Del éxito de Wall Street y Japón al pinchazo de China: las mejores y peores bolsas de 2024

Los inversores en bolsa española tienen mucho que celebrar en 2023. Pero con un avance del 22,76% (y unos retornos totales, incluyendo dividendos, superiores al 28%), los números del Ibex 35 quedan lejos de colarse en el ranking de los mayores avances de las bolsas internacionales en el año.

Un ejercicio que arrancaba bajo el temor a los efectos (financieros y económicos) de las subidas de tipos aplicadas por los bancos centrales ha acabado tornando en un año de ganancias muy extendidas, basadas, en gran medida, en la esperanza de que esas subidas de tipos lleguen pronto a su fin sin provocar el daño que se esperaba en la economía.

En ese contexto, que ha dado lugar a ganancias en torno al 20% en los grandes índices globales (como el MSCI World y el Ftse All World), las grandes plazas internacionales han mostrado, obviamente, comportamientos muy dispares en el que a repuntes porcentuales de hasta tres cifras acompañan algunos casos (los menos) de pérdidas de cierta entidad.

En este grupo, encabezado por el mercado keniata (el Nairobi All Share cierra el año con pérdidas del 27,7%), resalta el pinchazo de las bolsas chinas, en un año en el que la economía del gigante asiático ha dado muestras de ralentización mientras se incrementa la amenaza de un peligroso colapso en su sector inmobiliario.

Así, índices como el CSI 300 o el hongkonés Hang Seng cierran el ejercicio con pérdidas del 11,4% y el 13,8%, respectivamente, que lastran el desempeño de los mercados emergentes, que cierran por tercer año consecutivo con peores resultados medios que los mercados desarrollados (el índice MSCI World gana en el último trienio un 25,6%, frente al 13,8% que resta el MSCI Emerging Markets), a pesar del buen tono de bolsas como la de México, Egipto o Brasil.

En cualquier caso, las pérdidas son la excepción en un mapa en el que abundan los avances, con casos exóticos y extravagantes como el del S&P Merval argentino, que cierra el ejercicio con ganancias que llegan a superar el 360%. Este repunte, no obstante, se puede considerar en cierto modo un trampantojo, ya que viene condicionado por las tasas de inflación extrema que afectan al país y la contundente devaluación que ha sufrido su moneda. De hecho, si se valora en dólares, el índice desaparece del ránking de las mayores alzas, ya que sus extraordinarias ganancias se minimizan a un escaso 0,8%.

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En la tabla basada en los rendimientos en moneda fuerte, son los mercados del este de Europa los que lideran la clasificación, una vez superadas las tensiones generadas por la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética. De este modo, índices como el BET rumano (un mercado que destaca también por haber protagonizado una de las mayores salidas a bolsa en el año), el CSE chipriota, el WIG 20 polaco o el BUX húngaro acumulan en el ejercicio avances que oscilan entre el 63% y el 49%, en términos de retorno total.

Son, con todo, las grandes plazas de Europa occidental las que, lógicamente, han acaparado el mayor interés de los inversores en un ejercicio que arrancaba plagado de dudas, ante los previsibles efectos negativos de la inflación y las subidas de tipos del BCE, pero que se salda con números muy favorables, gracias al alivio de la crisis energética, una economía que ha resistido algo mejor de lo esperado y las esperanzas ofrecidas por la esperada reversión de las subidas de tipos en los próximos trimestres.

Con estos ingredientes sobre la mesa, ha sido la bolsa italiana la que ha obtenido los mejores resultados, con avances que rondan el 28% y que ascienden por encima del 34% si se incluyen los dividendos. También son reseñables las alzas en torno al 20% del Dax alemán y del 16% CAC 40 galo, que les han permitido batir nuevos máximos históricos, mientras que el Ftse 100 británico queda algo más rezagado. En un año muy complejo para la economía británica, avanza un 3,7%, aunque esta cifra se eleva hasta el 9,3% si se elimina el efecto divisa.

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Los vaivenes de las monedas también ocupan un rol muy importante en el buen hacer de la que ha sido una de las grandes vencedoras del año: la bolsa japonesa. Después de décadas de estancamiento, el mercado nipón ha logrado en 2023 remontar hasta cotas no vistas desde principios de la década de 1990, favorecida por una combinación de cambios regulatorios, modificaciones en la cultura empresarial, cuestiones geopolíticas, un creciente interés internacional (favorecido por la apuesta por esta bolsa de Warren Buffett) y, por supuesto, la depreciación del yen.

De este modo, el Nikkei japonés cierra 2023 con un avance del 28,24%, el mayor en una década. Aunque los retornos se reducen al 19,35% si se valoran en dólares.

Pero es nuevamente Wall Street la gran protagonista del ejercicio, sorteando los miedos desatados por episodios como la crisis bancaria del pasado marzo. A pesar de los presagios de que el escenario de tipos más altos podría poner fin al reinado del que ha gozado la bolsa estadounidense desde la gran crisis financiera, la llamativa fortaleza de la economía del país y el optimismo generado en el sector tecnológico por los avances de la inteligencia artificial han creado un caldo perfecto para un año de sólidas ganancias.

Las bolsas mundiales ganan 14 billones en el año y ya capitalizan más de 111 billones

Un buen tono que se ha notado especialmente en el índice tecnológico Nasdaq, que encara la última sesión del año con alzas que superan el 43% (y el 53% en el caso del Nasdaq 100), recuperando gran parte del terreno perdido el año anterior, liderado por los llamados ‘siete magníficos’, los gigantes de la tecnología.

Algo menos intensa, pero también rotundamente favorable, ha sido la evolución del S&P 500 y el Dow Jones, que, a falta de la última mitad de la última sesión del año, se anotan alzas que rondan el 24% y el 13,5%.

El liderazgo de Wall Street, secundado por Europa y Japón, ha permitido a la renta variable internacional restañar una parte significativa del roto producido el año anterior. De este modo, tras perder en 2022 alrededor de 24 billones de dólares de capitalización, las bolsas mundiales cierran este año con un repunte del valor de las acciones cotizadas a nivel global de próximo a los 14 billones, hasta contabilizar un total de 111 billones de dólares.

Gigantes cada vez más grandes

En este aspecto ha sido fundamental el buen desempeño de los gigantes de la tecnología, que han reforzado su peso en el mercado. Apple, que ha establecido un nuevo récord histórico de valoración, por encima de los 3 billones de dólares (una cota que ha perdido en la última sesión del año), se afianza como la empresa más valiosa del mundo, acompañada en el podio de las empresas de mayor capitalización por Microsoft (2,8 billones) y Saudi Aramco (2,13 billones).

Al ‘top ten’ mundial regresan Tesla y Meta Platforms, que vuelven a rondar valoraciones billonarias tras revalorizarse alrededor del 100% y el 200%, respectivamente, y se cuelan también dos de las grandes animadoras del mercado en 2023: el gigante del software Nvidia, que se convierte en la sexta mayor empresa del mundo tras triplicar su valor en el año, y la farmacéutica Eli Lilly, que saca rédito al éxito de los nuevos medicamentos contra la obesidad.

Precisamente, este fenómeno ha servido para catapultar a la compañía danesa Novo Nordisk como la mayor compañía de Europa por valor de mercado, con una capitalización cercana a los 500.000 millones de euros, desbancando al gigante del lujo LVMH. Ambas son las dos únicas representantes europeas en un ‘top 20’ mundial en el que apenas se cuelan cuatro empresas no estadounidenses (Aramco, la taiwanesa TSMC, Novo Nordisk y LVMH).

En España, Inditex se consolida como el mayor grupo del mercado, con una revalorización superior al 60% que le ha servido para alcanzar valoraciones récord, por encima de los 122.800 millones de euros. Unas cifras que la dejan a las puertas de colarse entre las 15 mayores empresas del continente y las 200 más grandes del mundo.