Accionistas 'woke' vs. conservadores: la guerra cultural llega a las multinacionales

La reacción contra las empresas que abordan cuestiones que van desde el cambio climático hasta el derecho al aborto está contribuyendo a que las propuestas de los accionistas alcancen cifras récord este año.

Cada vez son más los grupos activistas que recurren a estas propuestas para intentar hacer valer sus intereses en la agenda empresarial, cuestionando resoluciones alcanzadas por las empresas que algunos consideran excesivamente políticas. Un grupo, por ejemplo, presentó una resolución solicitando que Eli Lilly informara sobre los riesgos de apoyar el aborto. El año pasado, la farmacéutica expresó su oposición a la prohibición casi total del aborto en Indiana.

El número de propuestas de este tipo, que ponen en duda la postura de las empresas en cuestiones sociales y medioambientales, ha alcanzado cifras récord: 74 en las juntas anuales celebradas antes del 31 de mayo, frente a las 43 del año pasado, según datos de ISS Corporate Solutions, una unidad de la empresa de asesoramiento ISS.

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"El increíble nivel de desacuerdo en el ámbito político se está extendiendo a los mercados de capitales", afirma Heidi Welsh, directora ejecutiva del Sustainable Investments Institute, una organización sin ánimo de lucro con sede en Estados Unidos que afirma ofrecer análisis imparciales sobre cuestiones de sostenibilidad. "Las empresas se están viendo arrastradas a luchas partidistas en las que no quieren estar, pero ya no pueden evitarlo".

Las empresas se enfrentan a propuestas de ambos lados del espectro político, que las arrastran a las conversaciones cada vez más díscolas sobre cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). En total, se presentaron 682 propuestas de accionistas para las juntas anuales que se celebraron hasta el 31 de mayo, según ISS Corporate Solutions.

"Esto se está convirtiendo en un tema central de nuestra sociedad en su conjunto", afirma Jun Frank, director gerente de ISS Corporate Solutions y autor principal de un documento sobre el tema que se publicará esta semana.

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Mientras los políticos republicanos, entre ellos el gobernador de Florida Ron DeSantis, siguen resistiéndose a las políticas ESG, los accionistas de tendencia conservadora han presentado propuestas que cuestionan, por ejemplo, la prudencia de las políticas de diversidad corporativa y la viabilidad de la descarbonización. Sostienen en su lugar que las empresas deberían centrarse en el balance final.

"Las empresas están abandonando sus deberes fiduciarios para con los accionistas para adoptar la postura de la extrema izquierda", afirma Scott Shepard, miembro del National Center for Public Policy Research, un think tank conservador con sede en Washington que ha presentado varias propuestas contra los principios ESG. "Sólo intentamos que vuelvan a la cordura y la neutralidad".

Una de sus homólogas de izquierdas, la fundación As You Sow, con sede en California, afirma que quiere promover "la responsabilidad medioambiental y social de las empresas" a través del activismo de accionistas. Las propuestas de los defensores liberales pretenden que las empresas examinen sus emisiones de carbono o auditen la composición racial de su plantilla, entre otros.

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Un cambio de 2021 en la política de la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU que ha hecho más difícil para las empresas limitar estas propuestas, también está contribuyendo a su crecimiento.

La temporada de propuestas, una oportunidad para que los accionistas ayuden a dar forma a las agendas corporativas, comienza en primavera, cuando la mayoría de las empresas celebran sus juntas anuales. Aunque las resoluciones de los accionistas no suelen ser vinculantes y la mayoría no se aprueban, incluso un 30% de los votos a favor de una cuestión suele ser considerado por sus defensores como un mensaje claro de que la empresa debe estudiarla seriamente.

Esta temporada, American Express se pronunció en contra de una propuesta relacionada con el aborto en la que se pedía a la empresa que informara sobre los riesgos de cooperar con las fuerzas del orden que investigan abortos en estados donde el procedimiento es ilegal. El consejo de administración de Amex afirmó que la empresa está obligada a cumplir las exigencias de la ley. Los accionistas dieron la razón a Amex y rechazaron la propuesta.

Alphabet, la empresa matriz de Google, recomendó a los accionistas que votaran en contra de una propuesta similar relacionada con el aborto, alegando que la empresa tecnológica se opone habitualmente a demandas "demasiado amplias". Está previsto que los accionistas voten al respecto en junio.

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Muchos consejos de administración tratan de no enemistarse con clientes y accionistas, por lo que tienden a evitar posicionarse y aconsejan que se rechacen todas las propuestas. En algunos casos, negocian con los accionistas la retirada de las propuestas antes de la votación. Pero estudiar estas propuestas consume tiempo del consejo y expone a las empresas a una atención mediática potencial no deseada.

Mastercard se enfrenta a la presión de los accionistas sobre el posible seguimiento de las transacciones relacionadas con armas de fuego. La empresa de tarjetas de crédito ha declarado que, aunque se ha comprometido a colaborar con las autoridades en la lucha contra la violencia armada, ha interrumpido sus esfuerzos para implantar un código de categoría comercial independiente para las tiendas de armas después de que varios estados introdujeran legislación sobre la cuestión de los códigos de categoría. La propuesta dirigida a Mastercard se someterá a votación en junio.

"Su negocio consiste en hacer negocios. La mayoría de las empresas probablemente preferirían mantenerse al margen del discurso político", afirma Michael Littenberg, socio del bufete de abogados Ropes & Gray que asesora a empresas sobre cuestiones ESG. "Cada vez hay más cansancio de propuestas. Cuantas más propuestas reciben las empresas, más tiempo tienen que dedicarles en el consejo de administración".

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Según Maria Ghazal, consejera de Business Roundtable, una asociación de directores ejecutivos de empresas, el cambio de política de la SEC también ha "bajado el listón" y ha dado lugar a "un sistema roto que obliga a las empresas a desviar recursos y atención para hacer frente a una afluencia de propuestas que a menudo no están relacionadas con su gobernanza y éxito a largo plazo".

En última instancia, muchas propuestas no tienen eco entre la mayoría de los accionistas: según datos de la empresa de contabilidad Ernst & Young, en la última temporada de representación, alrededor del 12% de las propuestas relacionadas con ESG dirigidas a las empresas del S&P 1500 que se sometieron a votación obtuvieron el apoyo de la mayoría de los accionistas.

Sin embargo, Sierra Club, un grupo ecologista, sostiene que los inversores enviaron un mensaje en abril cuando el 28% de los accionistas de Bank of America votaron a favor de una propuesta que pedía que el banco revelara detalles sobre cómo cumpliría su objetivo de transición climática para 2030. El consejo de administración del banco aconsejó a los accionistas que votaran en contra, alegando que el banco había revelado objetivos para 2030 relacionados con la fabricación, la energía y la generación de electricidad, y que tenía la intención de proporcionar más información el año que viene.

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Nathan Fabian, director de inversiones responsables de Principles for Responsible Investment (principios para la inversión responsable), una organización de defensa afiliada a las Naciones Unidas entre cuyos signatarios se encuentran BlackRock, Vanguard Group y otros inversores institucionales, afirmó que "cualquier voto importante de los inversores con más peso y a más largo plazo de las empresas suele provocar algún tipo de reacción por parte del consejo".

El clima político actual implica que las empresas pueden esperar más propuestas el año que viene.

"Estas propuestas no van a desaparecer", afirma Littenberg, de Ropes & Gray. "Puedo garantizarle que el año que viene volveremos a batir el récord".

*Contenido con licencia de “The Wall Street Journal”