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Interés y necesidad: la UE y América Latina descongelan sus relaciones tras ocho años
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Interés y necesidad: la UE y América Latina descongelan sus relaciones tras ocho años

Europa y Latinoamérica tratan de reiniciar su diálogo político con una cumbre que ha dejado claras sus necesidades comunes y sus diferencias sobre ciertos aspectos

Foto: El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, habla con la prensa tras la reunión UE-Celac. (EFE/Olivier Mattys)
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, habla con la prensa tras la reunión UE-Celac. (EFE/Olivier Mattys)

La Unión Europea llegaba a la cumbre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con muchos objetivos, como reactivar las relaciones políticas o consolidar una postura común sobre la guerra en Ucrania. Pero la realidad es que las diferencias de prioridades entre los dos lados del Atlántico y la necesidad de hacer equilibrios entre las sensibilidades de los dos continentes también han quedado visibles en el comunicado final del encuentro. La UE quería hablar mucho de comercio, pero cuatro de las siete veces que se menciona la palabra "comercio" en el texto final es para referirse al comercio de esclavos, que para los socios latinoamericanos es un punto importante.

El comunicado final es un crisol de preocupaciones, de prioridades, de visiones diversas del mundo. Pero para los líderes lo fundamental era llegar a un acuerdo sobre un texto conjunto, incluso si obligaba a hacer equilibrismos. Han tenido que pasar ocho años para que los líderes de la Unión Europea y de la Celac se vuelvan a ver las caras. Y lo han hecho en un mundo completamente diferente de aquel de 2015, antes de la era de Donald Trump, antes del Brexit, del coronavirus, de la intensificación de la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China y de la guerra de Ucrania provocada por Rusia.

Foto: Fotografía cedida por la Presidencia de Chile que muestra al mandatario chileno, Gabriel Boric. ( EFE / Presidencia De Chile)

América Latina y la Unión Europea son dos regiones que durante la última década se han mirado y hablado poco en un mundo en el que los valores y las ideas que comparten, como el respeto por los derechos humanos y el multilateralismo, se han visto sacudidas por distintos eventos. La idea es que ambos continentes, que son socios por naturaleza, lo sean también por elección, como explican un buen grupo de fuentes, que utilizan esa misma fórmula. Su cercanía ha hecho que en muchas ocasiones se descuiden los lazos, en muchos casos porque algunos Estados miembros han dejado las relaciones con América Latina en manos de España y Portugal.

Pero algo ha ido cambiando poco a poco en la mentalidad de los Veintisiete. Hay menos pereza por parte de las instituciones europeas, pero también por parte de muchas capitales. "Yo, que he trabajado en esto durante 29 años, he visto reuniones en el Consejo (sobre América Latina y el Caribe) en las que han hablado cuatro Estados miembros. En las últimas reuniones, 23 países han pedido la palabra", ha explicado estos días una fuente europea. Desde la Comisión Europea también han intensificado su actividad. No solamente porque el español Josep Borrell haya sido el Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, el jefe de la diplomacia europea. Recientemente, también han visitado la región la vicepresidenta ejecutiva Margrethe Vestager, a cargo de Competencia, y la presidenta, Ursula von der Leyen, también ha viajado a los principales aliados en la región, como Argentina, Chile, Brasil y México.

Medidas concretas

Se han cerrado toda una serie de acuerdos, como por ejemplo para la financiación de proyectos en la región, o también para la cooperación en materias primas críticas que la Unión Europea necesita obtener para diversificar el suministro de minerales importantes para la transición ecológica y digital. Pero no se han registrado progresos en el gran asunto pendiente entre las dos regiones, que es el acuerdo comercial con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que lleva dos décadas siendo negociado.

"Se volverá más difícil llegar a un acuerdo por cómo está cambiando el ambiente", explica una alta fuente europea, que menciona, por ejemplo, las recientes elecciones municipales en Países Bajos, en donde triunfó un partido que se opone a los acuerdos comerciales como el de Mercosur. Mientras otra fuente comunitaria se mostraba optimista, explicando que se abría "una ventana de oportunidad este año" y que esperaba "poder usarla", la alta fuente europea se muestra más escéptica. "Va a ser muy difícil. Tenemos que intentar que pase, pero no subestimo los retos", subraya.

Foto: Cumbre académica y de conocimiento de la UE-Celac. (EFE/Lavandeira Jr)

Uno de los puntos más relevantes de este encuentro se produjo en realidad antes de que comenzara la cumbre, cuando la Comisión Europea se comprometió a movilizar 45.000 millones de euros para financiar proyectos en la región. La idea de la Unión Europea es intentar contrarrestar la presencia de China en África, América y parte de Asia con un proyecto denominado Global Gateway que pueda servir como alternativa a la llamada Nueva Ruta de la Seda de Pekín.

También se ha llegado a acuerdo en la cuestión de las materias primas críticas que la Unión Europea necesita por parte de la región para mantener la transición ecológica intentando reducir la dependencia de China. Los líderes han expresado su voluntad por evitar una relación "extractivista", subrayando la importancia de establecer "una relación en la que ganemos todos". Si queremos "ser vistos como buenos socios para países en América Latina y en África, tenemos que no hacer lo que China hace, que es extraer los recursos y gestionarlos en China, sino que tenemos que cooperar con los socios sobre el terreno".

El problema ucraniano

El reencuentro no ha estado exento de momentos de tensión, tanto en la preparación de la cumbre como durante la propia reunión. Durante los días previos y hasta el último momento de la cumbre, las delegaciones trabajaron en un documento en el que aparecía y desaparecía continuamente una mención a la invasión rusa de Ucrania sobre la que algunos socios latinoamericanos no comparten la visión europea, especialmente Venezuela, Nicaragua y Cuba. Finalmente, se ha llegado a un acuerdo de mínimos con el apoyo de todos los países, salvo la delegación nicaragüense.

Foto: Protestas contra la invasión rusa en Caracas. (Reuters/Leonardo Fernández Viloria)

Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas y presidente pro tempore de la Celac, intentó que los líderes europeos miraran a otros conflictos más allá de Kiev, demostrando que la prioridad con la que la Unión gestiona la guerra de Ucrania no es totalmente compartida por muchos socios latinoamericanos y caribeños. "Los Estados miembros de la Unión Europea pueden tener una preocupación comprensible sobre la situación en Ucrania, pero esta cumbre no debe convertirse en otro campo de batalla inútil sobre discursos respecto a esta cuestión, que ha sido y sigue siendo abordada en otros foros más relevantes", explicó durante su discurso inicial.

"Ucrania no es el único teatro de operaciones o conflicto armado que causa estragos en las personas y destruye vidas y medios de subsistencia. Más allá de la inmediatez de los campos de batalla (...) el pueblo de Haití, las poblaciones palestinas en las diversas partes de África, Medio Oriente y Asia tienen desafíos más inmediatos", añadió Gonsalves.

La Unión Europea llegaba a la cumbre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con muchos objetivos, como reactivar las relaciones políticas o consolidar una postura común sobre la guerra en Ucrania. Pero la realidad es que las diferencias de prioridades entre los dos lados del Atlántico y la necesidad de hacer equilibrios entre las sensibilidades de los dos continentes también han quedado visibles en el comunicado final del encuentro. La UE quería hablar mucho de comercio, pero cuatro de las siete veces que se menciona la palabra "comercio" en el texto final es para referirse al comercio de esclavos, que para los socios latinoamericanos es un punto importante.

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