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Lo que unos misiles con dedicatorias nos dicen sobre el envío de las armas a Ucrania
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El 'segundo trabajo' de los soldados

Lo que unos misiles con dedicatorias nos dicen sobre el envío de las armas a Ucrania

Un informático ucraniano ha creado Sign My Rocket, un proyecto para firmar proyectiles lanzados a los rusos y que se ha convertido en un símbolo de los envíos de armamento

Foto: Uno de los proyectiles firmados por Sign My Rocket.
Uno de los proyectiles firmados por Sign My Rocket.

Un soldado escribió en un proyectil unas palabras para rendir homenaje a un compañero caído en combate. Envió su mensaje a un joven informático ucraniano llamado Anton Sokolenko, el fundador de la iniciativa Sign My Rocket. Sokolenko recibe cientos de dedicatorias de todas las partes del mundo que se escriben en todo tipo de armamento utilizado contra las fuerzas rusas. Puede ser un proyecto algo macabro, pero este crowdfunding ya ha conquistado a más de 3.000 personas desde que empezó la invasión de Ucrania.

Desde el frente y bajo encargo de Sokolenko, un soldado ha escrito "Feliz cumpleaños, Alfonso" en un proyectil. En otro, "Viva Ucrania", y hasta la publicidad de Pollos Hermanos, el restaurante que nació en las series Breaking Bad y Better Call Saul. "Hay un grupo de soldados que escriben los mensajes en los misiles y toman fotos y vídeos. Tienen todo el equipamiento que necesitan para eso y a veces se ríen porque lo llaman su segundo trabajo", explica Sokolenko a El Confidencial. Las personas que han pagado por dedicar un misil quieren tener un papel activo en la ofensiva de los ucranianos contra Rusia. Pero la iniciativa del ucraniano engloba también una manera de entender cómo ha evolucionado el envío de armamento a Ucrania y el desarrollo de la guerra con Rusia.

Foto: European Focus.

Sokolenko empezó pocas semanas después de la invasión dedicando una mina de mortero de 82 milímetros por 30 dólares. El estudiante de informática empezó el proyecto para aumentar las donaciones del Centro de Asistencia al Ejército, los Veteranos y sus Familias. Poco a poco fue aumentando el arsenal. "No solo firmamos proyectiles y cohetes, ahora también vehículos de combate como tanques, obuses y artillería autopropulsada", afirma. Este mes, añadirá a la colección el famoso sistema de lanzamisiles múltiple Himars. "Ahora lo más caro son las dedicatorias en [los aviones] Sukhoi Su-24 por 20.000 dólares".

En los primeros meses de la invasión de febrero, Rusia planeaba una victoria rápida. La artillería tenía entonces un papel complementario en la ofensiva. En esos meses, las fuerzas del Kremlin contaban con 2.400 máquinas de artillería, mientras que Ucrania tenía solamente 1.200, según Military Balance. Sin embargo, a partir de mayo, estas cifras empezaron a cambiar por las ayudas recibidas de la OTAN. A principios de mes, Ucrania empezó a utilizar el obús M777 de fabricación estadounidense y un mortero con un rango de tiro de 24-30 kilómetros. Un mes después, Alemania envió 12 cañones autopropulsados ​​Panzerhaubitze 2000. El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, afirmó que este armamento se sumó al obús autopropulsado polaco AHS Krab y al obús autopropulsado francés Caesar.

Más armas, más modernas

A través de su canal de Telegram y de la página web, Sokolenko ha sido testigo de cómo ha evolucionado el armamento que Occidente ha ido enviando a Ucrania. Desde el frente, los soldados ucranianos están en contacto con el informático para gestionar las dedicatorias. Para algunos clientes, no es lo mismo escribir un mensaje en un proyectil que en un Himars, y están dispuestos a pagar más para enviar, de forma simbólica y con un toque de humor negro, una dedicatoria a las fuerzas rusas. Un aumento de los envíos de armamento se ha traducido directamente en un crecimiento de los pedidos, muchos de los cuales vienen de Nueva York, países europeos y hasta de Rusia.

Sobre todo desde el inicio de la contraofensiva ucraniana y el avance de las tropas en el sur, las dedicatorias en todo tipo de armamento son lo suficientemente conocidas como para que solo Sign My Rocket haya superado los 3.100 pedidos. Hasta inicios de noviembre, la recaudación alcanzó los 663.000 dólares. Los puntos calientes de la guerra son también donde se ha dedicado más armamento militar. Desde verano, una gran parte de los esfuerzos han estado puestos en el Donbás y también en Jersón, la única capital de provincia que Rusia llegó a ocupar y que tuvo que abandonar este mes ante el empuje de las tropas ucranianas.

Foto: Soldados ucranianos en el frente de Jersón. (EFE/Stanislav Kozliuk)

Aunque el Gobierno ucraniano pide más celeridad en los envíos y armas más modernas, lo que ha llegado hasta ahora por parte de los países miembros de la OTAN marcó una diferencia en el campo de batalla antes de que los rusos se retiraran de la ciudad. En la región de Donetsk, durante el verano, Rusia disparó cerca de 10 proyectiles de artillería por cada uno con que respondía Ucrania. En octubre, en Jersón, las fuerzas ucranianas afirmaron que se estaban disparando casi el mismo número de proyectiles por parte de los dos bandos. Además, los ataques de Ucrania son ahora más precisos gracias a los cohetes guiados por satélite. "Podemos alcanzarlos y ellos no pueden alcanzarnos", dijo Oleksandr, comandante de una batería de artillería en el frente de Jersón, a The New York Times.

Alguno de estos proyectiles incluía un mensaje de una de las personas que contactaron con Sokolenko para unirse al proyecto de crowdfunding. En uno de los frentes del Donbás, un grupo de soldados escribió sobre un misil tierra-aire Buk "No para uso en Malaysian Airlines", en referencia al derribo del avión por parte de separatistas prorrusos en 2014, en el que murieron 298 personas.

Tanto Sign My Rocket como las otras organizaciones que tienen el mismo objetivo mantienen relaciones informales con las unidades militares de Ucrania. Sin embargo, las fuerzas armadas son las primeras interesadas en formar parte de un proyecto gracias al cual reciben fondos para comprar equipo militar. En el caso de Estados Unidos, los funcionarios han afirmado a The Washington Post que están informados de que se están manipulando las armas estadounidenses sin autorización, pero que este es el menor de sus problemas en este momento.

El próximo paso de Sign my Rocket pasa por los Himars. Entre junio y agosto, Kiev recibió un envío del sistema de cohetes desarrollado por el Ejército de EEUU a finales de los noventa. El arma de largo alcance —de unos 300 kilómetros— ha permitido a Ucrania atacar objetivos estratégicos, como un depósito de municiones ruso en la ciudad de Nova Kajovka, donde se encuentra la represa que Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de querer destruir, y otras bases rusas en la ciudad ocupada de Melitópol a finales de verano. Estados Unidos proporcionó cohetes adicionales para los lanzadores Himars como parte del próximo paquete de asistencia militar de 1.000 millones de dólares a Ucrania. Los nuevos misiles enviados permiten que Anton Sokolenko los incluya en su catálogo de armamento para escribir dedicatorias.

El dilema de las ayudas 'infinitas'

Los pedidos han aumentado, y el envío de armas también. Pero a la pregunta a Sokolenko sobre si cree que el envío de armamento es suficiente, el informático afirma que, a pesar no ser un experto en la guerra, todo ucraniano diría que hace falta más. Las ayudas han evolucionado en los últimos ocho meses y al principio de la invasión de febrero "era políticamente bastante fácil respaldar a Ucrania y defender la donación de armas y dinero en efectivo", dijo a CNN un funcionario de la OTAN. "Con el tiempo, los tipos de armas que enviamos se han vuelto más complicados, al igual que el entrenamiento requerido para usarlas de manera efectiva". La buena noticia, continuó, es que estas armas están ayudando a los ucranianos a resistir. La mala noticia es que cuanto más se prolongue la guerra, menor será el suministro de estas armas, sostuvo el funcionario.

La guerra de Ucrania ha dado pocas señales de que vaya a acabar pronto y los socios de Occidente empiezan a estar preocupados por las reservas de armas y municiones. Además, una parte del armamento que han enviado en los últimos meses es mucho más cara que las primeras armas que enviaron a Ucrania. No quieren dejar de ayudar militarmente al Gobierno de Volodímir Zelenski, pero tampoco que sus reservas caigan por debajo de los niveles que dicta la OTAN, según el funcionario anónimo.

Tanto Estados Unidos como los países europeos empezaron a reducir sus reservas tras la caída de la Unión Soviética y el tipo de armas cambió radicalemente después de los atentados del 11 de septiembre. "La OTAN realmente no planea pelear guerras como esta, y con eso me refiero a guerras con un uso intensivo de sistemas de artillería y muchas rondas de tanques y armas. Para empezar, nunca estuvimos equipados para este tipo de guerra", dijo Frederick Kagan, miembro del American Enterprise Institute, a Foreign Policy.

Ucrania ha logrado avances clave como el de Jersón, pero algunos funcionarios ucranianos empiezan a preocuparse por la falta de recursos. El problema grave llegaría si empiezan a tener problemas para acceder a las armas más básicas, como los sistemas lanzamisiles portátiles para Stingers y Javelins, y el sistema de armas antitanque ligeras británico y sueco de próxima generación, conocido como NLAW. En una guerra de artillería en el Donbás, Ucrania ya no cuenta prácticamente con el armamento de herencia soviética y ha empezado a confiar en los cañones de la OTAN, aunque el nivel de producción de este tipo de armamento es más lento que las necesidades en el frente.

La Alianza Atlántica ha reiterado que las ayudas militares siguen siendo necesarias, aunque las preocupaciones por las reservas y por cómo afrontar la alta demanda de armamento en una guerra de la que es difícil visualizar un final cercano están más que presentes. "El entorno de seguridad en Europa ha cambiado mucho desde el 24 de febrero. Este no es un problema que desaparecerá de la noche a la mañana", dijo un funcionario anónimo de la OTAN. En algunos casos, hay también un desfase entre lo que prometen algunos países y lo que luego acaban enviando. "Hemos observado un grandísimo descenso en los compromisos de ayuda militar y de entrega de armas a Ucrania desde junio", dijo Arianna Antezza, líder del equipo del Kiel Institute encargado del Ukraine Support Tracker, en una reciente entrevista con El Confidencial.

La reconquista de Jersón ha subido la moral de unas tropas ucranianas y de los ciudadanos, que ya soportan casi nueve meses de invasión. Desde el primer día, las iniciativas de crowdfunding para recaudar fondos para las Fuerzas Armadas ucranianas se han contado primero por decenas, luego por cientos. La de Anton Sokolenko nació de casualidad y ahora ocupa casi todo su tiempo. Puede ser una iniciativa algo tétrica, pero es la forma que ha encontrado para ayudar a sus tropas a resistir al invasor y sentir el apoyo de la comunidad internacional. "He recibido más de 200 peticiones de feliz cumpleaños, tres proposiciones de matrimonios y una de divorcio".

Un soldado escribió en un proyectil unas palabras para rendir homenaje a un compañero caído en combate. Envió su mensaje a un joven informático ucraniano llamado Anton Sokolenko, el fundador de la iniciativa Sign My Rocket. Sokolenko recibe cientos de dedicatorias de todas las partes del mundo que se escriben en todo tipo de armamento utilizado contra las fuerzas rusas. Puede ser un proyecto algo macabro, pero este crowdfunding ya ha conquistado a más de 3.000 personas desde que empezó la invasión de Ucrania.

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