, también hizo un llamado a los combatientes del PMC Wagner para evitar el derramamiento de sangre.

Pasada la media noche, los edificios presidenciales y la administración fueron custodiados por las fuerzas de seguridad, bloqueando las carreteras y los accesos al recinto. La Plaza Roja de Moscú y el Kremlin están fuertemente acordonados, reportan las cuentas de Inteligencia de fuentes abiertas (OSINT).

En las ciudades de Rostov y San Petersburgo —donde Wagner abrió una nueva base— también se reportan movimientos de tropas del Ministerio de Defensa ruso. Mientras, los servicios de internet solo llegan a un 25% de la población y los noticiarios han arrancado diciendo que las acusaciones de Prigozhin son falsas.

Los mercenarios estarían cruzando la frontera con Rusia en varios puntos. La dirección que está asumiendo el líder de Wagner es Rostov, donde se encuentran las fuerzas armas de Rusia. "En este momento hemos cruzado la frontera estatal en todos los lugares. Vamos ahora a Rostov. Si alguien se interpone en nuestro camino: Lo destruiremos. Vamos hasta el final", comunicó el líder de los mercenarios en su canal de Telegram, aunque todavía no hay imágenes de tal hecho. También asegura que sus fuerzas cruzan en dirección a Belgorod presumiendo de "destruir cualquier cosa que se interponga en su camino", dijo.

Según informes del Ministerio de Defensa ruso, Ucrania no ha desaprovechado la oportunidad y avanza en la zona de Bajmut. La contraofensiva se centra en las líneas de salida de las operaciones ofensivas de la unidad de la 35ª Brigada de Infantería de Marina y la 36ª Brigada Mecanizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

¿Rebelión en Rusia?

El desencadenante de toda la tensión ha sido el presunto bombardeo contra uno de los campamentos de Wagner. Prigozhin ha acusado directamente a Shoigú de ordenar el ataque, puesto que los bombardeos venían de su flanco, no del ucraniano. Ante esto, y el enfado del líder de los mercenarios, ha pedido que "nadie se resista. A todos los que intenten resistir, los consideraremos un peligro y los destruiremos de inmediato, incluidos los puntos de control en nuestro camino. Y cualquier aviación que veamos sobre nuestras cabezas", sentenciaba el comunicado.

Como respuesta, el Servicio Federal de Rusia ha abierto una causa penal contra el líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin, por incitar a la rebelión armada después de que acusara al Ministerio de Defensa de atacar campos de entrenamiento del grupo paramilitar. El Comité Antiterrorista de Rusia informó a su vez de la apertura de un caso penal por llamamientos a la rebelión armada tras las declaraciones del jefe de Wagner sobre la intención de castigar a la cúpula militar rusa por el ataque a sus bases.

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"Las acusaciones difundidas en nombre de Yevgeny Prigozhin no tienen fundamento. En relación con estas declaraciones, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia ha abierto un caso penal por el hecho de llamar a una rebelión armada", ha informado el Comité Nacional Antiterrorista, según ha recogido la agencia de noticias TASS.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha sido uno de los primeros líderes de Moscú en reaccionar y ha asegurado que el presidente ruso, Vladímir Putin, está al tanto de la situación en torno a Prigozhin, según ha recogido la agencia de noticias Interfax.

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El cambio radical

Esta misma mañana, en un video difundido en su canal de Telegram, Prigozhin manifestaba su profundo malestar con la situación de la guerra. Además, en sus palabras reconocía cierta información falsa difundida contra Ucrania como que "las Fuerzas Armadas de Ucrania no iban a atacar a Rusia con bloques de la OTAN, el Ministerio de Defensa ruso está engañando a la opinión pública y al Presidente de la Federación Rusa", afirmó.

"60 Leopards destruidos es mentira. Todo lo que destruimos fueron 2 Leopard, más algunos Bradley", continuó. "Todos estos años, Donbass fue saqueado, incluso por empleados de la administración presidencial de la Federación Rusa". Estas afirmaciones son un cambio sustancial en la política e ideología del líder del Grupo Wagner.