Probamos el eléctrico i7 M70 xDrive, el auténtico buque insignia de BMW

En 1977, BMW presentaba el primer Serie 7, una berlina convertida en uno de los modelos más reconocidos y lujosos de la marca. En diciembre de 2022, el fabricante bávaro arrancaba la comercialización de la séptima generación del modelo, que como sucede con el nuevo Serie 5, se caracteriza por ofrecer una rica gama de motores, ya que está disponible en versiones de gasolina, diésel, híbrido enchufable y eléctrico, este último bautizado como i7, que ofrece tres versiones: el eDrive 50, el eDrive e60 y el atómico M70 xDrive, que hemos tenido ocasión de conducir, y que rivaliza directamente con el Mercedes-AMG EQS 53 4Matic+, con 658 CV y un 0 a 100 km/h en 3,8 segundos. Este BMW lo podemos definir como potente, rápido, caro, tecnológico... y es que realmente es un coche que dispone de un enorme listado de elementos orientados a ofrecer el máximo confort a sus ocupantes, dirigido a un público muy selecto y exclusivo, tal y como hemos podido comprobar.

A diferencia de otras generaciones, donde el Serie 7 se podía escoger con batalla corta o larga, en este modelo BMW ha optado por una única carrocería, más cercana a la larga que a la corta. De este modo, el i7 mide nada más y nada menos, que 5.391 milímetros de largo, 1.544 de alto, 1.950 de ancho y tiene una impresionante distancia entre ejes de 3.215 milímetros. Mientras, el maletero del Serie 7 es de 540 litros, pero en las versiones eléctricas se ve reducido a 500 litros. En el primer contacto visual con el coche, realmente impresiona por lo largo que es, junto a otros aspectos como la parrilla con los clásicos riñones de BMW dotados de un marco iluminado, la alfombra luminosa con proyecciones gráficas cambiantes en la zona exterior de las puertas, las llantas de aleación ligera M de 21 pulgadas o la exclusiva tonalidad bitono, que vemos en la primera imagen de este artículo. Respecto a este último punto, la marca pone a disposición de los interesados un listado de más de 100 colores y combinaciones de pinturas BMW Individual para elegir.

Una vez que nos adentramos en el vehículo, nos acompaña un ingeniero de BMW para explicarnos los principales detalles del i7 M70 xDrive, consciente de que este tipo de coches incorpora tantas funcionalidades, que en una prueba de varias horas, no es posible ver lo más importante en detalle. De entrada, la marca no nos da una llave convencional, sino un teléfono móvil. El coche se abre y se cierra con una aplicación, que nos pide una contraseña para poder manejarse. Una vez desbloqueada, hay distintas formas de abrir las puertas: de manera tradicional, pulsando un botón y echándonos un paso atrás para que se pueda hacer el recorrido de la puerta, o incluso el coche puede reconocernos y abrirse. Cuando uno se sienta, con pulsar un botón ubicado a la izquierda del volante, la puerta se cierra sola.

Ya en el habitáculo del i7 M70 xDrive, las sensaciones, el tacto e incluso el olor de los materiales empleados denotan su altísima calidad. Los asientos se perciben muy confortables y la tecnología inunda el interior. Frente a nosotros, hay una gran pantalla curvada BMW Curved Display, formada por el cuadro de instrumentos de 12,3 pulgadas y la pantalla de infoentretenimiento central de 14,9 pulgadas, que se alinean como una única superficie de cristal frente al conductor. El cuadro de instrumentos dispone de múltiples opciones de personalización, donde se puede ver desde la velocidad del momento, la autonomía restante o las indicaciones de navegación, entre otros. Mientras, la pantalla central es un mundo en el que invertir horas y horas, ya que hay muchísimas opciones. Desde los propios ajustes del coche, de los asientos, donde encontramos hasta nueve programas de masaje con distintas intensidades e incidencias en la espalda u hombros, hasta aplicaciones terceras, como una app de la Bundesliga, en la que visualizar los partidos de la liga alemana, o una plataforma de juegos AirConsole, que permite jugar a videojuegos desde la pantalla del salpicadero, una función que estrenó recientemente el Serie 5.

La calidad de ambas pantallas son excelentes, así como su manejo y fluidez en las búsquedas. El i7 incorpora el sistema BMW iDrive 8,5, el sistema operativo más avanzado de la marca, y puede llevar a cabo actualizaciones remotas Over-the-Air (OTA). De hecho, en nuestra prueba no sacamos ningún pero a este apartado, salvo que el sistema de navegación, que puede verse con realidad aumentada en la pantalla de infoentretenimiento, en ocasiones no era acorde al 100% a nuestro recorrido. Por ejemplo, al llegar a una rotonda y salir en la primera salida, la navegación no se correspondía con exactitud al punto donde nos encontrábamos, y en la pantalla observábamos como iba unos metros más atrás.

Además, el coche equipa un Head-Up Display, de última generación y con nuevos gráficos, que proyecta en la visión del conductor en el parabrisas información relevante como la velocidad, las indicaciones de navegación o las señales que encontramos a nuestro paso. Desde la pantalla central es posible regular su altura o intensidad, ya que por defecto, se ve muy ligero, pero se puede dar mayor luminosidad para visionarlo con más nitidez. Mientras, los botones de nuevo diseño del volante aportan una respuesta háptica activa y el panel de control suavemente retroiluminado en la consola central presenta un selector de marchas de nuevo diseño, que ofrece como opción la aplicación de cristales en determinados mandos. E incluso, encontramos una cámara interior que permite hacer fotos desde diferentes planos y transferir las imágenes al teléfono móvil del usuario.

Una aceleración impresionante

Nada más arrancar con el i7, el confort de la dirección y la suavidad con la que sale, nos anticipa que estamos ante un coche donde la comodidad es superlativa. De hecho, la unidad que tuvimos ocasión de conducir estaba aparcada en la planta -3 de un parking de Lisboa, localización que BMW ha elegido para presentar el modelo a la prensa internacional, y desde un principio tuvimos que lidiar con los casi 5,4 metros de longitud del coche. No obstante, no hubo problemas y se cumplió el vaticinio que nos anunciaba el ingeniero de BMW que nos explicaba el coche: "vais a ver cómo se siente un coche ligero y fácil de maniobrar, pese a sus grandes dimensiones". Una vez que salimos a carretera, nuestras sensaciones se confirman, y es que rodar con el i7 es muy confortable. Este M70 xDrive presenta componentes que ya llevan las otras versiones del eléctrico, y otras son novedad. Cuenta con suspensión neumática adaptativa en ambos ejes con un calibrado específico, se ha mejorado la rigidez del conjunto, una dirección activa mejorada, un nuevo sistema de barras estabilizadoras activas para evitar el balanceo de la carrocería, un eje trasero direccional y se han incorporado frenos de mayores dimensiones.

Decir que la aceleración del i7 es una locura es una buena definición, ya que pese a sus 5,39 metros de largo y 2.770 kilogramos de peso, acelera de 0 a 100 km/h en unos impresionantes 3,7 segundos. Para lograrlo, hay que activar el modo de conducción Sport y la función M Sport Boost, al tocar la leva izquierda situada tras el volante. Al pulsarla, en el cuadro de instrumentos aparece una cuenta atrás del 10 al cero, en la que el eléctrico pone toda la carne en el asador y otorga la máxima potencia y par. Cuando pisamos el pie a tabla, realmente, este M70 xDrive levanta incluso la parte delantera de la fuerza que tiene, pero no pierde ni un ápice de tracción. De hecho, el sonido que emite dentro del habitáculo es como si se tratara de una nave espacial y fuésemos a despegar, a través del BMW IconicSounds Electric de Hans Zimmer, encargado de proporcionar este acompañamiento acústico. En cuanto a su velocidad punta, está limitado electrónicamente a 250 km/h. Para hacerlo posible, el eléctrico más prestacional de BMW cuenta con un motor en el eje trasero que genera una potencia máxima de 489 CV y se coordina con el ubicado en el eje delantero, en este caso, de 258 CV. El resultado conjunto es una potencia de 660 CV y un par de 1.015 Nm, que si activamos el modo Sport y la función M Sport Boost, se eleva hasta los 1.100 Nm. De hecho, ya fuese en una salida rápida de una rotonda o en una incorporación a la autopista, con dar un leve toque al acelerador, el i7 se proyecta y tiene una respuesta rapidísima.

En nuestro recorrido, que combinó autopista, entornos urbanos e incluso alguna zona de tráfico denso, el consumo se movió en los 24 kWh/100 km en una conducción tranquila con algunos acelerones para comprobar la potencia del i7. En cifras oficiales, el M70 xDrive homologa un consumo de 20,8 kWh/100 km, con una autonomía eléctrica de 559 kilómetros. En cuanto a la batería de alto voltaje integrada en la zona baja del vehículo, tiene una capacidad de 101,7 kWh, y es posible recargar en corriente alterna a una potencia de hasta 22 kW; mientras en corriente continua hasta 195 kW. Esto significa que la autonomía se puede ampliar hasta 170 kilómetros en solo diez minutos si se hace una carga en una estación de alta potencia, según BMW. Si probamos los diferentes modos de conducción destaca un nuevo modo llamado Max Range, que permite aumentar la autonomía entre un 15 y un 25%, según la marca. Esto se consigue limitando las prestaciones del eléctrico, la velocidad máxima a 90 km/h, y realizando ajustes en elementos como la climatización.

Además, el i7, al igual que el resto de versiones del Serie 7, está dotado de una nueva generación de sensores, un nuevo software y una plataforma informática más potente para optimizar el funcionamiento de los sistemas de conducción y aparcamiento automatizado. De serie, el listado de asistentes es extenso, con aviso de colisión frontal, capaz de detectar el tráfico que se aproxima al girar a la izquierda o los peatones y ciclistas al girar a la derecha, el asistente de aparcamiento, que incluye el asistente de marcha atrás, el asistente de guiado de carril, la navegación activa, el asistente automático de límite de velocidad, el control de rutas, el reconocimiento de semáforos o el asistente de maniobras, entre otros.

Atrás como un marqués

Si conducir el i7 M70 xDrive ya es toda una sensación por sus características, potencia o aceleración, ir en las plazas traseras es una auténtica experiencia. Nada más sentarse, observamos la presencia de alfombras en lugar de las clásicas alfombrillas, o un reposacabezas tan sumamente cómodo, que hace que nos viremos para tocarlo con la mano y comprobar su textura. En ambas puertas traseras hay dos pantallas táctiles de 5,5 pulgadas, que hacen de mando para que los ocupantes controlen el sistema de infoentretenimiento del coche, la posición de los asientos o la iluminación ambiental, entre otros.

Para poner el ejemplo más significativo, en los ajustes de los asientos podemos seleccionar la opción de desplazar y plegar el asiento delantero, mientras el asiento trasero se estira y saca una banqueta para que podamos estirar las piernas. De este modo, mientras el coche circula, podemos ir literalmente con las piernas estiradas. A continuación, si pulsamos en el modo Relax, se suben automáticamente unas cortinillas laterales que aportan mayor privacidad y reducen la entrada de luz en el habitáculo, al mismo tiempo que se despliega una pantalla panorámica táctil de 31,3 pulgadas en formato 32:9 con resolución 8K y sistema de sonido envolvente Bowers & Wilkins con altavoces integrados en los reposacabezas y subwoofers en los respaldos, esto último de forma opcional. Y sí, es como si fuese una sala privada de cine, ya que la resolución de la pantalla es excelente, al igual que el sonido. Además, el sistema de antena compatible con 5G se traduce en una conectividad optimizada.

Y es que el listado de tecnología y elementos orientados a maximizar el confort de los ocupantes es muy extenso, pero podemos poner algunos ejemplos, como los asientos multifunción opcionales Executive Lounge, que equipaba nuestra unidad de pruebas, y que cuentan con posición reclinada mejorada y cojín de apoyo para las piernas, climatizador automático de cuatro zonas con filtro de nanopartículas, calefacción en los reposacabezas de la consola central e, incluso, se puede equipar con un techo solar panorámico de cristal Sky Lounge con filamentos luminosos de LED.

Desde 186.450 euros

El BMW i7 M70 xDrive parte de los 186.450 euros, pero la marca alemana ofrece algunos opcionales que rápidamente elevan a la berlina eléctrica de lujo por encima de los 200.000 euros. Hay elementos que no tienen sobrecoste, como una selección de cinco llantas de aleación M de 20 o 21 pulgadas, un color exterior blanco o una gama de seis tapicerías interiores. Pero, al final, este modelo también se caracteriza por contar con muchísimas opciones M individual, el departamento de la marca encargado de ofrecer una mayor personalización a cada cliente. Y es que al final este tipo de coches son para clientes muy selectos.

Por ejemplo, la tonalidad M Black Metalic cuesta 1.332,40 euros adicionales, o el Frozen Tanzanite Blue, 7.857,90 euros. Sucede lo mismo con las diferentes tapicerías que BMW ofrece, ya que todas ellas tienen un coste superior a los 12.000 euros. El equipamiento de serie de esta versión es altísimo, pero es posible escoger algún paquete opcional como el Executive (+ 5.238,60 euros), que eleva el nivel de las plazas traseras con Asientos Multifunción, que incluyen función de masaje y ventilación activa, así como la Consola Executive Lounge, que aporta bandeja de carga inalámbrica, refrigeración integrada o reposabrazos calefactable.