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La transición 'light' de Ana Botín frente al avispero de Credit Suisse
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La transición 'light' de Ana Botín frente al avispero de Credit Suisse

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones, movimientos y desenlaces. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

Foto: Héctor Grisi. (EC)
Héctor Grisi. (EC)
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El movimiento ha llevado más tiempo del que podría imaginarse. Encontrar un sustituto para José Antonio Álvarez como consejero delegado del Banco Santander ha supuesto un viaje de casi cuatro años y un gasto extraordinario de 50 millones de euros. Al final, su relevo es un hombre de la casa, pero sin sexenios a sus espaldas, el mexicano Héctor Grisi, curtido como banquero de negocios en Credit Suisse hasta 2015, cuando fue fichado por Ana Botín para llevar las riendas de la entidad en México, cargo al que luego sumó la responsabilidad para la región de Norteamérica.

En el mercado, tanto el fiasco del fichaje de Andrea Orcel, 'investment banker' estrella de Londres (entonces presidente de UBS, ahora consejero delegado de Unicredit), como la elección final de Grisi han dejado un par de conclusiones claras. La primera tiene que ver con la preferencia de Botín por ejecutivos internacionales de banca de inversión. Y la segunda, la talla profesional de Álvarez, el soldado más brillante que jamás imaginó la familia cuando lo ficharon en 2002, procedente del fusionado BBVA para darle la dirección financiera del Santander solo dos años después.

Foto: Ana Botín (i), presidenta de Santander, y Andrea Orcel (d), presidente de UniCredit. (Juan Medina/Reuters)

Para dar con el perfil de consejero delegado y ceñirse a los requisitos del BCE, que reclama más poderes ejecutivos en detrimento de la figura de presidente con mando, Botín ha ido acomodando su rol. Primero lo ha hecho buscando un ejecutivo con bagaje internacional y con visión y foco sectorial más que con habilidades operativas, por su conocimiento del balance y de la cultura de la casa. Y en este molde, igual que encajaba Grisi, también había generado expectativas el portugués António Simoes, consejero delegado para Europa tras su reciente incorporación de HSBC (2020).

En segundo lugar, ha ajustado el reparto de funciones ejecutivas. El pasado mes de febrero, Banco Santander dio un primer paso haciendo que el consejero delegado dependa del propio consejo de administración, en lugar de reportar al presidente, como era costumbre. Aun así, Botín mantiene competencias directas para asuntos de estrategia y para algunas líneas de negocio en particular, por lo que el nombramiento de un primer espada de la casa hace más asimilable el encaje, como bien demostró (por lo contrario) el caso Orcel, donde el desencuentro no fue solo por dinero.

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Botín. (EFE)

El contrapeso que el mercado atribuía a la figura de Álvarez (continúa en la entidad como vicepresidente) puede llevar a cambios por debajo del consejero delegado. El más descontado afecta al puesto de director financiero, cargo que ocupa José Manuel García Cantera desde 2015, actual vicepresidente ejecutivo y mano derecha de Botín desde sus tiempos en Banesto hace dos décadas. En caso de nueva dupla, cabría un esquema similar al que Grisi tuvo en México, donde trabajó durante años como número dos Ángel Rivera, peso pesado en 'retail' tras saltar de Banco Popular.

A pesar de las diferencias culturales y de negocio, el nuevo consejero delegado del Banco Santander habrá notado pocas diferencias desde 2015 con su antigua casa Credit Suisse, ya que la evolución bursátil de ambos (determinante para la retribución variable) acumula caídas del 55% y 75% respectivamente. Otra cosa es la estabilidad, pues la sucesión de problemas durante estos años, tanto reputacionales como de resultados, han hecho del gigante suizo un polvorín, con cambios drásticos en su cuadro de mando global en varias ocasiones, incluida su estructura en España.

Foto: Oficina de Credit Suisse. (Reuters/Arnd Wlegmann)

Tanto en su banca de negocios como en banca privada, los mejores años han pasado. La época dorada de Antonio Rodríguez-Pina y Fernando Abril-Martorell dejó paso a los mandatos declinantes del portugués António Viana Baptista y del argentino Wenceslao Bunge, recién liquidado tras el fichaje (en contra de su opinión) de Ignacio Moreno (ex Barclays) como nuevo responsable de Investment Banking para la Península. Tampoco la prejubilación del Miguel Matossian y la revolución del breve Íñigo Martos dejaron en mejor lugar su Private Banking.

Este tránsito ha provocado bajas significativas en la firma y la aparición de nuevos competidores disputando (y ocupando) su espacio en el mercado español, como demuestra el reciente desembarco del estadounidense Jefferies en nuestro país, con el banquero Armando Rubio a la cabeza (también responsable para EMEA del sector Financiero) tras casi dos décadas sirviendo en Credit Suisse, o la diáspora de gestores de grandes fortunas, como la más sonada de Javier Alonso y el fallecido Ignacio Laviña. Y remontar eso sin equipo propio será difícil para Moreno.

En comparación, Banco Santander parece un balsa de aceite. Sin embargo, la brecha con sus pares del mercado hace tiempo que es una herida sin solución. Pese a la recuperación general de la banca europea en el último año, la evolución del español está muy lejos (tanto a 12 meses como a cinco años) de referentes como BNP Paribas y HSBC, aunque en la foto con Crédit Agricole, Barclays o ING sale muy parecido. Tampoco en la comparativa doméstica Héctor lo tendrá fácil, pues es menos malo que BBVA, pero está muy lejos de los números del líder, CaixaBank.

El movimiento ha llevado más tiempo del que podría imaginarse. Encontrar un sustituto para José Antonio Álvarez como consejero delegado del Banco Santander ha supuesto un viaje de casi cuatro años y un gasto extraordinario de 50 millones de euros. Al final, su relevo es un hombre de la casa, pero sin sexenios a sus espaldas, el mexicano Héctor Grisi, curtido como banquero de negocios en Credit Suisse hasta 2015, cuando fue fichado por Ana Botín para llevar las riendas de la entidad en México, cargo al que luego sumó la responsabilidad para la región de Norteamérica.

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