Las tensiones para recuperar el dinero del fiasco de FTX llegan a la Unión Europea

El colapso de la bolsa de criptomonedas FTX ha abierto la caja de Pandora de disputas entre varios gobiernos extranjeros y su nuevo director ejecutivo estadounidense, John J. Ray III.

En Chipre, el regulador de valores del país se queja de que la decisión de Ray de declarar la quiebra de FTX ha obstaculizado las investigaciones y está impidiendo que los clientes europeos recuperen su dinero. Los funcionarios de las Bahamas, a donde FTX trasladó su sede el año pasado, acusan a Ray de hacer declaraciones falsas y sugieren que su equipo está motivado por la posibilidad de ganar cuantiosas tasas legales. En Turquía, las autoridades han incautado los activos de la filial local de FTX, una afrenta a los esfuerzos de Ray por arrastrar los activos de FTX al proceso de quiebra en Delaware.

Estas disputas reflejan una desconexión entre las aspiraciones globales de las criptodivisas y los hechos concretos de la ley, cuyos poderes a menudo no se extienden más allá de las fronteras de una nación. Sus defensores sostienen que la naturaleza transfronteriza de las criptomonedas hace que enviar dinero a alguien del otro lado del mundo sea tan fácil como enviar un correo electrónico, y muchas empresas de criptomonedas han ofrecido sus servicios a clientes de todo el mundo y han establecido sus sedes en jurisdicciones extraterritoriales. Pero las leyes destinadas a proteger a los clientes cuando las cosas van mal —y el régimen de quiebra en particular— están profundamente ligadas a las fronteras nacionales, y la cooperación transfronteriza nunca está garantizada.

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Y ninguna quiebra de una criptoempresa hasta la fecha ha tenido un alcance más global que la de FTX. La solicitud inicial de quiebra de la empresa enumeraba más de 130 filiales en varios países, desde Canadá hasta Ghana o Japón. FTX obtuvo alrededor del 95% de sus ingresos fuera de Estados Unidos, según los documentos de finanzas a los que pudieron acceder The Wall Street Journal y los empleados de FTX.

El resultado de las disputas internacionales determinará cómo los clientes de FTX podrán recuperar algunos de los miles de millones de dólares perdidos que se les deben. Los organismos reguladores de varios países están ansiosos por garantizar que sus ciudadanos sean indemnizados. Un resultado desigual puede hacer que algunos clientes recuperen todo su dinero, mientras que otros solo recibirían unos pocos dólares.

Según una portavoz de las entidades de FTX que se declararon en quiebra, desde que tomaron el control, los deudores han establecido relaciones de cooperación con muchos reguladores en las jurisdicciones en las que FTX ha operado, y están desarrollando un camino a seguir con el puñado de reguladores que han tomado medidas de ejecución desde que la empresa se declaró en quiebra.

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El 28 de noviembre, el presidente de la Comisión del Mercado de Valores de Chipre expresó su preocupación por el proceso de quiebra en una carta dirigida a Ray, de la que el Journal ha podido ver una copia. El brazo europeo de FTX, FTX EU Ltd., tenía licencia en Chipre, lo que permitía a la criptobolsa ofrecer servicios en otros lugares del mercado único de la Unión Europea.

El presidente de la entidad reguladora, George Theocharides, escribió que su agencia estaba investigando a FTX por posibles violaciones de las leyes de valores. Pero como el personal europeo de FTX no podía acceder a los datos de la plataforma de negociación de la bolsa, ahora controlada por Ray, la agencia chipriota no podía obtener la información necesaria para su investigación, ni podía responder a las peticiones de otros reguladores europeos que realizaban sus propias investigaciones, escribió Theocharides.

El 15 de noviembre, FTX EU tenía 47 millones de euros, equivalentes a unos 49 millones de dólares, en fondos de clientes, según Theocharides. El regulador de valores de Chipre ha ordenado a la empresa que devuelva el dinero a los clientes, pero la empresa no ha podido cumplir porque sus cuentas bancarias están congeladas por el proceso de quiebra en EEUU, explica el presidente. Theocharides también recordó a Ray que "el uso ilegal de los fondos de los clientes puede constituir un delito".

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​"La prioridad de la CySEC es proteger a los inversores mientras continúan estas investigaciones, y garantizar la correspondiente devolución ordenada de los fondos de los clientes", afirmó un portavoz de la agencia. Ray también se ha visto envuelto en una pelea diplomática con los reguladores de Bahamas, que han tratado de gestionar la insolvencia de FTX por su cuenta.

El 10 de noviembre, la Comisión de Valores de las Bahamas inició los trámites para liquidar FTX Digital Markets, la unidad que controla la bolsa internacional de la empresa. Los liquidadores ordenaron posteriormente la transferencia de los criptoactivos de la unidad a una cartera digital controlada por el gobierno de Bahamas.

Eso no le sentó bien a Ray, cuyos abogados acusaron a los funcionarios de las Bahamas de robo y afirmaron que el cripto del que se habían apropiado los bahameños debería pertenecer a las secciones de FTX que actualmente están bajo su control. En los documentos judiciales, citaron "pruebas creíbles de que el gobierno de Bahamas es responsable de dirigir el acceso no autorizado... con el fin de obtener activos digitales".

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El gobierno de Bahamas respondió que Ray estaba haciendo acusaciones infundadas y aseveró que procedería a la liquidación de la bolsa de FTX. Las autoridades bahameñas cuestionaron sus motivos y su capacidad de liderazgo.

"Es posible que la perspectiva de unos honorarios multimillonarios esté impulsando su estrategia legal y sus declaraciones destempladas", sugirió el fiscal general de Bahamas, Ryan Pinder, durante un reciente discurso televisado.

El ex director ejecutivo de FTX, Sam Bankman-Fried —que se enfrenta a múltiples investigaciones por la pérdida de miles de millones de dólares en fondos de clientes—, ha parecido ponerse del lado de los funcionarios bahameños. Bankman-Fried asegura que no tenía la intención de cometer ningún fraude y que no mezcló a sabiendas los fondos de los clientes de FTX con Alameda Research, un fondo de cobertura de criptomonedas que fundó en 2017.

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Ray también podría enfrentarse a problemas en Turquía, donde los reguladores ya han decidido tomar el control de la liquidación de la filial nacional de FTX. El 19 de noviembre, Ray declaró que FTX había identificado una serie de filiales con franquicias valiosas que podrían venderse para recaudar efectivo para los acreedores de la compañía. Una de ellas era la filial turca de FTX, FTX Turkey Teknoloji Ve Ticaret AS, donde la empresa había encontrado casi 3,1 millones de dólares en activos cuando se declaró en quiebra, según los documentos judiciales.

Sin embargo, cuatro días más tarde, la junta de delitos financieros del Ministerio del Tesoro de Turquía anunció que había confiscado los activos de FTX Turquía bajo la sospecha de que los depósitos de los clientes fueron transferidos o llevados al extranjero a través de transacciones fraudulentas y que se vendieron criptoactivos inexistentes a los clientes. Así mismo, comunicaron que el fiscal jefe de Estambul inició una investigación penal sobre Bankman-Fried y otras personas asociadas con FTX.

-Con la contribución de Elvan Kivilcim.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.