Perder la agricultura para salvar la industria: el tratado con Mercosur que divide la UE

Desde 2020 el acuerdo de libre comercio entre la UE y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se encuentra en una vía muerta. La ola de proteccionismo, la disrupción de las cadenas de suministros, las consecuencias de la pandemia han estancado el proceso de ratificación.

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Firmado en 2019 y destinado a entrar en vigor en un plazo de quince años, este acuerdo eliminará el 90% de los aranceles entre los dos bloques y abrirá un mercado potencial de casi 800 millones de personas para las empresas de ambos lados del Atlántico.

Pero no llegará sin coste: obligará la Unión Europea a retirar las subvenciones a la agricultura, que representan el 40% del presupuesto comunitario. Los países de América del Sur, en cambio, tendrán que eliminar las barreras tarifarias que protegen su industria, poco competitiva con respecto a sus competidores europeos.

A esto se añade la desconfianza de la UE hacia el Brasil de Jair Bolsonaro por falta de voluntad de cumplir con los compromisos climáticos. Pero al tratado se oponen también importantes sectores de la sociedad europea, sobre todo agricultores y ganaderos, contrarios a la creación de un área de libre mercado que podría perjudicar sus intereses.