La bancarrota de FTX asesta otro varapalo a las criptos y llega a borrar 50.000 M de golpe

El anuncio de la quiebra de FTX después de que Binance se saliera del acuerdo de adquisición del exchange una vez vistos sus libros de cuentas era una de las posibilidades que contemplaban los mercados. Y, a pocos minutos de la apertura de Wall Street, el rumor se han confirmado. Al principio, la lógica se ha impuesto en los movimientos de los criptoinversores, que han comenzado a vender en masa, haciendo que el mercado de las criptos retrocediera por encima del 5%.

Este golpe a los activos digitales ha borrado en cuestión de minutos 50.000 millones del valor de capitalización. Un revés que da continuidad al sucedido el pasado miércoles. Esta estampida de ventas ha rebajado el valor del bitcoin, el activo con mayor capitalización en el mercado de las criptomonedas, más de un 8% desde máximos de la jornada, una caída en gran medida fraguada en los 10 minutos posteriores a la publicación de la quiebra de FTX, cuando la cotización de bitcoin retrocedió más de un 6%.

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Tras esta fuerte reacción, y con el precio del bitcoin cercano a los 16.300 dólares, la divisa protagonizó un llamativo viraje, haciendo alarde de la volatilidad que caracteriza a las divisas digitales y los inversores se han inclinado por las compras, impulsando el precio al alza. Así, en menos de 5 minutos, la reina de las criptomonedas veía propulsado su valor más de un 5% y recuperaba la cota de los 17.000 dólares.

Reacción espejo la que ha sucedido con el Ethereum, cuyo golpe en la cotización después de conocerse la quiebra de FTX ha sido de más de un 8% (la experiencia dice que los mercados actúan con más virulencia y optimismo con Ethereum que con Bitcoin), y 10 minutos después, su valor se disparaba más del 8%, lo que le servía para borrar inmediatamente las pérdidas causadas.

Estos movimientos sugieren que la de este viernes va a ser una jornada violentamente volátil para las criptomonedas, con fuertes movimientos a la baja y al alza, que vendrían a reflejar una pugna entre los inversores más optimistas sobre las perspectivas de las criptomonedas y los más escépticos.