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La niña gato que nunca existió: cómo el 'debate' trans ha intoxicado al Reino Unido (I)
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Discordia de género

La niña gato que nunca existió: cómo el 'debate' trans ha intoxicado al Reino Unido (I)

La legislación sobre autoidentificación de género crea un clima "hostil y abusivo" que afecta a todo el país. Unos hablan de reconocer derechos. Otros de que sus preocupaciones se tachan como intolerancia. Los trans solo piden vivir en paz

Foto: Manifestación a favor de la reforma escocesa de género frente a Downing Street, en Londres. (Reuters/Henry Nicholls)
Manifestación a favor de la reforma escocesa de género frente a Downing Street, en Londres. (Reuters/Henry Nicholls)
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Alumna: Si quieren identificarse como un gato, es que no están bien, están locos.

Profesora: Estás cuestionando su identidad.

Alumna: No estoy cuestionando nada. Estoy hablando de su género.

Profesora: ¿De dónde sacas la idea de que solo hay dos géneros?

Alumna: Estoy dando mi opinión. Si tengo que respetar la suya, ¿por qué no pueden respetar la mía? (…) solo hay chicos y chicas. No hay más partes íntimas.

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Viernes 16 de junio. Al terminar las clases de la asignatura "educación para la vida", se produce una acalorada discusión entre la profesora y una alumna de 16 años en el colegio de secundaria de Rye College (East Sussex, sureste de Inglaterra).

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Profesora: El cisgénero no tiene que ser necesariamente la norma. Decir eso es despreciable (…) ¿por qué crees que tenemos tantos problemas en el mundo con la homofobia?

Alumna: No tengo nada en contra de los homosexuales y lesbianas. Esto no es homofobia, es transgénero.

Profesora: El género es sobre identidad. No es una opinión.

Alumna: Sí lo es.

Profesora: No lo es. Y si no te gusta, quizá deberías ir a otro colegio.

Foto: El ministro principal de Escocia, Humza Yousaf, en una imagen de archivo. (Reuters/Russell Cheyne)

La conversación —grabada sin el conocimiento de la maestra— se publica en TikTok y comienza a tener recorrido en los medios. Titulares como "Alumno que cuestiona a un compañero de clase 'identificándose como un gato' es tachado de 'despreciable' por el maestro" se viralizan en redes. Desde el anonimato, el alumno de otro centro revela su desesperación cuando un compañero responde a las preguntas realizadas en clase con un "miau". La noticia llega hasta la cadena conservadora estadounidense Fox News mientras que en el Reino Unido salen a relucir más de otros docentes que, supuestamente, permiten que los menores se identifiquen también como "caballos, dinosaurios e incluso lunas".

Finalmente, la polémica llega hasta Westminster y el Gobierno exige que la Oficina de Estándares en Educación, Servicios y Habilidades Infantiles (Ofsted, por sus siglas en inglés) investigue el episodio por si hubiera problemas de protección a menores. Paralelamente, la ministra de Mujeres e Igualdad, Kemi Badenoch, solicita una indagatoria sobre si se había violado la Ley de Igualdad de 2010.

"El propio centro en el que se originó la historia había recalcado que "en ningún momento" una niña se había identificado como un gato"

Pero a lo largo de este frenesí informativo a nadie le pareció relevante el ligero detalle de que el propio centro en el que se originó la historia había recalcado una y otra vez que "en ningún momento" una niña se había identificado como un "gato o cualquier otro animal". El colegio acabó reuniéndose con el Ministerio de Educación para explicar la situación. La catgirl, en definitiva, nunca existió.

Pero la realidad no importa, porque el escándalo creado en torno a la conversación de la profesora y alumna refleja hasta qué punto se ha instaurado en el Reino Unido un debate —según califican los propios medios y la justicia— "polarizado, intransigente, hostil y abusivo" sobre identidad de género que afecta desde el mundo académico hasta la City.

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La decisión del Gobierno central de bloquear una ley escocesa que permitía la autoidentificación de género sin diagnóstico médico; la entrada en prisión de delincuentes sexuales trans como Isla Bryson; la petición de menores en los colegios para cambiarse de nombre sin autorización de los padres; la declaración por parte del mismo Banco de Inglaterra de que "personas de cualquier género pueden estar embarazadas" o el boicot a un videojuego de Harry Potter, Hogwarts Legacy, por las opiniones sobre los derechos de las personas trans realizadas por J.K. Rowling —la autora de la saga del niño mago— son síntomas de la relevancia que esta cuestión ha cobrado en la agenda pública británica.

Esta escalada retórica y política —en la que generalmente se señalan las excepciones más polémicas sin profundizar en el complejo proceso por el que pasan las personas trans— ha conllevado a una peligrosa escalada paralela en las calles. Las cifras oficiales muestran un aumento alarmante de los delitos de odio transfóbicos en Inglaterra y Gales en 2022: un 56% más que el año anterior.

Dimitris Akrivos, del departamento de sociología de la Universidad de Surrey, pone fecha al origen del problema. "Las raíces de este 'debate' se remontan a los planes del Ejecutivo del Reino Unido en 2018, luego abandonados, para desmedicalizar el proceso de reconocimiento legal de género para las personas trans e introducir un modelo de autoidentificación, similar a lo que hizo España a principios de este año", explica el experto, cuyo trabajo de investigación se centra en la intersección de la criminología, derecho y ética de los medios con un enfoque particular en cuestiones de género y sexualidad. "Utilizo el término 'debate' entre comillas porque no pretendo sugerir que las vidas trans deban ser objeto de debate. Pero, al mismo tiempo, siento que este es el único término que captura de manera efectiva las crecientes tensiones entre las partes involucradas", matiza a El Confidencial.

Foto: Miembros del colectivo LGTBI celebran la aprobación de la ley trans. (EFE/Javier Lizón)

Además de la clásica división en el espectro ideológico progresista y conservador, la cuestión enfrenta a dos sectores del feminismo. Por un lado, está el conocido como feminismo radical transexcluyente (al que sus detractoras denominan como TERF), que considera al sexo biológico como una realidad inmutable. Y por otro aquel que incluye en su lucha a las mujeres transgénero.

"Para los primeros, la autoidentificación de género es vista como una amenaza para los derechos de las mujeres basados en el sexo, y argumentan que están siendo silenciadas por una "cultura de cancelación" donde sus preocupaciones se tachan como intolerancia transfóbica. Por otro lado, la comunidad trans ve estos puntos de vista, que han sido reconocidos como una creencia protegida bajo la Ley de Igualdad de 2010, como un ataque a su existencia misma y un producto del privilegio cisgénero", señala Akrivos.

"Las personas involucradas en el 'debate' tienen puntos de vista muy fuertes y eso es totalmente comprensible, ya que ambas partes sienten que sus identidades, ya sea por sexo o género, corren el riesgo de ser erradicadas. No hay respuestas directas a las preguntas centrales, pero es particularmente preocupante que la polarización entre ambos bandos a veces alcance niveles tóxicos", apunta Akrivos.

¿Qué ocurre con la ley? Escocia en la mira

En la actualidad, la Ley de Reconocimiento de Género de 2004 especifica que, en todo el Reino Unido, las personas transgénero pueden lograr el reconocimiento legal de su cambio de género si cumplen determinados requisitos como ser mayores de 18 años, ser diagnosticados con disforia de género, demostrar que han vivido en su género "adquirido" durante dos años y hacer una declaración legal de que vivirán de esta manera permanentemente. En ningún momento están obligados a someterse a una cirugía de reasignación de género ni a un tratamiento hormonal.

Foto: Alister Jack. (Reuters/Henry Nicholls)

El último censo de 2021 fue el primero en preguntar a las personas sobre su identidad de género y orientación sexual. Alrededor de 262.000 personas (0,5% de la población) dijeron que su identidad de género era diferente al sexo registrado al nacer. Sin embargo, solo alrededor de 7.000 han cambiado su estatus de género a efectos legales. En 2018, el Gobierno de la conservadora Theresa May comenzó a considerar cambios en la ley de Inglaterra y Gales, los cuales, según dijo, tendrían como objetivo facilitar que las personas trans pudieran cambiar su género legal en los certificados de nacimiento. Sin embargo, estos nunca se llevaron a cabo.

A principios del año pasado, el Gobierno conservador de Rishi Sunak utilizó, por primera vez en la historia, la sección 35 de la Ley de Escocia para bloquear una polémica normativa aprobada por el parlamento de Edimburgo con la que se quería reducir la edad para poder cambiar de género a los 16 años, eliminar la necesidad de un diagnóstico médico y acortar a tres meses el periodo en el que alguien tiene que vivir en su nueva identidad antes de obtener un certificado.

El ejecutivo nacionalista escocés ha acudido a los tribunales para impugnar la decisión, aunque este nuevo intento de mostrar a Westminster como el enemigo no ha funcionado. ¿El motivo? La mitad de los escoceses dan la razón a Downing Street, que argumenta que la normativa entraría en conflicto con la Ley de Igualdad de 2010 al dificultar, por ejemplo, que los espacios exclusivos femeninos rechacen a las mujeres trans.

Foto: Nicola Sturgeon saluda desde la ventana de la Casa Bute, en Edimburgo. (Reuters/Russell Cheyne)

El episodio contribuyó a la caída de la líder nacionalista Nicola Sturgeon, cuyas respuestas al caso de Isla Bryson —una mujer trans de 31 años condenada por violar a dos mujeres cuando aún vivía como hombre y enviada a una cárcel femenina— le acabaron creando más problemas que todos los esfuerzos conjuntos realizados en los últimos años por conservadores y laboristas para frenar el auge nacionalista. "Ella se considera una mujer, yo considero al individuo como un violador", recalcó.

A raíz de la disputa con el parlamento de Edimburgo, el Gobierno central está ahora considerando cambiar "sexo" por "sexo biológico" en la Ley de Igualdad de 2010 (que protege a una serie de grupos de la discriminación). La ministra de Igualdad, Kemi Badenoch, escribió a la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos de Westminster (EHRC) pidiendo consejo sobre un "área legal técnica y controvertida" y la respuesta que obtuvo es que el cambio podría aportar "una mayor claridad legal" en varios campos como los espacios en hospitales o el mundo del deporte. También significaría que los grupos de un solo sexo podrían restringir la membresía a mujeres u hombres biológicos, dijo la EHRC, dando el ejemplo de grupos de lesbianas o clubes de lectura solo para mujeres que podrían excluir a las personas trans.

¿Qué ocurre en la sanidad? Hormonas para menores

El Servicio Nacional de Salud Pública (NHS) británico ha decido cerrar el Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (Gids), la única clínica de género que existe a nivel público para los menores en Inglaterra y Gales, donde reciben medicamentos que bloquean la pubertad, después de la publicación de una revisión independiente realizada por la pediatra Hilary Cass donde considera al centro como "inadecuado".

El informe destaca la falta de acuerdo "y en muchos casos la falta de un debate abierto" sobre la naturaleza de la "incongruencia de género" en los jóvenes, y si es "un fenómeno inherente e inmutable para el cual la transición es la mejor opción para el individuo, o una respuesta más fluida y temporal a una variedad de factores de desarrollo, sociales y psicológicos". Algunos trabajadores y padres denunciaron que se trataba a los jóvenes con intervenciones médicas poco investigadas y no se consideraban otros factores, como el autismo o el abuso.

"Me debieron haber dicho que esperara y no haberme afirmado en la identidad de género que decía tener"

El Gids cerrará sus puertas en marzo de 2024 —un año más tarde de los previsto— y será sustituido por dos centros regionales. Fundado en 1989 por el psiquiatra de niños y adolescentes Domenico Di Ceglie, el centro se convirtió en servicio público en 2009. Dos años más tarde, redujo la edad en la que los jóvenes podían acceder a los bloqueadores de la pubertad de los 16 a 12 años. La demanda creció rápidamente, de 210 casos en 2011-2012 a más de 5.000 en 2020-2021.

El centro ocupó grandes titulares con el caso de Keira Bell. Cuando tenía 15 años se identificaba como un niño. Después de tres sesiones, comenzó a recibir bloqueadores hormonales. Pero se arrepintió y ocho años más tarde, y después de someterse a una cirugía, ahora está haciendo la transición para volver a ser una mujer. Demandó a la clínica, argumentando que había sido demasiado joven para consentir el tratamiento cuando era adolescente. "Me debieron haber dicho que esperara y no haberme afirmado en la identidad de género que decía tener. Debieron de haberme dado una terapia intensiva para asegurarme de que estaba en el camino correcto e investigar los sentimientos que estaba teniendo para descubrir cómo había llegado hasta esa etapa", relataba a Sky News. El Tribunal Superior le dio la razón, pero el fallo fue anulado en apelación en 2021.

Por su parte, el regulador de organizaciones benéficas inició el año pasado investigación sobre Mermaids —un grupo que brinda apoyo a los niños transgénero y sus familias y que no está exento de polémicas— tras descubrirse que ofrecía vendajes dañinos para los senos a niñas de hasta 13 años sin el conocimiento de los progenitores.

Foto: Boris Johnson, en el Parlamento. (Reuters/Jessica Taylor)

¿Qué ocurre en los colegios? Cambios sin avisar

El debate sobre identidad de género entre menores es extremadamente complejo, sobre todo cuando entra en juego el papel que debe tomar el colegio. Una profesora de instituto revela desde el anonimato a El Confidencial que, en los últimos años, de cada 50 alumnos en cada curso habían tenido, al menos, un caso trans. "Es un porcentaje muy alto. Cuando el estudiante pide que se le llame de otra manera o se utilice un pronombre neutro para referirse a él se activa un protocolo y se llama a los padres, pero en los casos que la familia no lo acepta es muy difícil", señala. "Además, todos nos cuidamos ahora mucho de cómo decimos las cosas, porque cualquier matiz y te acusan de tránsfobo", añade.

El Gobierno se había comprometido a publicar para este final de curso una guía sobre personas transgénero en las escuelas después de que, el pasado mes de marzo, una investigación realizada por el think tank Policy Exchange revelara que casi la mitad de los centros de Secundaria en Inglaterra permiten que los niños declaren su género sin el consentimiento de los padres.

Foto: Ésta era una de las mayores peticiones del movimiento LGTBI

Pero, de momento, la guía tendrá que esperar. Downing Street ha retrasado los planes después de que el fiscal general y los abogados del Gobierno advirtieran que los planes para prohibir la transición social en las escuelas —el proceso por el cual los niños transgénero adoptan un nombre, pronombres y expresiones de género, como ropa y cortes de cabello, que coinciden con su nueva identidad— serían ilegales al ir contra la Ley de Igualdad de 2010, que establece que la reasignación de género es un "derecho protegido", independientemente de la edad.

Un portavoz del Número 10 asegura que el objetivo siempre ha sido "proteger a los niños, empoderar a los padres y apoyar a los maestros y líderes escolares brindándoles orientación para implementar". "Es un área compleja y sensible y está bien que lo hagamos bien. Se necesita más información sobre las implicaciones a largo plazo de permitir que un niño actúe como si fuera del sexo opuesto y el impacto que eso puede tener también en otros niños", agrega. En la guía, eso sí, no se hará referencia a los menores que quieren ser identificados como gatos u otros animales. Para estos casos, el portavoz asegura, que confía en que "los maestros apliquen el sentido común".

Glosario de términos

• Sexo: se asigna a un individuo al nacer, según una serie de factores fisiológicos como genitales, hormonas y cromosomas. A la mayoría se les asigna masculino o femenino. Esto no excluye que se den otras combinaciones de cromosomas, hormonas y órganos que pueden dar lugar a que una persona sea intersexual.

• Género: incluye roles y expectativas que tiene la sociedad sobre conductas, pensamientos y características que acompañan al sexo asignado a una persona, como por ejemplo, la manera de vestir.

• Cisgénero: el sexo asignado al nacer y la identidad de género están alineados.

• Transgénero o trans: el sexo asignado al nacer es distinto a su identidad de género.

Genderqueer, no binarias, de género variable o de género fluido: personas que no se identifican con un sexo o género específico.

Alumna: Si quieren identificarse como un gato, es que no están bien, están locos.

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