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¿Dónde está el 87%? El día que la contraofensiva ucraniana pisoteó a la propaganda rusa
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"Hay mentiras en todas partes"

¿Dónde está el 87%? El día que la contraofensiva ucraniana pisoteó a la propaganda rusa

Es comprensible la frustración de la blogosfera militar prorrusa. Durante el fin de semana, las redes fueron un hilo continuo con imágenes de la liberación de Jersón que plantean una pregunta incómoda: ¿dónde está el 87%?

Foto: Liberación de Jersón. (EFE/Ivan Antypenko)
Liberación de Jersón. (EFE/Ivan Antypenko)
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“Los residentes de Jersón no evacuaron y dieron la bienvenida a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Según nuestros datos, 80.000-100.000 [residentes] no quisieron ir a la ribera izquierda (oriental)”. “Los responsables de las nuevas regiones regularmente ponen sobre la mesa de [Vladímir] Putin informes sobre el colosal apoyo a Rusia entre la población de Jersón, así como en todos los otros nuevos territorios. Estos informes fueron sustanciados con los éxitos de los referéndums”. “¿Cuál es el resultado del referéndum del 22-27 [de septiembre]? Un 87,05% [a favor de integrarse en Rusia] en la región de Jersón. Realmente, no se puede decir que [el sentimiento] sea tan unánime”.

El análisis no viene de un furibundo propagandista ucraniano o de un analista a sueldo de la OTAN, sino del analista militar prorruso Obraz Buduschego, que lo compartió con los más de 135.000 seguidores de su canal de Telegram, Imagina el Futuro. “Hay mentiras en todas partes. ¿Cuánto tiempo podemos estar dibujando estas mentiras? ¿Y cuántos recursos se gastan en organizar estas mentiras?”, concluyó su arrebato.

Para sellar la reconquista ucraniana, el presidente Volodímir Zelenski hizo el lunes una visita sorpresa a la ciudad para celebrar con sus residentes y departir con las autoridades locales. El mandatario advirtió que la ciudad sigue siendo peligrosa, sembrada de minas y, ahora, en pleno frente de artillería. También aseguró que tienen evidencias de que la invasión rusa ha dejado un reguero de crímenes de guerra, como ha sucedido en otras zonas ocupadas como Bucha y Borodianka, en las afueras de Kiev, Mariúpol o los pueblos orientales de Jersón. “Es el comienzo del fin de la guerra”, aseguró el mandatario a periodistas en el centro urbano. “Es importante estar aquí para que la gente pueda sentir que no son solo palabras y promesas, sino que realmente volvemos y hacemos ondear nuestra bandera”, dijo.

Así que es comprensible la frustración de la blogosfera militar prorrusa. Durante el fin de semana, las redes fueron un hilo continuo con imágenes de la liberación de Jersón, la única capital de provincia conquistada por los rusos en su invasión. Ucranianos de todas las edades, algunos de los cuales habían pasado meses atrincherados en sus apartamentos, salían con banderas, pancartas y flores a recibir a sus tropas en el centro de la ciudad. Un episodio que ha disparado la moral de los defensores y derrumbado la pantomima de los referéndums de anexión orquestados el mes pasado por el Kremlin en Jersón y otras tres provincias ocupadas por los rusos. ¿Dónde está ese 87%?, se preguntan muchos ahora a ambos lados de la frontera.

Según las cifras oficiales de Moscú, la participación en la votación de anexión en Jersón fue del 78,9%, unos 571.000 ciudadanos, de los que 497.051 habrían votado a favor. Algunos simpatizantes del Kremlin aducen que las autoridades rusas ya habían ordenado la evacuación de la ciudad semanas antes ante el avance de las tropas ucranianas. Pero las imágenes no dejan lugar a dudas de que la supuesta conformidad que quiso vender Putin está lejos de ser real y, de paso, terminan de desmitificar la justificación original para lanzar su invasión: muchos ucranianos se sienten rusos y son subyugados por Kiev.

Una premisa que ya se había puesto en entredicho en otras liberaciones de territorio ocupado, pero que resulta mucho más significativa en un territorio que hasta hace seis semanas Rusia había prometido defender hasta las últimas consecuencias. Y también un episodio tan abrumador que por el momento ni la propaganda rusa se ha atrevido a sugerir que está escenificado con actores, como hicieron en otros momentos críticos de la guerra. Instantáneas que constatan cómo la entelequia de Novorossiya la Nueva Rusia que se extendería desde el Donbás hasta Odesa, pasando por Mariúpol, Zaporiyia y Jersón— hace aguas. Valoren las imágenes ustedes mismos.

“¡Jersón es Ucrania!”, gritan decenas de personas en la plaza principal de Jersón, donde ya ondea la bandera nacional azul y amarilla, flanqueada por la de la Unión Europea. Están celebrando la entrada de los primeros soldados ucranianos en la ciudad tras la retirada de las tropas rusas, que abandonaron la ribera occidental del Dniéper la semana pasada ante el avance de los defensores. La escena es de emoción y se repite en decenas de vídeos que van difundiéndose según el Ejército de Kiev se va adentrando en los territorios liberados del óblast (más de 60, hasta el momento).

Abrazos, llantos, sonrisas, aplausos, júbilo a raudales. En el video anterior se ve a un grupo de vecinos llevar en volandas a una soldado ucraniana. En varias piezas, hombres y mujeres, ancianos y niños salen a saludar a los convoyes de soldados, a los que entregan ramos de flores mientras les dan la bienvenida. Charlan, se felicitan, se ponen al día. Hay efectivos que son del propio Jersón. Una anciana, de rodillas a las puertas de su casa, abre los brazos a su nieto, militar, que corre hacia ella para abrazarla una vez recuperado su pueblo, se puede ver en otro testimonio gráfico.

Pese a los esfuerzos de evacuación rusos, apenas 80.000 personas habrían abandonado la zona en favor de la orilla oriental del río, donde las tropas del Kremlin refuerzan sus líneas de defensa. Esas cifras son rusas. Según el Estado Mayor del Ejército ucraniano, la evacuación rusa “tuvo que ser recortada por la falta de gente dispuesta [a dejar Jersón]”. De los más de 250.000 habitantes previos a la invasión, solo en la capital de provincia todavía permanecerían entre 30.000 y 60.000 personas, según cifras ucranianas. Los rusos admiten incluso 50.000, según declaraciones este lunes del alcalde colocado por el Kremlin, Aleksander Kobec, recogidas por RIA Novosti. Muchos han pasado meses prácticamente atrincherados en sus casas, con comunicaciones intermitentes en el mejor de los casos, según relataron vecinos de Jersón a El Confidencial durante los meses de ocupación.

Una de las primeras medidas que tomaron las tropas rusas al conquistar más del 85% de la provincia meridional fue bloquear los operadores de telefonía ucranianos, así como la señal de televisión y radio, para sustituirlas por las rusas. Una suerte de intento de aislamiento de la Ucrania exterior que iba resistiendo a la invasión de las tropas del Kremlin, así como el primer paso para una rusificación que aplicaron en otras zonas también conquistadas, como el reparto de pasaportes rusos o la introducción del rublo. Durante la celebración del referéndum, imágenes difundidas en las redes sociales mostraron a funcionarios yendo casa por casa escoltados por combatientes chechenos como forma de intimidación.

Pero las banderas azules y amarillas, escondidas en cajones, armarios y desenterradas de debajo de los adoquines del jardín —en un vídeo, una babushka mostraba a los soldados cómo había enterrado la bandera ucraniana envuelta en unos plásticos, “sabiendo que volverían”—, vuelven a demostrar que esta estrategia de asimilación ha sido un fracaso.

Parece como si fuera año nuevo”, sonríe una anciana mientras un soldado ucraniano le muestra en el móvil imágenes de tanques rusos ardiendo bajo el fuego de artillería. Otra anciana pide a gritos “¡dadles una paliza a esos kacaps!”, utilizando un término malsonante para referirse a los rusos. La raíz de kacaps es turca, y significa carniceros. Pequeñas escenas que, como un mosaico, muestra que el Jersón prorruso que los partidarios del Kremlin prometían a su audiencia no existe.

Cae la noche en Jersón, una ciudad sin luz ni conexión eléctrica. Una ciudad minada y traumatizada. Pero los vídeos con ambiente festivo siguen fluyendo en las redes. Un grupo baila alrededor de una hoguera en plena calle cantando a voz en grito Chervona Kalyna, una canción prohibida —ya en 2014, en la ocupada Crimea— por ser considerada un himno nacionalista ucraniano.

“En el prado, allí una kalyna [baya] roja se ha inclinado hacia abajo. Por alguna razón, nuestra gloriosa Ucrania ha estado tan preocupada. Y tomaremos esa kalyna roja y la levantaremos. ¡Y nosotros, nuestra gloriosa Ucrania, debemos, hey, hey, animarnos y regocijarnos!”.

“Los residentes de Jersón no evacuaron y dieron la bienvenida a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Según nuestros datos, 80.000-100.000 [residentes] no quisieron ir a la ribera izquierda (oriental)”. “Los responsables de las nuevas regiones regularmente ponen sobre la mesa de [Vladímir] Putin informes sobre el colosal apoyo a Rusia entre la población de Jersón, así como en todos los otros nuevos territorios. Estos informes fueron sustanciados con los éxitos de los referéndums”. “¿Cuál es el resultado del referéndum del 22-27 [de septiembre]? Un 87,05% [a favor de integrarse en Rusia] en la región de Jersón. Realmente, no se puede decir que [el sentimiento] sea tan unánime”.

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