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Este tipo tenía 16.000 millones de euros ayer. Hoy no tiene nada
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LA RUINA DE SAM BANKMAN-FRIED

Este tipo tenía 16.000 millones de euros ayer. Hoy no tiene nada

Hasta hace unos días, Sam Bankman-Fried era el mayor multimillonario joven de las criptomonedas y un icono del sector. Una semana fatídica ha llevado a la quiebra de su empresa, FTX, y se ha llevado por delante su patrimonio

Foto: Sam Bankman-Fried en una imagen de archivo. (Getty/Craig Barritt)
Sam Bankman-Fried en una imagen de archivo. (Getty/Craig Barritt)
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Lo siente mucho, se ha equivocado, pero ahora nadie sabe si volverá a ocurrir. Es el resumen de lo que ha pasado con Sam Bankman-Fried, uno de los mayores capos de las criptomonedas. Nunca creyó en el sector que le ha acabado devorando y, pese a ello, se convirtió en el multimillonario más joven en él. Su ascenso fue repentino, como lo suele ser todo en estos mercados, pero su caída lo ha sido aún más. Hace una semana, nadie pensaba que FTX iba a ser poco más que chatarra financiera, ni tampoco que el empresario, de 30 años, iba a ver cómo su patrimonio pasaba de los 16.000 millones de dólares a cero.

Cuando el bitcoin alcanzó su máximo, hace justo un año, Bankman-Fried llegó a acumular 26.000 millones de dólares. Pese a que el mercado de criptomonedas ha perdido casi tres cuartas partes de su capitalización en los últimos doce meses, SBF —como se le suele llamar en el mundillo— seguía teniendo 16.000 millones a principios de semana. Tenía tanto dinero que incluso llegó a contactar con Elon Musk hace unas semanas para invertir 5.000 millones en la compra de Twitter. Ahora, en el momento de escribir estas líneas, cada centavo de su fortuna se ha evaporado, de acuerdo con los cálculos del índice de multimillonarios de Bloomberg, que ha definido su descalabro como "una de las mayores destrucciones de riqueza de la historia".

Foto: Los fundadores de FTX (Getty) y Binance (Reuters).

¿Qué ha pasado entre medias? El 2 de noviembre, el medio especializado CoinDesk publicó un análisis que mostraba una situación de exposición total en el balance de Alameda Research, el brazo inversor de FTX, aunque la relación de ambas nunca ha sido muy clara. Según el estudio, tenía cerca de un 40% de sus activos invertidos en su propio token FTT, algo que le dejaba en una situación de exposición total. Binance aireó las dudas sobre las cuentas y, después, hizo una oferta de compra que retiró en cuanto echó un vistazo a las tripas de la firma. Mientras tanto, el pánico alcanzó a los clientes que, al llevar a cabo una retirada masiva de fondos, acabaron dejando secas las cuentas de FTX.

Tras este episodio, SBF intentó conseguir desesperadamente algún tipo de salvavidas para tapar el agujero financiero de la empresa, que era de 8.000 millones solo en retiradas. Sin éxito. Este viernes, el que llegó a ser el segundo exchange más importante del mundo, confirmaba ante los reguladores que había caído en bancarrota. El episodio también se ha llevado por delante al que había sido uno de los mayores iconos de la industria en los últimos años, pero también de los más peculiares en el mundillo. Allí rompió todos los moldes para un empresario de este tipo, hasta el punto de afirmar sin tapujos que "el bitcoin no tiene futuro como red de pagos". Esta es su historia.

Cómo SBF creó una máquina de hacer dinero

El origen de la fortuna de Bankman-Fried ha sido también su propio sumidero: Alameda Research. Es una firma que fundó para dedicarse al análisis cuantitativo de mercados bursátiles y con la que dio con un método de lo más peculiar para acumular capital. En una de sus búsquedas de nichos de negocio, SBF se dio cuenta de que comprar bitcoin en Japón era algo más barato que en Estados Unidos y empezó a estudiar formas de hacer operación de arbitraje, que no es otra cosa que aprovechar la diferencia de precio para sacar tajada.

placeholder Un cartel publicitario de bitcoin. (Getty Images/Anthony Kwan)
Un cartel publicitario de bitcoin. (Getty Images/Anthony Kwan)

"Llegó a plantearse llenar aviones de gente con 10.000 dólares por cabeza para que compraran bitcoins allí, pero el coste del billete era más alto y no compensaba", explicaba Fernando Gutiérrez, inversor en criptomonedas, en una entrevista reciente con este periódico. Al final, tras una serie de negociaciones, pudo abrir cuentas en pequeños bancos nipones que le facilitaban la jugada. "Enviaba bitcoins a Japón, los vendía allí y lo que ganaba lo retiraba en dinero fiat a una especie de cajas rurales. Después, lo enviaba Estados Unidos, donde compraba bitcoin y vuelta a empezar", comentaba también este especialista.

Unos márgenes pequeños, pero exprimidos hasta la saciedad, que le llevaron a fundar, junto al empresario chino Gary Wang, el exchange FTX en 2019. Es lo que le hizo convertirse en el multimillonario más joven de las criptomonedas con apenas 27 años y, aun así, la edad no era lo que llamaba más la atención, sino que él mismo no creía demasiado en esta industria: estaba ahí porque había encontrado una forma de ganar cantidades ingentes de dinero y, si encontraba otro método, no tendría problema en cambiar de negocio.

Hay más aspectos llamativos sobre Bankman-Fried. Si Silicon Valley puso de moda el look desaliñado en los grandes directivos, él llevó aquello a otro nivel. Solo hay que ver cómo llevaba atados los zapatos durante su comparecencia en el Congreso de EEUU. Al igual que ocurría con las tecnológicas californianas, aquello también tenía algo de marketing, ya que le servía para impulsar su perfil filantrópico con la fundación Future Fund, también vinculada a FTX.

Sin embargo, su donación más importante llegó después de todo eso. En 2020, se convirtió en el segundo donante más importante de la campaña electoral que llevó a Joe Biden hasta a la Casa Blanca, con 5,2 millones de dólares. Si esto ya puede chocar en unos espacios plagados de libertarios, lo hizo aún más el hecho de que promoviera una iniciativa para subir los impuestos a las grandes fortunas y financiar la sanidad pública en California. Por contra, tanto la sede de FTX como la residencia de Bankman-Fried están en Bahamas.

De salvavidas a bomba de relojería

Tras la crisis del sector a principios de verano, el entonces multimillonario decidió ponerse el traje de socorrista y comenzar a rescatar empresas del sector en problemas, como Voyager Digital o BlockFi. Era una forma de mantener su propio imperio, pero, según algunos analistas, también fue lo que le expuso a demasiado riesgo. En cambio, él siempre negó la mayor. "Tenemos varios miles de millones de dólares en nuestro balance ahora mismo. Somos rentables. Tenemos una posición fuerte desde el punto de vista financiero", aseguró a principios de julio de este año, pocos días después de que se produjera uno de los episodios más convulsos de este criptoinvierno.

"La caída de FTX pondrá en cuestión muchos aspectos importantes del ecosistema de las criptomonedas", cuenta a El Confidencial Joseph Bradley, jefe de desarrollo de negocio de Heirloom, un proveedor servicios Web3. Este especialista considera que también se van a revisar los acuerdos entre las grandes empresas del sector. "El ecosistema parece grande pero, tal y como muestra la documentación de FTX, muchos —si no la mayoría— de los nombres más grandes están comprometidos en acuerdos de inversión y de capital entre ellos".

Eso sí, la culpa no solo la tenían los balances, sino también la presión de los reguladores. En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) están indagando sobre posibles violaciones de la normativa estadounidense por parte de FTX US. Es el nombre de la filial con la que operan en el país, ya que la sede de su matriz está en Bahamas. Allí, además de la investigación, han congelado las cuentas de la firma. "Cualquier acción como las declaradas públicamente habría sido contraria a la gobernanza corriente, puesto que no tenía el consentimiento del cliente y son potencialmente ilegales", han explicado en un comunicado. Cristina Carrascosa, abogada especializada en criptomonedas, ha señalado que "FTX y Sam Bankman-Fried serán recordados como los mayores hipócritas criminales en todo el ecosistema y los responsables del peor fiasco reputacional jamás visto".

Foto: El criptomillonario y cofundador de FTX, Sam Bankman-fried. (Getty/Craig Barritt)

Ahora ya se da por sentada una fuerte ola regulatoria del sector a nivel mundial, algo que ya está especialmente avanzado en la Unión Europea, donde se espera que el próximo febrero se apruebe la nueva ley, bautizada como MiCa. "Tenemos que ser muy cuidadosos en este sentido, porque si bien es cierto que la regulación es necesaria en algún nivel, no queremos que las reacciones viscerales produzcan una legislación insostenible", comenta Bradley, que también afea que "mientras FTX y SBF cometían una de las gestiones financieras más atroces en mucho tiempo, mantenían una relación amistosa con las autoridades", algo que "daría para una conversación más amplia sobre el poder del lobby financiero".

Mientras tanto, el precio de bitcoin y el resto de criptomonedas ha encadenado una serie de fuertes vaivenes a lo largo de la semana, marcando un nuevo suelo en los 15.600 dólares. En total, estos mercados han perdido tres cuartas partes de su valor en los últimos 12 meses y ya han dejado varios cadáveres en el camino. El más grande ha sido el de FTX, pero ahora muchos se preguntan si no puede haber un efecto dominó.

"Es difícil decir exactamente cómo se desarrollará todo esto, pero es muy poco probable que este contagio no se extienda lentamente por toda la industria", avisa este especialista, que deja caer que "cualquiera que haya evitado las trampas de 2022 es alguien a tener en cuenta": "A menudo, invertir con éxito consiste más en no perder y conseguir pequeñas victorias que en ganar el grand slam".

Lo siente mucho, se ha equivocado, pero ahora nadie sabe si volverá a ocurrir. Es el resumen de lo que ha pasado con Sam Bankman-Fried, uno de los mayores capos de las criptomonedas. Nunca creyó en el sector que le ha acabado devorando y, pese a ello, se convirtió en el multimillonario más joven en él. Su ascenso fue repentino, como lo suele ser todo en estos mercados, pero su caída lo ha sido aún más. Hace una semana, nadie pensaba que FTX iba a ser poco más que chatarra financiera, ni tampoco que el empresario, de 30 años, iba a ver cómo su patrimonio pasaba de los 16.000 millones de dólares a cero.

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