Bruselas busca impulsar los lazos con América Latina a las puertas de la presidencia española

La Comisión Europea lleva ya meses esforzándose por mejorar sus relaciones con América Latina. Los comisarios han aumentado sus visitas a la región y la semana que viene Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario, viajará a Latinoamérica. Se trata de un movimiento impulsado por distintas razones: la necesidad de reactivar la agenda comercial europea, la urgencia de contrarrestar la presencia de China en la zona, y también el objetivo de encontrar socios fiables en un nuevo contexto geopolítico que obliga a la Unión Europea a afianzar alianzas estratégicas. Y América Latina es una región en la que ya hay cierto trabajo hecho, con el que se comparten lazos e intereses y, sobre todo, valores.

A esta nueva atención hacia Latinoamérica han influido algunos españoles dentro de la institución, la presencia también de Josep Borrell como Alto Representante de la Unión en Política Exterior y de Seguridad, y también a la sombra de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que ha puesto las relaciones con América Latina como una de sus prioridades. En este contexto, este miércoles la Comisión Europea ha adoptado una Nueva Agenda para las Relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe. "Hemos multiplicado el diálogo, las iniciativas, los viajes", ha explicado el Alto Representante en una rueda de prensa celebrada este miércoles en Bruselas.

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Solamente algunas semanas después de que comience el semestre español, la Unión Europea celebrará una cumbre con los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). "Un reencuentro tras un lapso de ocho años", ha señalado Borrell. "Somos socios naturales, pero necesitamos ser socios por elección", ha señalado por su parte Jutta Urpilainen, comisaria de Acuerdos Internacionales, que visitó la semana pasada Costa Rica, en un ejemplo más de cómo el colegio de comisarios ha comenzado a visitar más la región.

"Hoy, la asociación estratégica UE-América Latina es más importante que nunca. Somos aliados clave para fortalecer el orden internacional basado en reglas, defender juntos la democracia, los derechos humanos y la paz y la seguridad internacionales. También tenemos interés en fortalecer nuestra asociación y compromiso políticos, luchar contra el cambio climático y llevar adelante una transformación digital, inclusiva y centrada en el ser humano", ha señalado Von der Leyen en un comunicado.

Tres objetivos

Esta estrategia tiene tres grandes objetivos. El primero, y uno de los principales, es mejorar la cooperación política, aumentando los encuentros de líderes entre la UE y CELAC después de casi una década sin reuniones, y creando un mecanismo de cooperación permanente. Además, la nueva agenda propone aumentar los encuentros con socios claves dentro de la región, fundamentalmente Brasil y México.

Una segunda pata de la estrategia latinoamericana de la Comisión es la cuestión comercial, especialmente teniendo en cuenta que el acuerdo con Mercosur, que se cerró en 2019, sigue bloqueado ante la negativa de algunos Estados miembros, fundamentalmente Francia. Más allá de Mercosur, la Comisión espera poder impulsar la ratificación del acuerdo con Chile y avanzar en la modernización del acuerdo comercial con México.

"Los acuerdos comerciales son catalizadores del crecimiento sostenible y del empleo. La UE y la región de América Latina y el Caribe ya intercambian bienes y servicios por valor de mil millones de euros todos los días. Los lazos comerciales más profundos pueden fortalecer nuestras cadenas de suministro y ayudar a avanzar en nuestras respectivas agendas de desarrollo inclusivo, incluso al dar voz a la sociedad civil", ha subrayado por su parte Dombrovskis, que también ha hecho referencia a las materias primas críticas con las que cuenta América Latina y que la Unión Europea necesita si quiere avanzar en su estrategia de reducción de riesgos hacia China.

El tercer objetivo es contrarrestar la influencia china en la región a través del llamado "Global Gateway", con el que la Unión Europea pretende movilizar inversiones en Latinoamérica, especialmente en cuestiones de infraestructura, respondiendo así al plan de la Nueva Ruta de la Seda de Pekín, enfocándolo también a las transiciones verde y digital.