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Dicho y hecho: en 2035 no podrán venderse vehículos nuevos con motor de combustión
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Europa cierra la puerta a los e-carburantes

Dicho y hecho: en 2035 no podrán venderse vehículos nuevos con motor de combustión

La propuesta de la Comisión Europea planteada el pasado año ha sido finalmente aprobada por el Parlamento Europeo, que lo apuesta todo al vehículo eléctrico desde 2035 y no admite otras alternativas de propulsión en desarrollo

Foto: Desde 2035 se prohibirá la venta de turismos nuevos con motor de combustión en la UE. (EFE Etienne Laurent)
Desde 2035 se prohibirá la venta de turismos nuevos con motor de combustión en la UE. (EFE Etienne Laurent)

Ya no se trata de una propuesta de la Comisión Europea, ni de una simple amenaza en el pulso que, según muchos, mantienen las autoridades de Bruselas con la industria del automóvil. Es decir, la Unión Europea no iba de farol cuando hace más o menos un año anunció que podría prohibirse la venta de turismos con motor de combustión en sus 27 estados miembros desde 2035. Porque ya es oficial y, en principio, definitivo, ya que el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta llegada desde la Comisión Europea, de manera que a partir del año 2035 no se podrán vender vehículos comerciales ligeros o turismos nuevos con motor de combustión en el territorio de la UE, lo que incluye no solo a los de gasolina y diésel, sino también a los propulsados por gas (GLP y GNC) y a los híbridos, incluidos los enchufables con independencia de la autonomía eléctrica que tengan. Es decir, si la mecánica tiene algún tipo de motor de combustión, por pequeño que sea su papel, prohibido.

Porque la norma aprobada exige una reducción del 100% del CO2 a partir de esa fecha en las emisiones contaminantes de los vehículos a la venta, fijando además un calendario con un par de hitos previos que cumplir: en 2025 tendría que haberse logrado una reducción del 15% en comparación con la media de emisiones de 2021 y en 2030 esa rebaja debería ser ya del 55%. Y aunque algunos fabricantes quieren adelantarse a la prohibición, abandonando la venta de vehículos de combustión incluso antes de ese 2030, la mayoría prevén dejar de vender sus modelos de gasolina y diésel durante los cinco años previos a la prohibición.

La votación del Parlamento de Estrasburgo, además, echa por tierra inicialmente las esperanzas de quienes planteaban admitir otras alternativas tecnológicas sin huella final de carbono, como los biocarburantes o los combustibles sintéticos todavía en desarrollo, que prometen compensar sus mínimas emisiones con un proceso de producción reductor del CO2. Porque los eurodiputados también han decidido rechazar esa opción, y apostar todo exclusivamente a la electromovilidad, a pesar de las reiteradas llamadas de atención del sector automotriz sobre la falta de infraestructura pública de recarga en la mayoría de los países y el ritmo lento de instalación.

No obstante, todavía restan algunos pasos para que la medida sea firme, pues los 27 estados miembros de la UE deben aprobar la propuesta que les llegará desde el Parlamento Europeo, para a continuación iniciarse la redacción definitiva de la norma, un nuevo paso en el objetivo de la Unión Europea de reducir a cero las emisiones de CO2 de todos los sectores a partir de 2050, lo que según muchos da una pista perfecta para saber hasta cuándo podríamos conducir vehículos con motor de combustión en los territorios de la UE: 2050. Es decir, que si comprásemos un coche híbrido enchufable el 31 de diciembre de 2034, podríamos utilizarlo hasta 15 años después; aunque sobre ese otro calendario todo son hipótesis por ahora.

Las reacciones en el sector

La aprobación de esta propuesta por parte del Parlamento Europeo no ha causado extrañeza precisamente en el sector del automóvil, y ACEA, la asociación europea que engloba a los fabricantes de automóviles, dió la bienvenida a la medida y a los objetivos previos exigidos para 2025 y 2030, aunque pidió a las autoridades nacionales de los paises miembros y a las comunitarias que consideren con urgencia la incertidumbre a la que se enfrenta ahora la industria y ayuden a preparar la masiva transformación industrial que será necesaria, expresando principalmente su preocupación en torno a la red de recarga eléctrica que será necesaria.

De hecho, el presidente de ACEA, Oliver Zipse, manifestó tras conocerse la aprobación del Parlamento Europeo que "dada la volatilidad y la incertidumbre que experimentamos a nivel mundial día a día, cualquier regulación a largo plazo que vaya más allá de esta década es prematura en esta etapa inicial. En cambio, se necesita una revisión transparente a mitad de camino para definir los objetivos posteriores a 2030". Para Zipse, CEO de BMW Group, "dicha revisión tendrá que evaluar, en primer lugar, si el despliegue de la infraestructura de carga y la disponibilidad de materias primas para la producción de baterías podrán igualar el aumento continuo y pronunciado de los vehículos de batería en ese momento".

En este sentido, la primera reacción en la patronal del sector fabricante en España, Anfac, va en la misma dirección que la de ACEA, pues desde la asociación española verían más lógico que los objetivos a alcanzar en 2035 se establecieran en 2028.

Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam), Raúl Palacios, expresaba en declaraciones a la agencia Europa Press que "es necesario garantizar una transición ecológica progresiva e inclusiva que no esté basada en prohibiciones, en un contexto en el que alcanzar una movilidad sostenible y descarbonizada es objetivo prioritario con el que todo el sector está absolutamente comprometido". Palacios añadía que "es urgente que las políticas actuales conviertan el rejuvenecimiento del parque en pieza clave de la transición ecológica y sepan seducir también al ciudadano que no tiene renta disponible para acceder a la movilidad electrificada: motores térmicos de última generación, combustibles sintéticos... un gran abanico de soluciones para poder garantizar la consecución de objetivos de una manera justa en términos sociales y económicos bajo el respeto al principio de neutralidad tecnológica".

Ya no se trata de una propuesta de la Comisión Europea, ni de una simple amenaza en el pulso que, según muchos, mantienen las autoridades de Bruselas con la industria del automóvil. Es decir, la Unión Europea no iba de farol cuando hace más o menos un año anunció que podría prohibirse la venta de turismos con motor de combustión en sus 27 estados miembros desde 2035. Porque ya es oficial y, en principio, definitivo, ya que el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta llegada desde la Comisión Europea, de manera que a partir del año 2035 no se podrán vender vehículos comerciales ligeros o turismos nuevos con motor de combustión en el territorio de la UE, lo que incluye no solo a los de gasolina y diésel, sino también a los propulsados por gas (GLP y GNC) y a los híbridos, incluidos los enchufables con independencia de la autonomía eléctrica que tengan. Es decir, si la mecánica tiene algún tipo de motor de combustión, por pequeño que sea su papel, prohibido.

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