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Mercenarios a 5 kilómetros de la OTAN: ¿qué planea el Grupo Wagner frente a Polonia?
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Mercenarios a 5 kilómetros de la OTAN: ¿qué planea el Grupo Wagner frente a Polonia?

Mientras Putin ponía en duda la soberanía de Polonia, las tropas de Wagner realizaban ejercicios a tan solo 5 kilómetros de su frontera con Bielorrusia

Foto: Un combatiente del grupo mercenario ruso Wagner. (Reuters/Belarusian Defence Ministry)
Un combatiente del grupo mercenario ruso Wagner. (Reuters/Belarusian Defence Ministry)

El 20 de julio, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Polonia anunció el traslado de varias formaciones militares del oeste al este del país. Una columna de vehículos militares con más de 1.000 soldados partió desde Varsovia a la frontera con Bielorrusia para reforzar el destacamento en la región de Podlaskie Voivodeship. ¿El motivo? Responder a las "provocaciones" del régimen de Aleksander Lukashenko, el cual estaba llevando a cabo ejercicios militares conjuntos entre sus fuerzas especiales y los mercenarios de Wagner (PMC) a tan solo 5 kilómetros de la línea divisoria entre ambos países.

Al mismo tiempo, Lukashenko y su homólogo ruso, Vladímir Putin, lanzaban una serie de amenazas veladas contra Polonia en una reunión conjunta en San Petersburgo. Entre ellas, un recordatorio por parte de Putin de que los territorios occidentales polacos fueron un "regalo de Stalin", desacreditando así la soberanía de Varsovia en la región. También dijo que Rusia respondería fuertemente —una narrativa habitual en el Kremlin— ante cualquier intento de agresión por parte de la OTAN sobre Bielorrusia. Lukashenko fue más allá. El líder bielorruso, por su parte, afirmó que los mercenarios afincados en su territorio están "ansiosos" por realizar un "viaje a Polonia", agregando que, como prometió en el pasado, los trataría de contener.

¿Existe una amenaza real de un ataque de Wagner a Polonia? El Centro para la Resistencia Nacional, un organismo ucraniano que promueve las actividades partisanas en los territorios ocupados por Rusia, denunció el pasado jueves que los mercenarios estarían intentando reclutar a soldados bielorrusos dispuestos a atacar Polonia o Lituania. Según imágenes satelitales, el grupo cuenta con un abanico de 15.000 o 20.000 soldados en Minsk. Si a esto se le suman los 45.000 soldados y oficiales de las fuerzas armadas de Bielorrusia, "significará un mayor riesgo para la seguridad fronteriza de los países del flanco este de la OTAN", explica Anna Maria Dyner, analista del Instituto Polaco de relaciones exteriores, en entrevista con El Confidencial.

"Wagner es un arma psicológica. Seguimos jugando al juego de los rusos innecesariamente"

Pero Varsovia no parece tomarse esta amenaza en serio. Mariusz Blaszczak, ministro de Defensa polaco, aseguraba al diario Gazeta Wyborcza que "Wagner es un arma psicológica" y criticó que se siguiera "jugando al juego de los rusos innecesariamente". Nadie en la OTAN cree que el Grupo Wagner esté dispuesto a lanzar un ataque serio contra un miembro de la Alianza y la Unión Europea. Sin embargo, los ejercicios cerca de la frontera polaca constituyen una seria provocación. "El papel que juega Polonia en la guerra psicológica de Rusia es crucial", afirma Dyner. "Polonia es un Estado clave para el flanco oriental y para la ayuda que llega a Ucrania", agrega la experta, por lo que los esfuerzos por desestabilizarla son una prioridad para el Kremlin.

Foto: Polish officials speak on immigration at polish-belarusian border

Ante esta provocación, Polonia ha querido lanzar una respuesta rápida para disipar cualquier atisbo de duda sobre la seguridad de sus fronteras. La operación "Podlasie seguro" (la región que limita con Bielorrusia) durará hasta finales de octubre, elevando a 16.000 el número militares que custodian la frontera desde el año pasado. "La operación actual es una prueba de que podemos transferir grandes fuerzas muy rápidamente a cualquier punto en nuestro país", señalaron militares polacos que participan en este destacamento a la emisora local RMF FM.

"La operación es una prueba de que podemos transferir grandes fuerzas en poco tiempo"

Piotr Żochowski, analista de Centre for Eastern Studies explicaba en un artículo reciente que la guerra no solo se libra con acciones militares. "El Kremlin y Lukashenko están intensificando su retórica antipolaca. La escalada en la guerra psicológica y de desinformación está destinada a avivar la tensión interna antes de las elecciones parlamentarias de Polonia (que se celebrarán el próximo otoño)", señala el experto.

"Moscú espera que los actos de provocación cerca de la frontera llevados a cabo por los combatientes de Wagner desencadenen debates dentro de la OTAN sobre una posible respuesta militar a estos actos (...) En la visión del Kremlin, estos debates generarían tensión entre los aliados", concluye Zochowski.

Provocaciones, sabotaje y juego sucio

A tan solo cinco kilómetros de la frontera con Polonia, en la localidad de Brest (Bielorrusia), los mercenarios de Wagner y las fuerzas especiales de Minsk compartían conocimientos bélicos. Durante una semana, las tropas practicaron misiones de entrenamiento en combate para "la modernización, el reequipamiento y la rápida adopción de la experiencia de los conflictos militares modernos", según reportó la agencia de noticias estatal Belta.

Utilizar maniobras militares cerca de puntos fronterizos calientes a modo de provocación no supone ninguna novedad. Fuerzas Armadas de todo el mundo las utilizan con este objetivo, como es el caso de China en torno a Taiwán. Al realizar ejercicios cerca de las fronteras de otro país, obligas a la nación rival a poner el foco sobre las tropas, más aún cuando es una zona conflictiva.

placeholder La bandera nacional bielorrusa ondea cerca de las tiendas de campaña de un campamento del ejército bielorruso cerca del pueblo de Tsel, a unos 90 km al sureste de Minsk. (EFE/Stringer)
La bandera nacional bielorrusa ondea cerca de las tiendas de campaña de un campamento del ejército bielorruso cerca del pueblo de Tsel, a unos 90 km al sureste de Minsk. (EFE/Stringer)

Una acción militar directa está casi descartada por los analistas, pero lo que sí que valoran son pequeñas acciones de sabotaje tanto en Polonia como en Ucrania. Ryzhenko, capitán retirado de primera clase y ex jefe adjunto del Estado Mayor de la Armada ucraniana, expresó al periódico británico Daily Express que "el mayor riesgo del Grupo Wagner es llevar a cabo operaciones de sabotaje y reconocimiento desde el territorio de Bielorrusia".

"Los rusos ya estaban haciendo reconocimientos de las rutas ferroviarias que llevan a Ucrania"

Una de las hipótesis que se barajan es la posibilidad de actos de sabotaje contra las represas que hay a lo largo de río Dniéper, un acto similar a la voladura de la presa Nova Kajovka, cerca de Jersón, destruida a principios de junio. "Wagner podría planear potencialmente una operación de sabotaje significativa sobre alguna estructura hidroeléctrica a lo largo del Dniéper", mencionó el militar ucraniano. Ryzhenko también apunta a posibles acciones en Polonia: "Los rusos ya estaban haciendo reconocimientos de las rutas ferroviarias polacas que llevan a Ucrania, por lo que no se puede descartar que quieran llevar a cabo un ataque a las líneas de suministro de armas".

Sin embargo, cualquier sabotaje en el territorio de la OTAN provocaría una respuesta contundente por parte de los aliados. "Las únicas partes interesadas que podrían beneficiarse de todo esto son Yevgeny Prigozhin (fundador de la organización mercenaria) y el Grupo Wagner. Podrían utilizar el deterioro de la situación en Rusia para renovar el motín, presentando a los actuales gobernantes del Kremlin como líderes débiles. Pero la probabilidad de sabotaje por parte de Wagner PMC en Polonia es extremadamente baja, porque no promete resultados ni beneficios positivos ni para Rusia ni para Bielorrusia", comenta Gerashchenko.

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Es posible que la amenaza de Wagner no sea más que un espejismo, pero el miedo que desata es real. La cercanía de los mercenarios a Polonia es tal que los vecinos de las localidades fronterizas escuchan los ruidos de disparos, aviones y tanques. "Tengo miedo. Tengo un hijo en el ejército. Es militar. Estoy preocupado por él, tengo nietos. Tengo un esposo discapacitado. Estoy más preocupado por ellos", decía a Reuters, con lágrimas en los ojos, la alcaldesa de la aldea fronteriza de Kolpin-Ogrodniki, Agata Moroz. "Todo el mundo dice que algo va a pasar, que definitivamente algo va a pasar", lamentaba.

El 20 de julio, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Polonia anunció el traslado de varias formaciones militares del oeste al este del país. Una columna de vehículos militares con más de 1.000 soldados partió desde Varsovia a la frontera con Bielorrusia para reforzar el destacamento en la región de Podlaskie Voivodeship. ¿El motivo? Responder a las "provocaciones" del régimen de Aleksander Lukashenko, el cual estaba llevando a cabo ejercicios militares conjuntos entre sus fuerzas especiales y los mercenarios de Wagner (PMC) a tan solo 5 kilómetros de la línea divisoria entre ambos países.

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