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La 'leyenda negra' de España en el Pacífico: la historia que robó el capitán Cook
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Borrada luego por Reino Unido y Francia

La 'leyenda negra' de España en el Pacífico: la historia que robó el capitán Cook

¿Hay una deliberada mentira histórica de personajes como el capitán Cook que se atribuyeron 'descubrimientos' que pertenecían a España y Portugal?

Foto: Una vista del Pacífico desde las islas australes de la Polinesia Francesa. (Reuters)
Una vista del Pacífico desde las islas australes de la Polinesia Francesa. (Reuters)

El Pacífico fue el último gran océano por descubrir. Agua incógnita. España, con sus naves, cruzó el Atlántico y descubrió un nuevo continente en su ruta a las Indias. Y, detrás de ese continente, llamado América, había otro océano, mucho mayor, que nadie había navegado al completo. Un viaje que conectaba por primera vez Europa, América, Asia y decenas de islas perdidas de los después llamados Mares del Sur. Fueron los barcos y marineros de la península ibérica, españoles y también portugueses, los primeros en navegar la mayor parte del globo.

Pero la historia se reescribió luego, siglos después, bajo el dominio de ingleses y franceses, quienes se apoderaron de aquellos “descubrimientos” para glorificar unas hazañas. El capitán Cook, así lo dicen los libros y películas, fue un héroe que navegó entre hielos e islas perdidas y paradisiacas. Y lo hizo, pero algunos siglos después de que lo hicieran marineros españoles y usando la cartografía robada tras el saqueo británico de la colonia española de Manila en 1762.

Foto: Celebración del festival Thai Pongal en Bombay, India. (EFE/Divyakant Solanki)

¿Han borrado potencias como Inglaterra y Francia la huella española en el Pacífico? "Hubo una gran envidia histórica de las hazañas de nuestros navegantes y exploradores, con el agravante de que muchos marinos extranjeros utilizaron la cartografía robada a los pilotos españoles que asaltaban en el mar o en los puertos americanos y filipinos. En todo caso hubo una voluntad deliberada de esconder los descubrimientos hechos por españoles para atribuirse la primicia de llegar allí”, explica a El Confidencial Juan Carlos Rey, oceanógrafo, exembajador de la Unión Europea, escritor y documentalista.

Juan Carlos, que pasa aún largas temporadas en esta parte del mundo, vivió una década en la región de la Melanesia. Sus investigaciones le han llevado a Vanuatu, Islas Salomón o Las Molucas, donde ideó y produjo el documental La odisea de las especias, que narra la presencia española y portuguesa en estas islas tras el paso de la expedición de Magallanes y Elcano. “Viajo por algunas de estas islas para descubrir restos de fortificaciones españolas, la huella cultural o el rastro borrado de aquellas expediciones. Ahora, tengo el proyecto de hacer tres capítulos de un nuevo documental para recuperar toda esa historia”, dice.

"El capitán Cook llegó a muchas islas en las que 200 años antes habían estado los españoles"

Se ha borrado mucho de todo aquello, porque los grandes trazos de la historia se han escrito entre el siglo XVIII y XX, cuando España y Portugal eran potencias decadentes y eran otras naciones europeas las que dominaban el globo. ¿Hay una deliberada mentira histórica de personajes como el capitán Cook que se atribuyeron "descubrimientos" que pertenecían a España y Portugal? “El capitán Cook fue uno de los marinos que usó cartografía española en sus viajes. Llegó a muchas islas en las que 200 años antes habían estado los españoles. Cualquiera que lea sus diarios verá que hay señales de la presencia española que él no quiso reconocer para así destacar sus viajes”, responde Francisco Mellén, historiador, vicepresidente de la Asociación Española de Estudios del Pacífico y autor de diversos libros sobre las expediciones españolas en el gran océano.

La huella está ahí. Hay toponimia hispana por todo ese inmenso mar. Las Islas Salomón se llaman así por dos expediciones, en 1568 y 1595, del leonés Álvaro de Mendaña. La Isla de la Guadalcanal, donde se librara una de las batallas más famosas de la Segunda Guerra Mundial, se llama así por el piloto de la nave, Pedro de Ortega Valencia, que la bautizó con el nombre de su pueblo en la sierra norte de Sevilla. Ambas poblaciones se hermanaron en 2013. Mismo ejemplo de la Isla de San Cristóbal, Santa Isabel, Isla de Ramos, Arrecife del Rocador, Arrecife de la Candelaria…

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Muchos de esos nombres, sin embargo, se cambiaron después o adaptaron al inglés o francés. “Sobre todo ingleses y franceses cambiaron los nombres en beneficio de sus exploraciones, dando a entender que el descubrimiento lo hicieron ellos y que antes no se conocían. Recordemos que la práctica habitual de navegantes y corsarios ingleses que capturaban barcos de otras nacionalidades, sobre todo españoles, era apoderarse de la cartografía e interrogar al piloto de la expedición bajo pena de muerte. Los archivos españoles que recopilaban muchas de las informaciones navales (cartas náuticas, derroteros…) guardados en Manila fueron saqueados durante la ocupación inglesa de Manila, entre 1762 y 1764”, señala Rey, apoyándose en investigaciones anteriores también de académicos españoles.

Bikini, el archipiélago de la Micronesia donde Estados Unidos realizaba sus test nucleares, fue bautizado como Buenos Jardines por Álvaro de Saavedra en 1529. La actual Choisel, isla cerca de Papúa Nueva Guinea, fue rebautizada por el francés Louis Antoine de Bougainville en el siglo XVIII tras ser llamada San Marcos por la expedición de Mendaña de 1568.

placeholder Isla Tidore.
Isla Tidore.

Pero, quizás, el ejemplo más llamativo de toda esa cancelación histórica afecta a la mayor de las islas. “Desde épocas muy tempranas, había un continente desconocido, llamado Terra Australis Incógnita, que sería una masa de tierra que compensaría la masa de los continentes situados en el hemisferio norte. Pedro Fernández de Quirós inició una navegación de exploración para descubrir este continente mítico en 1606. Llegó a la isla de lo que hoy se conoce como Santo, que es la abreviación de Austrialia del Espíritu Santo, en honor de la casa de Austria, en el archipiélago de Vanuatu. El lugar donde desembarcó lo llamó Bahía de San Felipe y Santiago, hoy conocida como Big Bay. A partir del nombre de Austrialia deriva el actual nombre de Australia. En 1606, el navegante Luis Váez de Torres reconoció la costa norte de Australia, descubriendo el estrecho de Torres, casi 200 años antes que James Cook reconociera y confirmara que tal estrecho existía”, explica Rey.

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Otro ejemplo llamativo son las Islas Hawái. “El descubrimiento del archipiélago de Hawái se atribuye al capitán Cook, quien visitó las islas el 18 de enero de 1778, y las llamó Islas Sándwich en honor al cuarto conde de Sándwich, John Montagu. El archipiélago recibe el nombre de la isla más grande, Hawái, que a la vez es la más oriental. Sin embargo, dichas islas habían sido ya descubiertas por los españoles más de 200 años antes, bautizándolas como islas de los Reyes o de los Jardines. En una carta que el comodoro británico George Anson robó a un galeón español, ya estaban representadas dichas islas con los nombres de La Mesa, Los Majos (Monjes) y La Desgraciada. Por cierto, esta isla de La Mesa se refiere a la montaña-volcán el Mauna-Loa, que los marinos ingleses denominaban table land, que para el caso es lo mismo”, explica Mellén.

Hay más ejemplos. “En el segundo viaje de Álvaro de Mendaña y Neira en 1595 a las Islas Salomón, después de partir del puerto del Callao, en Perú, avistaron unas islas que bautizaron con en el nombre de Marquesas de Mendoza en recuerdo del virrey del Perú, García Hurtado de Mendoza. Los españoles bautizaron las islas con los siguientes nombres Magdalena (Fatu Hiva), San Pedro (Motane), Dominica (Hiva Oa) y Santa Cristina (Tahuata), islas que actualmente pertenecen al territorio de ultramar polinésico francés. Casi dos siglos después, en 1774, los siguientes europeos que arribaron a sus costas fueron el capitán inglés James Cook y sus hombres, recalando más de un mes después haber explorado la costa de la Antártida. El nombre actual del archipiélago recibe el nombre afrancesado de Marquises, recordando el nombre dado por los españoles”, ejemplifica de nuevo Mellén.

"Los pueblos del Pacífico son conscientes del legado dejado por españoles en sus islas"

¿Los pueblos del Pacífico saben que algunos de los nombres de sus islas o accidentes geográficos provienen de marineros españoles? “Los pueblos del Pacífico son conscientes del legado dejado por españoles en sus islas. Es más, el mestizaje fue la norma en numerosas islas. La figura de Álvaro de Mendaña es muy respetada en las Islas Salomón. Su nombre aparece por doquier en hoteles, calles, monumentos, plazas… Todos llevan el nombre de Mendana sin ñ, debido a la influencia anglosajona, que desconoce esa letra. Además, la tradición oral tanto polinesia como melanesia mencionan la presencia española en sus islas”, explica Juan Carlos Rey, que ha investigado ese legado en esas tierras en primera persona.

placeholder Mestizaje hoy en Big Bay, donde llegó Fernández de Quirós en 1606.
Mestizaje hoy en Big Bay, donde llegó Fernández de Quirós en 1606.

La Ilustración del siglo XVIII arrasó con ese pasado español y portugués. Reconstruir ahora un relato asentado durante dos siglos es complicado. ¿España y Portugal son los dos grandes perjudicados de una historia universal creada tras la Ilustración que han dominado británicos y franceses? “Sin duda alguna. Por una parte, los portugueses ya en 1512, con el descubrimiento por Antonio de Abreu de la isla de Timor. Luego, en 1525 Gomes de Sequeira y Cristóbal de Mendoza divisaron islas al norte de Nueva Guinea y posiblemente vieron las costas australianas. Por otra parte, los españoles con la expedición de Magallanes-Elcano, circunnavegaron el globo. Portugal fue perdiendo peso a medida que otros países conquistaban sus colonias. España, sin embargo, resistió 300 años más, hasta que los virreinatos se fueron independizando y la economía española no pudo con los cuantiosos gastos que suponía mantener aquellos territorios. Mientras, los ingleses y franceses mantuvieron aquellas islas y territorios con fines estratégicos y, por supuesto, comerciales”, responde Mellén.

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“Ese conocimiento de saber que se ha borrado la historia me ha animado a proyectar tres nuevos documentales sobre el pasado español en el Pacífico. Los descubrimientos españoles allí han sido deliberadamente ocultados por otras potencias europeas, como el caso de Gran Bretaña y Francia, que llegaron unos 200 años después de que el 80% de las islas y territorios del océano Pacífico ya habían sido cartografiados o avistados por navegantes españoles. En su descargo, esas navegaciones se hicieron en el contexto de la época de la Ilustración, una época en la que los conocimientos de las ciencias naturales, cartografías y técnicas de navegación eran más adelantados y los medios de divulgación eran muy superiores y no comparables a las de los siglos XVI y XVII”, dice Rey.

España no quiso ni pudo dominar el Pacífico, más allá de su largo dominio en Filipinas. Mantener las posesiones en América era una tarea que se llevaba todos los recursos de la Corona. Pero, aun así, en el gran océano estuvo muy presente España en los primeros años en los que europeos y pueblos del Indo-Pacífico entraron en contacto. Hay fortalezas y pecios que lo atestiguan aún por descubrir. “En las islas Molucas se haya la mayor concentración de fuertes y fortalezas por kilómetro cuadrado en el mundo, en su mayor parte construidos por España. Numerosos fuertes son aún visibles en las Molucas y Sulawesi (hoy Indonesia). El libro recientemente editado Las fortalezas de las islas Molucas, Ternate y Tidore, del que soy coautor, así lo evidencia. Por lo que respecta a los pecios de barcos españoles y portugueses está todo por hacer”, espeta Rey.

Foto: Pintadas contra el Día de la Hispanidad en la estatua de Isabel la Católica y Colón ubicada en Granada. (EFE)

¿Se hará? La enorme impronta española en América, junto a un debate político que polemiza con la historia, ha metido la huella española en el Indo-Pacífico en un cajón. Incluso la historia de Filipinas, la colonia española más longeva con Cuba, es una desconocida para muchos españoles. Sin embargo, allí empezó la primera verdadera globalización. “El Galeón de Manila o Nao de China es la primera globalización. Productos de China viajaban a Acapulco y viceversa”, señala Mellén. Habla del Tornaviaje, una expedición española realizada en 1565 que por primera vez navegó desde Filipinas a México cruzando el Pacífico. Eso cambió el planeta e hizo de la moneda de real española una moneda global. “A medida que esa plata [de América] se abría paso en Filipinas, Tailandia, China, las Molucas y Japón (…), el entramado comercial del Mar de China Meridional se transformó en una economía internacional que conectaba la región con lugares tan distantes como Madagascar, México y Madrid", explica el historiador canadiense Timothy Brook en su libro El gran estado.

Usted quizá sepa poco de todo este pasado relatado en este artículo, pero haga la prueba y escriba en un buscador de internet “Descubrimientos capitán Cook”. Seguro que encuentra algunos relatos que colisionan con las investigaciones de Rey y Mellén.

El Pacífico fue el último gran océano por descubrir. Agua incógnita. España, con sus naves, cruzó el Atlántico y descubrió un nuevo continente en su ruta a las Indias. Y, detrás de ese continente, llamado América, había otro océano, mucho mayor, que nadie había navegado al completo. Un viaje que conectaba por primera vez Europa, América, Asia y decenas de islas perdidas de los después llamados Mares del Sur. Fueron los barcos y marineros de la península ibérica, españoles y también portugueses, los primeros en navegar la mayor parte del globo.

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