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Viaje a la mina enterrada de Wuhan que ha avivado la hipótesis del accidente de laboratorio
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Viaje a la mina enterrada de Wuhan que ha avivado la hipótesis del accidente de laboratorio

No es la hipótesis principal sobre el origen del covid, aunque científicos destacados exigen una investigación más profunda y respuestas más claras desde Pekín

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En las afueras de una aldea en las montañas del suroeste de China, una cámara de vigilancia se inclina hacia una mina de cobre abandonada, casi oculta entre una tupida planta de bambú. A medida que se acerca la noche, los murciélagos caen en picado por encima. Este es el hogar subterráneo del virus conocido más cercano al covid-19. Ahora también es un punto de contacto para el creciente llamamiento a una investigación más exhaustiva sobre si la pandemia podría haber surgido de un laboratorio chino.

El 12 de abril de 2012, seis mineros de la zona contrajeron una extraña enfermedad tras entrar en la mina para limpiar guano de murciélago. Tres de ellos murieron. Se llamó a científicos chinos del Instituto de Virología de Wuhan para que investigaran y, después de tomar muestras de los murciélagos en la mina, identificaron varios nuevos coronavirus.

Ahora, preguntas sin resolver sobre la enfermedad de los mineros, los virus encontrados en el lugar y la investigación realizada con ellos han puesto en el punto de mira una idea que fue tachada de teoría conspiratoria: el SARS-CoV-2, el virus que provoca el covid, pudo haberse fugado de un laboratorio en Wuhan, la ciudad donde se descubrieron los primeros casos en diciembre de 2019.

Foto: Traslado de los expertos a su hotel desde el aeropuerto de Wuhan. (Reuters)

Hasta ahora, los investigadores del laboratorio no han ofrecido respuestas completas ni oportunas, y ha habido discrepancias respecto a parte de la información que han revelado. Eso ha provocado que científicos destacados exijan una investigación más profunda sobre el instituto de Wuhan y sobre si la pandemia podría haber estado en sus laboratorios y escapado. Incluso algunos altos cargos de salud pública que consideran esa posibilidad algo improbable ahora respaldan la idea de una investigación más completa. Dicen que un equipo liderado por la Organización Mundial de la Salud obtuvo un acceso limitado en Wuhan a principios de año para llegar a la conclusión de que una fuga de laboratorio era “extremadamente improbable”.

La mayoría de los que piden un estudio más exhaustivo de la hipótesis del laboratorio dicen que no la apoyan frente a la principal alternativa —que el virus se propagó de los animales a los humanos fuera de un laboratorio, en el tipo de efecto colateral natural que se ha vuelto más frecuente en las últimas décadas—. Todavía no hay pruebas suficientes para ninguna de las dos ideas, dicen, y tampoco son incompatibles. El virus podría tener origen natural, haber sido restablecido en el laboratorio en Wuhan —de forma intencional o accidental— y haber escapado.

Sin embargo, cada vez más personas, incluido el director general de la OMS y un destacado investigador estadounidense que ha trabajado con el Instituto de Virología de Wuhan (WIV por sus siglas en inglés), reconocen que el instituto tiene que proporcionar más información sobre su trabajo para descartar rotundamente una fuga de laboratorio.

placeholder Instituto de Virología en Wuhan. (Reuters)
Instituto de Virología en Wuhan. (Reuters)

The Wall Street Journal’ publicó el pasado domingo que tres investigadores del WIV enfermaron lo suficiente como para requerir atención hospitalaria local en noviembre de 2019, según un informe de inteligencia que no había sido divulgado previamente, aunque las autoridades expresaron diferentes posturas sobre la solidez de las pruebas. En enero, el Departamento de Estado había declarado que varios investigadores del WIV cayeron enfermos en otoño de 2019 “con síntomas compatibles con el covid-19 y la gripe estacional común”.

La Administración Biden ha propuesto a la OMS que lidere una investigación más exhaustiva sobre la posibilidad de una fuga de laboratorio, respaldando una llamada del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que ha ofrecido desplegar especialistas. La investigación debería incluir otros laboratorios en Wuhan, no solo el WIV, y el equipo que la llevara a cabo debería incluir expertos en seguridad de laboratorio, según un funcionario de salud estadounidense. “Deberíamos ser capaces de examinar registros de bioseguridad y entrevistar a miembros del personal”, declara el funcionario.

Es probable que la cuestión sea debatida durante una reunión del órgano de toma de decisiones de la OMS, la Asamblea Mundial de la Salud, que empezó este lunes. El apoyo diplomático a una investigación del laboratorio es escaso. Pocos gobiernos están dispuestos a defender una investigación que China podría vetar fácilmente.

Foto: (Foto: Reuters)

Pekín se encargará de resistir cualquier esfuerzo semejante y ha controlado firmemente el acceso a la información hasta el momento. Niega que el SARS-CoV-2 proceda de uno de sus laboratorios o infectase a algún miembro del personal del WIV, y quiere que la OMS investigue si la pandemia comenzó fuera de las fronteras de China. “EEUU sigue elaborando afirmaciones inconsistentes y reclamando que se investiguen los laboratorios en Wuhan”, declaró el ministro de exteriores de China en un comunicado escrito. “Esto muestra perfectamente que hay personas en EEUU que no se preocupan por los hechos y la verdad”. Citó el veredicto del equipo liderado por la OMS sobre la improbabilidad de una fuga de laboratorio e instó a Washington a que invitara a la OMS a investigar los primeros casos en EEUU. La National Health Commission de China y el WIV no han querido hacer declaraciones.

Mina oculta

Las autoridades chinas han obstaculizado esfuerzos independientes por investigar la mina, estableciendo un puesto de control cercano donde hombres no identificados han parado a varios periodistas extranjeros en las últimas semanas, en una ocasión advirtiendo de que había elefantes salvajes más adelante.

Un periodista del ‘WSJ’ llegó a la mina en bicicleta de montaña, pero más tarde fue detenido e interrogado por la policía durante alrededor de cinco horas, y borraron una foto de su móvil de la mina. Los aldeanos le dijeron al periodista que las autoridades locales les habían advertido que no le hablaran de la mina a extranjeros. No había indicios de pueblos cercanos siendo evacuados o ninguna actividad de investigación reciente en la mina. Estaba tan descuidada que su entrada parecía inaccesible. Un número creciente de virólogos, biólogos y otros científicos destacados están pidiendo un mayor análisis sobre la hipótesis del laboratorio.

Cuando se le preguntó en una audiencia del Senado el 11 de mayo si creía que el covid-19 podría haber salido de un laboratorio de Wuhan, Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Biden, dijo: “Esa posibilidad existe sin duda, y estoy completamente a favor de una investigación exhaustiva de si eso podría haber pasado”. El Dr. Fauci es director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, o NIAID, que ha financiado la investigación del coronavirus realizada junto al WIV. Ha dicho anteriormente que lo más seguro es que el virus del covid-19 evolucionara y saltara a los humanos en la naturaleza.

Foto: Donald Trump y Anthony Fauci. (Reuters)

El año pasado, 27 científicos firmaron una carta abierta condenando las “teorías conspiratorias” que sugerían que el covid-19 no tenía origen natural. Ahora, tres de ellos contactados por el ‘WSJ’ desde entonces declaran que, tras una mayor reflexión, un accidente de laboratorio es suficientemente plausible para merecer una consideración. Otros siguen viéndolo demasiado improbable como para justificar una investigación. “Estoy convencido de que lo que pasó es que se llevó el virus al laboratorio, empezaron a trabajar con él… y algún individuo descuidado lo liberó”, declara Bernard Roizman, virólogo de la Universidad de Chicago y uno de los signatarios. “No pueden admitir que hicieron algo tan absurdo”.

Un pequeño grupo de investigadores y detectives de internet llevan trabajando juntos meses, utilizando las redes sociales para recopilar y publicar pruebas de las actividades del WIV, sobre todo en relación con la mina. Han convocado tres cartas abiertas desde marzo para una investigación más completa de la hipótesis del laboratorio.

El 13 de mayo, un grupo de 18 científicos de universidades, incluidas Harvard Stanford y Yale, publicaron una carta abierta en la revista científica ‘Science’ haciendo un llamamiento para un estudio serio de la hipótesis del laboratorio e instando a los laboratorios de investigación a abrir sus registros. Entre los signatarios de la carta de ‘Science’ estaba Ralph Baric, microbiólogo de la Universidad de Carolina del Norte que trabajó con el WIV en un estudio, incluido uno para crear un coronavirus artificial que infectó a células humanas en el laboratorio.

placeholder Laboratorios investigando el covid. (Reuters)
Laboratorios investigando el covid. (Reuters)

En un ‘e-mail’, declara que la estructura genética del SARS-CoV-2 sugiere que se creó en la naturaleza y evolucionó de forma natural para infectar a humanos, y que cree que es la hipótesis más probable, pero “se necesitan una mayor investigación y transparencia para definir el origen de la pandemia”. Dice que una investigación más rigurosa habría examinado el nivel de bioseguridad bajo el que se llevó a cabo la investigación sobre el coronavirus del murciélago en el WIV. “Habría incluido información detallada sobre los procedimientos de formación con registros, los procedimientos de seguridad con registros y las estrategias que se aplicaron para prevenir fugas accidentales”, declara.

El cambio entre los principales científicos se debe en parte a declaraciones contradictorias de investigadores chinos. Algunos científicos dicen que otro factor ha sido una moderación del discurso gubernamental de EEUU sobre el tema en los últimos meses.

El equipo liderado por la OMS que visitó Wuhan a principios de año concluyó en un informe realizado junto con expertos chinos en marzo que el covid-19 seguramente saltó de los murciélagos a los humanos, a través de otro mamífero, y situó una fuga de laboratorio al final de su lista. El equipo, que pasó tres horas en el instituto, tenía poco con lo que seguir adelante más allá de garantías del propio personal del instituto, declaran miembros del equipo. El mismo día que se publicó el informe, el Dr. Tedros declaró que el equipo no había explorado de forma adecuada una posible procedencia del laboratorio.

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EEUU, la Unión Europea y muchos otros gobiernos respondieron al informe apelando a una investigación más sólida y transparente sobre los orígenes de la pandemia, sin hacer un llamamiento público a una investigación exhaustiva sobre la hipótesis del laboratorio. Algunos científicos se preguntan por qué el equipo liderado por la OMS, que ha procurado examinar pistas sobre el origen de la pandemia en otros países como Italia, no ha sido capaz de organizar test de antígenos y evaluaciones a personas y animales en los alrededores de la mina cubierta de vegetación que albergaba el virus más estrechamente relacionado con el SARS-CoV-2.

El equipo ha recomendado dicha investigación, pero el “marco cronológico todavía no está claro”, declara Peter Ben Embarek, experto en seguridad alimentaria que dirigió el equipo. “Lo ideal, empezar pronto”.

Virus misterioso

El informe más detallado sobre la enfermedad de los mineros aparece en una tesis de máster de Li Xu, de la Escuela de Medicina Clínica número uno de la Kunming Medical University, en el suroeste de China. No ha querido hacer declaraciones. Su tesis, revisada por el jefe de urgencias del hospital en ese momento, describe cómo un hombre de 42 años apellidado Lü fue ingresado el 25 de abril de 2012.

Foto: Mercado de pescado en Wuhan. (Reuters)

Lü había estado limpiando guano de murciélago en la mina, en la región china de Mojiang desde el 2 de abril, y había tenido fiebre y tos durante dos semanas. En los tres días anteriores, había tenido dificultades respiratorias y había empezado a expulsar mucosidad de color rojizo con sangre. Una exploración TC reveló una neumonía aguda, con las mismas marcas en los pulmones que ahora se ven en muchos pacientes de covid-19. Aun así, análisis de sangre y otras pruebas no podían identificar la causa.

En las semanas siguientes, otras cinco personas que trabajaban en la mina de Mojiang, con edades comprendidas entre los 30 y los 63 años, fueron ingresadas en el mismo hospital. Todos presentaban síntomas similares. Los médicos consultaron a expertos en enfermedades respiratorias, incluido Zhong Nanshan, que había liderado la lucha contra el brote del síndrome respiratorio agudo grave, o SARS, en China en 2002 y 2003. El Dr. Zhong diagnosticó neumonía, seguramente provocada por un virus, y aconsejó realizar test de anticuerpos de SARS e intentar identificar los tipos de murciélago de la mina. Tampoco ha querido hacer declaraciones.

A mediados de agosto de 2012, tres mineros fallecieron. La sospecha era que se trataba de un virus que provenía de un murciélago

Otra tesis, escrita por un doctorando supervisado por George Gao, actual director del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, o CDC chino, expone que cuatro de los mineros dieron positivo en anticuerpos de SARS. El hospital contactó a expertos de otras instituciones, incluido el WIV. Ninguno pudo identificar lo que provocó la enfermedad de los mineros.

A mediados de agosto de 2012, tres de ellos habían fallecido. La sospecha era que se trataba de un coronavirus similar al SARS transmitido por un murciélago, según la tesis de Li. Los científicos chinos, que seguían investigando los orígenes del SARS, sabían que las cuevas de murciélagos de la zona eran una posible fuente, y habían estado recogiendo muestras de ellas.

Durante el siguiente año, científicos del WIV entraron en la mina de Mojiang y recogieron muestras fecales de 276 murciélagos, identificando seis especies diferentes, según un trabajo de investigación publicado más tarde. Extrajeron material genético de las muestras y secuenciaron fragmentos. La mitad de las muestras dieron positivo en coronavirus, incluida una variedad identificada de uno similar al SARS, según los científicos. Llamaron al virus RaBtCoV/4991.

Foto: Uno de los síntomas es un resfriado que a la semana se convierte en neumonía. (Corbis)

De forma peligrosa, las seis especies de murciélago mostraron síntomas de contagio por coronavirus, descubrieron los investigadores. En otras palabras, el virus podía intercambiar material genético con otros similares para crear nuevos coronavirus fácilmente —un ambiente propicio para la creación de nuevos virus que probablemente podrían contagiar a humanos—.

Esa investigación estuvo liderada por Shi Zhengli, principal experta en coronavirus en murciélagos en el WIV. Cuando se publicaron los resultados en la revista ‘Virologica Sinica’ en 2016, pocos científicos prestaron atención al virus RaBtCoV/4991. No parecía estar estrechamente vinculado al SARS. Procedía de un pozo abandonado, decía el trabajo, que no mencionaba a los mineros que enfermaron allí.

Solo cobró más importancia después de que la pandemia de covid-19 empezara. En febrero de 2020, la Dra. Shi y sus compañeros publicaron un artículo en la revista científica ‘Nature’ revelando la existencia de un virus llamado RaTG13. Su secuenciación había revelado que compartía un 96,2% de material genético con el SARS-CoV-2, lo que lo convertía en el virus conocido más cercano al de la pandemia. Decían que se encontró en un murciélago en Yunnan, la provincia china que incluye la mina de Mojiang, pero no dice dónde o cuándo. Esa revelación se consideró un avance en la búsqueda de la fuente del covid-19, indicando claramente que se originó en los murciélagos.

Similitudes llamativas

Sin embargo, en las semanas siguientes, algunos científicos fuera de China descubrieron similitudes sorprendentes en las fechas de muestreo y secuencias genéticas parciales del virus llamado RaTG13 y el virus RaBtCoV/4991 que había encontrado el equipo de la Dra. Shi en la mina de Mojiang.

Foto: Una colonia de murciélagos en México. (EFE)

Tras reiteradas solicitudes de científicos para que aclararan la cuestión, la Dra. Shi dijo que los dos virus eran el mismo. Actualizó su artículo en ‘Nature’ en noviembre para reflejarlo e incluir detalles sobre los mineros enfermos. El virus había sido rebautizado para reflejar la especie de murciélago, su ubicación y el año de muestreo, dijo.

También reveló que el WIV volvió a analizar las muestras de los mineros y determinó que no estaban infectados con SARS-CoV-2. Dio a conocer que, posteriormente, su equipo había encontrado otros ocho coronavirus parecidos al SARS en la mina.

El viernes pasado, tras reiteradas peticiones de científicos para que compartieran las secuencias genéticas de los virus, la Dra. Shi y su equipo publicaron un artículo científico en un servidor de preimpresión, lo que significa que todavía tiene que revisado por expertos. El artículo dice que los ocho eran casi idénticos entre sí y solamente se parecían al SARS-CoV-2 en un 77,6%, aunque una parte de su código genético coincidía en un 97,2%. “Aunque hay una especulación que aclama la posible fuga del RaTG13 del laboratorio que provocó el SARS-CoV-2, las pruebas experimentales no lo respaldan”, dice el artículo.

Foto: Un guarda de seguridad trata de impedir al fotógrafo tomar imágenes del Instituto de Virología de Wuhan. (EPA)

Muchos científicos ponen en duda por qué el WIV no anunció la existencia de esos virus antes, así como su vinculación a la mina, y por qué esperaron tanto para permitir que los científicos examinaran sus secuencias. Tal información sobre las variedades de coronavirus que estaban en circulación es crucial en la búsqueda de los orígenes de la pandemia, afirman.

Algunos han indicado que la Dra. Shi ha defendido en repetidas ocasiones que los mineros de Mojiang tenían una supuesta infección fúngica, no un virus, contradiciendo los trabajos de investigación entonces y la actualización de la Dra. Shi en ‘Nature’, que decía que se creía que los mineros tenían un virus. La Dra. Shi no ha respondido a las cuestiones planteadas.

Muchos científicos tienen interés en examinar la base de datos una vez disponible públicamente del WIV de cerca de 22.000 muestras y secuencias de virus, incluidas 15.000 de murciélagos. La base de datos dejó de estar disponible en septiembre de 2019. La Dra. Shi le dijo al equipo liderado por la OMS en febrero que la base de datos se desconectó tras recibir más de 3.000 ciberataques. El equipo liderado por la OMS que visitó la zona no pidió ver los datos, según Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York, que formaba parte del equipo. La base de datos incluía información que el WIV había recabado junto a EcoHealth Alliance, que fue fundada por el NIAID y colaboró con el WIV para estudiar los coronavirus en murciélagos. El Dr. Daszak declaró a principios de año que, debido al trabajo de su organización con el WIV, “básicamente sabemos” qué virus había en la base de datos, y ninguno era más cercano al SARS-CoV-2 que el RaTG13.

Sus empleados estaban combinando varios coronavirus de murciélagos que habían cultivado con material genético de otros

Además, el RaTG13 era muy diferente genéticamente del SARS-CoV-2 y nunca había sido cultivado con éxito en el laboratorio, declaran él y otros científicos del equipo liderado por la OMS. “Por supuesto que lo debatimos”, declara el Dr. Ben Embarek, líder del equipo de la OMS. “Por lo que sabemos, solo existe una secuencia. No hay virus. Nunca consiguieron cultivar un virus fuera de las muestras fecales del murciélago”.

Si el WIV solo tenía la secuencia genética, no habría tenido un virus RaTG13 contagioso que pudiera haber escapado del laboratorio. Tener solo la secuencia genética también plantea cuestiones sobre hasta qué punto podría haberse usado como base en experimentos para crear virus diseñados por el hombre.

No obstante, otros científicos dicen que no puede ser comprobado de forma independiente sin consultar los registros del laboratorio, los registros de muestras y la base de datos vírica del WIV, y que los trabajos de investigación muestran que sus empleados estaban combinando varios coronavirus de murciélagos que habían cultivado con material genético de otros. Algunos no están cómodos con el papel del Dr. Daszak en el equipo liderado por la OMS, dada su estrecha relación con el WIV y su rechazo manifestado hacia la hipótesis del laboratorio desde principios del año pasado. El Dr. Daszak ha declarado que proporcionó una declaración de conflicto de intereses a la OMS cuando solicitó estar en el equipo. La OMS ha declarado que determinó que su trabajo no planteaba un conflicto.

Experimentos de laboratorio

Un área de controversia son los experimentos que el WIV estaba llevando a cabo para crear nuevos virus combinando elementos de coronavirus de murciélago existentes para determinar si podían volverse más contagiosos para los humanos. Tales experimentos —a veces denominados investigación de ‘ganancia de función’— llevan mucho tiempo siendo polémicos entre los científicos. Los defensores dicen que son la mejor forma de identificar posibles fuentes de pandemias futuras y de desarrollar vacunas. Los críticos alegan que el riesgo de que virus nocivos potenciados genéticamente se escapen de un laboratorio es demasiado grande. Los científicos debaten sobre qué tipos de experimentos constituyen una investigación de ganancia de función.

Foto: Director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesu. (EFE)

Los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH por sus siglas en inglés) suspendieron la financiación de investigación de ganancia de función en 2014, y en 2017 implantaron un sistema que requería una revisión de un panel de expertos de cualquier propuesta de subvención que involucrara experimentos de ganancia de función. Las restricciones de China eran más flexibles. La Dra. Shi encaja con una definición amplia de la investigación de ganancia de función. Hay grandes diferencias de opinión sobre dónde se sitúan los límites.

La Dra. Shi ha expuesto públicamente la realización de experimentos, incluidos en 2018 y 2019, con el fin de observar si varios coronavirus de murciélago podrían utilizar una espícula viral concreta en sus superficies para unirse a una enzima en las células humanas conocida como ACE2. Así es como el virus del SARS y del SARS-CoV-2 infectan a los humanos. Dichos experimentos implicaban combinar un coronavirus de murciélago con la espícula viral de otro y después infectar ratones diseñados genéticamente para contener ACE2 humana, declaró la Dra. Shi al equipo liderado por la OMS en febrero, según su informe.

El Dr. Daszak describió un trabajo similar, conducido por el Dr. Baric de la Universidad de Carolina del Norte, en un ‘podcast’ poco antes de que comenzara la pandemia, alegando que el objetivo era crear una vacuna para el SARS. EcoHealth Alliance describió tales experimentos como uno de los objetivos de la beca de investigación de coronavirus en murciélagos entregada en 2019 por el NIAID. Pero la ONG, de acuerdo con la moratoria de los NIH, “no ha participado en ni financiado ninguna investigación de ganancia de función” y no se ha desarrollado ninguna investigación in vivo con esta beca, según una portavoz de EcoHealth Alliance. Los NIH suspendieron la beca en 2020. “Si el mundo quiere cancelar un trabajo que no era de ganancia de función por una teoría conspiratoria, es un grave error”, declaró el Dr. Daszak a principios de año. “Este virus, es extremadamente improbable que procediera de un laboratorio. Si nos centramos en la cuestión del laboratorio e ignoramos lo que realmente sucedió, lo hacemos en nuestro perjuicio último”.

Foto: Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. (Reuters)

Una pregunta que ahora divide a la comunidad científica es si dichos experimentos podrían haber creado el SARS-CoV-2, ya sea de forma accidental o como parte de un esfuerzo deliberado para ver qué virus podrían llegar a ser peligrosos para los humanos. Muchos científicos prominentes dicen que eso sería imposible con el RaTG13, y que el SARS-CoV-2 solo podría haberse creado a partir de un virus que fuese genéticamente más parecido a él. Si bien el WIV ha declarado que el RaTG13 es el pariente más cercano que tenía al virus de la pandemia, los científicos que piden una investigación del laboratorio quieren tener acceso a los registros del laboratorio para verificarlo.

Los experimentos de ganancia de función dejarían firmas genéticas claras en secuencias del virus mostrando que parte de él fue insertado en un laboratorio, según apuntan muchos biólogos moleculares. Otros científicos dicen que técnicas más modernas pueden no dejar rastro.

Ian Lipkin, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de Columbia que ha trabajado estrechamente con socios de investigación chinos, se encontraba entre los cinco científicos que escribieron un artículo el año pasado desestimando la idea de que el virus fue manipulado en un laboratorio. Ahora dice que le preocupa que el WIV estuviera realizando experimentos con coronavirus en laboratorios a un nivel de bioseguridad menor del requerido en EEUU. La Dra. Shi ha declarado al equipo liderado por la OMS que no había habido ninguna fuga y que nadie en su equipo había dado positivo por covid-19.

Foto: La viróloga de Wuhan: el covid-19 no salió de un laboratorio y sería "la punta del iceberg". (EFE)

Muchos de los socios de investigación extranjeros de la Dra. Shi han declarado consideraron sus laboratorios y métodos de trabajo seguros. “Shi Zhengli tiene mano dura”, declara Maureen Miller, epidemiólogo de enfermedades infecciosas en la Universidad de Columbia. “Son personas fuertes e inteligentes. Estaba trabajando para prevenir exactamente este tipo de pandemia. Conoce la seriedad que supone trabajar con coronavirus”.

Interés político

El presidente Trump empezó a promover la hipótesis del laboratorio el año pasado, pero su administración no dio a conocer ninguna prueba. Otros gobiernos que podrían haber ayudado a presionar para una investigación del laboratorio se distanciaron cuando Trump empezó a hablar de ello, declara Andrew Bremberg, embajador de EEUU ante la OMS entonces. “Fue como un cambio repentino”, declara. “Cuando el presidente abordó esto por primera vez, ellos se callaron”.

Un pequeño grupo de científicos, conectados a través de Twitter, empezó a intercambiar investigaciones de código abierto que apuntaban al laboratorio. Australia, sin respaldar abiertamente la hipótesis, presionó con éxito para que la OMS reuniera un equipo de científicos para investigar los orígenes del virus en China. La Administración Biden no ha dicho que crea que hubo una fuga de laboratorio, solo que la posibilidad necesita ser investigada más a fondo.

Los accidentes de laboratorio son inusuales en comparación con el número de contagios por el contacto humano y animal

Antes de la visita del equipo liderado por la OMS a Wuhan, algunos de sus miembros declararon que ellos también eran escépticos sobre la hipótesis del laboratorio. Dichos accidentes son extremadamente inusuales en comparación con el número de contagios por el contacto humano y animal, declaran, pero tenían una postura abierta. Al final, el equipo no pudo examinar ninguno de los registros de seguridad del instituto de Wuhan ni los registros de pruebas a su personal. Los miembros del equipo dijeron después que aun así vieron la visita como un ejercicio útil.

Entre los que ahora exigen una investigación más exhaustiva se encuentra James Le Duc, director jubilado del Galveston National Laboratory, una de las principales instalaciones de biocontención de EEUU, que ayudó a formar a varios de los especialistas superiores en seguridad e ingenieros de construcción del WIV. “Creo que es importante examinar minuciosamente las condiciones del laboratorio y explorar qué se estaba haciendo y dónde, y crear una investigación seria”, declara el Dr. Le Duc. Cree que la hipótesis del laboratorio es en cierto modo menos probable, afirma, pero “el objetivo de todo esto es seguir a la ciencia”.

*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.

En las afueras de una aldea en las montañas del suroeste de China, una cámara de vigilancia se inclina hacia una mina de cobre abandonada, casi oculta entre una tupida planta de bambú. A medida que se acerca la noche, los murciélagos caen en picado por encima. Este es el hogar subterráneo del virus conocido más cercano al covid-19. Ahora también es un punto de contacto para el creciente llamamiento a una investigación más exhaustiva sobre si la pandemia podría haber surgido de un laboratorio chino.

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