36 millones por un Caravaggio: una ganga para los expertos, prohibitivo para Cultura

Un total de 36 millones de euros: esa es la cifra que ha pagado un ciudadano británico por hacerse con el Ecce Homo, el cuadro de Caravaggio pintado hacia 1605-1609 y que, aunque en un primer momento se pensó que era obra de un miembro del taller de José de Ribera y a punto estuvo de ser subastado por un precio de salida de 1.500 euros en abril de 2021, finalmente ha sido atribuido a Michelangelo Merisi, más conocido como Caravaggio. “Es obra suya, no tenemos ninguna duda al respecto”, asegura a El Confidencial la italiana Maria Cristina Terzaghi, una de las máximas expertas mundiales en Caravaggio y la primera especialista en dictaminar que aquella obra era del pintor italiano. Ahora hay unanimidad científica en esa atribución.

Por este motivo, cuando ahora se ha conocido esta venta, los especialistas preguntados por El Confidencial consideran que estos 36 millones son una ganga. Lo justifican en que el cuadro, cuyos anteriores dueños eran la familia Pérez de Castro Méndez, descendientes del político del XIX Evaristo Pérez de Castro, tiene prohibido salir de España después de que fuera atribuido a Caravaggio y la Comisión de Valoración de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico, dependiente del Ministerio de Cultura, dictaminara en 2021 que no podía salir de España al ser una obra maestra en territorio español, como dice la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985. También la Comunidad de Madrid lo dictaminó Bien de Interés Cultural en diciembre de 2021. Hasta su llegada a la casa de subastas Ansorena, el cuadro había estado en un trastero de la familia Pérez de Castro sin que nadie supiera que era un Caravaggio, según ha confirmado este periódico.

"Si hubiera salido al mercado internacional, habría alcanzado más de cien millones", asegura el máximo responsable de la galería Colnaghi

“Si hubiera salido al mercado internacional, habría alcanzado más de cien millones de euros”, ha asegurado hoy Jorge Coll, máximo responsable de Colnaghi, la galería de arte que ha gestionado la venta de este cuadro a su nuevo propietario. Por su parte, María Cristina Terzaghi sentencia que “no es mi cometido valorar el precio de un Caravaggio. Pero es muy difícil poder establecer una cifra, dado que apenas salen obras de Caravaggio al mercado”.

En todo el mundo no hay más que unas 60 obras atribuidas sin ningún género de dudas a Caravaggio. Son muy, muy pocas las que salen a la venta. La última en salir al mercado fue una versión de Judith decapitando a Holofernes, una pintura descubierta en un ático en Francia en 2014 y que, aunque aún existían dudas sobre si su autor fue Caravaggio, iba a ser adjudicada al mejor postor en el verano de 2019 en Toulouse por la casa de subastas Marc Labarbe por un precio estimado entre 100 y 150 millones de euros. Pero no llegó a venderse a golpe de martillo: un coleccionista privado hizo una oferta unos días antes de que tuviera lugar la subasta y se lo llevó a su casa. Según 'The New York Times', pagó por el cuadro al menos 110 millones de dólares, alrededor de 100 millones de euros.

Muy caro para Cultura

Sin embargo, y aunque tanto el Ministerio de Cultura como la Comunidad de Madrid podían haber ejercido el derecho de tanteo y comprar este Ecce Homo por los 36 millones en que finalmente se ha vendido -el tanteo establece que se puede adquirir un bien en las mismas condiciones que la otra persona y con derecho de preferencia- ninguna de las dos administraciones decidió hacerlo. Cultura ha justificado la decisión a este periódico en que, aunque 36 millones puedan parecer un chollo, no deja de ser una cifra importante.

“Cuando se constató que era un Caravaggio se actuó muy rápido para que fuera inexportable y desde el ministerio nos quedamos tranquilos porque sabíamos que el cuadro se iba a quedar aquí. Y ahora es una gran noticia que sea accesible para todos en el Prado [se podrá ver a partir de este 28 de mayo hasta octubre]”, han asegurado fuentes del ministerio cuyo responsable ahora es Ernest Urtasun, pero que durante todo este periodo de aparición, valoración, restauración y compra-venta fue el socialista Miquel Iceta. “Hay bastantes factores por los que no se ejerció el derecho de tanteo, y uno de ellos es el precio, porque el presupuesto de Cultura es el que tenemos. Por otro lado, el Gobierno estaba en ese momento en funciones [hasta noviembre no se constituyó el actual Gobierno, por lo que se infiere que la compra-venta tuvo lugar durante los meses anteriores] y no se podían comprometer a pagos futuros. Y por último, sabiendo que se iba a quedar aquí e iba a ser accesible para todos, en realidad a la gente le da igual de quién es el cuadro”, argumentan desde el ministerio.

Cultura contó en 2023 con un presupuesto para la adquisición de Bienes Culturales de casi 14 millones de euros de una partida total de más de 1.800 millones

En 2023, Cultura contó con un presupuesto para la adquisición de Bienes Culturales para las colecciones públicas de 13.965.142,87 euros, un incremento del 110% respecto a 2022, cuando la inversión fue de 6,62 millones, según los datos de Moncloa. Sin embargo, la partida total del Ministerio llegó, en gran parte gracias a los fondos europeos, a los 1.804 millones de euros, la mayor de su historia, lo cual tampoco habla muy bien de lo que se destina a la compra de patrimonio histórico.

Este periódico también se ha puesto en contacto con Ángel Rivas, secretario de la comisión de valoración, para solicitarle información sobre los motivos por los que esta desestimó el tanteo, pero ha remitido al Ministerio de Cultura. También se han solicitado los informes que señalan por qué se declaró inexportable y por qué no se ejerció el tanteo y Cultura ha remitido a Transparencia. De momento, este periódico sigue a la espera.