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"Hay cancelación tanto en la izquierda como en la derecha y en ambos casos es muy grave"
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"Hay cancelación tanto en la izquierda como en la derecha y en ambos casos es muy grave"

La escritora y periodista italiana Costanza Rizzacasa d’Orsogna publica 'La cultura de la cancelación en Estados Unidos' y alerta del creciente contagio de este movimiento a Europa

Foto: Costanza Rizzacasa d’Orsogna, autora de 'La cultura de la cancelación en Estados Unidos'. (Wikipedia)
Costanza Rizzacasa d’Orsogna, autora de 'La cultura de la cancelación en Estados Unidos'. (Wikipedia)

Fue a primeros de marzo de 2022, durante los primeros días de la invasión rusa de Ucrania. La Universidad italiana de Milán-Bicocca había programado un ciclo de conferencias gratuitas y abiertas a todo el mundo sobre Dostoievski. Y decidió cancelarlo, simplemente porque el autor de Crimen y Castigo y de Los hermanos Karamazov había cometido el pecado de nacer en Rusia.

No fueron los únicos. La célebre Feria del Libro Infantil de Bolonia anunció poco después que, para mostrar su repudio a la guerra, suspendía cualquier colaboración con organizaciones rusas.

Ya hay escuelas italianas que han decidido que, para no traumatizar a sus estudiantes, en lugar de los clásicos suspendido, aprobado, notable y sobresaliente las calificaciones consistirán en descripciones llenas de eufemismos sobre cómo ha sido su rendimiento. Por no hablar de autores europeos como Agatha Christie, Ian Fleming o Roald Dahl, cuyos libros están siendo reescritos para adaptarlos a la sensibilidad actual.

Y así, suma y sigue.

placeholder Agatha Christie.
Agatha Christie.

La cultura de la cancelación hace ya tiempo que campa a sus anchas por Estados Unidos. Pero Europa no se libra. “No creo que en Europa se pueda llegar nunca a lo que está sucediendo en Estados Unidos, por numerosos factores culturales, estructurales y demográficos. Pero la realidad es que aquí en Europa vemos cada día cosas más preocupantes”.

Lo dice Costanza Rizzacasa d’Orsogna, periodista y autora de La cultura de la cancelación en Estados Unidos, que ahora Alianza Editorial publica en España. Un libro estremecedor lleno de datos, cifras, entrevistas y declaraciones en el que reconstruye de manera pormenorizada la génesis de este terremoto cultural, el contexto histórico y político en que se ha originado, su desarrollo y cómo se ha empezado a contagiar a Europa.

placeholder Portada de 'La cultura de la cancelación en Estdos Unidos'.
Portada de 'La cultura de la cancelación en Estdos Unidos'.

El libro de Rizzacasa d’Orsogna pone la piel de gallina. Doblemente, porque repasa con todo lujo de detalles tanto la cultura de la cancelación que la izquierda practica en Estados Unidos en nombre de las minorías y de la sensibilidad actual así como la censura que la derecha impone a determinados asuntos, sobre todo al racismo y a la identidad de género.

“Mi libro no toma partido, denuncia tanto la censura desde la izquierda como desde la derecha. La censura hoy es común a unos y a otros, aunque se ejerza de distintos modos. En los dos casos, es muy grave”, nos cuenta la autora.

La locura de la izquierda ha llevado a cancelar a autores como Mark Twain o Flannery O’Connor bajo la acusación de racismo. Philip Roth ha sido tachado por misógino, al igual que Norman Mailer y Ernest Hemingway. Patricia Highsmith por anstisemita. Y el índice de autores prohibidos no deja de crecer: Faulkner, Kerouac
“En Huckleberry Finn Marc Twain emplea 219 veces la palabra nigger (negrata, en español). Entiendo que para un niño negro de 8 años puede ser un puñetazo en la cara, pero no es una novela para niños. Además, se confunde la opinión del protagonista con la de Mark Twain.Twain fue el primero en la historia en hablar de restitución por motivos de esclavitud. Y esponsorizó al primer estudiante negro de Derecho en Yale”, señala la escritora y periodista italiana.

placeholder Ernest Hemingway.
Ernest Hemingway.

Los cancelados son fundamentalmente hombres blancos. ¿Se puede ser misógino y un buen escritor? “Sí”, asegura Rizzacasa d’Orsogna. “Casi todos los escritores del siglo XX son misóginos, porque vivieron en una cultura misógina. Qué hacemos, ¿cancelamos a Hemingway y a Fitzgerald? ¿Les cancelamos a todos? La sensibilidad de hoy no puede dictar la literatura del pasado. Además, el pasado no tiene nada que perder, somos nosotros los que tenemos mucho que perder si nos quedáramos sin literatura del pasado”, destaca Rizzacasa d’Orsogna.

"Casi todos los escritores del siglo XX son misóginos, porque vivieron en una cultura misógina. ¿Los cancelamos a todos?"

“Reconozcámoslo: hoy Hemingway no encontraría editor”, sentencia la autora de La cultura de la cancelación en Estados Unidos. Lo tenía todo: machista, mujeriego, misógino, violento, alcohólico, amante de los toros, de la caza, el boxeo y la guerra.

Incluso Homero y Ovidio

Incluso Homero ha sido cancelado: un centro de secundaria de Massachusetts prohibió la Odisea (escrita en el siglo IX a.C) porque promovía ideas no conformes con los modernos códigos de comportamiento. “La Odisea es basura”, proclamaba en redes una investigadora. “Orgullosos de haberla sacado de los libros de texto”, sacaba pecho la Lawrence High School de Massachusetts. Ni siquiera Ovidio se libra.

Estudiantes pidieron que en la 'Metamorfosis' de Ovidio se pusiera una advertencia de que su contenido podía ser traumático

“Estudiantes de la Universidad de Columbia pidieron en 2015 que en la Metamorfosis de Ovidio se pusiera una advertencia señalando que su contenido podía ser traumático, porque incluye descripciones de violaciones y agresiones sexuales”, afirma Rizzacasa d’Orsogna. “El problema es que hoy se pretende que los libros sean espejos en los que se mire el que los lee, cuando tendrían que ser puertas a otras experiencias que no conocemos. Hoy no puede haber personajes malvados, tienen que ser todos modelos positivos. Las personas, sin embargo, tenemos cosas buenas y malas”.

placeholder El Cator Javier Bardem.
El Cator Javier Bardem.

Tampoco los autores contemporáneos se libran, para nada. Ahí está Jeanine Cummins, autora de Tierra Americana, una novela sobre los inmigrantes mexicanos que se convirtió en un gigantesco escándalo de apropiación cultural de 2020 que le valió numerosas amenazas de muerte, hasta el punto de verse obligada a suspender la campaña de promoción del libro. “Porque Cummins no es mexicana, y solo un mexicano puede escribir cosas de mexicanos”, denuncia Rizzacasa d’Orsogna. También al director Aaron Sorkin le han echado en cara haber elegido al actor español Javier Bardem para interpretar el papel de un cubano en la película Being the Ricardos (2021). Y la actriz inglesa Maureen Lipman puso el grito en el cielo cuando se enteró de que Helen Mirren iba a encarnar a la primera ministra israelí Golda Meir sin ser judía.

"Según esa teoría Flaubert no podría haber escrito nunca Madame Bovary y solo un asesino podría escribir libros de asesinatos. A este paso, yo sólo podré escribir de mí misma y de mi gato. La situación es realmente muy grave”, denuncia la autora.

La censura de la derecha

Pero también hay una cultura de la cancelación de derechas. La primera medida que tomó el republicano Glenn Young como gobernador del estado de Virginia fue prohibir en los currículos escolares la critical race theory, es decir, el estudio interdisciplinario y transversal del racismo como fenómeno sistémico de la sociedad estadounidense. En enero de 2022 ya había una decena de estados -casi todos republicanos- que habían aprobado leyes para impedir a los docentes hablar de racismo en clase, y desde entonces se han añadido algunos más.

Y qué decir de la lista de alrededor de 850 libros sospechosos que en Texas elaboró el ya ex diputado Matt Krause, la mayoría relacionados con el racismo y la identidad de género, pero entre los que también se encuentra Beloved de Toni Morrison y El cuento de la criada de Margaret Atwood.

placeholder La escritora Toni Morrison (EFE)
La escritora Toni Morrison (EFE)

“Hay por ejemplo un distrito escolar en Wisconsin donde no se pude hablar de esclavitud, sino de transferimiento de personas. Todo eso, para evitar que los padres fundadores de la patria sean llamados esclavistas. Y tampoco se puede decir que, tras Pearl Harbour, hubo japoneses encerrados en campos de concentración estadounidenses. Y tantas y tantas cosas”, subraya Rizzacasa d’Orsogna.

Cada año, la Oficina para la LIbertad Intelectual de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos publica una lista con los libros que el año anterior fueron prohibidos o impugnados (es decir, se había solicitado oficialmente que fueran retirados de escuelas o bibliotecas). En 2021 fueron impugnados 729 libros (casi tres veces más que el año anterior). Encabezaba la lista George. Simplemente sé tú mismo, de Alex Gino, una novela para niños sobre una niña transgénero. El segundo era Marcados al nacer. La historia definitiva de las ideas racistas en Estados Unidos.

“Y me temo que todas estas cosas van a seguir ocurriendo. La derecha grita contra la cultura de la cancelación, pero hay una censura por parte de la derecha que es igual de terrible”, sentencia Rizzacasa d’Orsogna. “Y aunque con formas claramente distintas, la cultura de la cancelación también está en Europa”.

Fue a primeros de marzo de 2022, durante los primeros días de la invasión rusa de Ucrania. La Universidad italiana de Milán-Bicocca había programado un ciclo de conferencias gratuitas y abiertas a todo el mundo sobre Dostoievski. Y decidió cancelarlo, simplemente porque el autor de Crimen y Castigo y de Los hermanos Karamazov había cometido el pecado de nacer en Rusia.