El Parlamento Europeo aprueba finalmente una normativa de emisiones Euro 7 menos extrema

Tras una votación en la que se contabilizaron 329 votos a favor, 230 en contra y 41 abstenciones, el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta que, semanas atrás, redactó la comisión de Medio Ambiente de la cámara sobre la reducción de emisiones del transporte por carretera (turismos, furgonetas, camiones y autobuses), y que supone una interpretación algo más laxa en comparación con los planteamientos aprobados en 2022 por la Comisión Europea para la nueva norma Euro 7, y que en su día provocó la protesta de gran parte del sector del automóvil y de una decena de países miembros de la UE, entre los que figuraban Chequia, Eslovaquia, Francia, Hungría, Italia, Polonia y Portugal. No obstante, algunos expertos han calificado la Euro 7 aprobada finalmente por el Parlamento Europeo como un término medio entre las duras exigencias de la Comisión Europea y las propuestas, menos ambiciosas, planteadas por la industria y esos 10 países.

El nuevo reglamento actualizará los límites actuales para las emisiones de escape, como óxidos de nitrógeno (NOx), partículas sólidas, monóxido de carbono y amoniaco, e introducirá nuevas medidas para reducir las emisiones de neumáticos (microplásticos) y frenos, y para incrementar también la fiabilidad y duración de las baterías: pasados 10 años, las baterías deberán mantener como mínimo un 75% de su capacidad original en el caso de los turismos eléctricos, y un 70% como mínimo si se trata de furgonetas eléctricas. Con su votación afirmativa mayoritaria, los eurodiputados manifiestan que están de acuerdo con los niveles propuestos el año pasado por la Comisión Europea para las emisiones contaminantes de los turismos y proponen un desglose adicional de las emisiones en tres categorías para los vehículos comerciales ligeros, en función de su peso. También proponen límites más estrictos que los actuales para las emisiones de gases de escape medidos en laboratorio y en condiciones reales de conducción para autobuses y vehículos pesados. Además, el Parlamento quiere armonizar las metodologías de cálculo y los límites de la UE para las emisiones de partículas de freno y las tasas de abrasión de los neumáticos con las normas internacionales que actualmente está desarrollando la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas.

ACEA, parcialmente satisfecha

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) reconoce en un comunicado que "el Parlamento Europeo votó hoy a favor de un enfoque más realista de la Euro 7 en comparación con lo que la Comisión Europea presentó el año pasado", aunque en su primera valoración de la norma aprobada destaca que la "Euro 7 todavía tiene un precio muy alto, y en una coyuntura muy crítica en la transformación de la industria". En concreto, su directora general, Sigrid de Vries, explica que "Euro 7 representa una inversión significativa para los fabricantes de vehículos, además de sus enormes esfuerzos de descarbonización". Y añade De Vries que "se presenta en un contexto geopolítico y económico extraordinariamente desafiante, marcado por el aumento de los precios de la energía, la escasez de la cadena de suministro, las presiones inflacionarias y el reto de la demanda de los consumidores". Y concluye la directora general de ACEA: "Europa necesita una Euro 7 proporcionada que equilibre las preocupaciones ambientales y la competitividad industrial".

Sigrid de Vries cree también que "tiene sentido abordar las emisiones de frenos y neumáticos con Euro 7, ya que estas también son relevantes para los vehículos eléctricos, y serán la principal fuente de emisiones contaminantes en el futuro. Sin embargo, como los métodos de prueba para las emisiones que no son de escape son completamente nuevos y no se han probado, es necesario garantizar la viabilidad técnica de estos nuevos objetivos".

Reducción de NOx en los diésel

La propuesta de la norma Euro 7 aprobada por el Parlamento Europeo sustituirá a la actual Euro 6, aunque no varía los métodos de medición de emisiones para no provocar nuevas inversiones. Tampoco cambia el límite de los óxidos de nitrógeno en el caso de los automóviles de gasolina, pues seguirá siendo de 60 miligramos por kilómetro, pero sí en los turismos y furgonetas ligeras con motor diésel, cuyo límite de NOx baja desde los actuales 80 mg por kilómetro a 60 mg/km, equiparándose con los vehículos de gasolina. En cuanto a los camiones y autobuses, la nueva norma recoge una reducción del 60% de sus emisiones contaminantes.

En cuanto a su aplicación, frente al planteamiento inicial de la Comisión Europea, que sugería julio de 2025 como fecha de entrada en vigor de la nueva norma Euro 7, la mayoría de los eurodiputados del Parlamento sugieren ahora que se dé un plazo de tres años en el caso de los turismos, y de entre cuatro y cinco años para los vehículos pesados.