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Este multimillonario se forró con las cripto sin fiarse de ellas: ¿por qué ahora 'rescata' al sector?
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¿Quién es Bankman-fried?

Este multimillonario se forró con las cripto sin fiarse de ellas: ¿por qué ahora 'rescata' al sector?

Gracias a bitcoin, Sam Bankman-fried se ha convertido en el criptomillonario más joven sin ser un ferviente defensor de estas monedas. Sin embargo, ahora las está salvando. ¿Por qué?

Foto: El criptomillonario y cofundador de FTX, Sam Bankman-fried. (Getty/Craig Barritt)
El criptomillonario y cofundador de FTX, Sam Bankman-fried. (Getty/Craig Barritt)

Es difícil encontrar un capo de las criptomonedas que tenga un apellido tan apropiado como Sam Bankman-fried (algo así como 'banquero frito'), un multimillonario de 30 años que es toda una rara avis en el sector. Pese a que las monedas digitales le permitieron amasar una fortuna que alcanzó los 25.000 millones de dólares y fundar uno de los 'exchange' más exitosos, FTX, él no ha tenido problema en decir abiertamente que este no es un negocio que le entusiasme demasiado. Él ahí para hacer dinero, igual que podría estar en otro sitio que le fuera más rentable. La sorpresa ha llegado con la debacle de bitcoin pues, en lugar de huir, se ha puesto el traje de socorrista para inyectar capital a empresas del sector que están en apuros.

En los últimos días, Bankman-fried —al que es habitual referirse como SBF en el mundillo— ha concedido una amplia línea de crédito para garantizar la operatividad de empresas como Voyager Digital o BlockFi. A la primera ha prestado una cantidad que ronda los 500 millones de dólares, además de comprar un 11% de la empresa, convirtiéndose en su máximo accionista. A BlockFi les ha dejado unos 240 millones, y el acuerdo también incluye la opción de adquisición. Si bien ambas empresas ya estaban tocadas por el criptoinvierno, los impagos del fondo Three Arrows Capital les dieron el golpe de gracia que no les dejaba más salida. Se trata de unas operaciones muy similares a las que hizo con el 'exchange' japonés Liquid, al que antes había concedido un préstamo de 120 millones tras un robo. Y ahora también se está rumoreando que quiere comprar la 'fintech' Robinhood, de la que ya tiene un 7,6%.

Foto: Una panadería que acepta pagos en bitcoins, en Santa Tecla (El Salvador). (EFE/Rodrigo Sura)

Las inversiones contrastan con la filosofía del propio Bankman-Fried, que nunca ha sido un devoto de las criptomonedas. "Bitcoin no tiene futuro como red de pagos", disparó hace poco. Sin embargo, ahora parece que su punto de vista ha variado. "Estamos dispuestos a hacer un mal negocio si es necesario para estabilizar la situación y proteger a los clientes", ha explicado en una entrevista con 'Forbes'. En realidad, hay mucho más y la prestigiosa revista ha sido la primera en recordarlo: "Al igual que JP Morgan durante el crack de 1907, Bankman-Fried está aprovechando el caos de las criptomonedas para ampliar su imperio".

Fernando Gutiérrez, inversor especializado en este sector, comparte esta opinión. "No está rescatando ni salvando el ecosistema. Si quiebra, se queda con sus activos. Es muy listo y ha metido pasta porque veía negocio. No confundamos oportunismo con creencia en las criptomonedas. Tiene cierta convicción, pero creyente, lo justo", defiende este experto, que recalca que SBF es "despiadado en sus liquidaciones". Una característica que nadie pasa desapercibida. Solo hay que ver un tuit que bromeaba con los procesos de adquisición y se ha hecho viral. Se podría traducir por algo así como: "Si le llamas para preguntarle si puede ayudar a rescatarte, te dice que ya lo ha hecho. Cuando cuelgues, estarás liquidado".

La jugada que hizo millonario a SBF

El origen de la fortuna de Bankman-fried, hijo de dos profesores de Derecho en la Universidad de Stanford, vino con Alameda Research, una firma que fundó para dedicarse al análisis cuantitativo de mercados bursátiles. El método con el que lo hizo fue de lo más peculiar. En una de sus búsquedas de nichos de negocio, SBF se dio cuenta de que comprar bitcoin en Japón era algo más barato que en Estados Unidos, así que se puso manos a la obra para hacer una operación de arbitraje; es decir, aprovechar la diferencia de precio para sacar tajada.

"Allí bitcoin era más barato en 'exchanges' locales, pero para un extranjero era complicado adquirirlo", cuenta Gutiérrez, que también recuerda una de las historias que ya forman parte del mito de SBF. "Llegó a plantearse llenar aviones de gente con 10.000 dólares por cabeza, que es lo máximo que se puede sacar sin que haya lío, para que compraran bitcoins allí, pero el coste del billete era más alto y no compensaba el margen de negocio". Al final, tras un periodo de negociaciones, pudo abrir cuentas en pequeños bancos nipones que le facilitaban la jugada.

placeholder Foto: Reuters/Kim Kyung-Hoon.
Foto: Reuters/Kim Kyung-Hoon.

"Enviaba bitcoins a Japón, los vendía allí y lo que ganaba lo retiraba en dinero 'fiat' a una especie de cajas rurales. Después, lo enviaba Estados Unidos, donde compraba bitcoin y vuelta a empezar", apunta Gutiérrez. Fue con aquella infraestructura que le permitía exprimir el pequeño margen con la que acabó haciendo una fortuna. "Al principio eran 2 millones de dólares, que no es mucho, pero tenía una rotación constante. Si le sacaba cada día entre un 1 y un 3%, acaba siendo una pasta. Encontró un hueco y lo rompió".

Aquello ocurrió en 2017, cuando tenía apenas 25 años y sentó un precedente para el que se convertiría en el millonario más joven de las criptomonedas. "También es el que más rápido lo ha conseguido, pero es difícil determinar quién ha acumulado más dinero, porque hay fortunas que no se conocen y son una obscenidad", indica Gutiérrez. En el caso de Bankman-fried, su fortuna llegó a ascender hasta los 25.000 millones de dólares el pasado marzo. Según Billionaires Index de Bloomberg, en el último trimestre su fortuna se ha desplomado, siguiendo un camino similar al del resto de las criptomonedas: ha perdido dos tercios, estando ahora alrededor de los 8.000 millones.

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Comprar estadios y donar a Biden

Un par de años después de aquel pelotazo, Bankman-fried dio el primer golpe en la mesa de las criptomonedas. Fue cuando fundó, junto al empresario chino Gary Wang, la casa de cambio ('exchange') FTX, que pronto se convertiría en la segunda más importante por volumen de negocio. Hoy se estima que mueve cerca de 2.000 millones de dólares diarios. "Conocía muy bien las herramientas financieras y se ha comido gran parte del mercado muy rápido", reconoce el inversor Gutiérrez, que enfatiza que "tiene muy buenos productos que le encantan a todo el mundo de cripto, porque ha hecho una ejecución notable".

En un inicio, FTX era una plataforma pensada para profesionales y no tanto para pequeños inversores o curiosos que meten un puñado de euros para ver qué pasa, como es habitual en lugares como Binance o Coinbase. Es la razón por la que son menos conocidos fuera del sector, a pesar de su importancia, pero eso ha ido cambiando con el tiempo. "Ahora quieren que también usen la plataforma los aficionados, mientras que los que estaban más centrados en este perfil están haciendo el recorrido contrario", indica este especialista.

Foto: Matt Damon, en un anuncio de Crypto.com. (Crypto.com)

Para conseguirlo, FTX ha hecho propia la estrategia de otras grandes casas de cambio: hacer una inversión descomunal en publicidad y patrocinios, una partida a la que antes no dedicaba prácticamente nada. Desde finales del año pasado, la empresa de Bankman-fried tiene como principal reclamo al matrimonio formado por el jugador de fútbol americano Tom Brady y la modelo Gisele Bundchen. Poco antes, desembolsaron 135 millones de dólares para renombrar como FTX Arena al estadio en el que juegan como locales los Miami Heat y, hace un mes, anunciaron un acuerdo con la leyenda de la NBA Shaquille O´Neal.

No obstante, los beneficios de FTX no solo van a aparar estos cometidos. Uno de los aspectos más destacados de SBF es su aparente filantropía, que va acompañada también de una estética algo desaliñada. "Supuestamente, quiere mucho dinero para darlo. Hace donaciones brutales y vive como si fuera un estudiante", recopila Gutiérrez, que bromea con que "en ropa, desde luego, no gasta un céntimo". De hecho, una de las imágenes más sonadas del criptomillonario fue la peculiar forma de atar sus zapatos durante una comparecencia en el Congreso de EEUU.

"Nunca se puede saber cuánto hay de realidad y cuánto de relaciones públicas, porque eso se puede trabajar al detalle", comenta este inversor, que ha conocido a personas que han estado cerca de él. "Dicen que es más o menos como se cuenta, pero también que es brutalmente inteligente y un trabajador salvaje que vive desconectado del mundo, solo está pendiente de su cabeza y su pantalla".

En cuanto a las donaciones, FTX creó la fundación Future Fund el pasado febrero, aunque no fue hasta hace una semana cuando publicaron los proyectos que les interesaban. La inteligencia artificial, el crecimiento económico o las recuperaciones tras catástrofes naturales aparecían entre los ámbitos que más dinero concentraba. Lo cierto es que Bankman-fried empezó a repartir dinero mucho antes y los fines no tenían nada de benéficos.

placeholder FTX Arena, el estadio de Sam Bankman-fried. (Reuters/USA Today Sports)
FTX Arena, el estadio de Sam Bankman-fried. (Reuters/USA Today Sports)

En 2020, se convirtió en el segundo donante más importante de la campaña electoral que llevó a Joe Biden hasta a la Casa Blanca, con 5,2 millones de dólares. Solo le superó el exalcalde demócrata de Nueva York Michael Bloomberg. "Fue algo bastante llamativo, porque la gente en el mundo cripto tiende a ser más libertaria, más de derechas. No es habitual un perfil que sea tan abiertamente de izquierda americana, que no tiene nada que ver con la europea", enfatiza Gutiérrez. Poco después, promovió una iniciativa para subir los impuestos a las grandes fortunas y financiar la sanidad pública en California. En cambio, tanto la sede de FTX como la residencia de Bankman-fried estén en Bahamas.

"No hay que confiar en nadie"

Como es habitual en el mundo cripto, bajo este tipo de figuras hay un debate soterrado sobre la razón de ser de las criptomonedas. La descentralización es una idea fundacional de estos entornos, que funcionan mediante cadenas de bloques, más conocidas por su nombre en inglés (Blockchain). Si un actor interviene en la red y toma decisiones por su cuenta, desaparece algo crucial para los más puristas, que se decantan porque sea la comunidad la que tenga el poder. Sin embargo, el 'boom' de bitcoin hizo que muchos inversores se acercaran al sector y lanzaran proyectos que usaban toda la terminología cripto cuando, en realidad, era poco más que un disfraz.

"Prefiero los bancos antes que los criptobancos, porque están centralizando lo que estaba previsto que fuera descentralizado", avisa Guillermo Abellán, fundador de DeFi Lab, una comunidad especializada en finanzas descentralizadas. "No hay que confiar en nadie, sino comprobar que lo que dicen es cierto. En una Blockchain todo es auditable y transparente", continúa este experto, que hace años también trabajó en la banca convencional. "Es imposible saber el riesgo de que tiene FTX o BlockFi, porque no sabes en qué invierten, y eso es un problema".

Foto: Un empleado en un centro de minado de criptomonedas Ekibastuz, Kazajistán. (Reuters/Pavel Mikheyev)

Cabe recordar que el 'white paper' de bitcoin —publicado en 2008 y que sienta las bases de esta criptomoneda— defendía que el objetivo de la criptomoneda es que los pagos fueran "enviados directamente de un ente a otro sin tener que pasar por medio de una institución financiera", destacando que "los principales beneficios se pierden si existe un tercero". "No tiene sentido que haya 'exchanges' centralizados custodiando bitcoin sin transparencia", insiste Abellán al respecto.

En su caso, tiene claro que Sam Bankman-fried "no va a salvar proyectos como Celsius o Three Arrow Capital, porque sabe mejor que nadie lo importante que es gestionar bien los riesgos en estas entidades, que funcionan como bancos tradicionales". En la entrevista con 'Forbes, el propio SBF reconocía que muchas veces "no hay negocio que salvar" y, aunque no nombró ningún caso concreto, dejó caer lo que está por venir: "Hay algunos 'exchange' que ya son insolventes en secreto".

Es difícil encontrar un capo de las criptomonedas que tenga un apellido tan apropiado como Sam Bankman-fried (algo así como 'banquero frito'), un multimillonario de 30 años que es toda una rara avis en el sector. Pese a que las monedas digitales le permitieron amasar una fortuna que alcanzó los 25.000 millones de dólares y fundar uno de los 'exchange' más exitosos, FTX, él no ha tenido problema en decir abiertamente que este no es un negocio que le entusiasme demasiado. Él ahí para hacer dinero, igual que podría estar en otro sitio que le fuera más rentable. La sorpresa ha llegado con la debacle de bitcoin pues, en lugar de huir, se ha puesto el traje de socorrista para inyectar capital a empresas del sector que están en apuros.

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